“Era ejecutivo de una
petrolera y rico, pero se ha desprendido de todo y ahora es monje en…”
Así como este caso, muchos
portales católicos están llenos de casos parecidos. Laicos que habiendo
alcanzado muchos logros en sus respectivos oficios, lo dejan todo para seguir
la vida religiosa.
Y está muy bien. Es muy
valioso. ¿Quién lo niega?
Pero nadie habla de los
laicos que habiendo logrado grandes cosas en su profesión, lo dejan todo para
seguir en su profesión y con sus grandes logros.
¿Lo dejan todo?
Sí, porque esa es la
santificación laical. Eso es el llamado universal a la santidad, que parece
seguir siendo ignorado ante estos grandes títulos. Sí, porque seguramente debe
haber muchos ejecutivos de grandes empresas que deciden ser santos en esa misma
situación, pero nadie se entera, o a nadie le importa, o nadie cree que sea
posible.
Sí, porque también la
santidad en el mundo consiste en abandonar el hombre viejo para vivir, en su
oficio, el hombre nuevo del evangelio.
¿Quién dijo que la vida
religiosa NO puede tener fama, poder y dinero?
Fama y poder han tenido
grandes papas, ya presbíteros o religiosos, y dinero, ni les cuento. ¿Y? Se
supone que frente a todo eso, el desafío de la santidad es como una lluvia ante
la cual abrimos el paraguas y seguimos nuestro camino. Después del pecado
original, el éxito, la fama, el poder o el dinero son como lluvias deliciosas
ante las cuales cerramos el paraguas y nos dejamos empapar, deteniendo nuestro
camino y embriagándonos de soberbia. La santidad consiste, en cambio, en seguir
la propia vocación, haciendo el bien, con fama o sin ella, con dinero o sin él,
con éxito o sin éxito: la santidad es llevar a la plenitud el llamado que Dios
nos hizo para amarlo sin medida a El y al prójimo, sin o con cuestiones
totalmente accidentales al seguimiento del propio camino.
Por ende, a los ejecutivos
de petroleras que sean santos, y sean conocidos por ser ejecutivos de
petroleras pero no por ser santos, yo les dedico estas simples palabras,
diciéndoles que en los periódicos de Dios salen sus noticias, y en el cielo hay
grandes alegrías y festejos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario