martes, 5 de diciembre de 2023

REFLEXIONES PARA UNA IGLESIA CATÓLICA PROFUNDAMENTE DIVIDIDA

Las recientes medidas de Francisco contra Mons. Burke tendrán el obvio efecto de profundizar la grieta entre el actual pontificado y el Catolicismo conservador norteamericano.
Pero lo mismo sucedió con las medidas de JPII contra los obispos que estaban en la teología marxista de la liberación. No los convenció de nada, sólo los dejó murmurando bajo y con odio para luego vengarse, como lo hicieron con su sucesor Benedicto XVI, para ellos más odioso aún que JPII. 
Me imgino que si Francisco muriera y eligieran (que no creo) a un norteamericano conservador como Pontífice, sucedería lo mismo. Vendría la venganza del otro lado.
Y así sucesivamente, con un corsi e ricorsi casi ridículo donde la Iglesia Católica seguirá dividida en facciones, aunque sin cisma oficial, cada una con su propia liturgia, magisterio y doctrina. 
¿Tiene solución esto?
Si, claro, por la indefectibilidad de la Iglesia, pero humanamente no la vemos. 
El Magisterio ha dejado de tener autoridad en los católicos. Ya hemos comentado por qué, en cierta medida, (https://institutoacton.org/2016/04/12/la-devaluacion-del-magisterio-pontificio-gabriel-zanotti/ ) pero el problema comenzó con Pío IX, cuando en pleno debate por la infalibilidad, dijo "la tradición soy yo". Si nos pudiéramos enterar de los pensamientos secretos de muchos obispos, en ese tiempo, ante semejante cosa, nos llevaríamos buenas sorpresas. Pero como los pontífices hablan y hablan en temas opinables, no sólo en temas sociales, sino en cuestiones que hoy, retrospectivamente, son cuestiones libres entre teólogos (caso Rosmini, caso Henri De Lubac), en las cuales el tiempo los ha desautorizado, ¿con qué autoridad hoy un pontífice dice que no a ciertas cosas cuado los que las sostienen pensarán que el futuro es de ellos?
Los partidarios de los cambios en materia de moral sexual remiten a otros cambios que ya hubo, pero no es el mismo caso. Claro que hubo cambios en temas como la tasa de interés, las relaciones entre Iglesia y estado, la guerra y diversas cuestiones sociales, temas todos harto opinables, pero en materia de moral sexual, que tienen que ver con los preceptos primarios de la Ley Natural, todo lo que hubo en 2000 años han sido cambios en la pastoral, pero no en la doctrina. Lo mismo con respecto a las NO excepciones en mandamientos morales negativos, porque se trata de la permanencia de los 10 mandamientos. 
Por ende esta situación cismática de hecho no me conduce a un escepticismo de derecho. El magisterio de JPII y de Benedicto XVI en materia de dogma y costumbres ha remitido siempre a la doctrina bi-milenaria de la Iglesia e incluso Benedicto XVI llamó a interpretar al Vaticano II desde una hermenéutica de la continuidad, aunque admitiendo reformas en temas contingentes que, por el referido problema en cierto magisterio, los lefevbrianos ven como esenciales. 
El asunto es, sin embargo, que un futuro Papa que sea ortodoxo, o sea católico en materia doctrinal, deberá saber que no podrá, de hecho, recurrir a su autoridad pontificia para "imponer" la sana doctrina. No lo obedecerán en absoluto. Deberá recurrir al diálogo, a conversaciones directas NO disciplinarias. Tendrá que cumplir, por supuesto, con su función magisterial, sobre todo para proteger la fe de los más sencillos, pero con los demás deberá recurrir a peticiones, exhortaciones, almuerzos, cenas, pero los "mandatos" serán inútiles. Deberá nombrar, sí, a obispos y cardenales buenos, pero será inútil que intente echar a los que piensen diferente y cuenten con el apoyo de su feligresía. Tendrá que tener cierta autoridad moral para poder hablar con ellos sin imponer. 
Dificil, porque habitualmente los más dialogantes son más elásticos en materia doctrinal y al revés. Pero será necesario. Lo digo de vuelta: quiera la Providencia que un nuevo Santo Domingo sea pontífice.
 Más que una opinión, es una oración. 

2 comentarios:

Günther Beckett dijo...

Gabriel, lo mejor de este "pontificado", si realmente hay pontífice, es que puso todo en blanco y negro, con una ya muy delgada línea gris en medio. El cisma es material, nada impide que llegue a ser formal y aun así se mantendría la promesa de indefectibilidad. Al fin y al cabo, la iglesia verdadera de los últimos tiempos se carectizará por los pocos y mártires, sean de sangre o morales.
Gabriel, te conmino afectuosamente en Cristo, a que tires unas líneas a modo de intro sobre la relación directísima y casi pornográfica entre la llamada nueva derecha liberal y el sionismo puro y duro de forma mentis claramente anti católico.
Saludos.

Esteban P. dijo...

Gabriel, muy interesante
Mira este libro que publico un hermano y aqui resumen en una noticia
Un abrazo

https://www.religiondigital.org/libros/parrocos-ganaban-parroquias-concurso-intervenia-rafael-pardo_0_2529946998.html

Esteban