lunes, 27 de febrero de 2012
domingo, 26 de febrero de 2012
SANTO PADRE: ¡SALGA DE AHÍ!!!!
Santo Padre: huya. Váyase.
¿Para qué quedare en ese lugar?
Lo están volviendo loco. Intrigas palaciegas: usted no es para eso.
Usted tiene in mente un programa de “gobierno”, sí, pero no el gobierno de un estado, sino una enseñanza a la Iglesia. Usted “confirma a los hermanos en la Fe”. Su programa es la vuelta a la unión entre razón y fe.
Lo comenzó a hacer en el discurso de Ratisbona, lo siguió haciendo en el discurso a La Sapienza, y lo hizo de vuelta en sus discursos en el Parlamento Británico. Lo hizo en todas sus encíclicas.
Pero nadie lo escucha. No lo escuchan los teólogos de la liberación, desde luego, (que JAMÁS le perdonarán ser el autor de la Libertatis nuntius) pero tampoco lo escuchan la gente de Mons. Fellay que usted con toda paciencia está tratando de reintegrar (quienes JAMÁS le entenderán su hermenéutica de la reforma y continuidad del Vaticano II). Tampoco lo escuchan los temporalistas que creen que la Iglesia es una ONG de bien público ni tampoco lo que creen que un papa es un experto en relaciones públicas. Tampoco querrán escucharlo nunca los cientos (¿miles?) de obispos que han dejado de ser católicos por dentro pero quieren seguir siendo obispos por fuera y le demandan que usted les apruebe su credo sui generis…
Pero tampoco lo van a escuchar los que preguntan quiénes irán a la derecha y quiénes a la izquierda. Los que están en la lógica del poder no pueden escucharlo, ni entenderlo, porque han perdido la fe.
Santo Padre, váyase de ahí. Usted no debe ser un jefe de estado. Humano, demasiado humano para usted. Haga un gesto histórico, que marque un antes y un después. Váyase. Instálese, por ejemplo, en el Convento de los Dominicos en Roma. Mire, no es tan lejos. Seguramente muchos seminaristas jóvenes lo ayudarán con la mudanza, hasta le pueden llevar su piano. Y como símbolo, es bueno. Usted es eso: contemplar y predicar lo contemplado; usted es hombre de pensamiento, de oración, de escritura y predicación. Instálese allí, en la paz del Convento, escriba allí, hable desde allí. Irradie desde allí. No necesita viajar tanto ni debatir las “estrategias” de sus alocuciones y viajes con los grandes genios del Vaticano. Sea quien es. Deje el Vaticano en manos de su Secretario de Estado, que él se encargue de todas esas cosas humanas demasiado humanas, y que lo dejan a usted, en paz, ser el Sumo Pontífice: no el jefe de un estado más, sino el Vicario de Cristo en la Tierra. Finalmente, ¿qué es el Vaticano, sino un desprendimiento de los estados pontificios? ¿Nos hemos olvidado, los católicos, que hasta hace muy poco los pontífices, hoy mensajeros de la paz, eran los jefes de sus ejércitos, que libraron su última batalla contra el estado Italiano? ¿Nos hemos olvidado que cuando perdieron la guerra, su pontífice se auto-“acuarteló” en esas pocas manzanas, declarándose prisionero e impidiendo a todos los laicos católicos italianos participar en la vida pública? ¿Nos hemos olvidado que esa situación se terminó recién con un pacto firmado por Pío XI con Mussolini? ¿Qué importancia tiene hoy todo eso, excepto recordar y rectificar? ¿Qué importan sus comisiones, sus funcionarios, su burocracia? ¿Dónde está la fe, la espontaneidad, la predicación sin que parezca un discurso presidencial al estado de la Unión? Racionalidad instrumental, Joseph: yo sé que tú sabes lo que eso significa. En esa racionalidad, la Iglesia se ahoga. En la de Santo Tomás, la Iglesia revive. Vete con los dominicos, contempla, predica y ejerce tu misión. Date una vuelta de vez en cuando, para que no se olviden quién manda, pero ten cuidado que te puede morder una serpiente. Vuelve a tus libros, a tus diálogos con Habermas, con Paolo d´Arcais, instala allí tu patio de los gentiles, porque eso es predicar.
Y que los demás se queden murmurando sus odios y tejiendo sus envidias. Raza de víboras. Contra ellos se enfrentó hace mucho tiempo, en un Reino de otro mundo, un tal Jesús de Nazaret.
¿Para qué quedare en ese lugar?
Lo están volviendo loco. Intrigas palaciegas: usted no es para eso.
Usted tiene in mente un programa de “gobierno”, sí, pero no el gobierno de un estado, sino una enseñanza a la Iglesia. Usted “confirma a los hermanos en la Fe”. Su programa es la vuelta a la unión entre razón y fe.
Lo comenzó a hacer en el discurso de Ratisbona, lo siguió haciendo en el discurso a La Sapienza, y lo hizo de vuelta en sus discursos en el Parlamento Británico. Lo hizo en todas sus encíclicas.
Pero nadie lo escucha. No lo escuchan los teólogos de la liberación, desde luego, (que JAMÁS le perdonarán ser el autor de la Libertatis nuntius) pero tampoco lo escuchan la gente de Mons. Fellay que usted con toda paciencia está tratando de reintegrar (quienes JAMÁS le entenderán su hermenéutica de la reforma y continuidad del Vaticano II). Tampoco lo escuchan los temporalistas que creen que la Iglesia es una ONG de bien público ni tampoco lo que creen que un papa es un experto en relaciones públicas. Tampoco querrán escucharlo nunca los cientos (¿miles?) de obispos que han dejado de ser católicos por dentro pero quieren seguir siendo obispos por fuera y le demandan que usted les apruebe su credo sui generis…
Pero tampoco lo van a escuchar los que preguntan quiénes irán a la derecha y quiénes a la izquierda. Los que están en la lógica del poder no pueden escucharlo, ni entenderlo, porque han perdido la fe.
Santo Padre, váyase de ahí. Usted no debe ser un jefe de estado. Humano, demasiado humano para usted. Haga un gesto histórico, que marque un antes y un después. Váyase. Instálese, por ejemplo, en el Convento de los Dominicos en Roma. Mire, no es tan lejos. Seguramente muchos seminaristas jóvenes lo ayudarán con la mudanza, hasta le pueden llevar su piano. Y como símbolo, es bueno. Usted es eso: contemplar y predicar lo contemplado; usted es hombre de pensamiento, de oración, de escritura y predicación. Instálese allí, en la paz del Convento, escriba allí, hable desde allí. Irradie desde allí. No necesita viajar tanto ni debatir las “estrategias” de sus alocuciones y viajes con los grandes genios del Vaticano. Sea quien es. Deje el Vaticano en manos de su Secretario de Estado, que él se encargue de todas esas cosas humanas demasiado humanas, y que lo dejan a usted, en paz, ser el Sumo Pontífice: no el jefe de un estado más, sino el Vicario de Cristo en la Tierra. Finalmente, ¿qué es el Vaticano, sino un desprendimiento de los estados pontificios? ¿Nos hemos olvidado, los católicos, que hasta hace muy poco los pontífices, hoy mensajeros de la paz, eran los jefes de sus ejércitos, que libraron su última batalla contra el estado Italiano? ¿Nos hemos olvidado que cuando perdieron la guerra, su pontífice se auto-“acuarteló” en esas pocas manzanas, declarándose prisionero e impidiendo a todos los laicos católicos italianos participar en la vida pública? ¿Nos hemos olvidado que esa situación se terminó recién con un pacto firmado por Pío XI con Mussolini? ¿Qué importancia tiene hoy todo eso, excepto recordar y rectificar? ¿Qué importan sus comisiones, sus funcionarios, su burocracia? ¿Dónde está la fe, la espontaneidad, la predicación sin que parezca un discurso presidencial al estado de la Unión? Racionalidad instrumental, Joseph: yo sé que tú sabes lo que eso significa. En esa racionalidad, la Iglesia se ahoga. En la de Santo Tomás, la Iglesia revive. Vete con los dominicos, contempla, predica y ejerce tu misión. Date una vuelta de vez en cuando, para que no se olviden quién manda, pero ten cuidado que te puede morder una serpiente. Vuelve a tus libros, a tus diálogos con Habermas, con Paolo d´Arcais, instala allí tu patio de los gentiles, porque eso es predicar.
