domingo, 31 de mayo de 2020

¿SE DAN CUENTA AHORA DE LO QUE ES EL ESTADO OTORGANDO PERMISOS?




En el 2001 la Universidad Austral obtuvo la admisión definitiva, no provisoria, por parte del Ministerio de Educación. El rector de entonces envió por email la buena noticia a todos. Yo le respondí: Sr. Rector, lamento que la Universidad Austral dependa de un permiso del Estado para existir. Obviamente, no recibí respuesta, sino que gané un punto más, obviamente, en la hermosa carrera de loco inadaptado que tengo desde que nací.

Nadie se da cuenta, nadie en el mundo, pero mucho menos en Argentina, la estatolatría hecha sociedad por excelencia, de la ridiculez, inmoralidad e ilegalidad de un estado dando permisos para ejercer las libertades individuales. Inmoralidad porque si es un derecho, no se pide permiso; ilegalidad porque toda persona puede ejercer libremente todos sus emprendimientos excepto que viole el Código Penal (NO inflado como el actual) de acuerdo a los arts. 14 y 19 de la Constitución. Oh, pero qué tonto, yo citando la Constitución en Argentina. ¿Ven que soy un inadaptado?

La obsesión reglamentarista (https://www.libertadyprogreso.org/2016/06/15/la-obsesion-reglamentarista/) ha producido una oferta y demanda obsesivo-compulsiva de permisos estatales que los argentinos han incorporado a su mundo como si fuera algo normal. Permiso para institutos educativos, de salud, empresas, comercios, llenos, cada uno, de millones de trámites; permiso para lavarse los dientes a la noche……

Pero nadie se daba cuenta, excepto, por supuesto, los liberales “dogmáticos”, inadaptados como yo, no como la gente “seria”, claro (que sería de nosotros sin la gente seria? 😊)….. Hasta que……………..

Hasta que los argentinos descubrieron que AHORA tienen que pedir permiso para salir de su casa, para dar una vuelta manzana, para visitar a sus papá de 90………. Y para abrir sus YA reglamentadas y “permitidas” actividades. Oh fascinante progreso. Antes el esclavo le pedía al dueño de la granja permiso para caminar dentro de la granja. Ahora el dueño le dice cuándo y si está “justificado”. Impresionante.

Inútil es decir, por supuesto, que ningún virus admite moral y jurídicamente semejante cosa.

Tal vez ahora los argentinos se den cuenta de lo que es vivir pidiendo permiso al dueño de la granja de esclavos en la cual vivían tan inadvertidamente.


viernes, 29 de mayo de 2020

MI ANALOGÍA CON EL GOBIERNO MILITAR DEL 76: ¿QUÉ ES UNA ANALOGÍA?



Obviamente no ha gustado, ni desde la izquierda cuarentenista ni desde la derecha procesista, mi analogía con el gobierno militar del 76 (sí, que fue una dictadura a pesar de las buenas intenciones de muchos civiles democráticos que la apoyaron).

Una analogía, como explica Santo Tomás de Aquino cuando comenta a Aristóteles, es la predicación de un término según nociones en parte igual y en parte diferentes.

Hay varios tipos de analogía, pero si yo digo, por ejemplo, que tal cual programa de gobierno  es “como si fuera” nazi, inmediatamente  los aludidos van a decir “no es lo mismo”. NO, claro que no es lo mismo, porque la analogía implica en algo igual y en algo diferente. No es lo mismo porque obviamente no estamos en Alemania en 1940. Pero es parecido porque si tal o cual medida de gobierno es similar a la que hubiera dictado un Hitler, entonces allí está la “parte igual”.

En este caso, el malentendido surge de que los que están en desacuerdo con mi post NO han visto esa “parte igual” y se han concentrado en las diferencias. Claro que Alberto Fernández no es Videla. Pero así como Videla se basó en el peligro del terrorismo para limitar libertades, Fernández se basa en el peligro del virus para limitar libertades. ESA es la analogía.

Por lo tanto, lo que se está destacando es esa peligrosa similitud. Por un motivo o por otro, el resultado es que se viola lo inviolable. El resultado es que, para casi todos, el fin justifica los medios, con lo cual sencillamente se acaba todo. Y sí, mal que les pese, muchos buenos alemanes deben haber pensado lo mismo.

Y lo terrible es que ahora TODOS los argentinos rechazan al gobierno del 76 basados en los derechos humanos. Y se sienten muy buenos al decirlo.

Pero ahora gran parte de esos argentinos parecen haberse olvidado en esos derechos humanos básicos. Y NO ven la contradicción.

El fin no justifica los medios. Si un débil Estado de Derecho es sólo para tiempos “fáciles” y el estado soviético es “para lo difícil”, es un signo del totalitarismo cultural que nos agobia. Y los liberales que ahora piensen así, no han sido liberales nunca. Igual que los liberales que apoyaron que un gobierno secuestrara y torturara sospechosos y luego arrojara sus cadáveres al río.

Claro que a eso no hemos llegado, porque por ahora aquí todo es “a la Argentina”. Pero en otros lugares, más anglosajones (lo cual es un arma de doble filo) las cárceles y las duras penas para quienes “se atreven” a ejercer sus libertades ya se acercan a la crueldad más terrible. Y cabe aclarar que en EEUU están peor que nosotros: la Patriot Act sancionada por Bush (h) permite al gobierno norteamericano a secuestrar y torturar sospechosos fuera del territorio y luego, si sobreviven, devolver lo que quede a sus familias. Los únicos que se han opuesto firmemente son los libertarios. Los conservadores, calladitos.

Pero ahora algunos gobernadores y alcaldes norteamericanos están hablando de algo similar para proteger la salud pública. Ya se están contratando “vigilantes” para “cuidar” que NADIE ose desobedecer sus ahora nuevas dictaduras.

Así que gente aunque no les guste, voy a seguir insistiendo con la analogía. Y con la incoherencia, la hipocresía o la falta de memoria de la mayor parte de los argentinos.

miércoles, 27 de mayo de 2020

EDUCADORES: EL ZOOM NO ES EL FUTURO




En este tiempo donde a todos los docentes nos tienen zoom-bando, debería hacerse una aclaración.
Desde la década del 60, con los libros premonitorios de Giovanni Gozzer en Italia[1], y los de Luis J. Zanotti en Argentina[2], que se viene hablando de la transformación educativa sobre la base de las nuevas tecnologías de la información.

Desde ese entonces, mucho se ha hecho para la “educación on line”, y con la circunstancia tan peculiar del 2020, algunos piensan que dicha revolución se aceleró, o por fin se ha impuesto, etc.
Pero cuidado: los escritos premonitorios de Gozzer y Zanotti NO significaban trasladar el aula tradicional a una sesión de Zoom. Al contrario, implicaban una severa advertencia sobre el aula como está planteada desde la primera etapa de la política educativa, esto es, la escuela redentora del positivismo del s. XIX[3].

Ambos pedagogos tenían en cuenta tres círculos concéntricos pero de radio menor. Lo primero en la educación de un ser humano es la educación informal, lo que Zanotti llamó ciudad educativa, que Ortega había llamado creencias, Gadamer horizonte, Husserl y Schutz, mundo de la vida. Esto es, el ámbito cultural básico que se aprende como la lengua materna.

El segundo ámbito es la “escolaridad” en sí misma, que puede ser muy diversa según las circunstancias históricas. Esto es, un método especial dirigido a un nivel de complejidad que supera lo que la educación informal puede hacer[4]. Esto es, la educación formal. Puede ser la Académica platónica o la Harvard University.

El tercer ámbito es el aula de la educación formal-estatal-positivista concebida a partir del Iluminismo del s. XVIII, la escuela redentora a cuyos límites aludían Gozzer y Zanotti.




Esa aula está basada en un método positivista de información: exposición, copia, repetición y nota: de allí el memorismo típico del sistema y su diseño físico. 

Por supuesto, ello fue sometido a todo tipo de críticas por grandes pedagogos desde la década del 20, más o menos, en adelante, o grandes pensadores como Unamuno[5]. Fue el movimiento de la Escuela Nueva[6].

Pero parte del problema de ese movimiento es que trata de incorporar esenciales reformas al aula concebida según el positivismo, y por ello esas reformas siempre fracasan.

La cuestión es la superación de esa aula y generar nuevas funciones profesionales docentes[7], en ámbitos donde la auto-educación del alumno a través de todas las plataformas actuales de internet sea guiada y consultada por el profesor. O sea, el aula se convierte en el espacio de consulta del profesor -donde se recomienda la presencia física- donde este último puede guiar, re-orientar y aconsejar todo lo que el alumno está incorporando desde internet.

Eso es MUY diferente a transportar al aula tradicional, sencillamente, con todas sus limitaciones y defectos, al zoom. Eso no sólo no es el futuro: es el pasado. Es el aula concebida en el positivismo del s. XIX. Trasladarlo tal cual al zoom implica las mismas o peores dificultades que la clase presencial tradicional.

Es como si quisiéramos andar en carreta por computadora. Un holograma perfecto nos traslada a una carreta holográfica con las mismas funciones y diseño. Muy lindo, pero sigue siendo una carreta tirada por caballos holográficos. Si quiero llegar a Nueva York tengo que subir a un avión. Si quiero llegar a la luna, en un nave espacial.

Docentes: ¿dónde están? ¿En qué siglo? ¿Es qué concepción del conocimiento, de la inteligencia y del ser humano viven? ¿A dónde quieren llegar?

Zoom es la carreta holográfica.

Ahora, si el sistema se transforma totalmente, donde el docente es el docente-guía de la auto-educación del alumno, entonces todo sirve. Libro físico, zoom, audio-book, youtube, pizarrón con tiza, lo que quieras.

Mientras el sistema no se transforme, zoom NO es la transformación. Es lo que hay mientras no queda otra. Nada más.


[1] De Gozzer, ver Coloquios con Gozzer, IRICE, 1980; Religione e Rivoluzione In America Latina; Valentino, Milano, 1968; I Cattolici E La Scuola, Vallecchi, Firenze, 1964; Il Capitale Invisibile; Armando, Roma, 1973.
[5] Unamuno, M de: Amor y pedagogía, Espasa-Calpe, 1946.

lunes, 25 de mayo de 2020

DEL GOBIERNO MILITAR DEL 76 A LA CUARENTENA DEL 2020



Cuando azorado me pregunto cómo siquiera se les pasa por la cabeza a los argentinos que es moralmente plausible que un gobierno arreste a todo el mundo, por la razón que fuere, me viene a la memoria la Historia de este inestable proyecto llamado Argentina.

La “libertades individuales” son ajenas a nuestro horizonte cultural. Sí, hay un raro texto en la Constitución, el art. 14, que dice “… Todos los habitantes de la Nación gozan de los siguientes derechos conforme a las leyes que reglamenten su ejercicio; a saber: de trabajar y ejercer toda industria lícita; de navegar y comerciar; de peticionar a las autoridades; de entrar, permanecer, transitar y salir del territorio argentino; de publicar sus ideas por la prensa sin censura previa; de usar y disponer de su propiedad; de asociarse con fines útiles; de profesar libremente su culto; de enseñar y aprender”. (Los subrayados son nuestros). Algunos argentinos ni siquiera recuerdan que eso fue escrito. Otros lo recitan pero no saben su verdadero significado.

Pero esos derechos son inalienables, inviolables, son un mandamiento moral y la prohibición de ignorarlos es absoluta. Los argentinos, muy papistas desde el 2013, olvidan que Juan XXIII dijo, en 1963, “…En toda convivencia humana bien ordenada y provechosa hay que establecer como fundamento el principio de que todo hombre es persona, esto es, naturaleza dotada de inteligencia y de libre albedrío, y que, por tanto, el hombre tiene por sí mismo derechos y deberes, que dimanan inmediatamente y al mismo tiempo de su propia naturaleza. Estos derechos y deberes son, por ello, universales e inviolables y no pueden renunciarse por ningún concepto” (Pacem in Terris. Los subrayados son nuestros). Observemos el final: “…Estos derechos y deberes son, por ello, universales e inviolables y no pueden renunciarse por ningún concepto”. De vuelta: no pueden renunciarse por ningún concepto. Por ningún concepto.

¿Se entiende?

Evidentemente, por la historia de los argentinos, no.

Olvidan también a un Papa que vitorearon mucho pero leyeron poco. Dice Juan Pablo II, en Veritatis splendor (1993), luego de afirmar que hay mandamientos morales negativos absolutos: “…. Más allá de las intenciones, a veces buenas, y de las circunstancias, a menudo difíciles, las autoridades civiles y los individuos jamás están autorizados a transgredir los derechos fundamentales e inalienables de la persona humana. Por lo cual, sólo una moral que reconozca normas válidas siempre y para todos, sin ninguna excepción, puede garantizar el fundamento ético de la convivencia social, tanto nacional como internacional”. (Subrayados e itálicas son nuestras).

“Sin ninguna excepción”. ¿Se entiende?

Evidentemente no.

Un momento terrible de nuestra historia fue la guerra civil que hubo entre la guerrilla marxista y el gobierno democrático del 75 y luego el militar del 76. Que ERP y Montoneros hayan violado cuantos derechos humanos encontraban por delante, es obvio. Pero la legítima defensa frente a ellos NO autorizaba la violación de los derechos individuales más elementales. Cuando algunos, con sinceridad, no con la hipocresía de otros, comenzaron a decir que “no, que no se puede”, la respuesta era “es necesario”, o que “no entienden de estrategia militar”. Y la respuesta era obvia, aunque en ese tiempo muy mal vista: no importa que sea necesario, no importa la estrategia, el asunto es que no se debe. El fin no justifica los medios. AHORA todos están en contra de “los milicos”. Pues se comportan igual. Porque de igual modo, el derecho a entrar, permanecer y salir del territorio, la libertad personal de no estar encarcelado si no consta una condena judicial por haber violado el Código Penal, más la libertad religiosa, son un pilar “esencial” del Estado de Derecho que parecen olvidar los que ahora se llenan la boca justificando la “excepción”. No, gente, Juan Pablo II lo dijo bien: nunca, nada, justifica la violación de los derechos humanos fundamentales.

Cuando debatíamos en contra del aborto, lo mismo: nunca, nada, justifica el asesinato de un inocente. Muchos católicos que entonces lo decían, AHORA parecen haberlo olvidado cuando del encierro de inocentes de trata.

La discusión no es biológica. Con virus o sin virus (1), los derechos humanos elementales no se pueden violar. El Estado de Derecho NO se puede violar. España e Italia lucharon contra la ETA y las Brigadas Rojas, respectivamente, SIN violar el Estado de Derecho.

Ya veo, dentro de 30 o 40 años, a todos diciendo: yo no fui.

Les recordaré entonces, estas inútiles, quijotescas, pero verdaderas, palabras.

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(1) Y a los virus siempre los tendréis con vosotros...................


domingo, 24 de mayo de 2020

PIENSO, LUEGO SOY CONSPIRACIONISTA. Sobre los que consideran que los anti-cuarentena somos unos imbéciles




La verdad siempre dudé de la honestidad de Cristina Kirchner.

De su marido también dudé.

De Aníbal Fernández también.

De……

¡Pero qué imbécil, soy un conspiracionista!!!!!

¿No me doy cuenta, acaso, de que nada de eso está probado???

Nunca me gustaron las teorías conspirativas. Son ingenuidades antes el orden espontáneo, y lo he escrito: https://puntodevistaeconomico.com/2017/05/11/la-conspiracion-de-las-teorias-conspirativas/ Tampoco he basado mi oposición al arresto domiciliario, llamado cuarentena, en ninguna de ellas, y desafío al que piense lo contrario a que la encuentre: https://gzanotti.blogspot.com/2020/04/coronavirus-que-esta-pasando-completo.html.

Pero últimamente he notado que los cuarentenistas (entre los que se encuentran conservadores y gente que cree que es liberal) se divierten considerándose “gente seria” que “no presta oídos a estupideces”, como nosotros, los paranoicos, trasnochados y lunáticos que nos permitimos dudar, que nos permitimos pensar más allá de la OMS y las opiniones del omnipotente Fauci.

Vuelvo a decir: una cosa es ser partidario de que La Tierra es plana y el que piense lo contrario es parte de una confabulación internacional; una cosa es ser nazi y pensar en una estrategia judía de dominación universal, y otra cosa es dudar, hacer preguntas, inquirir sobre cosas que no encajan del todo. Sospechar que Al Capone no era el Angel Gabriel NO era ser conspiracionista. Sospechar que Néstor Kirchner tenía negocios dudosos NO es ser conspiracionista. Sospechar en el 78 que los militares argentinos no eran nenes de mamá NO era ser conspiracionista. ¿Tengo que dar más ejemplos? Estimados cuarentenistas, distingan las cosas, no somos imbéciles.

Tal vez se diviertan con la pobre Chinda Brandolino, que mezcla el antisemitismo con su pericia médica (ENTRE PARÉNTESIS, MUCHOS CATÓLICOS QUE AHORA LA CRITICAN BIEN QUE LES ENCANTABAN SUS VIDEOS ANTI-ABORTO DONDE HACÍA LO MISMO…………………) o con Judy Mikovitz que no tiene cómo demostrar sus acusaciones contra Fauci. Pero el reportaje a la Dra Dolores Cahill no es lo mismo. Ah no, pero “cómo te atreves”, me dijo alguien, como si le hubiera enviado un video porno. Tampoco son lo mismo las ideas NO conformes con la cuarentena de ya cientos de profesionales independientes, que pueden ver en https://gzanotti.blogspot.com/2020/04/mas-voces-en-disidencia-con-la.html, y en https://gzanotti.blogspot.com/2020/04/coronavirus-voces-alterntivas-la.html, y la lista sigue aumentando (curiosamente, de uno de ellos, el Dr. Erikson, un fan cuarentenista dice que tiene  “intereses económicos”: conspiración para unos, no para otros…..).

¿Es ser un paranoico preguntarse por qué las medidas tomadas en todo el mundo favorecen tanto a todos los gobiernes e ideas estatistas? ¿Es ser un lunático preguntarse por qué las voces disidentes son sistemáticamente silenciadas, ridiculizadas, NO consultadas? ¿Es ser un imbécil preguntarse por qué las “clínicas” abortistas están abiertas y las iglesias cerradas? ¿Es ser un infradotado preguntarse por qué ningún gobierno mundial consulta a los que piensan precisamente en medidas de NO encierro, justamente las medidas que a los gobiernos NO convienen para nada? ¿Desconfiar de los gobiernos, o sea ser liberal, es una estupidez?

Ninguno de los que nos permitimos dudar tenemos la certeza total. Justamente, de eso padecen los otros. Los que dudamos simplemente decimos: si consideras que hay que quedarse en casa, hazlo, proclámalo, convence a los demás, pero obligarlo……… Ah qué fácil…………. Y algo más importante aún: los que escuchamos y posteamos videos de voces disidentes no lo hacemos porque les otorguemos el conocimiento total. Justamente, porque estamos mostrando lo limitado del conocimiento, ante el cual un señor llamado Hayek (liberales cuarentenistas, si quieren les paso bibliografía) señaló la importancia de la NO planificación central, en TODAS las áreas. Esto es: si los Erikson y etc. piensan de un modo y los Fauci y etc. piensan de otro, ¿por qué no un debate público ante el cual todos podamos decidir y pensar y, finalmente, tomar nuestras propias decisiones?

O sea: lo único que falta, cuarentenistas, más soberbios que Adán y más autoritarios que Torquemada, es que se burlen de los que piensan diferente. Qué fácil: el que no piensa como ustedes es un paranoico imbécil. Gracias genios. Si son tan sabios espero que les vaya bien en sus decisiones propias. A los demás, déjennos en paz, y espero que dentro de un tiempo tengan la delicadeza de pedir disculpas.

TÓMESE EN SERIO A FEYERABEND

Si no, no entenderá por qué usted apoya la prisión obligatoria llamada cuarentena.

http://webeco.eco.unlpam.edu.ar/objetos/materias/contador-publico/4-ano/introduccion-al-conocimiento-cientifico-y-a-la-metodologia-de-la-investigacion/aportes-teoricos/10_-_ZANOTTI_Gabriel_-_2000_-_Feyerabend_en_serio.pdf







lunes, 18 de mayo de 2020

RAÚL SÁNCHEZ, MÉDICO EJEMPLAR.




Hace poco hice enojar a algunos con una crítica generalizada al autoritarismo de los médicos. Cabe aclarar que una crítica así es la ironía de un defecto, NO la descripción de “todos”. Los filósofos podemos ser peores. Varios de mis colegas han asesinado millones con las consecuencias no intentadas de sus delirios. NO todos claro………

Para compensar esta aparente injusticia, quiero rendir un homenaje a Raúl Sánchez, médico, el padre de un gran amigo de la secundaria, que falleciera en el 2003.

Ir a la casa de Marcelo -su hijo- y estar allí largas horas, con él, Patricia y Beatriz (hija y esposa) era para mí una inigualable fuente de paz y serena alegría. Yo era un hijo más para ellos. Y gran parte de esa paz emanaba de las interminables conversaciones con Raúl, “el papá de Marcelo”, un médico ejemplar que fue durante mucho tiempo el “ideal del yo” para el Gabriel médico que nunca fue. Raúl representaba una generación de médicos que, creo, ya no existen (no se me enojen de vuelta por favor) excepto que pasen los 80.

Raúl tenía una formación humanística “como las de antes”. Con él se podía hablar de Historia, Literatura, Filosofía, Historia del Arte…. La Historia de Roma era para él particularmente importante. Y citaba, al hablar de todo ello, a muchos de sus maestros, sus maestros médicos (o sea, los que habrá tenido en la década del 50 aproximadamente).

Raúl tenía ya, cuando lo conocí (1973) unos 30 años de sala de clínica general hospitalaria, que continuó prácticamente hasta su muerte (calculen). Era bondadoso, tranquilo, caritativo. Como si le sobrara el tiempo, visitaba a sus pacientes, los atendía por teléfono, les daba consejos (de todo tipo). Raúl te veía y te diagnosticaba. Veía tu forma de caminar, tu piel, tu respiración, tus ojos, y todo ello sin perder la mirada en ti…. Y si era necesario, como quien no quiere la cosa, te decía “por qué no probás con”… Y te daba una receta, y te explicaba con calma, te enseñaba, te cuidaba, sin coacción.

Sus métodos de diagnóstico ya no se usan. Una vez escuché una conversación telefónica donde le decía a su afortunado paciente: “por favor, no apriete el botón del baño, ya voy para allá”. El simplemente veía y olía, y ya está, y lo que hoy te llevaría meses de análisis (y mientras tanto ya te moriste, claro) él lo resolvía en segundos donde aparecían sus años y años de sala de Hospital. Algún lector podrá haber sentido cierto asco; yo sólo sentía admiración. 

