Una frase con la se quiere describir una aterradora realidad, donde la esclavitud vuelve a ser parte del modelo social como un contrato de supervivencia.
No puedo pensar en enfrentarme a un paradigma donde sobrevivir importa más que vivir, donde todo se remite a la negación de la esencia humana, a pensar que solo una “vacuna” es la esperanza de la libertad.
¿Qué es de nuestra “esencia humana”? Todos aquellos gestos, sentimientos y culturas que nos hacen humanos y no otra especie. Que han forjado el progreso porque fueron inspirados desde la libertad, la empatía, la razón y la trascendencia. “Y así, hoy, millones de personas han aceptado pasivamente, sin pensarlo, eliminar comportamientos espontáneos, perfectamente permitidos por el Super Yo, tales como abrazarse, saludarse con un beso, comer juntos, estar juntos, acercarse, bailar, jugar, correr, divertirse sanamente y en familia” (Gabriel Zanotti)1
Espantosamente en nombre de la salvación de la especie humana dejamos morir a nuestros seres amados en la soledad, sin la despedida necesaria. Gobiernos y especialistas han secuestrado el amor filial, la última mirada. El miedo, en nombre de la Santa Prudencia (que no está en ningún altar), ha reemplazado la valentía humana.
La muerte no esta en manos de un virus. La muerte viene de la mano del silencio obligado por la autoridad, por ese abismo que solo muestra dos alternancias ideológicas del pensamiento humano como únicas formas de la concepción de ideas2.
Por ello muchos traducimos nuestros pensamientos en letras que nos puedan transcender, para “presentar nuestra posición tan clara y lógicamente como sea posible” (Steven Pinker)3 y ayudar a impulsar a aquellos que aun buscan en el uso de la razón la herramienta para observar, pensar y progresar.
En esa nueva normalidad los comunicadores desde los Medios de Comunicación cerraron filas transformándose en policías y jueces vigilantes, como un universal panóptico que todo lo ve desde sus cámaras, para reprimir y castigar a toda disidencia, a todo rompe cuarentena, a todo esparcidor del virus SARS-COV-2. Han mostrado la peor cara de una cuarentena que no ha sido otra cosa que un Estado de Sitio decretado para salvar a la Especie Humana.
Mientras tanto los ciudadanos del mundo, que surcan las calles y senderos todos los días para sobrevivir se encontraron: sin acceso a los hospitales, porque están destinados solo a salvar del Covid19; sin médicos porque están temerosos de ser contagiados; sin medios de transporte, porque allí se contagian; sin medicinas, porque han cerrado las puertas al mundo; sin trabajo, porque primero hay que sobrevivir.
La nueva normalidad no es normal, más bien es un Gulag Ruso de Stalin.
Un Gobierno tiene la obligación de confiar en sus ciudadanos, son aquellos que le delegaron la administración. No es rol de un gobierno decidir y definir cómo deben vivir los ciudadanos. Si es su obligación primaria y moral hacer todo lo posible para que los ciudadanos cuenten con el conocimiento y las herramientas necesarias para que puedan resolver sus problemas.
Los seres humanos vivimos con una premisa cierta e ineludible: la muerte es parte de la vida de este mundo. Esta nos encuentra de infinidad de formas y nos lleva. Mueren millones en las guerras, son asesinados millones en manos de la delincuencia, perecen millones por enfermedades que a ningún político le preocupa encontrar una vacuna. Es parte de nuestras vidas y por ello no nos encerramos ni claudicamos.
Ser aseados, proteger a los humanos y cuidar nuestro entorno no es una Nueva Normalidad, es lo normal. Así, estábamos trabajando antes para mejorar y progresar. No es algo nuevo. Lo nuevo es la esclavitud a la que nos obligan en nombre de sobrevivir y lo llaman Nueva Normalidad.
Siempre llega la luz, siempre esta presente la esperanza. Los seres humanos hemos progresado gracias a la Libertad, la hemos conocido y nos revelamos ante quien nos la quiere robar. Con la Libertad podemos expresarnos, disentir, resolver problemas, defender lo nuestro, amar, crecer, progresar y fundamentalmente vivir humanamente. Este es el primer y fundamental Derecho Humano, sobre el que se basan todas las Instituciones del progreso, todos los gobiernos que representan al pueblo, todos los medios de comunicación que transmiten la verdad.
La Nueva Normalidad es un término que no quisiera volver a escuchar. Significa todo aquello que sabiamente dejamos en el pasado, que entorpeció el progreso humano, que puso grilletes en nuestras manos y pies. Un virus, como millones que recorren nuestro planeta, puede justificar lo injustificable.
NO a la Nueva Normalidad … SI a la vida.
Pablo A. Bevilacqua
Sgr.1369@gmail.com
----------------------------------
1 http://gzanotti.blogspot.com/2020/08/la-naturaleza-humana-grita-su-esencia.html
2 Steven Pinker (Psicología Experimental). Universidad de Harvard. En defensa de la Ilustración
3 Steven Pinker, Reportaje de Alconada Mon para La Nación (Argentina) 5/8/2020
https://www.linkedin.com/in/pablobevilacqua/ sgr.1369@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario