martes, 14 de mayo de 2024
UN POCO DE HONESTIDAD SOBRE ISRAEL, Por Victor Davis Hanson.
domingo, 12 de mayo de 2024
EN ARGENTINA, SI ALGUIEN GANA, NADIE GANA.
En su libro El desarrollo político
(Sudamérica, Buenos Aires, 2011) Mariano Grondona advierte sobre las
democracias adolescentes, entre las cuales se encuentra obviamente nuestro
país.
Sería importante destacar también
que hubo democracias republicanas, sanamente aristocráticas, que habían alcanzado
una cultura proclive al desarrollo y una importante madurez institucional, pero
ahora las están perdiendo. Es el caso dramático de los EEUU.
Pero no es el caso de Argentina,
excepto tal vez por intentos, tales como el Pacto de San Nicolás de 1852 y la
Constitución de 1853. Las democracias maduras tienen, en nuestros términos, un
pacto constitucional originario, sobre el cual hay un consenso generalizado.
Hay diversas opiniones sobre cómo gestionar la cosa pública, pero un acuerdo
básico sobre esos principios constitucionales.
En las democracias adolescentes, en
cambio, ese acuerdo no se ha logrado aún. Lo que sucede es que una facción va
sucediendo a la otra intermitentemente. Las “facciones” NO son partidos
políticos que coinciden en el pacto constitucional, sino visiones del mundo tan
diferentes que ni siquiera pueden ponerse de acuerdo con consensos mínimos, lo
que Rawls llamaba constitutional essentials.
Tienen un progreso, sin embargo,
sobre las culturas totalmente autoritarias: al menos coinciden en un modelo
procedimental mínimo por el cual hay elecciones. En Argentina eso se logró
recién en 1983. Pero nada más. Una “facción” sucede a la otra, sino es que hay
una “facción dominante” que gana siempre, con intentos de reelección
indefinida, sucesión matrimonial, etc. (fue el intento kirchnerista si no hubiera
sido por la muerte (o el asesinato) de Nestor Kirchner.
Pero cuando una facción gana, su
mente adolescente, sin matices, con mentalidad de utopía lograda, dice “ahora
ya está, ahora nosotros”, y la otra facción, la que pierde, se queda allí
agazapada, murmurando su derrota, esperando volver y hacer lo mismo que la otra
facción. La inestabilidad política de este “desorden espontáneo” es obvia, lo
cual impide la estabilidad jurídica y política que es una importante condición
del desarrollo económico.
Entre las facciones no hay consenso
institucional. Un acuerdo mínimo constitucional es imposible entre ellas. La mentalidad
imperante es la de victoria-derrota, amigo-enemigo, venganza 1-venganza2, ellos
o nosotros.
Los liberales no podrían ser una
facción. Ellos deberían aparecer ante la opinión pública proponiendo un acuerdo
básico sobre el Estado de Derecho, antes que una plena economía de mercado. Los
liberales deberían llamar a un Pacto de la Moncloa.
Si ello es posible en la Argentina,
no sé, tal vez no, en cuyo caso estamos condenados a desaparecer como proyecto
de convivencia democrática. Pero al menos habría que intentarlo. Hay liberales
moderados, nacionalistas moderados, conservadores, peronistas más proclives al
desarrollo y la democracia. Sí, quedarían afuera los extremos, pero la
esperanza sería que la estabilidad política y económica siempre los mantenga
como elementos marginales de la organización política.
Un liberal debería ser ese factor
de consenso. La Argentina de hoy necesita llegar a su propio Pacto de la Moncloa
para lograr el desarrollo político y luego al económico. Un liberal no puede
ser el jefe de una facción. Es una contradicción con sus ideales políticos, excepto
que sea un liberal autoritario, economicista, formando parte con ello de las
contradicciones de una democracia siempre adolescente.
domingo, 5 de mayo de 2024
CARTA ABIERTA A LOS ANARCO-CAPITALISTAS CONTRARIOS AL ESTADO DE ISRAEL
No es novedad, lamentablemente, que los autoritarismos diversos, de izquierda y de derecha, tomen partido a favor de Hamas y nieguen a Israel su derecho a la existencia y a su autodefensa. No es novedad que tomen universidades enteras y agredan nuevamente a todo judío, como los nazis en la Alemania del 33. No es novedad que utilicen con liviandad conceptos como genocidio y terrorismo (1), como si ellos tuvieran alguna autoridad moral para criticar ambas cosas, que promueven cual blancas palomitas pacifistas cada vez que les convienen, con una hipocresía y doble standard que raya en lo diabólico.
Pero se han alineado con ellos los
rothbard-anarco-capitalistas, varios de ellos desde el Mises Institute, el LewRockwell
Institute, que eran hasta el 7 de Octubre pasado los últimos bastiones de la
verdadera libertad. Agreguemos a eso la tragedia de figuras como Tucker Carlson
o Candace Owens, prestigiosas figuras defensoras de la libertad ante los
avances totalitarios del wokismo y del Partido Demócrata.
Entiendo que confundan a Netanyahu con
el Estado de Israel, pero la distinción entre Estado y Gobierno la pueden leer
en Mises.
Pero Mises era liberal clásico, y
los rothbard boy son anarco-capitalistas. Ok, Israel es un Estado y, por lo
tanto, ilegítimo. Ok gente, algo de lógica entiendo. Todos los Estados son ilegítimos,
Israel es un Estado, luego es ilegítimo. Todo S es P, algún x es S, algún x es
P. Felicitaciones en Aristóteles y en teoría de conjuntos.
Pero sin son tan coherentes, ¿por
qué no lo son más y afirman que Hume es un totalitario? (Bueno, Rothbard insultó
a Adam Smith en su Historia del Pensamiento Económico, así que….). Porque Hume
afirmó claramente (https://www.unioneditorial.net/libro/ensayos-politicos-2-a-edicion/)
que, en el origen de todo Estado, en
sentido amplio, había un latrocinio o un asesinato. Olvídense de una límpida
legitimidad de origen desde un prístino e inmaculado comienzo. La legitimidad
está dada por un momento de consenso tácito de un momento presente para
adelante donde, de algún modo, se renueva un pacto constitucional de un momento
X presente para adelante.
De lo contrario, todo Estado es
inadmisible. ¿Qué Estado no ha tenido en su origen alguna guerra, algún acto de
violencia para establecer su existencia, de algún modo u otro? ¿Quieren
ejemplos? ¿Cuál es el origen de los estados latinoamericanos, sino revoluciones
contra las autoridades entonces establecidas, revoluciones (atenti
nacionalistas católicos) condenadas por el Papa de la época? ¿Derecho a la
resistencia a la opresión? Ok, claro, ¿y quién lo juzga, sino una mirada
retrospectiva histórica?
¿Y EEUU y la Inglaterra de 1688? Lo
mismo.
¿Y la Europa posterior a 1945? La
guerra contra Hitler, justa en sí misma, claro, pero los aliados asesinaron masivamente a poblaciones civiles inocentes. ¿Y
Japón y Corea del Sur, protectorados norteamericanos, uno de los cuales surgió
de una bomba atómica injustificable por donde la miren?
¿Por qué no vamos todos para atrás,
entonces, y terminamos en un wokismo de derecha, basado en la utopía anarco-capitalista?
¿Y la Argentina del 83 de dónde creen
que salió? De un decreto de Bignone. ¡Ah!!!! ¡Horror! Volvamos a………………………….. ¿A
dónde?
Por lo tanto, amigos anarcos, ¿por
qué ahora Israel es su gran ejemplo de “Estado-que-no-debería-existir”?
¿Por qué es el único que no se libra de las imperfecciones de la Historia, esas
que la izquierda woke quiere terminar para siempre, en nombre de una supuesta
perfección, que ellos destruyen día a día con la bestialidad de su violencia?
Y para colmo, ¿de dónde sale
Israel, sino de un acto de solidaridad internacional con ese pueblo siempre
perseguido por el aberrante antisemitismo, (atávico sentimiento cuyo origen
está en una inconsciente “vuelta a lo reprimido”, con una envidia latente al
pueblo elegido)? Ah no, por supuesto. Nadie lo va a confesar, pero el
sentimiento inconsciente es así: "Hitler no los pudo matar, que lástima, pero
menos aún los dejaremos “seguir siendo” en un Estado que les permita autodefenderse". Por eso el anti-sionismo es antisemitismo: "...que desaparezca el Estado de Israel,
esto es, que desaparezcan los judíos, que se exilien nuevamente, y que se
mueran en el intento si fuera posible". Pero para colmo, el Estado de Israel
que, hay que repetirlo, no es igual a un gobierno determinado, es el único
Estado democrático-liberal de la región, con todos los defectos de todas las
democracias liberales actuales, pero que no se van a solucionar, precisamente,
con una invasión iraní. Las cosas que hay que aclarar, excepto seas, como
algunos amigos, un total ingenuo en política internacional.
Que Dios perdone a los anarco-capitalistas,
aliados en su ingenuidad con lo más infernal del mundo.
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(1) Para evitar malentendidos, aclaro que no justificaré jamás ninguna acción de Netanyahu contra poblaciones civiles inocentes; sólo DUDO de las "fuentes de información" manchadas de un antisemitismo evidente.