Y que los demás se queden murmurando sus odios y tejiendo sus envidias. Raza de víboras. Contra ellos se enfrentó hace mucho tiempo, en un Reino de otro mundo, un tal Jesús de Nazaret.
sábado, 25 de febrero de 2012
PARA PRESENTAR A LOS QUE SE ATREVEN A SER INSPECTORES DE LA AFIP
Cartelito en un negocio de Mendoza MUY BUENO
"SEÑORES INSPECTORES DE AFIP Y SRES. GENDARMES:
EN ÉSTE NEGOCIO NO SE ENCUENTRAN INDICIOS DE LOS SIGUIENTES ELEMENTOS QUE SEGURAMENTE ESTAN INVESTIGANDO:
A) INFORMACION SOBRE LOS DINEROS DE SCHOLENDER, NI DE LA FUNDACIÓN MADRES ;
B) INFORMACION SOBRE EL ANILLO DEL JUEZ OYARBIDE;
C) INFORMACION SOBRE EL DEPARTAMENTO DE PUERTO MADERO;
D) INFORMACION SOBRE LAS VALIJAS DE ANTONINI WILSON;
E) INFORMACION SOBRE LOS BRIGADIERES MIRET Y JULIA;
F) DATOS SOBRE “CONARPESA”;
G) DESCONOCEMOS TODO LO REFERIDO AL CASO SKANSKA
H) AQUÍ NO SE VENDEN CASAS DEL PLAN “SUEÑOS COMPARTIDOS”;
NI HEMOS ADQUIRIDO TERRENOS BARATOS EN SANTA CRUZ;
I) NO SABEMOS NADA SOBRE LA “RUTA DE LA EFEDRINA ”;
J) DESCONOCEMOS EL PARADERO DE LOS DINERILLOS DE SANTA CRUZ;
K) NO FRECUENTAMOS LOS DEPARTAMENTOS DEL JUEZ ZAFFARONI;
L) NO TENEMOS NADA QUE VER CON LA IMPRENTA CICCONE CALCOGRÁFICA;
M) JAMÁS OPERAMOS A PERSONA ALGUNA DE TIROIDES;
N) NO SE HAN REALIZADO OPERACIONES DE NINGUN TIPO CON RICARDO JAIME;,
O) CARECEMOS DE INFORMACIÓN SOBRE MEDICAMENTOS TRUCHOS DE ZANOLA, NI
P) JAMÁS VIMOS EL DIPLOMA DE LA PRESIDENTE , O SEA QUE AQUÍ NO LO PERDIÓ…
GRACIAS POR SU COMPRENSION Y SUERTE EN SU BUSQUEDA.
"SEÑORES INSPECTORES DE AFIP Y SRES. GENDARMES:
EN ÉSTE NEGOCIO NO SE ENCUENTRAN INDICIOS DE LOS SIGUIENTES ELEMENTOS QUE SEGURAMENTE ESTAN INVESTIGANDO:
A) INFORMACION SOBRE LOS DINEROS DE SCHOLENDER, NI DE LA FUNDACIÓN MADRES ;
B) INFORMACION SOBRE EL ANILLO DEL JUEZ OYARBIDE;
C) INFORMACION SOBRE EL DEPARTAMENTO DE PUERTO MADERO;
D) INFORMACION SOBRE LAS VALIJAS DE ANTONINI WILSON;
E) INFORMACION SOBRE LOS BRIGADIERES MIRET Y JULIA;
F) DATOS SOBRE “CONARPESA”;
G) DESCONOCEMOS TODO LO REFERIDO AL CASO SKANSKA
H) AQUÍ NO SE VENDEN CASAS DEL PLAN “SUEÑOS COMPARTIDOS”;
NI HEMOS ADQUIRIDO TERRENOS BARATOS EN SANTA CRUZ;
I) NO SABEMOS NADA SOBRE LA “RUTA DE LA EFEDRINA ”;
J) DESCONOCEMOS EL PARADERO DE LOS DINERILLOS DE SANTA CRUZ;
K) NO FRECUENTAMOS LOS DEPARTAMENTOS DEL JUEZ ZAFFARONI;
L) NO TENEMOS NADA QUE VER CON LA IMPRENTA CICCONE CALCOGRÁFICA;
M) JAMÁS OPERAMOS A PERSONA ALGUNA DE TIROIDES;
N) NO SE HAN REALIZADO OPERACIONES DE NINGUN TIPO CON RICARDO JAIME;,
O) CARECEMOS DE INFORMACIÓN SOBRE MEDICAMENTOS TRUCHOS DE ZANOLA, NI
P) JAMÁS VIMOS EL DIPLOMA DE LA PRESIDENTE , O SEA QUE AQUÍ NO LO PERDIÓ…
GRACIAS POR SU COMPRENSION Y SUERTE EN SU BUSQUEDA.
domingo, 19 de febrero de 2012
UN VIEJO DEBATE DE 1987 SOBRE DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA (Catolicismo y liberalismo again)
Ver: http://www.cepchile.cl/dms/lang_1/doc_3944.html
lunes, 13 de febrero de 2012
CORRUPCIÓN: LOS KIRCHNERISTAS SON LOS BUENOS Y LOS MENEMISTAS SON LOS MALOS (y después de quejan de las películas del Oeste………………)
Nunca he basado mis permanentes ataques a la gestión kirchnerista por sus temas de corrupción. He dicho que aunque sean todos inmaculados, es su concepción mussoliniana de la política y su visión marxista de la economía –combinación que alimenta aún a católicos de comunión diaria que son acérrimos defensores del peronismo de la primera época, cuyo mejor representante es Moreno- lo que la convierte en una de las gestiones y en uno de los gobiernos más dañinos y peligrosos que hemos tenido, tanto para la economía como para las instituciones republicanas a las que están asesinando coherentemente.
Pero, después de leer un caso más de sus incontables casos (http://www.lanacion.com.ar/1448443-pichetto-sobre-el-aumento-a-los-legisladores-es-totalmente-razonable) me puse a pensar en el gobierno de Menem. Abundaban por entonces las críticas a la pizza con Champagne, y a Menem y a sus colaboradores se los veía como la personalización de la corrupción. A tal punto que, junto con sus errores en economía, fue una de las causas de su caída. La famosa alianza de entonces, entre el Frepaso y la UCR, levantó la bandera de la honestidad republicana como uno de sus ejes de campaña, acompañada por toda una opinión pública, ya de izquierda, centro o derecha que no perdonaba –y estaba bien- los contínuos casos de corrupción, como tampoco le perdonó a De La Rúa las acusaciones de coimas en el Congreso por la nueva ley laboral, que al lado de todo lo que ocurre hoy, parece un juego de niños.
Pero a esa misma opinión pública le pregunto hoy: ¿por qué el perdón al kirchnerismo? Los argentinos que votaron a Cristina Kirchner, ¿son implacables con la corrupción pintoresca de un peronismo de derecha pero perdonan todo y son totalmente indiferentes frente a un kirchnerismo de izquierda, chavista, castrista y montonero? ¿Qué es lo que les resulta TAN bueno de este gobierno? Si es la imagen fuerte del poder, ya sea él o ella, eso diagnostica un grave problema hobbesiano en nuestra población, pero cabe agregar que el mismo poder hobbesiano tenía Menem sobre todo en su primer período. Si es que “ayuda a los pobres”, falso por supuesto, pero supongamos que muchos lo piensen realmente: ¿eso perdona todo? Distingamos entre el iletrado/a que depende de las dádivas de la Señora y el intelectual de izquierda que lo ve como una justa redistribución de ingresos contra el inmundo capitalismo. ¿Eso justifica al abuso del poder? ¿Cómo piensan? ¿El fin justifica los medios? La verdad creo que sí, que piensan eso. Me hacen acordar a una digna militante marxista que, en el programa Hora Clave, cuando Grondona le preguntó si estaba de acuerdo con que Castro hubiera asesinado a tres pobres disidentes que habían intentado huir en una lancha que no pudo andar más de 3 segundos, contestó: “yo no estoy de acuerdo, pero lo veo a Castro dentro de una integralidad”. Perfecto. Lo mismo hicieron los defensores intelectuales de Montoneros y ERP con sus asesinatos y lo mismo hizo gente de derecha –nacionalista o conservadora- con los asesinatos del gobierno militar. Hobbesianos somos todos.
La opinión pública argentina, si es que eso se puede definir, no sacará el premio al honor ni a la inteligencia. Si no es el indolente al que nada le importa, es el ligeramente intelectualizado que si es de derecha justifica las tropelías de derecha y si es de izquierda, lo mismo. Y el resto son pobres personas que dependen del clientelismo político. La verdad, un desastre. O un desartre. Como quieran.
