jueves, 6 de marzo de 2025

DIFERENCIAS ENTRE TRUMP Y MILEI

 Es verdad que parece que estoy al borde de la contradicción porque parece que critico a Milei y no a Trump. Pero la contradicción es aparente, y trataré de explicarlo. Para eso dividiré mi análisis en tres puntos: sus diferencias, sus similitudes y qué significa “apoyar” o no en el caso de un académico. 

I. Diferencias

1. Globalización

Como he explicado muchas veces, la situación norteamericana no se entiende si no se entiende que el mundo bipolar cambió. Ya no es Reagan versus la Unión Soviética, un mundo donde la alineación y la geopolítica era fácil para los liberales y los libertarios en cuanto a sus opciones prudenciales. Luego de 1989, algunos ingenuos, en los que me incluyo, pensábamos que se venía un mundo universal de verdadera libertad. Pero no: la cuestión pasó a ser globalización versus globalización. O sea, un verdadero libre mercado, que quedó en la nada, versus una globalización entendida como una radicalización de las tendencias autoritarias de la ONU con sus organismos internacionales como OMS, UNESCO y etc y su inmenso poder y su planificación central. Ante esa globalización, hubo tres reacciones. La primera fue apoyarla en nombre, supuestamente, de una democracia liberal, y eso explica los casos de los líderes europeos como Trudeau, Macron, Sanchez y otros “demócratas” que nada tienen que ver con las libertades individuales y que ahora se presentan como blancas palomitas. La segunda es la reacción nacionalista, contra esas políticas PERO sin mayor conciencia de que el problema central radica en la violación de las libertades individuales por parte de la ONU. La tercera reacción fue (y sigue siendo) la reacción libertaria (Ron Paul, Lew Rockwell, etc.) donde la oposición de las agendas totalitarias de la ONU es en nombre de las libertades individuales. 

En Trump y sus adherentes se mezclan la segunda y la tercera, y por ende “estar de acuerdo o no” con la reacción conservadora de Trump depende de casa caso, teniendo en cuenta que sus acciones y sus discursos incurren habitualmente en una mezcla de la segunda y tercera posición. Por ende todo es muy confuso y lo que puede ser una comprensión a una reacción conservadora contra el atroz totalitarismo del Partido Demócrata, se interprete como un apoyo A-crítico a Trump. 

2. El nacionalismo norteamericano.

El nacionalismo norteamericano tiene que ver con lo anterior. Hay un nacionalismo norteamericano que reivindica el pacto constitucional originario de los EEUU, que fue un pacto libertario, sobre todo expresado en su Independence Declaration, escrita por Jefferson. Aunque imperfecta, como todo humano discurso, fue una declaración libertaria. Si eso fue la “nación” norteamericana, está bien. (“Bien”, no “perfecto”, porque no hay NADA perfecto en la historia humana). Pero hay otro nacionalismo norteamericano, expansionista, imperialista, el destino manifiesto, etc., muy propio de los neocons de los 80, donde el tema de las libertades individuales tiene un peso mucho menor. 

En las acciones y discursos de Trump y sus adherentes, ambos nacionalismos se mezclan, y se mezclan con un peligroso olvido de la Independence Declaration. Por ende, lo mismo: “…Por ende todo es muy confuso y lo que puede ser una comprensión a una reacción conservadora contra el atroz totalitarismo del Partido Demócrata se interpreta habitualmente como un apoyo A-crítico a Trump”.

3. La religiosidad que invoca Trump.

Estoy de acuerdo con la crítica a las religiones políticas, pero la religiosidad norteamericana necesita mayores distinciones. EEUU fue fundado en una “religiosidad pública NO estatal” MUY difícil de entender si se la mira desde Europa. Era un marco moral-cultural judeo-cristiano (como dice M. Novak) que dio origen a sus sistema político y económico distinguiendo jurídicamente entre Iglesia y Estado. Por eso Benedicto XVI pudo elogiar ese origen de los EEUU con su clara distinción entre laicismo y laicidad. Por ende, cuando algún norteamericano invoca ese marco cultural religioso en el origen de los EEUU, puede eso ser perfectamente compatible con una filosofía libertaria. Pero no es el caso habitual: los conservadores, no libertarios, tienden a fundamentar ciertas cosas NO en esas libertades originadas en el Juedeo-Cristianismo, sino directamente en su visión religiosa. Un claro ejemplo de esto es la reacción contra el lobby LGBT. Un libertario dice: si hay dos o 10.000 sexos NO es algo que el Estado deba imponer y decir. Los del lobby LGBT sostienen que el Estado debe imponer que hay 10.000 sexos (es una cifra simbólica, ahora que hay que aclarar tantas cosas) y los conservadores creen que el Estado debe imponer que hay sólo dos. El libertario dice: es una cuestión de libertades individuales y el Estado NO la debe dictaminar; y el libertario cristiano dice: y que el Estado NO deba dictaminar sobre el tema se origina en la libertad religiosa que se origina a su vez en la cultura Judeo-Cristiana.

Trump obviamente está lejos de hacer esas aclaraciones, y sus adherentes tampoco. Por ende el "apoyo" libertario a la reacción conservadora ante el totalitarismo LGBT es parcial. Y todo esto es muy difícil de explicar en los medios, en los redes y en las conversaciones cotidianas. 

4. Su ideología de base. 

Trump no es libertario ni nunca (atención que esto es esencial) presumió de serlo. Por eso da tanta importancia al Poder Ejecutivo y está de acuerdo con los aranceles (by the way, que alguien me cite un presidente norteamericano que haya aplicado una política de arancel cero, porque muchos protestan contra él como si fuera el primer proteccionista) sin por ello incurrir en contradicción. Y eso re-plantea lo que se puede esperar de él, la coherencia que puede pedírsele, etc. 

II. Similitudes. 

I. El problema de la democracia de facciones.

Como ya he dicho en otra oportunidad, la Argentinca nunca tuvo consenso sobre su pacto constitucional originario, y EEUU sí lo tuvo pero lo perdió. Ambas naciones navegan ahora las peligrosas aguas de una democracia de facciones, donde un 50% está enfrentado con el otro sin ningún posible diálogo entre las dos facciones, que se alternan en el poder peleándose y vengándose una de la otra cada vez que pueden. Los discursos de Milei y de Trump son los discursos de una facción ganadora contra la otra, sin buscar algún retorno a un consenso posible. Consenso que tendría más oportunidad de lograrse si el acuerdo se buscara por el lado de las libertades individuales. 

2. Su trato con la prensa. 

Ambos, uno más, otro menos (creo que Trump menos) desaprovechan sus encuentros con la prensa como una oportunidad de buscar esos consensos, o de explicar con calma la filosofía libertaria (de la cual Trump NO presume) y, en cambio, utilizan sus discursos para criticar agriamente a la facción contraria, que queda agazapada esperando la venganza. Milei, además, insulta siempre y nunca da conferencias de Prensa. Trump no. 

3. Su modo de gobernar.

Milei está peligrosamente encerrado en un triángulo de hierro impenetrable y rodeado del secretismo correspondiente, con instituciones mucho más débiles que las del EEUU. 

Trump no. 

II. Ante lo anterior, ¿qué significa “apoyar” o “estar de acuerdo”?

Dicho todo lo anterior, si alguien dijera que yo apoyo a-críticamente a Trump, no me leyó. Soy un académico y no apoyo A-críticamente ni a mi madre. Apoyo la mayor parte de sus reacciones ante el cruel totalitarismo del Partido Demócratas pero las “apoyo” como “reacciones” comprensibles, NO como la política ideal que debería haber desde una filosofía libertaria. También apoyo gran parte de sus designaciones, de calidad humana y profesional infinitamente superiores a las de Milei. Y no apoyo de ningún modo su NO advertir el problema de la democracia de facciones ni tampoco estoy de acuerdo con su relación con la prensa, a pesar de que ha defendido enérgicamente el free speech contra el totalitario Biden y su banda de autoritarios. 


domingo, 2 de marzo de 2025

NO TEMINO DE ENTENDER POR QUÉ MILEI SE ENOJÓ CON ZELENSKY


El título de este blog revela cuándo puedo entender yo de geopolítica internacional. ¿No era Milei? ¿Era Trump? ¿O la era Trump? ¡Ah no, Kiciloff se enojó con Trump! ¿O no? ¿Cómo era? Ah ya sé. Ok, Kiciloff le invadió Moscú a Putin. Ahora entiendo. 

