jueves, 29 de marzo de 2018

REFLEXIONES ARISTOTÉLICAS PARA LOS ARISTOTÉLICOS RANDIANOS Y ROTHBARDIANOS PRO-ABORTO.



Lo primero que tenemos que aclarar es que Aristóteles sostenía que el “alma racional” comenzaba recién a los tres meses, y lo mismo opinó Santo Tomás, aunque este último, claro, dijo claramente que un ser humano en potencia no debe ser asesinado.

Sin embargo, la ontología de Aristóteles da respuestas actuales a este tema que me parece que no fueron consideradas por Rothbard o Ayn Rand cuando se pronunciaron pro-aborto.

En primer lugar, la diferencia entre esencia y accidente. Los accidentes suponen la esencia, la naturaleza a partir de la cual surgen. Uno de esos accidentes es la cualidad, entre las cuales se encuentran las potencias vegetativas, sensitivas y racionales. Por ende cuando una potencia se desarrolla, presupone la esencia de la cual se desarrolla, que en ese caso es la naturaleza como la misma esencia en cuando principio de operaciones (acciones).

La esencia, a su vez, se encuentra totalmente en una sustancia primera, aunque no se reduce a ella. Un ser humano concreto, Juan, Gabriel, Inés, es una sustancia primera; su naturaleza, la humanidad, se encuentra totalmente en la sustancia primera pero no se reduce a la sustancia primera. Por eso podemos decir “Gabriel es humano” (bueno, depende del día J) pero no podemos decir “Gabriel es humanidad”.

Las potencias, a su vez, tienen tres estadios ontológicos: la potencia en cuando tal (la vista, por ejemplo), su acto propio (el ver), su objeto (la luz o el color). Luego, que la potencia no haya pasado aún a su acto propio, “en acto segundo” (obrar) NO implica que la potencia no “esté ya siendo” en acto 1ro. Luego puede haber vista aunque no haya podido desarrollarse.

Dado todo lo anterior, no cabe más que concluir que, dado que el desarrollo de las potencias es accidente, que presupone una esencia que está totalmente en una sustancia primera, entonces el desarrollo del ser humano, en sus diferentes fases, presupone una naturaleza humana y un ser humano que se está desarrollando. Luego si algo se está desarrollando como humano, como el embrión humano, es porque ya es humano, es porque ya hay una sustancia primera, un ser humano concreto, con una naturaleza humana, cuyas potencias se están desarrollando y van a seguir en desarrollo una vez fuera del útero materno. Luego, el embrión humano supone que hay un ser humano que, por ende, no debe ser asesinado.

Y aunque aún no pueda “ejercer en acto 2do” sus potencialidades racionales, ello NO significa que NO estén allí, en acto primero. O sea, la inteligencia y la voluntad ya son, ya están, ya existen, en acto 1ro, en la sustancia primera, porque emergen de la naturaleza humana, están siempre en acto 1ro., aunque aún no hayan pasado al acto 2do.

Por ende Aristóteles no fue coherente consigo mismo cuando dijo que las potencias racionales “comienzan” a los tres meses. YA estaban allí en acto 1ro., sólo que aún faltaba que pasaran “visiblemente” a ejercer sus actos propios en acto 2do.

Por lo tanto, estimados amigos randianos y rothbardianos, creo que si fueran coherentemente consecuentes con la ontología de Aristóteles, no les quedaría sino concluir que el ser humano es tal desde el primer momento, porque el desarrollo presupone la naturaleza, y las potencias están allí siempre en acto 1ro. aunque no hayan podido pasar al acto 2do.


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