Pero, después de leer un caso más de sus incontables casos (http://www.lanacion.com.ar/1448443-pichetto-sobre-el-aumento-a-los-legisladores-es-totalmente-razonable) me puse a pensar en el gobierno de Menem. Abundaban por entonces las críticas a la pizza con Champagne, y a Menem y a sus colaboradores se los veía como la personalización de la corrupción. A tal punto que, junto con sus errores en economía, fue una de las causas de su caída. La famosa alianza de entonces, entre el Frepaso y la UCR, levantó la bandera de la honestidad republicana como uno de sus ejes de campaña, acompañada por toda una opinión pública, ya de izquierda, centro o derecha que no perdonaba –y estaba bien- los contínuos casos de corrupción, como tampoco le perdonó a De La Rúa las acusaciones de coimas en el Congreso por la nueva ley laboral, que al lado de todo lo que ocurre hoy, parece un juego de niños.
Pero a esa misma opinión pública le pregunto hoy: ¿por qué el perdón al kirchnerismo? Los argentinos que votaron a Cristina Kirchner, ¿son implacables con la corrupción pintoresca de un peronismo de derecha pero perdonan todo y son totalmente indiferentes frente a un kirchnerismo de izquierda, chavista, castrista y montonero? ¿Qué es lo que les resulta TAN bueno de este gobierno? Si es la imagen fuerte del poder, ya sea él o ella, eso diagnostica un grave problema hobbesiano en nuestra población, pero cabe agregar que el mismo poder hobbesiano tenía Menem sobre todo en su primer período. Si es que “ayuda a los pobres”, falso por supuesto, pero supongamos que muchos lo piensen realmente: ¿eso perdona todo? Distingamos entre el iletrado/a que depende de las dádivas de la Señora y el intelectual de izquierda que lo ve como una justa redistribución de ingresos contra el inmundo capitalismo. ¿Eso justifica al abuso del poder? ¿Cómo piensan? ¿El fin justifica los medios? La verdad creo que sí, que piensan eso. Me hacen acordar a una digna militante marxista que, en el programa Hora Clave, cuando Grondona le preguntó si estaba de acuerdo con que Castro hubiera asesinado a tres pobres disidentes que habían intentado huir en una lancha que no pudo andar más de 3 segundos, contestó: “yo no estoy de acuerdo, pero lo veo a Castro dentro de una integralidad”. Perfecto. Lo mismo hicieron los defensores intelectuales de Montoneros y ERP con sus asesinatos y lo mismo hizo gente de derecha –nacionalista o conservadora- con los asesinatos del gobierno militar. Hobbesianos somos todos.
La opinión pública argentina, si es que eso se puede definir, no sacará el premio al honor ni a la inteligencia. Si no es el indolente al que nada le importa, es el ligeramente intelectualizado que si es de derecha justifica las tropelías de derecha y si es de izquierda, lo mismo. Y el resto son pobres personas que dependen del clientelismo político. La verdad, un desastre. O un desartre. Como quieran.
domingo, 12 de febrero de 2012
LAS CINCO VÍAS PARA PROBAR QUE LAS MALVINAS SON ARGENTINAS (continuación)
Uno. Todo lo que se mueve, se mueve por la Argentina. Ahora bien, las Malvinas se mueven. Luego, son argentinas.
Dos. No es posible que algo sea causa eficiente de sí mismo, pues toda causa se remite a la causa eficiente principal como a su primera causa. Ahora bien, es obvio que las Malvinas son un instrumento de nuestra soberanía. Luego, remiten a la primera causa, que es la Argentina. Luego, las Malvinas son argentinas.
Tres. Las naciones nacen y mueren. Luego, son contingentes. Pero lo contingente se remite al primer país necesario como su causa primera. Ahora bien, las Malvinas alguna vez no fueron argentinas. Luego, se remiten a la causa primera, que es necesaria, que es la Argentina, que siempre es, que no nació ni morirá jamás.
Cuatro. Es obvio que hay grados de perfección entre las naciones. Por ejemplo, Inglaterra, que es muy imperfecta, hasta Francia, que es menos imperfecta. Pero todo lo que es imperfecto remite a lo perfecto como su causa primera, al máximo país, que es lo totalmente perfecto. Ahora bien, si las Malvinas fueran inglesas, serían muy imperfectas, pero como todo lo imperfecto remite a lo perfecto como a su causa primera, entonces las Malvinas están causadas por el primer país perfecto, el mismo País Subsistente, que es la Argentina. Luego, las Malvinas son argentinas.
