jueves, 31 de diciembre de 2020

LA IGLESIA CATÓLICA NO ESTÁ MUERTA NI LO PUEDE ESTAR

Con todo lo que está sucediendo últimamente en la Iglesia (y yo no soy ni he sido precisamente "el" optimista) parece que sí. Pero no.

La Iglesia NO es ESTE Papa ni ningún otro. NO es el Estado del Vaticano. NO es la "curia" y sus intrigas. NO es este o aquél período histórico. 

No.

La Iglesia es el Cuerpo Místico de Cristo. Su Cabeza es Cristo. El Papa es su cabeza visible, cuya única y esencial misión es confirmar en la Fe a sus hermanos, como primus inter pares en los Concilios Dogmáticos. Le siguen los Obispos legítimamente ordenados, los sacerdotes, los diáconos y los laicos como sucesión apostólica. Los laicos no son el furgón de cola sino la Iglesia en el mundo. Y por más que todos se peleen, el Depósito de la Fe está en las declaraciones de los Concilios Dogmáticos. Nada más. Ni nada menos.

Y la vida de la Iglesia pasa por la Gracia de Dios, extra-ordinaria y ordinaria. Para esta última están los sacramentos. Los Sacramentos son ex opere operato. ¿Qué es eso? Que no dependen de la bondad moral o autoridad intelectual de quienes los administren. Dependen de que la fórmula y la liturgia esencial sean las correctas. Y listo. Y entre los sacramentos, hay dos que nos permiten seguir a pesar de todo: la Eucaristía y la Reconciliación. Por más imbécil que sea un Papa, un Obispo o un sacerdote desde el punto de vista humano, la Eucaristía y la Confesión son válidas más allá de él. Y eso es lo importante. Esta es la realidad sobrenatural de la Iglesia que NO está presente en cualquier otro humana y contingente institución. Por eso, en el diálogo con nuestros hermanos protestantes, es esto TAN importante. La Eucaristía y la Confesión eran válidas ANTES de 1517. NO dependían de las barbaridades que se hicieron con las indulgencias ni de la corrupción humana de Roma. Y el juego de lenguaje de Trento se puede dialogar. 

Y ahora es lo mismo. 

Por lo tanto, gente, aunque ahora -y no es la primera vez- la Iglesia, desde el punto de vista humano, sea un caos, como Cuerpo Místico de Cristo nada ni nadie la puede matar. En medio de las barbaridades humanas de los bautizados, la Eucaristía, la Confesión, el Bautismo, la Sucesión Apostólica y los demás sacramentos siguen y seguirán. Católico, no pierdas esa calma. Deja solo al Vaticano y sus tonterías. Ya llegará otro Papa humanamente bueno. Mientras tanto, vive en la memoria presente y viva de la sangre de los mártires y la bondad sobrenatural de los Santos. No desfallezcas. Cristo está con nosotros hasta el final de los tiempos.