Más allá de mis enoooooooooooormes conocimientos de geopolítica, y más allá de la total inutilidad de mis comentarios, hay algunas otras cosas que me llaman la atención. Primero, la absoluta falta de matices, de grises, de distinciones, por ambas partes. Estuve revisando las redes. Impresionante la alineación absoluta ya con Trump, ya con Zelensky: malo malo malo, bueno bueno bueno, para cualquiera de los dos, y además, con toda la catarata inagotable de insultos y descalificaciones para el que se ubique en uno u otro bando. Y yo estudiando los matices de las esencias, las “capas” de las esencias en Husserl, los niveles de interpretación en Gadamer. Pobre de mí. Es todo o nada. Eres amigo o enemigo, leal o traidor, imbécil o genio. Ayer hubo dos héroes, dos gigantes del arte de la guerra, dos Apolos, dos Goliats, estés con uno o con el otro, por supuesto. No dos humanos en conflicto. No, porque si estás con uno, el otro ni siquiera es humano, el otro es una bestia, un imbécil, un descerebrado, un asco viviente. 

Eso pasa, como lo hemos dicho muchas veces, cuando se pierde el pacto político fundamental, y cuando la guerra civil se evita sólo por la democracia de facciones, donde una facción enterraría a la otra, si pudiera, en el centro de la Tierra, pero los restos de democracia constitucional evitan con alambre el peor escenario. 

Curiosamente, ese mismo día aquí, en el fin del mundo, Milei y Kiciloff también se decían de todo sin piedad.  A fines del s. XIX los ejércitos de uno y otro se hubieran destrozado en el campo de batalla, como ya pasó, en las cuasi infinitas guerras civiles argentinas, sólo terminadas en 1983, pero débilmente, siempre cerca de resurgir.

Eso explica también el tipo de liderazgos que surgen: personalidades fuertes, donde la diplomacia……… ¿Qué diplomacia? Fue la pregunta de Zelensky, precisamente, que me hace acordar a Galtieri. Le respondieron “diplomáticamente”. Otra psicología hubiera sonreído levemente, se hubiera puesto de pie y hubiera dicho “bueno, muchas gracias Sr. Zelensky, qué agradable reunión, firmemos el acuerdo, sáquese una foto y llévese una gorrita MAGA”, ja ja, pero no, los reflejos van para otro lado. Aquí también. Qué cuesta cruzar la General Paz y decir: Axel, vos sos Keynes y Marx, yo soy Mises y Rothbard, pero bajemos un cambio, tenemos que gobernar juntos, pero no, ya es muy tarde para eso. 

Y el otro tema que me llama la atención: el manejo de la imagen, las políticas comunicativas. Hablen antes, arreglen todo lo que haya que arreglar, a puertas cerradas, y luego fotitos, sonrisitas y a otra cosa. Sí, será menos sincero, pero la izquierda internacional es diabólicamente delicada en sus formas mientras literalmente te mata por atrás. Y está esperando cualquier desliz comunicativo para caerte encima. Pero no, el horno no está para bollos cuidadosos. “Fachos”, unos, “zurdos de m”, los otros, y así anda el mundo donde soldados muy jóvenes rusos y ucranianos se desangran en el campo de batalla, igual que los casi niños argentinos e ingleses en el 82, mientras que los “adultos” hacían y deshacían las vidas de los demás. 

Ya cambiarán los tiempos. No soy totalmente pesimista. La vida de una persona es corta, los tiempos de la Historia, largos, y los tiempos de Dios, infinitos. 


domingo, 23 de febrero de 2025

COMUNUICACIÓN SOCIAL 101 PARA LOS DE LA LIBERTAD AVANZA…………..

