No, NO es “meter miedo”. Yo no hago estrategias discursivas que
al modo postmoderno puedan servir para un lado o para otro. Tampoco contrapongo
el discurso a los hechos. Los discursos forman parte esencial de lo real, y su
verdad tiene que ver con la verdad del horizonte desde donde están formulados.
Por ende no se trata de “meter miedo” sino de recordar la verdad
de una historia –relatada desde la verdad de un horizonte- que, al parecer,
tiene que ser contada una y otra vez.
El peronismo, es fascismo musoliniano argentino, que no se fue
nunca de nuestro horizonte cultural –sea de derecha, de izquierda o marciano-
fue sacado por la fuerza en 1955, y sólo porque su “querido líder” –como Kim
Jong-un- cometió el error de pelearse con una iglesia cuyos católicos lo habían
apoyado casi en bloque, excepto los justos que siempre quedan, como los
entonces liberales de la democracia cristiana que seguían al “hereje” Jacques
Maritain.
Coherentemente, reaccionaron con fuerza contra la fuerza. El
supremo líder, que nunca dejó de gobernar, ante la ingenuidad de los
antiperonistas, comenzó a apoyar lentamente la idea de una revolución armada.
Que ya, en os 60 y en los 70, comienza a ser un intento de imitación, bastante
exitoso, del castrismo cubano. Y casi lo logran. Montoneros fue la coherente
derivación del peronismo adecuado a la historia de su tiempo, un tiempo que
pasaba ya por Cuba y no por Mussolini. Y así, comenzaron con la guerrilla
armada, esta vez apoyados por los teólogos de la liberación y por los llamados “sacerdotes”
del tercer mundo. Mataron y asesinaron por doquier. Junto con ERP, asesinaron y
mataron con una crueldad inusitada, pero, claro, para ellos se estaban “defendiendo”
contra la agresión de imperialismo capitalista, porque “la violencia de arriba
engendra la violencia de abajo”. Los católicos, desde Pablo VI para abajo,
estaban intelectualmente inermes para responderles: “tienen razón, ok, el
capitalismo es un horror, pero sean buenitos”. En fin. O en principio. El
principio de lo que aún sufre la Iglesia.
Hacia el 72, tribunales civiles legales, constitucionales,
lograron juzgarlos y condenarlos con debido proceso, a gran parte de ellos.
Pero entonces gana las elecciones Héctor J. Cámpora, una de
cuyas primeras medidas fue la amnistía de los llamados “presos políticos”.
Salieron con furia y alegría a realizar su venganza, y comenzaron de vuelta los
asesinatos y los secuestros. Todo en nombre de los pobres y la lucha contra el
capitalismo. Lo primero que hicieron fue asesinar al juez Quiroga, que había
tenido la valentía de procesarlos y condenarlos.
Y de ese modo la bandera cubana casi se levanta en Argentina,
comenzando por la provincia de Tucumán. Hasta que el vaciamiento institucional
total y el avance de Cuba hace reaccionar a los militares conservadores que
sencillamente tienen que caminar hacia la Casa Rosada y mandar a la entonces
presidente –el último regalo de Perón a la Argentina- a un plácido retiro en el
sur. De vuelta, como en el 55 y en el 66, esos militares no se caracterizaban
por su sabiduría. No sólo no pudieron planificar bien una salida institucional,
no sólo no entendían absolutamente
naaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaada de economía, sino que además
decidieron aniquilar a los guerrilleros con sus mismas armas: secuestro,
asesinato y tortura. Un horror. Su último gran horror fue la guerra de Mavinas –apoyados
por casi todos, excepto Alfonsín y Alsogaray- que al menos tuvo el resultado de
que saco para siempre de la Argentina al factor militar como opción política.
Desde entonces en adelante todo fue un desastre excepto que, de
algún modo, con ensayo y error, se podría decir que los argentinos ensayaban en
cada votación un intento de estabilidad institucional democrática, siempre al
límite: la salida acelerada de Alfonsín, el intento de tercer mandato de Menem,
el golpe de estado civil-peronista contra De La Rúa, y el gobierno de Duhalde.
Pero durante todo ello, Montoneros no intentó adecuarse a nada. Allí estaban
esperando, agazapados, el momento para volver al poder. Pero muy sagazmente,
sin revolución violenta. Sólo tenían que volver bajo las apariencias de
institucionalidad constitucional y poner el rumbo muy claro, aunque casi nadie
se diera cuenta, hacia Venezuela. Y lo lograron, y los que lo advertíamos
éramos ridiculizados. Eso fue y sigue siendo el kircherismo. No su corrupción,
sino su decidido enfoque ideológico hacia Venezuela que, si lo hubieran hecho
sin corrupción, ya seríamos un estado satélite del pajarito viviente.
Eso fue y sigue siendo el kirchnerismo. Al principio comenzaron
despacito. Bueno, despacio para lo que son ellos.
Hay que recordar la “foja de servicios” del kirchnerismo. Como
ya dije una vez: el kirchnerismo, coherentemente, revivió el odio y la venganza
de los terroristas que en los 70 asesinaron en nombre de Marx y la liberación,
y puso a varios de ellos en el gobierno, porque eso es lo que eran. Juzgó para
un solo lado, y ese doble standard borra toda autoridad moral a su política de
derechos humanos.
Nestor Kirchner
incentivó el odio, y su estilo de “crispación” era la coherente expresión de
aquél que piensa que de un lado están los explotados y del otro los
explotadores. De ese modo, violó permanentemente el orden constitucional
republicano donde esa dialéctica marxista no tiene cabida. Siempre fue
coherente. Manipuló a los jueces y desobedeció a lo corte. Ignoró al poder
legislativo. Persiguió a los que pensaban diferente y podían hacerle sombra.
Digno discípulo de Juan Domingo Perón. Provocó con todo ello una enorme anomia
institucional. Comenzó a perseguir a la prensa libre; subió la carga impositiva,
expandió el gasto, comenzó a emitir, liquidó al banco central independiente,
intentó controlar precios, re-estatizó empresas, subsidió a las empresas de
servicios públicos con más gasto público, generó clientelismo político, privó
de libertad a las provincias con el control de sus fondos, llevando a la
economía hacia una nueva crisis que, suerte para él, le explota a los macristas
en el 2018. Concentró, consiguientemente, todo el poder. Se rodeó de las peores
personas, llenas de resentimiento y enloquecidas de odio, verdaderas
personalidades psicopáticas en cuyas manos puso prácticamente al país. A nivel
internacional, se alió con Chavez, en una alianza profunda cuya peligrosidad,
en tanto a la cubanización de toda América Latina, pocos llegaron a advertir, y
muchos siguen sin advertir. Sostuvo a los peores dictadorzuelos
latinoamericanos y logró manipular la absurda Unasur para ese servicio, bajo la
complicidad o indolencia de los demás dirigentes. Promovió el aborto, promovió
un tema grave como la ley de matrimonio homosexual por motivos políticos y al
principio de su gobierno no logró entender ni convencerse de que no era el Papa
y que la remoción de los obispos no estaba en sus manos. Y, por último, siguió
gobernando bajo el mandato formal de su esposa, usurpando el poder, siendo por
ende presidente de facto, burlándose de todo el orden institucional. Nunca se
sabrá si murió de forma natural o fue asesinado, pero el gobierno de su esposa
agravó totalmente todas estas cosas. Cristina Kirchner fue un modelo perfecto
de dictadora autoritaria de izquierda, adalid de dictadores como ella, una
cuasi psicótica, cerrada al diálogo, amante de hablar horas y horas, auto-considerada
la gran arquitecta del universo, llevando su discurso a niveles de delirio
parecidos a los de Maduro, siendo ello totalmente funcional a los marxistas no
delirantes que seguían con gran alegría nuestro camino directo hacia el eje
Cuba-Venezuela.
Pero no se atrevió a
eliminar la corte ni a socavar totalmente al sistema electoral.
Ello permitió el
cuasi-milagro, alentado por su enooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooome
corrupción, de que Macri y Vidal ganaran las elecciones. A los cuales yo,
personalmente, no los pedía nada más que nos sacaran del camino a Venezuela. Y
lo cumplieron. En el tema económico no se dieron cuenta de nada pero, oh
detalle, no son dictadores.
Ahora los
intelectuales del kirchnerismo se dan cuenta de lo que ha pasado. Razonan,
coherentemente, que el problema fue que realmente NO fueron por todo. Ahora
sí llegará el momento de tomar la corte –no lo dice “el zanotti que quiere
meter miedo”, lo dicen ellos- y acabar con todo.
Y han fabricado a
una Cristina “calladita” en campaña (que no saben ya cómo mantenerla así) con
un títere total como candidato a presidente. Y así es Argentina y los
argentinos: semejante amenaza, semejante mentira, semejante afrenta, donde una
procesada por graves delitos es candidata; eso, esa bestialidad institucional y
moral, tiene chances de ganar las elecciones.
Y allí, adiós.
Que haya que recordar
todo esto a gran parte de los liberales y a los conservadores argentinos, que haya que rogarles que
por favor no es momento de jugar a ser presidentes, eso, creo, es aún más
terrible.
Que Dios nos ampare.
3 comentarios:
No leí el largo comentario, las fotos hablaron lo suficiente, y de verdad sentí un rechazo total al sentimiento de volver a ver a diario esas caras, sus expresiones de un poder político que nuestro PAÍS No merecía.- Una de ellas en su momento me resultó vergonzosa, fue cuando el Sr Moreno y Kicilof, irrumpieron al estllo matón
en la Asamblea del diario CLARIN.-Y PENSÉ "NUNCA MAS"
Soy un simple estudiante de filosofía (por cuenta propia) o más bien debería decir simpatizante/aficionado/padeciente y la verdad este artículo es de los pocos que dan cuenta de una historia que la mayoría o ignora o peor aún cierra los ojos y acepta en silencio como algo natural.
Llegué a tu blog en una suerte de paria que escapa. Esto es en la línea con la que me topo (o creería que nos topamos) aquellos que estudiando por cuenta propia y luego de algún tiempo de búsqueda de seminarios sólo encuentran los de filósofos argentinos peronistas, con enormes trayectorias claramente pero que pasa cuendo uno quiere escuchar lo que tenga para decir uno que no considere al "faraón" como tal?. puro silencio de radio, vasío total. Por esto mismo creo que tu nota marca una diferencia importante, con una construcción certera! excelente trabajo.
Totalmente de acuerdo.
Por favor, que todos los que tienen una conciencia voten a MACRI! En este momento es el único que nos puede sacar adelante. Tomarà tiempo, pero ya ha empezado, aunque más no sea, con la limpieza de Buenos Aires, las mejoras de las rutas, algunos trenes, y tantas otras cosas. Y por sobre todo, EL NO HA ROBADO, y los miembros de su gobierno tampoco!
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