Algunos me dirán: ¿vos
sí? Bueno, soy humano y estudio a Freud. Sobre lo primero me dirán que no, que soy marciano, y sobre lo segundo me dirán: ¡peor para vos !!!!!!!!!!!!!!! Bueno, veremos.
Ciertos acontecimientos
recientes me siguen haciendo reflexionar sobre la época en la que vivimos.
Se suponía que
entendíamos la sexualidad, que la aceptábamos, que no la rechazábamos como algo
horrible y culpógeno como en épocas anteriores.
Pero cuando veo que Joe
Biden es acusado de sexual harassment
por una escena como esta, acusación que fue negada por la misma mujer de la
foto, me pregunto si realmente es así.
La pregunta es si ese
gesto, esas manos sobre los hombros, tiene intención sexual o no.
Yo comprendo que ahora
debemos tener más cuidado en nuestras expresiones de afecto, NO por miedo a las
de me too, sino porque SIEMPRE hay
que ser caballero y tratar como una dama a una mujer. Es más, todo el judeo-cristianismo, tan denostado por el feminismo,
impuso a los varones deberes muy estrictos en cuanto a no tener actos sexuales
excepto que con la propia esposa, con todo el cuidado en nuestros usos y gestos
externos que ello implica.
Pero ello NO implica
que el ser humano sea un robotito que se aprieta un botón y entonces “esto es
sexual” y luego se aprieta otro que dice “esto no es sexual” y pasa de una cosa
a la otra como si fuera algo de todo o nada. Porque en la sociedad actual hay
un mensaje implícito: si hay consentimiento, toca el botoncito de sexual y
entonces “debes” ser el gran tigre o tigresa en la cama. Si NO, apaga el
botoncito y entonces incluso el más mínimo pensamiento sexual es sexual harassment. Qué fácil. Parece que
eso es el ser humano: un robotito. 100% en un caso, 0% en el otro. ¡Qué
magnífica comprensión de lo humano!!!!
Pero esto sucede no
sólo por la baja política de siempre (la acusación sale AHORA, por supuesto, de
una colaboradora de Sanders), no sólo por el feminismo radicalizado e
ideológico de la mayoría de las de me too,
sino porque verdaderamente aún no se ha comprendido a Freud.
Me van a decir: ¿y vos
sí? Si ello implica que soy infalible, claro que tampoco, pero después de
haberlo estudiado, sencillamente creo que sí lo entiendo, y si alguien piensa
diferente me dirá sus razones.
Las pulsiones de Joe
Biden y las de todos los seres humanos fueron indiferenciadas en su momento.
Sobre todo, la pulsión de vida es, al principio, indiferenciada. Es una pulsión
hacia el otro, con su componente narcisista, claro, no diferenciada en el bebé.
Llamar a eso sexualidad como si fuera la sexualidad adulta es un grave error.
Pero es libido. Yo la llamo pulsión de abrazo.
Esa libido, si el super
yo funciona, tiene dos direcciones: una de amor de ternura, cortada a su fin
sexual, dirigida al endogrupo (padres y hermanos) y otra, el amor hacia la pareja
del exogrupo, NO cortada a su fin sexual, que va atravesando diversas etapas
(sexualidad infantil, latencia, genitalidad). Si el super yo no funciona, sale
un perverso y-o un psicótico.
Ahora bien, ¿qué hace
ese ser humano socialmente adaptado con pulsiones sexuales que chocan con el
criterio de realidad y-o el tabú del incesto? De modo inconsciente, las
sublima. Es lo que hace un padre con la hija, un hermano con una hermana, o al
revés, y es lo que hacemos todos con todo ser humano ante el cual adoptamos la
función paterna o la de hermano. Esos afectos han sublimado la sexualidad
sencillamente porque parten de la libido originaria pero la “cortan” a su fin
sexual.
Pero ese “corte” NO es
todo o nada, cero o uno. Es un corte que depende de la posición en la que el
sujeto, con mayor o menos manejo de su
inconsciente, logra colocarse. Con mayor o menos manejo, no es todo o nada.
Por ende el abrazo o el beso NO sexuales socialmente y no sexuales en la edad
adulta NO son no sexuales desde el
punto de vista de la pulsión originaria. Perdón el trabalenguas pero es así. La
pulsión está allí, pero sublimada. Si el sujeto está MUY bien evolucionado
psíquicamente (pocos) no tiene ningún
problema. Si hay un leve desequilibrio entre el super yo y el ello, el sujeto
percibe la tensión, pero si es un neurótico normal (o sea TODOS…. Los que no son perversos o psicóticos) la maneja bien
y la sublima de vuelta. Pero no aprieta
ningún botón. Y a veces, aunque no lo
diga, quiere ser hermano de su cónyuge y cónyuge de un no hermano que no es
cónyuge. Y por eso la terapia debe ser permanente.
Exigir que Joe Biden, o
sea todos nosotros, distinga perfectamente entre un gesto de afecto sexual “o
no” desde el punto de vista de sus sentimientos más internos e inconscientes,
es NO saber qué es el ser humano. Pedirle que tenga cuidado, que sublime, que
re-direccione, debería ser obvio también, pero el primero que hizo ese pedido
fue el Judeo-cristianismo, ahora tan denostado por todos. En fin, un tiempo
raro. Una época histeroide.
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