 

……………o de lo contrario Kiciloff avanza.

Como ya está avanzando.

El tema del ser y del aparecer forma parte del acervo filosófico y cultural occidental desde la más límpida Antigua Grecia. La diferencias entre argumentación, retórica, la belleza del lenguaje y la verdad del lenguaje, también.

Lo ideal es que la verdad sea bella y que la argumentación tenga retórica, y por ende que lo que parezca bueno sea bueno.

Pero el ser humano es capaz de separar todo ello y por ende la mentira como arma política es algo que ya le preocupaba a Platón.

Por ende, que la izquierda y el kirchnerismo estén aprovechando el desliz del presidente para hacerse una fiesta de cinismo, es obvio. Claro que no tienen autoridad moral alguna para hablar de la corrupción del otro y además el Presidente no fue corrupto, sino loco y acelerado, como es.

En comunicación social, el parecer antecede al ser. Obvio que el parecer “debe” ser, pero no siempre es así. Moisés tenía que parecer bueno, no solo serlo. Mandela debía “parecer” ser una persona que perdonaba, además de serlo.

Pero entre Moisés, Mandela y Milei hay tres diferencias apreciables.

Moisés formaba parte de una época donde la comunicación social no tenía los medios masivos de comunicación.

Mandela sí.

Pero en la época de Mandela no había redes sociales. Con Milei sí.

Con las redes sociales, las diferencias entre el ser y el parecer, entre el argumento y la retórica, se intensifican.

Por ende, en este mundo actual es importantísimo NO PARECER corrupto.

Y es obvio que la audiencia va a ser engañada por la demagogia de la izquierda, que por más que sus personajes sean el colmo del cinismo, la mentira y la corrupción, se ven favorecidos por una audiencia que cree en general que los ideales de la izquierda son buenos y los de la derecha, malos.

Por ende, es inútil que ahora se maten publicando en redes los ejemplos de la izquierda corrupta. La audiencia no disculpará por ello a quien ahora parece corrupto aunque no lo sea.

Es inútil que ahora expliquen que la intervención del monje negro en la entrevista fue justificada. El asunto es la apariencia de corrupción.

Por ende un político no sólo debe ser bueno; también debe parecerlo.

Finalmente no es tan distinto a la imagen que debe dar un docente ante sus alumnos, un padre ante sus hijos o un médico ante sus pacientes. No es cuestión de ser perfecto, pero sí de ser bueno y estar sanamente consciente de que la audiencia primero percibe. Son Berkeley. Esse est percipi.

Por lo tanto la principal preocupación que ahora deben tener es que el Presidente crezca y deje de ser un niño que juega con fuego, perdón, con tweeter, con X o con lo que fuere; que deje de rodearse de un triángulo impenetrable; que de conferencias de prensa ante todos los periodistas posibles y que cambie su imagen.

Comprendo que no lo puedan hacer, pero lo preocupante es que no se den cuenta de cuál es el problema.

Pero hay un problema mayor. Supongamos que alguien se diera cuenta pero el Presidente no.

Entonces estamos en problemas.

Pero, ¿es una suposición?

Houston we have a problem….

sábado, 22 de febrero de 2025

EL MISTERIO DEL LENGUAJE

 Esta semana estaba leyendo una versión bilingüe de los Prolegómenos, de Kant, y de repente tomé conciencia de algo que para muchos será obvio pero sabrán perdonar a este torpe filósofo para las lenguas, que se da cuenta tardíamente de cosas muy simples.

By the way sí, es otra oportunidad para confesar mi incapacidad para las lenguas, fruto de un trastorno de atención que no me permite tener la concentración necesaria para aprenderlas. Sólo hablo un nivel advance intermediate de Inglés y eso que lo estudié toda mi vida, y casi no termino mi Licenciatura en Filosofía por los exámenes desaprobados de Latín y Griego. Por ende, tampoco leo siquiera el Alemán, lo cual para filosofía es algo terrible. Me verás hablar muchas veces de los filósofos alemanes que más conozco (Kant, Husserl, Heidegger), pero no tengo ningún artículo académico sobre ellos porque, y me parece bien, las revistas especializadas sólo admiten las citas en el idioma original. Y está bien. Precios que hay que pagar por ser un ADD.

