Permanentemente se ven videos,
conferencias y artículos de reformas del sistema educativo. Algunos (como mi
padre) han dedicado su vida a ello. Sin embargo, pasan las décadas y los
gobiernos y el modelo tradicional de enseñanza, con el aula, las notas, sus
premios y castigos, etc., sigue igual, tanto aquí como en otras partes del
mundo.
¿Por qué?
Trataremos formular algunas
hipótesis, para que las propuestas de reforma sean más realistas y menos
ingenuas a la hora de formularse.
1. El
sistema del aula tradicional, de lo que Luis J. Zanotti (www.luiszanotti.com.ar)
llamó la primera etapa de la política educativa (fines del s. XIX) está basado
en el modelo positivista de información, donde el aprendizaje es el acopio y
repetición de datos objetivos. Por más loas que se declamen hacia la creatividad,
esta es colocada como un lujo posterior
al duro entrenamiento del aprendizaje básico. Se la permite en las humanidades,
se la niega para las ciencias (como si no fueran humanidades), se la relega
totalmente de los procesos básicos de acopio de información en los niveles
primarios, secundario y terciarios. Y el problema es que este modelo de
conocimiento como información está
asumido casi sin crítica como horizonte cultural, que por ende no permite
ir al núcleo filosófico de la cuestión: el
conocimiento humano es creatividad, interpretación, por más que los
paradigmas dominantes (Kuhn) impongan su repetición como rito de iniciación
para la vida académica.
2. La
mayor parte de reformadores del sistema olvidan o niegan el tema esencial de la
libertad de enseñanza. Suponen que sus reformas deben ser impuestas por la
fuerza del estado y de modo monopólico, con lo cual se incurre en la paradoja
de imponer por la fuerza un paradigma para salir de otro. Todos hablan en este
momento del modelo de Finlandia olvidando que es un sistema obligatorio y
monopólico. Cómo puede haber creatividad dentro de eso es la paradoja que no se
termina de asumir.
3. El
olvido de la libertad de enseñanza (análogo al olvido del ser heideggeriano :-)) implica que las
reformas sean tímidas propuestas dentro
del sistema estatal dominante. Se olvida que la clave de la cuestión está en la
separación jurídica entre los objetivos
pedagógicos concretos y el control estatal de los títulos. O sea, la
desmonopolización jurídica del sistema. Con ello podrán seguir existiendo
colegios tradicionales al estilo de La
Sociedad de los Poetas Muertos, pero
al mismo tiempo se producirá un big bang
de propuestas cuya validación será la demanda de los egresados de dichas
propuestas y no el otorgamiento de un “título oficial”.
4. El
punto anterior (la rígida unión entre la titulación y el reconocimiento oficial
de los títulos) produce que los
sindicatos puedan seguir aferrados a sus funciones tradicionales siendo inmunes
a toda reforma. Porque las reformas implican nuevas funciones profesionales docentes que ellos obviamente no
están dispuestos a admitir. Por lo demás, en la mayor parte del mundo los
sindicatos son mafias legalizadas, estados dentro de otro estado, delincuentes
socialmente admitidos que en nombre de los “derechos de los trabajadores”
seguirán impidiendo todo tipo de reformas (educativas o las que fuere) por los
siglos de los siglos.
5. La
mayor parte de las propuestas ignoran que el problema es el aula positivista
clásica. En ella son inútiles nuevas metodologías y nuevas tecnologías, porque es como intentar montar un Saturno V sobre
una carreta tirada por bueyes. Sencillamente hay que desechar la carreta.
Hay que acabar con el aula tradicional y si se ensayan nuevas, tener conciencia
de que ellas no sustituyen (como pensó el movimiento de la escuela nueva) al
sistema educativo informal, no sistematizado, constituido por el horizonte
(Gadamer), las creencias (Ortega) y el conocimiento disperso (Hayek).
6. Como
esto último está penetrado también por la razón instrumental, o sea por el
positivismo cultural, todas las propuestas de reforma seguirán circulando como
bonitos videos en youtube mientras
que la principal demanda social seguirá siendo el sistema escolar tradicional,
venerado y sacralizado por el conjunto de la población.
7. La
mayor parte de propuestas de reforma y de los críticos al sistema han atacado a
la razón instrumental, ok, pero han unido esa crítica con la crítica al sistema
de libre mercado al cual el sistema tradicional de enseñanza le sería funcional.
No estoy debatiendo con Hilary, pero wrong :-). El sistema educativo
tradicional no fue una super-estructura de la estructura capitalista de
producción. Fue fruto de las ideas del iluminismo del s. XVII y el capitalismo
fue fruto del acabamiento progresivo del antiguo régimen sobre todo en
Inglaterra a partir de la evolución del common
law, ya desde el medioevo. El error de unir reforma educativa con la
sociología de Marx, retroalimenta las reacciones conservadoras donde
“educación” es igual a portarse bien, estudiar la lección, izar la bandera y
ser el “buen repetidor” del sistema tradicional. El libre mercado, por lo
demás, no depende del sistema positivista de información, sino al contrario, de
la creatividad de la inteligencia humana que se traduce en creatividad
empresarial. El sistema educativo formal no es funcional al capitalismo sino al
estatismo, al intervencionismo, donde se producen en cadena “buenos empleados”
y no libres empresarios (Landolfi, http://www.cuspide.com/9789870284253/Educacion+Para+La+Fragilidad/
)
8. El
sistema educativo tradicional se ha extendido mundialmente con una serie de
tentáculos que lo han constituido, a través del pacto de Bolonia, los sistemas
de becas y los rankings universitarios, en un soviet mundial. En ese sentido el
panorama no podría ser más desalentador, y muestra que lo básico es cambiar,
aunque cueste siglos, el horizonte cultural.
9. La
libertad de enseñanza sigue siendo, sin embargo, la única esperanza de salida.
Aunque las propuestas de reforma educativa tengan que enfrentarse con el soviet
mundial, con la mentalidad positivista imperante y con los paradigmas
dominantes que privadamente puedan existir, sin embargo tendrían derecho jurídico a su
existencia y por ende dependerían sobre todo de la claridad de
objetivos de sus fundadores y no de la “generosidad” del dueño de la granja
para con sus esclavos.
10. Mientras
tanto, el mercado negro de la creatividad sigue circulando por izquierda, y
sólo eso impide mayores estragos a la inmensa cantidad de verdaderos genios
aplastados por el soviet del sistema, olvidados, dejados de lado, siendo los
verdaderos excluidos y descartados por el estatismo dominante. Los libros, el
internet, las reuniones informales, las conversaciones, las charlas, son
actualmente la verdadera educación, al lado de un lastre cultural inútil, cual
chatarra icónica que se sigue elevando a los altares del estado decimonónico.
1 comentario:
Estoy bastante de acuerdo pero creo que al menos hoy las escuelas son refugios de urbanidad y civilización para muchos jóvenes que viven perdidos en la calle, en las villas o en otros tantos sistemas infra humanos...hoy la escuela no educa pero algo transmite y algunas herramientas da y hay muchos profesores y maestros que logran hacer la diferencia en la vida de esos estudiantes...me pareció muy interesante lo del soviet...cada punto da para charlar largo y tendido, gracias Gabriel!
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