domingo, 30 de junio de 2024

LOS ERRORES FILOSÓFICOS SE PAGAN, Y MUY CARO. EN RELACIÓN A LA DECISIÓN DE LA SUPREMA CORTE DE LOS EEUU



Entre el debate Trump-Biden, los diversos conflictos armados, y en la Argentina la ley Bases, pasó inadvertido (aquí y en el mundo) un episodio con graves consecuencias. Se trata de una decisión de la Suprema Corte de los EEUU, este Miércoles pasado, según la cual no veía evidencia suficiente para el caso que presentaban los demandantes. “…In this case, the plaintiffs – two states with Republican attorneys general and several individuals whose social media posts were removed or downgraded – challenged the Biden administration’s efforts in 2021 to restrict misinformation about the COVID-19 vaccine. They argued that the administration’s actions had violated social media users’ rights to free speech.(https://www.scotusblog.com/2024/06/justices-side-with-biden-over-governments-influence-on-social-media-content-moderation/ ) (“…"En este caso, los demandantes – dos estados con fiscales generales republicanos y varias personas cuyas publicaciones en redes sociales fueron eliminadas o degradadas – desafiaron los esfuerzos de la administración de Biden en 2021 para restringir la desinformación sobre la vacuna contra el COVID-19. Argumentaron que las acciones de la administración habían violado los derechos de libertad de expresión de los usuarios de redes sociales.")

Nada más ni nada menos. Se de una demanda por la censura que el gobierno de los EEUU estableció junto con las big tech(s) para eliminar contenidos en la web que se consideraran contrarios a la “información verdadera” y etc. Era una oportunidad para reestablecer la Primera Enmienda, violada por dichas disposiciones.

Pero la Corte falló en contra, 6 contra 3. Y la redactora principal de la sentencia fue la Juez Amy Coney Barrett, de la cual no se puede sospechar ninguna inclinación al ala izquierda del Partido Demócrata.

No vamos a hacer un análisis jurídico del caso. El lector puede ir a las fuentes en el artículo citado. Sólo queremos destacar un tema filosófico muy importante.

Entre los fundamentos de la sentencia, Amy Coney Barrett dijo: “….But even if Hines had shown that her injuries could be attributed to the government’s conduct, Barrett continued, even she could not show that she is likely to be harmed again in the future by that conduct. “By August 2022, when Hines joined the case,” Barrett wrote, “the officials’ communications about COVID-19 misinformation had slowed to a trickle.” And it is therefore “no more than conjecture” to project that Hines will be harmed by content moderation attributable to the federal government again, Barrett concluded. This is particularly true, Barrett added, when “the available evidence indicates that the platforms have enforced their policies against COVID-19 misinformation even as the Federal Government has wound down its own pandemic response measures.”  (“…"Para agosto de 2022, cuando Hines se unió al caso," escribió Barrett, "las comunicaciones de los funcionarios sobre la desinformación del COVID-19 se habían mucho." Y, por lo tanto, "no es más que una conjetura" proyectar que Hines será perjudicado nuevamente por la moderación de contenido atribuible al gobierno federal, concluyó Barrett. Esto es particularmente cierto, añadió Barrett, cuando "la evidencia disponible indica que las plataformas han aplicado sus políticas contra la desinformación del COVID-19 incluso cuando el Gobierno Federal ha reducido sus propias medidas de respuesta a la pandemia." (Jill Hines es una de las principales demandantes).

Observen que he puesto en negrita el término des-información.

El caso no es tanto que Amy Barret no vea amenzada la libertad de expresión de Hines. El caso es que ella tiene en su mente el concepto de información-des-información. O sea, algo que es un hecho incontrastable, cuya negación (missinfomation) puede llevar a problemas de seguridad pública. Y, en la intimidad de la conciencia de Barrtet, conjeturamos que ella no se atrevió a quitar del gobierno federal la facultad de intervenir en casos donde una “misinformation” pudiera poner en peligro la vida de los ciudadanos.

Barret comete allí un error filosófico, un error en el que están casi todos. Suponer que la verdad pasa por los “hechos” SIN la mediación de un horizonte de pre-comprensión, una concepción del mundo, ya creencia, ya idea (Ortega). Lo cual NO es negar la verdad, sino re-direccionar la defensa de la verdad a ese horizonte, no a supuestos hechos sin horizonte.