Quinto. Vemos que los países que carecen de conocimiento son dirigidos hacia su propio fin. Pero ello no puede ser casual, sino que responde a cierta causa final, que es lo primero en la intención, de igual modo que la flecha es dirigida hacia su objetivo por la sabiduría del arquero. Por lo tanto, todos los países que carecen de conocimiento, como Inglaterra, o que tienen conocimiento imperfecto, como Francia, donde escribe Sartre (y a pesar de ello es imperfecta), son dirigidas hacia su fin, son ordenadas hacia su fin por un ser máximamente inteligente, por el país máximamente inteligente cuyo conocimiento es perfecto, esto es, la Argentina. Luego, las Malvinas son argentinas.
Pero todos sabemos que estas pruebas han sido refutadas por Kant, dado que la argentinidad no puede ser un predicado analítico del sujeto “islas Malvinas”. Para Kant, toda proposición de argentinidad debe constatarse empíricamente, no se puede derivar a priori de ningún sujeto.
Pero no, Kant olvida que las 5 vías no son un argumento a priori, sino a posteriori de los efectos. Esto es, la argentinidad es la causa por la cual las islas son Malvinas. Luego, dadas las islas Malvinas, la causa necesaria es que sean argentinas.
Pero, diría un kantiano, ese argumento esconde sin advertirlo el argumento ontológico, a saber: la argentinidad es aquello mayor de lo cual nada puede ser pensado. Luego la argentinidad existe y es causa, obviamente, de aquellas cosas que pueden ser pensadas no siendo perfectas (como las islas británicas, por ejemplo). Por lo tanto la argentinidad es causa de todo lo que existe. Lo cual, vuelve a decir Kant, presupone el argumento ontológico, que es falso. Porque las 5 vías presuponen que no se puede llegar al infinito en la serie de causas. O sea: que un país contingente se basa en el primer país necesario (o sea, Argentina) como causa primera. Pero, ¿por qué la serie no puede remontarse al infinito? Las vías afirman que “tiene que haber un país primero para que los otros causen”, pero, ¿no es ello lo que se quiere demostrar?
No, Kant se equivoca de nuevo, porque las vías presuponen la causalidad metafísica, a saber, que todo aquello donde es diferente la esencia y la Argentina, está causado por otro, y ese otro es la Argentina en sí misma.
Pero allí entra Heidegger. Esa diferencia entre esencia y argentinidad es una concepción ontoteológica: en vez de buscar la argentina del ente, se quedan con el ente y así derivan en una concepción esencialista que ha implicado el olvido de la Argentina en toda la historia de la filosofía occidental.
Pero el argumento de Heidegger está errado, ya que no se ha dado cuenta de que precisamente en las 5 vías la argentina del ente no es olvidada, ya que al llegar a la Argentina en sí misma como primer país necesario, causa de todos los demás, se llega al ser, a la argentinidad olvidada por la onto-teo-logía occidental.
Al final, el más sutil fue Gaunilo, quien dijo que si el argumento ontológico fuera correcto, entonces se podría pensar en una isla perfecta y esa isla perfecta existiría, o sea, sería argentina, dado que lo que no es argentino no existe. Precisamente, de eso se trata: con sólo pensar las islas Malvinas, son argentinas.
Con lo cual queda demostrado que las Malvinas son argentinas y refutados todos los argumentos que han intentado refutar dicha necesaria y sólida conclusión.
Dos. No es posible que algo sea causa eficiente de sí mismo, pues toda causa se remite a la causa eficiente principal como a su primera causa. Ahora bien, es obvio que las Malvinas son un instrumento de nuestra soberanía. Luego, remiten a la primera causa, que es la Argentina. Luego, las Malvinas son argentinas.
Tres. Las naciones nacen y mueren. Luego, son contingentes. Pero lo contingente se remite al primer país necesario como su causa primera. Ahora bien, las Malvinas alguna vez no fueron argentinas. Luego, se remiten a la causa primera, que es necesaria, que es la Argentina, que siempre es, que no nació ni morirá jamás.
Cuatro. Es obvio que hay grados de perfección entre las naciones. Por ejemplo, Inglaterra, que es muy imperfecta, hasta Francia, que es menos imperfecta. Pero todo lo que es imperfecto remite a lo perfecto como su causa primera, al máximo país, que es lo totalmente perfecto. Ahora bien, si las Malvinas fueran inglesas, serían muy imperfectas, pero como todo lo imperfecto remite a lo perfecto como a su causa primera, entonces las Malvinas están causadas por el primer país perfecto, el mismo País Subsistente, que es la Argentina. Luego, las Malvinas son argentinas.
Quinto. Vemos que los países que carecen de conocimiento son dirigidos hacia su propio fin. Pero ello no puede ser casual, sino que responde a cierta causa final, que es lo primero en la intención, de igual modo que la flecha es dirigida hacia su objetivo por la sabiduría del arquero. Por lo tanto, todos los países que carecen de conocimiento, como Inglaterra, o que tienen conocimiento imperfecto, como Francia, donde escribe Sartre (y a pesar de ello es imperfecta), son dirigidas hacia su fin, son ordenadas hacia su fin por un ser máximamente inteligente, por el país máximamente inteligente cuyo conocimiento es perfecto, esto es, la Argentina. Luego, las Malvinas son argentinas.
Pero todos sabemos que estas pruebas han sido refutadas por Kant, dado que la argentinidad no puede ser un predicado analítico del sujeto “islas Malvinas”. Para Kant, toda proposición de argentinidad debe constatarse empíricamente, no se puede derivar a priori de ningún sujeto.
Pero no, Kant olvida que las 5 vías no son un argumento a priori, sino a posteriori de los efectos. Esto es, la argentinidad es la causa por la cual las islas son Malvinas. Luego, dadas las islas Malvinas, la causa necesaria es que sean argentinas.
Pero, diría un kantiano, ese argumento esconde sin advertirlo el argumento ontológico, a saber: la argentinidad es aquello mayor de lo cual nada puede ser pensado. Luego la argentinidad existe y es causa, obviamente, de aquellas cosas que pueden ser pensadas no siendo perfectas (como las islas británicas, por ejemplo). Por lo tanto la argentinidad es causa de todo lo que existe. Lo cual, vuelve a decir Kant, presupone el argumento ontológico, que es falso. Porque las 5 vías presuponen que no se puede llegar al infinito en la serie de causas. O sea: que un país contingente se basa en el primer país necesario (o sea, Argentina) como causa primera. Pero, ¿por qué la serie no puede remontarse al infinito? Las vías afirman que “tiene que haber un país primero para que los otros causen”, pero, ¿no es ello lo que se quiere demostrar?
No, Kant se equivoca de nuevo, porque las vías presuponen la causalidad metafísica, a saber, que todo aquello donde es diferente la esencia y la Argentina, está causado por otro, y ese otro es la Argentina en sí misma.
Pero allí entra Heidegger. Esa diferencia entre esencia y argentinidad es una concepción ontoteológica: en vez de buscar la argentina del ente, se quedan con el ente y así derivan en una concepción esencialista que ha implicado el olvido de la Argentina en toda la historia de la filosofía occidental.
Pero el argumento de Heidegger está errado, ya que no se ha dado cuenta de que precisamente en las 5 vías la argentina del ente no es olvidada, ya que al llegar a la Argentina en sí misma como primer país necesario, causa de todos los demás, se llega al ser, a la argentinidad olvidada por la onto-teo-logía occidental.
Al final, el más sutil fue Gaunilo, quien dijo que si el argumento ontológico fuera correcto, entonces se podría pensar en una isla perfecta y esa isla perfecta existiría, o sea, sería argentina, dado que lo que no es argentino no existe. Precisamente, de eso se trata: con sólo pensar las islas Malvinas, son argentinas.
Con lo cual queda demostrado que las Malvinas son argentinas y refutados todos los argumentos que han intentado refutar dicha necesaria y sólida conclusión.
domingo, 5 de febrero de 2012
LIBERTAD DE CONCIENCIA
http://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=11076
Lo increíble es: ¿por qué Fellay dice que no pueden aceptar? Porque siguen su conciencia. Pues bien, esa es la libertad de conciencia defendida por el Vaticano II.
Lo increíble es: ¿por qué Fellay dice que no pueden aceptar? Porque siguen su conciencia. Pues bien, esa es la libertad de conciencia defendida por el Vaticano II.
miércoles, 1 de febrero de 2012
COMIENZA EL CICLO 2012 DEL CURSO DE FILOSOFÍA
http://www.gzanotti.blogspot.com/2011/12/curso-de-filosofia-para-profesionales-y.html
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