¿Y el Español? Ja ja sí, es mi lengua materna pero no pronuncié una sola palabra hasta los tres años……………………………………….

Pero toda esta confesión de discapacidad me viene bien para explicar mi asombro. Mientras leía (con gran placer, como siempre) la lógica insuperable de Kant, ojeaba el original alemán. Reparé por un momento mi experiencia de no entender absolutamente nada (bueno, conozco algunos términos técnicos, como lebenswelt, dasein y olvíden-sen 😊) y esa experiencia de NADA me dejó pasmado. La ignorancia total de la otra lengua era una experiencia de la nada. Y eso me hizo caer en el abismo del milagro del lenguaje. El lenguaje es un milagro de evolución, algo ante lo cual los mamíferos superiores deben tener una terrible experiencia. Ellos intentan hablar como los humanos pero no pueden. Están como nosotros ante una lengua que ignoran, pero no tienen siquiera una que hablan. Lo sé por mis conversaciones con mi gatita. Cómo ella articula, entona, me mira, acompaña con el cuerpo, es hablar, sí, pero está como alguien que ignorara todas las lenguas. Como cualquiera de nosotros en una situación de ser extranjero total: gestos, intentos, y la desesperación de NO poder, de no saber nada (el misterio de la doble negación del Español). Terrible…………………

¿Y cómo es que hablamos aunque sea una lengua? Ja ja nadie lo sabe. Sí, está lleno de teorías filosóficas y neurológicas sobre la posibilidad del lenguaje, pero certezas…. Hay nada como la lengua que ignoramos. Está lleno en youtube de vendedores de humo sobre la enseñanza de las lenguas, y la pura verdad es que cada uno aprende lo que puede y como puede, y lo demás son consejos, ayudas, ánimos, pero nada más. (Eso es así en todo....). Hay gente honesta que te ayuda en ese casi imposible intento, y otros medio deshonestos que te dicen que te lo van a hacer fácil y que esta científicamente comprobado que, ja ja, por favor……………………..

La única certeza es que estamos creados a imagen y semejanza de Dios, que es Logos, que es la Palabra, hecha carne además, y que nuestra espiritualidad nos permite participar levemente en ese “decir el ser”. Pero eso es todo. Nada más, nada menos. Nada menos porque nuestra comunicación humana es fruto de una inteligencia espiritual que al captar los sentidos universales los puede llevar a otros por medio de un cuerpo que le es proporcional. Nada más porque cómo logramos eso, no sabemos y no lo sabremos nunca con certeza. Qué sucede en el maravilloso cerebrito del niño que escucha y aprende, Dios lo sabe. El adorable cerebrito de mi gatita también escucha (porque mi esposa y yo le hablamos todo el tiempo), y está aprendiendo, se nota: nos mira, nos entiende, nos responde, imita los tonos, y hasta entiende el lenguaje indexical. Pero no podrá, no podrá hablar. Gracias a Dios no tengo la tentación de Miguel Angel de golpear a su estatua y gritarle por qué no hablas, porque la gatita no es mi creación, es una maravillosa obra de Dios que miro con admiración y de la cual no soy dueño en absoluto, más allá del tecnicismo jurídico de ser humanamente el dueño, un mero pacto jurídico del cual no hay que abusar ni creérselo en absoluto.

Pero bueno, volvamos al lenguaje. Ese misterio. Cómo estoy escribiendo esto, otro misterio, otro misterio de casi imposible perennidad, porque lo que escribo tiene un sentido en sí mismo que se suelta de mí y queda abierto a otro misterioso acto de comprensión tal vez siglos más adelante, cuando yo sea nada pero lo escrito quede con un sentido potencial que pasará al acto por otro ser inteligente cuya inteligencia será, precisamente, comprender.