Pensar lo contrario lleva a suponer que los gobiernos pueden proteger un supuesto “derecho a la información”. No, porque cuando los gobiernos hacen eso, aunque sea con buena voluntad, tienen un horizonte del cual parten. Y en una sociedad libre, lo que se discute es la verdad o no de los horizontes. Lo habíamos destacado ya en https://gzanotti.blogspot.com/2023/07/jaque-mate-la-libertad-de-expresion.html, y en https://gzanotti.blogspot.com/2022/05/la-informacion-como-arma-totalitaria.html . Y en mi libro https://www.amazon.com/hermen%C3%A9utica-como-humano-conocimiento-Spanish/dp/1733548300, lo explicaba así:

 “…Otra cuestión que se encuentra enredada, al parecer para siempre, por usos y terminologías totalmente positivistas. Para decir la verdad, hay que relatar “los hechos” y “ser objetivo”. Pero, como ya hemos visto, al emitir un mensaje, el emisor usa un juego de lenguaje, que a su vez depende de su horizonte, que le permite seleccionar la relevancia de lo que está diciendo y diseñar el mensaje. “Tensión entre Francisco y el Cardenal Burke”. ¿Quién niega que ello es verdadero? Pero también podría haber dicho “hoy me desayuné con café”. Verdadero también. ¿Cómo sé cuál verdad interesa más? Por el contexto y por el horizonte. Tal vez mi nutricionista esté más interesado en lo segundo que en lo primero. Y eso es hermenéutica. ¿Y cómo hago para saber quién es Francisco, quién es Burke, en qué consiste una “tensión”? Por el horizonte que habito. Y eso es hermenéutica. ¿Y cómo lo digo? ¿”Tensión entre Francisco y Burke”?, o “Francisco le quiere tirar su mate por la cabeza a Burke”?  Del primer modo, claro. ¿Y cómo lo sé? Por hermenéutica, desde luego. O sea, como hemos dicho, no se puede emitir ningún mensaje sin horizonte. Es más, es la hermenéutica lo que me permite tener más verdad, porque cuanto más habite un mundo de la vida, más verdadero será lo que diga... Si no miento.

Si no miento, claro. ¿Y desde cuándo la hermenéutica no permite distinguir la mentira de la verdad? Una fake news es una mentira y listo. Pero no es que para evitar las fake news tengamos que recurrir a “los hechos sin horizontes”·, sino sencillamente a la comprensión profunda de la realidad social.  Y a veces las diferencias de enfoque son precisamente por el horizonte que habitamos y entonces es inútil pretender decir que el otro no afirma los hechos, que no es objetivo, que miente, que es fake news. En 1982, ¿qué fue verdadero? ¿Qué las islas Malvinas fueron “recuperadas” o que las Falkland Islands fueron “invadidas”?

Lo más terrible de esto son sus implicaciones políticas. Los gobiernos autoritarios habitualmente dicen que los medios privados mienten, que manipulan, que “interpretan” mientras que ellos, los gobiernos, son los que van a controlar o estatizar a los medios, porque ellos, los gobiernos, son los “objetivos”, con lo cual van a garantizar un “derecho a la información” que como vemos no puede existir, porque no hay información, sino conocimiento (distinguido ello del derecho al acceso a la información pública). Y los medios privados, a su vez, se defienden diciendo que no, que son ellos los que son “objetivos”, y que es el gobierno el que miente o manipula (o sea “interpreta”). La simple cuestión es que en una sociedad libre, con libertad de expresión de nuestros horizontes e interpretaciones, gobierno y medios privados tienen sus propias interpretaciones de la realidad social, y en una sociedad libre todas las interpretaciones (algunas de las cuales pueden ser verdaderas, otras falsas) se debaten libremente, sin que nadie pueda acusar al otro de “mentir”, salvo que sea verdaderamente una mentira, con lo cual basta una des-mentida, proporcionando la documentación correspondiente, y listo. Y si hay interpretaciones diversas de la documentación en cuestión, se discute y la audiencia decide. Y listo… Pero no. Gobiernos, medios privados, candidatos presidenciales, todos se tiran, los unos a los otros, “datos”, “cifras” que fuera de su interpretación no dicen nada. No hay ideas, no hay razonamientos, no hay nadie que sea capaz de defender filosóficamente un horizonte: hay generaciones perdidas en el adiestramiento de buscar “datos”.

