El título de este blog revela cuándo puedo entender yo de geopolítica internacional. ¿No era Milei? ¿Era Trump? ¿O la era Trump? ¡Ah no, Kiciloff se enojó con Trump! ¿O no? ¿Cómo era? Ah ya sé. Ok, Kiciloff le invadió Moscú a Putin. Ahora entiendo.
Más allá de mis enoooooooooooormes conocimientos de geopolítica, y más allá de la total inutilidad de mis comentarios, hay algunas otras cosas que me llaman la atención. Primero, la absoluta falta de matices, de grises, de distinciones, por ambas partes. Estuve revisando las redes. Impresionante la alineación absoluta ya con Trump, ya con Zelensky: malo malo malo, bueno bueno bueno, para cualquiera de los dos, y además, con toda la catarata inagotable de insultos y descalificaciones para el que se ubique en uno u otro bando. Y yo estudiando los matices de las esencias, las “capas” de las esencias en Husserl, los niveles de interpretación en Gadamer. Pobre de mí. Es todo o nada. Eres amigo o enemigo, leal o traidor, imbécil o genio. Ayer hubo dos héroes, dos gigantes del arte de la guerra, dos Apolos, dos Goliats, estés con uno o con el otro, por supuesto. No dos humanos en conflicto. No, porque si estás con uno, el otro ni siquiera es humano, el otro es una bestia, un imbécil, un descerebrado, un asco viviente.
Eso pasa, como lo hemos dicho muchas veces, cuando se pierde el pacto político fundamental, y cuando la guerra civil se evita sólo por la democracia de facciones, donde una facción enterraría a la otra, si pudiera, en el centro de la Tierra, pero los restos de democracia constitucional evitan con alambre el peor escenario.
Curiosamente, ese mismo día aquí, en el fin del mundo, Milei y Kiciloff también se decían de todo sin piedad. A fines del s. XIX los ejércitos de uno y otro se hubieran destrozado en el campo de batalla, como ya pasó, en las cuasi infinitas guerras civiles argentinas, sólo terminadas en 1983, pero débilmente, siempre cerca de resurgir.
Eso explica también el tipo de liderazgos que surgen: personalidades fuertes, donde la diplomacia……… ¿Qué diplomacia? Fue la pregunta de Zelensky, precisamente, que me hace acordar a Galtieri. Le respondieron “diplomáticamente”. Otra psicología hubiera sonreído levemente, se hubiera puesto de pie y hubiera dicho “bueno, muchas gracias Sr. Zelensky, qué agradable reunión, firmemos el acuerdo, sáquese una foto y llévese una gorrita MAGA”, ja ja, pero no, los reflejos van para otro lado. Aquí también. Qué cuesta cruzar la General Paz y decir: Axel, vos sos Keynes y Marx, yo soy Mises y Rothbard, pero bajemos un cambio, tenemos que gobernar juntos, pero no, ya es muy tarde para eso.
Y el otro tema que me llama la atención: el manejo de la imagen, las políticas comunicativas. Hablen antes, arreglen todo lo que haya que arreglar, a puertas cerradas, y luego fotitos, sonrisitas y a otra cosa. Sí, será menos sincero, pero la izquierda internacional es diabólicamente delicada en sus formas mientras literalmente te mata por atrás. Y está esperando cualquier desliz comunicativo para caerte encima. Pero no, el horno no está para bollos cuidadosos. “Fachos”, unos, “zurdos de m”, los otros, y así anda el mundo donde soldados muy jóvenes rusos y ucranianos se desangran en el campo de batalla, igual que los casi niños argentinos e ingleses en el 82, mientras que los “adultos” hacían y deshacían las vidas de los demás.
Ya cambiarán los tiempos. No soy totalmente pesimista. La vida de una persona es corta, los tiempos de la Historia, largos, y los tiempos de Dios, infinitos.
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