El mundo ya estaba
totalmente loco y la verdad hay que esforzarse para estar más loco que
totalmente loco. Pero se ha logrado.
Si sales de tu casa debe
ser con autorización o una razón que lo justifique. Con barbijo y unas máscaras
de plástico que me hacen acordar a las 10.000 leguas de viaje submarino. Te toman la temperatura. Miden tu distancia.
¡Atrás, atrás!!! ¡No camine, no respire, no exista!!!
Ya me veo dando clases
“presenciales” con un traje espacial puesto, en un aula de 100 metros cuadrados donde habrá
sólo 10 alumnos que te mirarán aterrorizados de no contagiarse. Se acabó la
mano en el hombro, el abrazo fraterno, la mirada cercana de afecto. La vida es
peligrosa. Muérete.
Tal vez llegue un momento
donde puedas salir de tu casa sin pedir permiso PERO vacunado. O sea, autorizado. Es lo mismo.
Tal vez llegue el momento
donde puedas volver a viajar pero, si antes eras terrorista hasta que
demuestres lo contrario, ahora, además, estarás infectado hasta que demuestres lo
contrario. No sólo deberás sacarte los zapatos porque podrías tener una bomba H
en el pulgar, sino que deberás estar coactivamente vacunado, con barbijo,
máscara, guantes, control de temperatura y si puedes un preservativo gigante en
todo tu cuerpo.
Lo del control de
temperatura es realmente conmovedor. Unas líneas de fiebre las puedes tener por
miles de razones. ¿Así ahora para ir a un consultorio médico hay que NO tener
temperatura? “Tengo fiebre, voy a la guardia”. “Pero para ir a la guardia NO
tiene que tener fiebre”. ¿Soy yo el loco?
Como los que no estamos
de acuerdo con todo esto somos unos descerebrados que ignoramos que hay algo
que se llama contagio, volvemos a recordar a todo el mundo que hasta Diciembre
del año pasado usted se podía contagiar de miles de cosas muy peligrosas, pero
usted ni se preocupaba. Claro, una coherente conclusión es: bueno, deberíamos
haber hecho eso todos los años y hacerlo siempre. Si es así, pregunto a todos
los especialistas del mundo por qué no recomendaban estas medidas antes. ¿NO
había microorganismos?
Les voy a decir lo que
había: había sistema inmunológico (al cual están debilitando ahora con el
encierro), había gente enferma que se quedaba en su casa, había una elemental distinción
entre estar infectado y desarrollar la enfermedad, había japoneses que usaban
barbijos y se sacaban los zapatos, siendo un ejemplo para el mundo, y estaba la
conciencia de que vives y corres los riesgos correspondientes o te quedas en tu
casa en una carpa de plástico, con un
trastorno obsesivo-compulsivo por la limpieza que creo estaba en el DSM 4. Y
todo eso con gripes, catarros, anginas, tuberculosis, neumonías y etc. con una
tasa de letalidad igual, mayor o menor que el coronavirus famoso actual según
el tipo de paciente y el sistema inmunológico.
NO había, por supuesto,
respeto a las libertades individuales, y ahora menos aún, como si ya pudiera
haber un “menos”.
Ese es el mundo que
tenemos.
Esa es la locura, pánico
y alienación colectiva explicadas por Ortega, Freud, y Fromm.
Ese es el verdadero
contagio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario