Qué atrás han quedado las palabras que pronunciara Martin Luther King.
El tenía un sueño, sí, un sueño donde sus hijos “…vivirán un día en un país en el cual no serán juzgados por el color de
su piel, sino por los rasgos de su personalidad”. Impresionante el respeto
al individuo que hay en estas palabras, impresionante forma de denunciar
colectivos imaginarios donde las personas fueran reducidos a clases
enfrentadas. Claro que no era cuestión de “los negros” o “los blancos”. Pero
ahora el racismo ha vuelto. Un blanco no es juzgado “…sino por los rasgos de su
personalidad” sino porque es blanco, porque pertenece inexorablemente al
patriarcado explotador. Nada de lo que haga o diga lo salva de ser miembro de
esta nueva forma de ser la clase explotadora.
Si es blanco, y blanco varón, entonces usará un lenguaje “no inclusivo”,
esto es, un lenguaje explotador, donde “se excluya” al otro sexo. No sólo es
inútil que se explique que el Español tiene al “o” como género neutro, sino que
además se pretende que los que hablen así vayan presos por no hacerlo.
Si es blanco, y además heterosexual, inexorablemente odiará y
discriminará a los gays, lesbianas y transexuales. No sólo es inútil explicar
que la opción moral por la heterosexualidad no implica odiar a nadie, sino que ya no se aceptan las libertades
individuales de asociación, propiedad y libertad religiosa. Así como un rabino tiene derecho a no
contratar a un católico para explicar el Antiguo Testamento según la tradición
judía no católica, un católico tiene derecho a no contratar a alguien del LGBT
para explicar el Catecismo de la Iglesia Católica. Pero no, es “delito
de discriminación”. A la cárcel.
Y además no tienes derecho a decirlo, porque es “delito de odio”. A la cárcel.
Y ahora, además, no sólo es inútil explicar la inmoralidad del aborto,
sino que si eres un profesional que se niega a hacerlo, a la cárcel.
El proyecto totalitario de feministas, gays, trans, lesbianas y
abortistas queda claramente expuesto.
Ellos sencillamente quieren poner presos a
quienes no piensen como ellos y no hablen como ellos.
Un nuevo sueño de Martin Luther King implicaría
una sociedad libre donde cada uno pudiera vivir según su conciencia, sin mandar
a la cárcel al otro. Un nuevo
sueño sería un lugar donde cada uno pudiera hablar como se le plazca, sin
mandar a la cárcel al otro. O sea, un lugar donde heteros y homos convivieran en paz, donde varones y mujeres
convivieran en paz, donde quien quiera hablar con “e” o con “x” pudiera hacerlo
y quien NO quiera hablar así, no.
Pero no. Estos nuevos movimientos sociales no aceptan eso porque
coherentemente piensan como Marx. Ellos son los colectivos explotados y los
demás, los explotadores. NO admiten el
pacto político de la Constitución Norteamericana a la cual aludió King. (Martin
Luther King era un liberal clásico, un norteamericano: qué mala noticia para
ellos….).Por eso no admiten las libertades individuales. Por eso quieren que
ellos, los explotados, suban al poder y manden presos a los explotadores. Pero,
como Hitler, lo hacen con elecciones democráticas. Los instrumentos de Estado
de Derecho son usados por ellos (ellas y elles) pata terminar con el Estado de
Derecho. Libertad religiosa, de asociación, de propiedad: son sólo inventos del
hetero-patriarcado explotador.
Por eso algunos amigos católicos han llegado
tarde a darse cuenta de la cuestión. Había que reclamar las libertades individuales
clásicas del Estado Liberal Clásico. Pero como muchos se llevaron muy mal con
él, ahora tratan de colocarse un traje que nunca quisieron. No es el caso del
liberalismo católico, claro: las advertencias de Montalembert, Acton, Rosmini,
Lacordaire, fueron debidamente presentadas. ¡Oh!, pero quiénes son esos, a
algunos de los cuales sólo nombró Benedicto XVI más de un siglo después de que
fueron cuasi-condenados y por supuesto muertos y enterrados?
La mano viene muy mal gente. Yo no cederé. Acabo de escribir un libro
sobre los fundamentos Judeo-cristianos de Occidente. Sigo luchando. Pero la
historia humana, la historia de los reinos de este mundo, es casi hobbesiana.
Si eres liberal, que Dios te proteja. Y si demás, y para colmo, eres católico, no te preocupes, Cristo
triunfó, pero en la cruz.
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