Supongo que nadie tiene dudas sobre mis críticas al anti-semitismo, que me han distanciado incluso de los sectores más moderados del nacionalismo católico. Ni qué decir de los no moderados, que consideran herética la declaración Nostra aetate del Vaticano II, donde se supera definitivamente la teoría del deicidio sostenida durante siglos por muchos católicos.
Si alguno tiene alguna duda, puede repasar https://gzanotti.blogspot.com/2013/11/concilio-vaticano-ii-y-judaismo.html
, donde afirmo esto último, o https://gzanotti.blogspot.com/2014/07/israel-no-debe-ser-borrado-del-planeta.html,
una refutación sin miramientos a quienes quieren borrar a Israel del planeta; https://gzanotti.blogspot.com/2017/01/el-judio-como-el-free-rider-de-la.html,
donde afirmo que los judíos, precisamente por su condición de perseguidos,
fueron los liberales en toda la historia de Occidente desde el s. I en
adelante; o una serie de artículos donde critico seriamente a los anaro-capitalistas
que critican a Israel por ser un estado, como https://gzanotti.blogspot.com/2017/01/la-infinita-coherencia-de-los-anti.html
, o https://gzanotti.blogspot.com/2023/10/ah-pero-israel.html,
o https://gzanotti.blogspot.com/2024/05/carta-abierta-los-anarco-capitalistas.html,
o donde propongo la utopía de los EEUU de Medio Oriente, https://gzanotti.blogspot.com/2024/04/los-estados-unidos-de-medio-oriente.html,
o donde explico según Freud los orígenes psicológicos del antisemitismo, en https://gzanotti.blogspot.com/2024/05/los-origenes-psicoanaliticos-del.html,
y, finalmente, la prueba última de lo que significa ser realmente contrario al
antisemitismo: https://gzanotti.blogspot.com/2022/11/la-maxima-prueba-del-maximo-anti.html
.
Digo
todo esto para que no se malinterprete lo que ahora voy a decir.
El
antisemitismo es, entonces, un grave error, una patología mental, pero no es un
delito. Una cosa es promover manifestaciones violentas contra los judíos
(delito) y otra cosa es manifestar la ideología antisemita. Aunque sea un grave
error, está dentro de la libertad de expresión. ¿Por qué?
Porque
si hay alguna ideología que está utilizando a los supuestos delitos de odio y
discriminación como un arma de persecución de todo el que piense diferente a la
ideología woke y al lobby LGBT, es el neomarxismo de la izquierda de los
demócratas norteamericanos y los globalitas europeos. Para ellos, lo que va en
contra de sus ideas es odiar y discriminar. Y obviamente no es así.
Por
ende, no utilicemos los instrumentos jurídicos del neomarxismo y de los woke. Primero
porque la mayor parte de los llamados delitos de odio no lo son. Pero, segundo,
porque el odio es un grave desorden del alma, pero no es un delito. Si le damos
a un organismo del Estado la facultad de determinar qué es odio y qué no lo es,
la libertad está perdida. Una sociedad libre tiene que pagar altos precios, a
veces, para mantener la libertad de expresión, que siempre es un beneficio
mayor.
Que
la locura de los antisemitas no nos ciegue. El odio es un horror pero no es un
delito. Ahora bien, si de lo que se trata es de promover y de participar en
ataques a las comunidades israelíes, bajo la total mentira de una “peaceful
demonstration”, entonces sí, que un juez intervenga. Pero si no es el caso,
sigamos haciendo lo que hemos hecho siempre: explicar la locura del
antisemitismo, refutarlos con la libre crítica, que sólo puede existir cuando
la libertad de expresión está garantizada.

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