No es posible lo imposible, esto es, un comunicador “objetivo”: lo que sí es posible y deseable es un comunicador “honesto”, que sea capaz de defender la verdad de su horizonte, de su agenda y de la interpretación de sus números. Y en eso, lamentablemente, están muy poco formados. “.

 

Como vemos, en una cultura positivista, que ha olvidado la hermenéutica y su relación con la verdad, se pierde la libertad de expresión. Casi nadie se ha dado cuenta, pero que la Suprema Corte de los EEUU, y de la mano de uno de sus mejores miembros, haya corroborado la censura del gobierno federal, es un golpe casi mortal a la Primera Enmienda y al free speech de los Padres Fundadores. Pero este golpe casi mortal no fue de la mano de la izquierda woke, sino de un error filosófico tan grave como habitual, y esgrimido con las mejores intenciones. 

Philosophy matters. 

domingo, 23 de junio de 2024

ANTE LA CRISIS EN LA IGLESIA, VUELVE A BENEDICTO XVI, NO A VIGANÓ




Ha sido muy comentado en estos días el proceso por cismàtico a Mons. Viganó. El comentario del P. Santiago Martín, la palabra justa, lo dice todo (https://www.youtube.com/watch?v=3RtutGjcT2k). Viganó está equivocado en negar la interpretación del Vaticano II en continuidad con la tradición (aunque con reformas en lo contingente) como lo hizo Benedicto XVI (https://www.vatican.va/content/benedict-xvi/es/speeches/2005/december/documents/hf_ben_xvi_spe_20051222_roman-curia.html). Pero, al mismo tiempo, es una reacción ante un pontificado que no hace más que ratificar todo el día la interpretación del Vaticano II en ruptura con la tradición, como si la verdadera Iglesia hubiera nacido en 1965.

Lo único que nosotros querríamos agregar es que todo esto ratifica la importancia de le interpretación privilegiada de Benedicto XVI, privilegiada porque él fue un importante protgonista de dicho acontecimiento eclesial. Lo hemos comentado en (https://gzanotti.blogspot.com/2024/01/las-aclaraciones-de-ratzinger-sobre-el.html).

Los convervadores como Viganó, que siguen los pasos de Lefevbre, no citan, no nombran, parecen ignorar (pero evidentemente no lo pueden ignorar) este importante discurso de Benedicto XVI, que ratifica ademàs la diferencia entre Modernidad e Iluminismo enseñada tanto por Francisco Leocata (https://gzanotti.blogspot.com/2023/08/una-re-organizacion-de-la-historia-de.html) como por Agusto Del Noce. La modernidad, como el reconocimiento de los derechos de la persona creada a imagen y semejanza de Dios, como una ciencia con autonomía relativa de la Revelación y como una sana laicidad y desclericalización de la autoridad polìtica, fue toda ella una consecuencia del Judeo-Cristianismo Católico, aunque luego, en el decurso de la Historia, todo se mezclara. Era inùtil, ante ello, meter la cabeza en la tierra como el avestruz. Ante la filosofía del diálogo del s. XX (Bueber, Levinás, Gadamer) era inútil seguir cerrados a los protestantes y no tratarlos, en cambio, como nuetros hermanos separados. Ante los horrores del antisemitismo que llegaron a su punto culminante con el Holocausto, era erróneo seguir acusando a todos los judíos del mundo de deicidio y no tratarlos como hermanos mayores en la Fe. Ante la situación de EEUU a partir de 1789 y de los Estados Europeos a partir del 46, era inútil seguir aferrados a la Quanta cura, que ni siguiera siguió León XIII. Había que actualizar el tema, habia que hablar de la sana laicidad del Estado y del derecho a la Libertad Religiosa en una situación donde la pluralidad religiosa en un mismo Estado ya habia sido reconocida de hecho por Pio XII antes del Vaticano II. No era tan difìcil dar el paso a una situación de derecho basada en la libertad del acto de Fe. 

¿Qué tiene que ver todo ello con el post-modernismo, el escepticismo y la falta de Fe que han invadido a muchos despuès del Vaticano II? ¿Qué tiene que ver todo eso con la Teología de la liberación y del pueblo, con la negación de la moralidad tradicional en materia sexual, con el indiferentismo teológico, con la empecinda negación de la Misa de San Pío V, con el culto a la Pacha Mama en el Vaticano, con el indigenismo, ecologismo, estatismo, elevados a nivel de dogma en las declaraciones de Francisco? Nada, sencillamente nada. Pero todo eso ha llevado a muchas personas de buena voluntad, horrorizadas por todo ello, a unirse con reacciones como las de Viganó, que no de casualidad estaba calladito durante el pontificado de Benedicto XVI.

Conclusión, una vez más: lean a Benedicto XVI. Lean a Francisco Leocata. No se dejen engañar por lecturas ideologizadas de izquierda del Vaticano II, las mismas que hacen aparecer al mismo Cristo como un zelote revoucionario.

No hace falta maldecer al Vaticano II. Hay que volver a la Iglesia del Vaticano II, la misma de siempre, en continuidad con la tradición. Los próximos pontífices no tienen más que leer todo el Magisterio de Benedictxo XVI, aprenderlo, estudiarlo y aplicarlo. ¿Es mucho pedir o NO tendrán la formación para ello?

domingo, 16 de junio de 2024

ORACIÓN DEL PEQUEÑO BURGUÉS, RE-LOADED

 


Hay algo definitorio para entender a las ideologías autoritarias y totalitarias: su concepción de la naturaleza humana.

Las utopías totalitarias (distopías en el mundo real) creen que una sociedad perfecta es posible porque creen que existe el hombre perfecto. Para despertarlo es necesaria la violencia, la revolución. Esta última saca a relucir el “nuevo modelo” de ser humano, al mismo tiempo que a lo peor del mundo, al anti-revolucionario, al cual es necesario eliminar por todos los medios, como Hitler con los no arios, como las matanzas en masa de Stalin, Mao Tse-tung o Pol Pot. Matanzas que, sin embargo, dejaban a la luz la crueldad de la revolución. Ahora los castigos son más sutiles: cancelaciones y prisiones por delitos de odio, o sea, oponerse a la ideología neo-marxista que liberará al ser humano de la opresión del hetero-patriarcado explotador. Todo en nombre de "los derechos humanos". A los antes mencionados no se les ocurrió. Qué tontos. 

Cada revolución tiene in mente la idea del hombre perfecto. La marxista, el oprimido que toma conciencia de clase y es agente y promotor de la revolución. Hitler, el ario blanco. La Revolución Francesa, el hombre ilustrado. Y así sucesivamente. Y cada una asesina sin piedad ni remordimientos al que se oponga.

Es necesario comprender esto para epígonos menores, como los que creen en un Estado fuertemente intervencionista. Ellos no ignoran que los controles de precios producen faltantes, que los salarios mínimos desocupación, etc. Los más coherentes dan una buena explicación: todo ello sucede por la naturaleza humana corrupta del hombre capitalista, el que responde a incentivos, al que le importa su ingreso monetario, el hombre triste, gris e inmoral que compra barato y vende caro, que quiere estar en paz con sus vecinos, leer un libro cuando puede e irse de vacaciones con su familia. Ese, ese es el enemigo. Esa es la corrupta naturaleza humana que hay que cambiar. Los discursos de los grandes dictadores totalitarios y los dictadorzuelos fascistas latinoamericanos, como Perón y aún hoy los kirchneristas, llaman a la rebelión a un pueblo inmaculado contra el sistema capitalista, un pueblo que no mira incentivos monetarios sino la solidaridad con sus hermanos, en la cual no habrá escasez, ni precios, ni propiedad, inventos malvados del capitalismo, que es “la” etapa perversa de la Historia.

Por eso los argumentos económicos, que suponen leyes económicas universales, no les hacen mella. No, todas esas consecuencias no intentadas de las intervenciones estatales desaparecerán cuando el pueblo inmaculado llegue al poder y se libere de la opresión del mercado. Por eso hacen bien en oponerse radicalmente a Adam Smith, porque él no describía a la naturaleza humana, sino a una perversión economicista con la cual hay que terminar algún día, y para siempre.

