Tengo toda mi simpatía con la gente de InfoVaticana. Porque parece que precisamente “El Vaticano”, como estado (ese invento NO derivado de Jesucristo,
sino de un pacto de Pío XI con Mussolini) les quiere impedir usar el nombre.
Ellos reaccionaron, y muy bien (https://infovaticana.com/2018/03/12/infovaticana-no-se-rinde/)
Y son muy interesantes los argumentos que usan para
defender su libertad:
“….El clericalismo, esa lacra tan
denunciada por el Papa, pretende que los laicos obedezcamos órdenes o intereses
de quien no tiene potestad ni jurisdicción en ese campo, ámbitos de libertad en
los que los laicos tenemos estricto derecho de actuar en conciencia, no sólo
civilmente sino canónicamente. Veamos qué dice el Código de Derecho Canónico.
en el Canon 212, si en su primer párrafo afirma que “Los fieles, conscientes de
su propia responsabilidad, están obligados a seguir, por obediencia cristiana,
todo aquello que los Pastores sagrados, en cuanto representantes de Cristo, declaran
como maestros de la fe o establecen como rectores de la Iglesia”, añade a
continuación: “Los fieles tienen derecho a manifestar a los Pastores de la
Iglesia sus necesidades, principalmente las espirituales, y sus deseos”. Más
importante: “Tienen el derecho, y a veces incluso el deber, en razón de su
propio conocimiento, competencia y prestigio, de manifestar a los Pastores
sagrados su opinión sobre aquello que pertenece al bien de la Iglesia y de
manifestar a los demás fieles, salvando siempre la integridad de la fe y de las
costumbres, la reverencia hacia los Pastores y habida cuenta de la utilidad
común y de la dignidad de las personas”.
Y concluyen: “…Las
autoridades de la Iglesia no solamente deberían reconocer y respetar esa
autonomía del laicado, o limitarse a respetar formalmente su ejercicio,
evitando acciones legales injustificadas para cerrar bocas incómodas, sino que
deberían promover una mentalidad laical que implique la plena asunción de
nuestros derechos y deberes como bautizados, sin miedo al qué dirán y a las
represalias. Este es un campo para la reforma de la Iglesia de verdad, porque
afecta no a unos pocos cargos vaticanos, sino al conjunto del Pueblo de Dios.
Mientras llega esa tan ansiada reforma, sólo serán promovidos en la Iglesia los
laicos que actúan como “longa manus” del poder del momento”.
MUY bien. Felicitaciones.
Pero el asunto es que ESA es la libertad
legítima de opinión que muchos liberales católicos hemos defendido siempre en
el tema de la autonomía de la ciencia económica, invadida por el intento de
dogmatizar temas opinables, como el corporativismo en Pío XI, la teoría de la
dependencia en Pablo VI, la versión negra de la Revolución Industrial en León
XIII, la condena “al capitalismo liberal” sin matices, en la Solicitudo rei socialis de JPII (si,
ANTES que Francisco, ahora todos se han olvidado), la economía de Zamagni, en
Benedicto XVI……….
Ah!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Pero allí
muchos de los que participan en InfoVaticana no sólo se han quedado muy
calladitos, sino hasta muy contentos cuando de todos los lados clericalizados
de la Iglesia, de izquierda y derecha, nos convierten en parias cada vez que
reclamamos esa libertad de opinión.
O sea, conservadores que han repetido
como loros esos documentos, que NO han visto nunca sus cosas opinables, que han
condenado hasta el cansancio a los que NO nos resignamos nunca a perder nuestra
autonomía como laicos…. AHORA NO tienen ninguna autoridad moral. Me alegro que
por el “efecto Francisco” hayan descubierto los derechos del laico, pero les
cuento que los habían olvidado hasta el 2013. Algunos otros, en cambio, los
hemos ejercido siempre, desde Gregorio XVI en adelante, en medio del silencio,
la condena y el ostracismo al cual nos enviaban gente como ustedes.
4 comentarios:
Gabriel: tenés razón y sabés cuántas diferencias tengo con tu defensa del liberalismo. Pero creo que pocos entienden que la Iglesia jamás condenó las "instituciones" liberales (constitucionalismo, división de poderes, democracia republicana, partidos políticos, sufragio universal, economía de mercado) sino al liberalismo "ideológico" (individualismo, laicismo, naturalismo, etc). En contrapartida, muchos liberales católicos olvidan que la Iglesia no condenó al tradicionalismo (salvo, en parte, al francés), al conservatismo o al distributismo inglés, como tampoco a ciertos fascismos de raíz cristiana (como Falange de las JONS) ni a las corrientes no marxistas de la Teología de la Liberación. Tampoco lo hizo "in totum" con el fascismo italiano o al peronismo, a diferencia de las condenas al nacionalsocialismo o al comunismo. Es frecuente también que ignoren o no mencionen que la condena a la Acción Francesa de Pío XI fue levantada luego por Pío XII, o que el nacionalismo católico argentino no se hizo eco de las ideas de Maurras sin las debidas advertencias acerca de sus errores (basta leer lo que al respecto enseñó Meinvielle). En cuanto a Infovaticana, al margen de las simpatías pero también de las diferencias que yo pueda tener con ellos, creo que lo mejor que harían es cambiarse de nombre, toda vez que el Vaticano no es un elemento esencial en la estructura de la Iglesia. En tal sentido, bien les vendría leer lo que sobre el Vaticano enseñó el Padre Castellani. En fin, que - para no usar palabras que pueden ser ideológicas - un católico ortodoxo puede ser demo- cristiano, social- cristiano, tradicionalista, nacional- católico, conservador o nacional- sindicalista, sin que esto suponga necesariamente algo contrario a la Fe católica. Nadie puede monopolizar a la DSI en beneficio de sus propias ideas en temas opinables y nadie puede condenar a otros católicos que sostienen, también en temas opinables, posturas diferentes a las de otros católicos. Doy por descontado que los análisis estrictamente históricos, sociológicos o los consejos prudenciales que hay en documentos de la DSI no obligan en conciencia
Fernando Romero Moreno
"........Doy por descontado que los análisis estrictamente históricos, sociológicos o los consejos prudenciales que hay en documentos de la DSI no obligan en conciencia"
VOS lo das por sentado Fer y te felicito. Pero ninguno más, ni tampoco -y sobre todo- los pontífices.
Entiendo que algunos amigos que están más o menos en la misma línea que yo, opinan de modo similar. Pienso, por caso, en Germán Masserdotti o en Pablo Jaraj. Y no son los únicos...
Fernando
Pues esperemos que cada vez sean más.
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