Que Dios nos mantenga abiertos al misterio del lenguaje. Si el lenguaje es la casa del ser (Heidegger. ¿Lo habrán traducido bien?), y el ser finito surge de la nada, porque crear es dar el ser de la nada, asombra menos que hablar sea saltar el abismo de la nada. Y eso participa del misterio de la creación. No permitas que te anulen el misterio. Tal vez sea la única posibilidad de comprenderlo.

miércoles, 19 de febrero de 2025

MILEI, SUPERMAN Y LA CRIPTO-NITA

A todo súperman le llega su criptonita. A Milei también le llegó, más cripto que nunca. 

Por supuesto que no cometió ningún delito ni tuvo mala intención. Pero el episodio es una lección más de psicología política, una disciplina poco estudiada pero apasionante, además de los temas de comunicación social que entran en juego. 

Hace tiempo que venimos advirtiendo sobre la tendencia autoritaria del cierta historia importante del liberalismo argentino: su tendencia constructivista, su obsesión por el poder ejecutivo, su olvido de la tradición republicana (https://gzanotti.blogspot.com/2024/12/el-liberalismo-es-ante-todo-una-etica.html; https://gzanotti.blogspot.com/2024/12/hacia-una-renovacion-en-los-ambientes.html ; https://gzanotti.blogspot.com/2024/01/sobre-el-dnu-el-rule-of-law-y-el.html; https://gzanotti.blogspot.com/2023/12/sobre-el-constructivismo-criticado-por.html; https://gzanotti.blogspot.com/2023/05/el-problema-del-liberalismo-argentino.html; https://gzanotti.blogspot.com/2023/05/la-obsesion-por-el-poder-ejecutivo.html). En ese horizonte entró, como anillo al dedo, la personalidad de Javier Milei. Esa misma personalidad (https://gzanotti.blogspot.com/2023/08/mi-mirada-filosofica-sobre-javier-mieli.html) que lo llevó a la presidencia, ahora es su peor enemigo, porque la audacia se convierte en temeridad, y la temeridad, como bien decía Aristóteles, es una forma de imprudencia. 

Fue inútil, al principio, advertir el problema. La mayor parte de los liberales argentinos festejaban sus insultos, sus desplantes, sus excentricidades (incompatibles con la dignidad presidencial en una República) (https://gzanotti.blogspot.com/2024/05/la-dignidad-presidencial.html ) porque esas características, en esta argentina enloquecida, parecen ser funcionales al poder. Es Argentina, así es Argentina, qué pretendés, etc. Bueno, ahora espero que piensen en los límites de la locura. Si les parecía divertido ese triángulo secreto entre él, su hermana y su todopoderoso asesor, si les parecía tolerable que hiciera lo que quisiera sin límites y que no diera conferencias de prensa; si les parecía tolerable esa personalidad border, bueno, eso mismo lo llevó a jugar con fuego en una sociedad donde más que nunca las redes sociales y la imagen juegan un papel primordial.

Sobre todo, en una democracia de facciones (esquema en el cual los liberales que lo apoyan parecen sentirse cómodos (https://gzanotti.blogspot.com/2024/05/en-argentina-si-alguien-gana-nadie-gana.html), y donde, por ende, la otra facción está esperando, agazapada, alerta, vengativa, el más mínimo desliz, no hay margen para un error así. ¿Han visto en estos días las declaraciones de Cristina Kirchner, de Kicillof, de Grabois? Cuando todos ellos vuelvan al poder, ¿le pasarán la cuenta a Santiago Caputo? Será tarde, muy tarde….

Quienes apoyan a Milei, más que promover su locura, deben aplacarla. Que corte el secretismo y ese triángulo impenetrable. Que se rodee de mejores personas. Que dé conferencias de prensa, él, todos los días. Que responsa ante cualquier periodista. Que deje de insultar. Que deje de crearse enemigos en toda sombra que camina fuera de la propia. 

Sé que es casi imposible, pero es la única manera de ayudarlo a él, al país, y de que no vuelva el kirchnerismo.