Y por ello Adam Smith es “el” autor clave para refutar las abstracciones totalitarias. Porque describió a un ser humano ni ángel ni demonio, capaz de tener una mínima racionalidad y empatía que sea la clave de una sociedad comercial, donde la paz con el vecino, el cumplimiento de los contratos y la empresarialidad, son virtudes y no vicios. No es eso otro “modelo” de ser humano, sino el ser humano habitual, común y corriente, como es, con su lado oscuro de la fuerza, pero capaz de mantenerse estable en el lado bueno de la fuerza por los incentivos básicos de llevar adelante un proyecto de vida mínimamente sostenible sin robar nada a los demás. Una moral de mínimos, no de máximos, totalmente compatible con la moral de máximos del santo, pero no como base jurídica del orden social. El mismo argumento se reitera en el paso de la competencia biológica a la división del trabajo y cooperación social, en Mises, y lo mismo con la evolución progresiva de un orden espontáneo de mercado, en Hayek. Por eso para Smith, Mises y Hayek el comercio es algo civilizatorio, y no, como en la mayoría de los filósofos utópicos de Occidente, el reino de la codicia y la bajeza material.

Por eso en la década de los 70 el modelo de ser humano condenado totalmente por la izquierda era “el pequeño burgués”. Era el peor insulto que podías recibir. O sea, un tipo común y corriente, trabajador, honesto, productivo, frugal, que tenía una familia, que los Domingos hamacaba a sus hijos en los columpios de la plaza, dormía con su esposa de siempre y para colmo quería descansar de vez en cuando. Lo peor de lo peor para los cantos de sirena de la revolución, no sólo aún hoy, sino más aún hoy, cuando la familia tradicional está más cuestionada que nunca, cuando trabajar, casarse, criar a los hijos y llevarlos el Domingo a algún servicio religioso es lo peor que puedes hacer para la gran revolución woke contra ese burgués explotador.

Mi padre captó todo esto y, con su ironía unamuniana habitual, escribió, el 18 de Noviembre de 1983, esta “Oración del pequeño burgués”. Se las transcribo:

“…Te ruego que me perdones, Señor: soy solamente un buen burgués. Lo admito; no me queda otro camino. Cada vez que leo las críticas que en tantos artículos, en tantos libros, en tantas poesías se han hecho o se hacen al buen burgués, me encuentro a mí mismo. Cada descripción de la pequeña burguesía es la descripción de mi vida. Hace mucho, cuando era casi un chico, encontraba esas críticas, a veces feroces, siempre mordaces, a menudo irónicas, en los libros de los grandes críticos sociales del siglo pasado y en la literatura de izquierda. Luego abundaron por doquier. Me gustaba leer; me sigue gustando. Temo que es el único punto en que no me ajusto del todo. Pero no, tampoco: también me gusta la literatura romántica, sentimental, la poesía con buen sentido, pequeño burgués, en fin.

Ahora, llegando a la alta edad, no me queda otro camino sino admitir de una vez que fui siempre un pequeño burgués. Y te pido perdón, Señor, porque soy culpable.

Me conformé con pequeñeces: tuve familia, una novia y me casé con ella. Y fuimos felices. En fin: lo que pueden ser felices dos pequeños burgueses. Nos quisimos a nuestro modo. Resolvíamos los pequeños problemas del día. Tuvimos hijos; los quisimos. Y nos ocupó todo lo que ocupa la vida del buen burgués: criarlos, y quererlos, y mimarlos de chicos, y pelearnos un poco con ellos cuando fueron creciendo, y acompañarlos después cuando tuvieron hijos que fueron nuestros nietos.

Yo admití como verdaderas muchas cosas. De moral, de seriedad, de buena palabra dada, de deber. Yo creí que la vida tiene una parte que es deber. Me lo dijeron; lo creí; lo practiqué; lo viví. Perdóname, Señor, porque no me arrepiento.

Debo reconocer mis faltas: preocupaciones de esas que dicen metafísicas o existenciales no tuve en exceso. Pero me preocupé por ellas. Sentí en mi conciencia la injusticia y cada vez que pude la combatí.

Debes perdonarme, Señor, porque reconozco que las cosas pequeñas de cada día me ocuparon más. Creí que eran buenas. Es terrible, pero lo sigo creyendo. Me gustaban las mañanas frescas y ser cortés con los vecinos y ceder el paso a los mayores y ayudar a un chico que iba a la escuela. Me emocionaba con cosas simples, aunque no entendía mucho de las grandes obras de arte. Era un buen burgués, nada más. Quise vivir dignamente, nada más. Como ambición es tan poquita, lo reconozco.