Una sobrina mía, entonces muy chiquita, tuvo una enfermedad “muy rara”, que nadie pudo diagnosticar (año: 90 aprox.), hasta que dieron con la Jefa de Pediatría de etc etc etc luego de deambular por todos los pediatras del universo. Yo me había olvidado de comentarle el tema a Raúl (ya por entonces no iba tan seguido a verlo) hasta que un día le comenté…. “¿Raúl usted por casualidad conoce estos síntomas…?” A ver…. Que esto, que aquello………… Me escuchó apenas unos segundos y con toda tranquilidad me dijo: “Ah!!! Eso es……”. Yo, con total ingenuidad osé decirle (perdón Dios mío), “y usted cómo lo sabe” (Oh My God hasta hoy me quiero matar….) a lo cual él, con la misma paz, pero con una repentina carcajada, me dijo “pero Gabriel, eso es elemental”………….. Elemental. Le comenté la imposibilidad de los pediatras para tratar con el caso. El aumentó su cara de caridad y comprensión. “¿Qué edad tenían…?”.

No me olvido más……

Raúl fue el médico que yo quería ser. No lo fui, Dios sabe por qué (tengo algunas hipótesis: la más firme es que así evitó la muerte de muchos al confundirme yo los centigramos con los miligramos de algún medicamento…..).  El asunto es que mi modo de hacer y enseñar filosofía siempre fue medicinal. No la concibo de otro modo.

Con la luz de Raúl, mi segundo padre, iluminándome.

domingo, 17 de mayo de 2020

EL MUNDO SE HA VUELTO MÁS LOCO QUE TOTALMENTE LOCO.





El mundo ya estaba totalmente loco y la verdad hay que esforzarse para estar más loco que totalmente loco. Pero se ha logrado.

Si sales de tu casa debe ser con autorización o una razón que lo justifique. Con barbijo y unas máscaras de plástico que me hacen acordar a las 10.000 leguas de viaje submarino. Te toman la temperatura. Miden tu distancia. ¡Atrás, atrás!!! ¡No camine, no respire, no exista!!!

Ya me veo dando clases “presenciales” con un traje espacial puesto, en un aula de 100 metros cuadrados donde habrá sólo 10 alumnos que te mirarán aterrorizados de no contagiarse. Se acabó la mano en el hombro, el abrazo fraterno, la mirada cercana de afecto. La vida es peligrosa. Muérete.

Tal vez llegue un momento donde puedas salir de tu casa sin pedir permiso PERO vacunado. O sea,  autorizado. Es lo mismo.

Tal vez llegue el momento donde puedas volver a viajar pero, si antes eras terrorista hasta que demuestres lo contrario, ahora, además,  estarás infectado hasta que demuestres lo contrario. No sólo deberás sacarte los zapatos porque podrías tener una bomba H en el pulgar, sino que deberás estar coactivamente vacunado, con barbijo, máscara, guantes, control de temperatura y si puedes un preservativo gigante en todo tu cuerpo.

Lo del control de temperatura es realmente conmovedor. Unas líneas de fiebre las puedes tener por miles de razones. ¿Así ahora para ir a un consultorio médico hay que NO tener temperatura? “Tengo fiebre, voy a la guardia”. “Pero para ir a la guardia NO tiene que tener fiebre”. ¿Soy yo el loco?

Como los que no estamos de acuerdo con todo esto somos unos descerebrados que ignoramos que hay algo que se llama contagio, volvemos a recordar a todo el mundo que hasta Diciembre del año pasado usted se podía contagiar de miles de cosas muy peligrosas, pero usted ni se preocupaba. Claro, una coherente conclusión es: bueno, deberíamos haber hecho eso todos los años y hacerlo siempre. Si es así, pregunto a todos los especialistas del mundo por qué no recomendaban estas medidas antes. ¿NO había microorganismos?

Les voy a decir lo que había: había sistema inmunológico (al cual están debilitando ahora con el encierro), había gente enferma que se quedaba en su casa, había una elemental distinción entre estar infectado y desarrollar la enfermedad, había japoneses que usaban barbijos y se sacaban los zapatos, siendo un ejemplo para el mundo, y estaba la conciencia de que vives y corres los riesgos correspondientes o te quedas en tu casa en una carpa de plástico, con un trastorno obsesivo-compulsivo por la limpieza que creo estaba en el DSM 4. Y todo eso con gripes, catarros, anginas, tuberculosis, neumonías y etc. con una tasa de letalidad igual, mayor o menor que el coronavirus famoso actual según el tipo de paciente y el sistema inmunológico.

NO había, por supuesto, respeto a las libertades individuales, y ahora menos aún, como si ya pudiera haber un “menos”.

Ese es el mundo que tenemos.

Esa es la locura, pánico y alienación colectiva explicadas por Ortega, Freud, y Fromm.

Ese es el verdadero contagio.

jueves, 14 de mayo de 2020

SE ACABÓ LA REBELIÓN EN LA GRANJA




Personajes:
Juan Oms (JO), dueño de la graja de esclavos UN Inc, S.A.
Juancito Oms (JOs), hijo del dueño.
Juan Fed (JF), administrador de la granja.
Fauci Omnipontent (FO), médico asesor.

Jos: Padre, tengo una mala noticia para usted.
JO:  ¿Qué?
Jos:  Un nuevo virus. FO sostiene que tenemos que poner a todos en cuarentena obligatoria.
JO: Uy ¡! Bueno sí, claro, siempre hemos protegido a nuestros esclavos…… No vamos a dejar de hacerlo ahora.
Jos: Pero pueden protestar. Hasta ahora nunca les habíamos impedido salir a trabajar, siempre que nos dieran el 50% de las ganancias.
JO: Entenderán. Están educados, saben de ciencia, confían en los médicos.
Jos: tendrán mucho miedo….
JO: es inevitable. Además mejor, así se cuidan más.
FO: Y tendrá que ser por varios meses.
Jos: ¿Y si algunos se oponen?
JO: Hijo, los tratamos bien, pero en última instancia son esclavos. No se pueden oponer.
Jos: pero están las redes….
JO: que digan lo que quieran. En otras granjas es peor.
Jos: ¿Y la desocupación, las empresas que quiebren…. ?
FE: emitimos moneda y estatizamos lo que sea necesario. Otras granjas nos pueden prestar dinero, además.
Jos: pero ya estamos muy endeudados.
FE: no queda otra.
JO: no discutan, gente. Con tal de salvarles la vida, lo que sea. Siempre hemos sido muy buenos. Hay esclavos que sólo piensan en sus empresitas pero son unos egoístas. Los esclavos deben ser solidarios entre sí.
Jos: ¿y cuándo levantamos la cuarentena?
JO: cuando salga la vacuna. La están haciendo en otras granjas. Pero va a tardar.
FE: van a queda menos libres que antes…
JO: ya eran esclavos, no sé qué más pretenden…. Además, la vida ante todo.
FE: Ok, ok.
JO: Jos, anuncia inmediatamente nuestra campaña. Quiero que el nro. de casos se actualice todos los días.
Jos: ¿casos o enfermos?
JO: ¿???
Jos: ok ok.
FE: ¿Y los que violen la cuarentena?
JO: van presos.
FE: ya están presos.
JO: sí, me refiero a casas menos cómodas.
FO: pero entonces se enfermarán más.
JO: ¿y qué quiere que haya? La ley es la ley.
FO: ¿Y los médicos que piensen distinto que yo?
FE: Y, seguramente no saben nada o alguien les paga.
FO: Por supuesto.
JO: Todo listo entonces?
Jos, FE, FO: excelente.
FO: Muy bien.

domingo, 10 de mayo de 2020

LA IMPORTANCIA FUNDAMENTAL DE LA VALENTÍA Y LUCIDEZ DE TRES CARDENALES


El “Llamamiento para la Iglesia y para el mundo”[1], firmado este 8 de Mayo por los cardenales Gerhard Ludwig Mueller, Joseph Zen Ze-kiun y Janis Pujats, ha sido una de las mejores noticias de estos últimos tiempos tan oscuros.
Lo que quiero destacar es la importancia que el documento da a las libertades individuales. Esa confluencia entre el pensamiento católico y el liberalismo clásico constitucional no debe ser pasada por alto. Es uno de los mejores frutos del Magisterio de Pío XII, Juan XXIII y Benedicto XVI. No porque ellos hayan confundido a la Fe con el liberalismo constitucional (como hacen los que confunden la Fe con el socialismo) sino porque han acompañado, sin afirmarlo como dogma, la importancia de las instituciones modernas como medios para la defensa de los derechos personales. Los cardenales firmantes no dicen de modo ambiguo “derechos humanos”, ni “derecho a las vacaciones pagas y etc.”, sino liberales individuales, comenzando por la libertad religiosa: “…Los hechos han demostrado que, bajo el pretexto de la epidemia de Covid-19 se ha llegado en muchos casos a vulnerar derechos inalienables de los ciudadanos, limitándose de forma desproporcionada e injustificada sus libertades fundamentales, entre ellas el ejercicio de las libertades de culto, de expresión y de movimiento”. La misma preocupación que ahora tenemos todos cuantos defendemos el liberalismo clásico contra todo tipo de dictaduras.
De igual modo, como si hubieran leído a Feyerabend, afirman: “…La salud pública no debe ni puede convertirse en excusa para conculcar los derechos de millones de personas en todo el mundo”, estableciendo la inmoralidad de la coacción de estos tiempos por un tema de principios, no de utilidad. Pero luego, pasando a esta última, agregan: “…Esto es tanto más cierto cuanto más aumentan las dudas planteadas por muchos en torno a la verdadera capacidad de contagio, peligrosidad y resistencia del virus. Muchas voces autorizadas del mundo de la ciencia y de la medicina confirman que el alarmismo que han manifestado los medios informativos al Covid-19 no parece totalmente justificado”.
Algunos están acusando al documento de ser partidario de las teorías conspirativas y que con ello pierde seriedad. La comparación es injusta. Los cardenales firmantes nada tienen que ver con las no muy cuerdas personas que andan diciendo que la llegada a la Luna fue filmada en Hollywood o que quien niegue que la Tierra es plana está pagado por los intereses de los marcianos. No los denigren de ese modo. Los cardenales se permiten dudar, preguntarse lo que nos preguntamos todos: por qué, ante las reiteradas dudas de ya muchos científicos sobre la efectividad de este encierro (inmoral, volvemos a decir, aunque sea efectivo), esas voces son silenciadas, no consideradas, acusadas de negacionismo, como su fueran psicópatas. Las dudas sobre las absolutas esperanzas puestas en una única vacuna, financiada por personas que claramente han manifestado su desprecio hacia todo lo cristiano (y por ende hacia la civilización Occidental) también son legítimas. Las dudas sobre la posible planificaciónque de todo tipo de medidas autoritarias y estatistas TAN convenientes a todo tipo de socialismos es también pertinente. Por eso este párrafo es totalmente pertinente: “…tenemos motivos para creer que hay fuerzas interesadas en generar pánico entre la población con el único fin de imponer de modo permanente formas inaceptables de restricción de las libertades, control de las personas y vigilancia de sus movimientos. Esta forma de imposiciones antidemocráticas preludian de manera inquietante un Gobierno Mundial que escapa a todo control”.
Es importante también su clara conciencia de que las reuniones públicas de los fieles no deben ser impedidas por el estado bajo ninguna circunstancia. Muchos creyentes y no creyentes han confundido el tema del contagio con el tema legal y moral.  Todos los ciudadanos tienen pleno derecho a asistir a las iglesias, templos, sinagogas y mezquitas cuando quieran y como quieran. Ese es su derecho. Los riesgos que corren son cosa suya. Por lo demás, la decisión de “dispensar” el precepto dominical, en el Catolicismo, es muy opinable y riesgoso para la Fe. Cualquier fiel está ipso facto perdonado de no haber asistido a Misa si el motivo fue una enfermedad. Si hay dudas, se consulta con el confesor. Así fue siempre y las circunstancias actuales no lo modifican. Si un creyente piensa que no debe ir a misa por temor a contagiarse o contagiar (lo cual ya sucedía ANTES del 2020…) lo corrobora luego con su confesor y punto terminado. Esta dispensa general y la creencia de que la Gracia de Dios puede llegar por internet (1) ha confundido aún más a varias generaciones ya de católicos acostumbrados a que el precepto dominical es una cuestión de gustos o de sentimientos.
Por ello “…los Pastores reivindicamos enérgicamente el derecho a decidir de forma autónoma en lo que se refiere a la celebración de la Santa Misa y los Sacramentos, como también exigimos plena autonomía en materias que están dentro de nuestra inmediata competencia y jurisdicción, como por ejemplo las normas litúrgicas y la manera de administrar la Comunión y otros Sacramentos. El Estado no tiene el menor derecho a interferir por motivo alguno en la soberanía de la Iglesia. La colaboración de las Autoridades Eclesiásticas, que jamás ha sido negada, no supone por parte de las civiles prohibiciones ni limitaciones al culto público o el ministerio sacerdotal. Los derechos de Dios y de los fieles son ley suprema de la Iglesia que ésta no quiere ni puede abrogar. Solicitamos que nos sean retiradas las limitaciones a la celebración del culto público”.
Admiramos y miramos con esperanza a este documento, que suple lo que un magisterio, que todos extrañamos, debería haber dicho desde el principio. Esperemos que se difunda lo más posible y sea leído por millones de millones. En medio de la oscuridad de este totalitarismo global, es un signo de esperanza y de futuro renacimiento de al menos un sector del planeta donde Catolicismo y liberalismo trabajen juntos por la libertad.
Elevo a Dios intensamente la oración de que se cumpla alguna vez la esperanza del gran L. von Mises: “Quizá se halle justificada la esperanza de que el cristianismo y el liberalismo puedan trabajar juntos en la reconstrucción de la obra de la civilización, que sus enemigos comunes han destruido” (Socialismo, 1922).
Este documento va evidentemente en esa línea.

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(1) La Gracia de Dios viene por donde quiere. A lo que nos estamos refiriendo es a la real presencia del sacramento ex opere operato. 

domingo, 3 de mayo de 2020

UPDATE: ULTIMAS VOCES HERÉTICAS CONTRA LA OMS Y LA CUARENTENA OBLIGATORIA


(PARA LOS QUE PUEDAN ESCUCHAR OTROS PUNTOS DE VISTA SIN INSULTAR).