Los libros y los artículos periodísticos, en general, y los grandes artistas, y los grandes personajes, y los conferencistas –a veces escucho algunos– y los políticos, convocan a grandes cosas. Yo no las he hecho. Mi mujer, tampoco. Todo fue digno, bueno, limpio, honesto, pero tan simple, Señor. Jamás merecíamos formar parte de una novela; jamás serviríamos para un reportaje. Debes perdonarnos, Señor. Así de simples, de vulgares, somos.

El buen burgués que pasea con su mujer en un día feriado y además se atreve a sentirse bien: eso somos. Y por eso debo humillarme ante Ti.

Ser un buen burgués es tremendo. Ser un pequeño burgués es espantoso. Todos lo dicen. Deben tener razón, Señor. Pero quizá me escuches igual: por nosotros te ruego, por los buenos pequeños burgueses que no tenemos autores que nos defiendan, que no tenemos poetas que nos canten, que no tenemos artistas que nos exalten, que estamos en el tremendo punto medio entre los ricos y los miserables, entre los poderosos y los oprimidos, entre los grandes de la tierra y los desposeídos de todo. Por nosotros te ruego, porque no somos ni los grandes pecadores ni los virtuosos, porque hasta nuestros pecados –es horrible, Señor– han sido pecados pequeños, y nuestras virtudes sólo pequeño burguesas.

Por nosotros te ruego, que hemos vivido esa simplicidad de la virtud pequeña repetida día tras día durante todos los años de la vida que nos dieron; porque hemos sufrido esas pequeñas angustias y esas pequeñas alegrías sin aflojar en la tarea pequeña de mantener limpia la casa y tener a mano el pan de los nuestros cada día. Por nosotros te ruego, porque rara vez escucho rogar por los pequeños burgueses por boca de tus pastores en las iglesias, lo cual señala a las claras que somos culpables. Escucha mi oración, Señor. Y hazme un lugar, a pesar de todo. Porque, debo confesarte, para concluir, que ni siquiera mi fe es muy grande, ni es heroica, y seguramente no sabría morir por ti. Es, también, una fe pequeña, un temor pequeño, un amor pequeño burgués, apenas parecido al que tengo por los míos, y por el vecino que saludo cada mañana. Escucha mi oración, Señor, porque no he encontrado jamás una oración para los míos. Por eso se me ocurrió hablarte. Perdóname por esta audacia. No la repetiré. Porque, si me atreviera, dejaría de ser un pequeño burgués. Y, debo admitirlo, eso es lo único que no resistiría. Lo confieso, Señor. Perdón.”

domingo, 9 de junio de 2024

MEDIDAS URGENTES

 2. Eliminar todos los ministerios y secretarías excepto Relaciones exteriores y un Minsterio de Hacienda.

3. Mantener por dos años a los empleados de planta con su sueldo. Despedir a los empleados políticos. Vender todos los edificios correspondientes. Destinar el resultado de la venta a ayuda social. 

4. Eliminar todas las legislaciones existentes y mantener sólo un Código Penal que proteja a los ciudadanos de los delitos de robo, asesinato, secuestro y violación. 

5. Des-monopolizar todas las reglamentaciones estatales sobre salud, educación y seguridad social. Mantener los servicios estatales sobre esas áreas mientras se llega al punto 6. 

6. Limitar los servicios estatales de seguridad social, salud y educación a las seis regiones auto-sustentables referidas en el punto 7.

7. Dividir adminstrativamente al país en seis regiones impositivamente autosustentables y eliminar consiguientemente todo sistema de coparticipación Federal. 

8. Eliminar en todo el país todo tipo de impuesto a la renta.

9. Elminar el curso forzoso del peso argentino y mantener un Banco Central Independiente. Desregular y des-monopolizar toda la activdad bancaria. 

10. Eliminar el cepo y todo tipo de control de cambios. 

11. Suspender todos los compromisos internacionales con la Agenda 2030. 

12. Liberar totalmente el comercio exterior, eliminar todas las reglamentaciones existentes sobre importación y exportación, eliminar todos los aranceles.

13. Eliminar el sindicato único por actividad, eliminar toda relación entre Estado y sindicatos, derogar las obras sociales adheridas necesariamente a los sindicatos, elminar toda legislación existente sobre actividad sindical y respetar plenamente la libre asociación sindical. 

1. Dialogar con todos y presentar los proyectos de ley ante el Congreso.

0. Si no se puede hacer y-o no se cuenta con los equipos técnicos necesarios, no presentarse a elecciones.


domingo, 2 de junio de 2024

"...IT CANNOT BE DENIED THAT BUKELE AND SIMILAR MOVEMENTS.... ARE FULL OF THE BEST INTENTIONS...."


 


El reciente encuentro entre el presidente argentino y el salvadoreño debería ser preocupante.

Pero parece no serlo para muchos liberales.

Que lo sea para la izquierda, habituada, casi con necesidad metafísica, a denostar a los dictadores de derecha pero no a los de izquierda, NO es preocupante, es parte del mismo circo al cual nos tiene acostumbrados. 

Pero si hay algo que caracteriza al liberalismo político, al menos ese de Locke, Montesquieu, Tocqueville, El Federalista, la evoluciuón del commmon law y esos extraños nombres y acontecimientos, es el debido proceso. 

Esto es, que nadie puede ser privado de su libertad sin mediar las debidas garantías jurídicas para que ello no depende de la voluntad arbitraria de los gobernantes.

Es el eje central de la libertad política, y creo que ocupa un nivel deontológico más alto que las políticas económicas de mercado. Que un gobierno controle precios arbitrariamente es un horror, sí, pero que te pueda meter preso cuando quiera, con una mera orden ejecutiva, es totalitarismo puro y simple.

Esa es la situación en El Salvador. 

Pero los liberales miran para otro lado, porque Bukele no es comunista y porque parece ser liberal en lo económico. 

¿Basta eso para alinearse con alguien? Lo mismo hicieron la mayor parte de los liberales en el 76 con Videla (con un nivel de conocimiento mucho menor de lo que estabas sucediendo, cabe aclarar); lo mismo hicieron muchos liberales y conservadores con la Patriot Act de Bush (h) (es más, la mayoría no se acuerda de lo que estoy hablando). 

Sacrificar las garantías constitucionales en aras de la seguridad y "contra el comunismo" es una vieja tentación muy conocida. Implica la total debilidad instituciuonal y su retroalimentación. Pero si hay algo que caracterizó al liberalismo político, al menos desde el s. XVII, es el marco institucional. No se lo puede vendeer al mejor postor cuando las papas queman. 

El Miércoles pasado analicé con mis alumnos esta famosa frase de Mises en su libro "Liberalismo": "...It cannot be denied that Fascism and similar movements aiming at the establishment of dictatorships are full of the best intentions and that their intervention has, for the moment, saved European civilization. The merit that Fascism has thereby won for itself will live on eternally in history. But though its policy has brought salvation for the moment, it is not of the kind which could promise continued success. Fascism was an emergency makeshift. To view it as something more would be a fatal error.".

Tuvimos que trabajar mucho para disculpar a Mises, de 46 años, en 1927. Hubo que analizar el contexto histórico, la psicología de Mises, etc. Su frase final fue importantísima: "...But though its policy has brought salvation for the moment, it is not of the kind which could promise continued success. Fascism was an emergency makeshift. To view it as something more would be a fatal error". Pero para la primera ("...It cannot be denied that Fascism and similar movements aiming at the establishment of dictatorships are full of the best intentions and that their intervention has, for the moment, saved European civilization. The merit that Fascism has thereby won for itself will live on eternally in history."), lo mejor que se puede decir es "bueno, pobre Mises, nadie es perfecto". 

Los liberales que hoy apoyan a Milei en sus efusivos abrazos con Buekele quedarán igual. Estamos en 2024, a 97 años de esa frase de Mises. Dentro de otros 97 años, en el año 2121, leeremos esta frase, que podría ser escrita hoy por muchos: "...It cannot be denied that Bukele and similar movements aiming at the establishment of dictatorships are full of the best intentions and that their intervention has, for the moment, saved Central-American civilization. The merit that Fascism has thereby won for itself will live on eternally in history".

Y para colmo, sin el final.