domingo, 26 de mayo de 2024

LA DIGNIDAD PRESIDENCIAL


 


Ya he desarrollado una vez la diferencia entre un político "común y corriente" y un estadista. 

El político "común y corriente" sigue las corrientes populares, sean las que fueren. Se produce una retroalimentación entre sus creencias (en el sentido de Ortega) y las creencias de la mayoría de sus votantes. 

Por ejemplo, cuando Bush (h) dijo (ante los que reclamaban venganza por el atentado a las torres) "yo sí los escucho" y luego inició la guerra de Irak, fue popular. Captó los sentimientos de venganza y el terror de la mayoría de los norteamericanos y los encarnó en su política exterior (1).  Interior también, porque de ello surge la inconstitucional "Patriot Act" no derogada hasta el momento, por la cual quedan suspendidas las garantías procesales de todo ciudadano sospechoso de terrorismo. 

Mandela, en cambio, hizo lo contrario. Sus seguidores y votantes también querían venganza, pero él les enseñó el perdón social y la reconciliación.

Mandela fue un estadista porque jugó el papel de un educador y un psicoanalista social. Así como en la terapia la entrada en análisis implica que el terapeura asuma el papel simbólico del padre, para re-dirigir el super yo de su paciente, así el estadista hace lo mismo, NO en el sentido de padre del populismo -como Perón- sino en el sentido de re-educador. Mandela re-educó a sus seguidores, re-encaminó su pulsión de agresión, re-formó su super yo, y logró la actitud de reconciliación. Si hubiera sido un político habitual, Sudáfrica hubiera sido un baño de sangre otra vez. 

Por eso es tan importante manejar la diferencia entre en nivel simbólico, real e imaginario, explicado por Lacán, si mal no entendí. Un padre, un docente, un sacerdote, un psicólogo, simbolizan una autoridad moral (figura paterna en el buen sentido del término), por la cual (que no tiene nada que ver con el autoritarismo o solemnidad fingida) sus hijos, alumnos, feligreces y pacientes pueden ser re-conducidos terapéuticamente en sus pensamientos y conductas. A nivel real es una persona como todas, y si alguien se lo imagina como un igual, entonces no cumple su función. 

El estadista también. Si lo es, es porque tiene autoridad moral. Y de ella tiene que ememar, naturalmente, sin actuación, sin estrategias, una dignidad en sus actos y palabras que reconducen y re-dirigen las pulsiones negativas de sus gobernados. 

Me parece que poco de esto es entendido por los cientos de liberales en todo el mundo que están justificando los malos modos, insultos y berrinches del presidente argentino, como si ello fuera "el único modo de llegar", o un "nuevo modo de comunicación". No. El presidente argentino no hace más que encarnar gran parte de las creencias (horizontes) de la cultura argentina de la cual ha emergido: una cultura autoritaria y caótica (2).  Con sus actos, el presente no hace más que retro-alimentar esa cultura, que produce siempre una democracia o una autocracia adolescente que genera la misma  inestabilidad institucional de siempre: ellos o nosotros, los malos y los buenos, revolución o nada, fieles y traidores (3). 

Y otra cosa a nivel psicoanalítico: me parece que los cientos de liberales del mundo que apoyan a Milei (no hablamos ahora de jóvenes apasionados), de buena formación intelectual, no advierten que en el fondo de su alma siempre quisieron una especie de Perón liberal que encarnara una inconsciente venganza, inconfesable, ante toda la izquierda autoritaria y totalitaria contra la cual lucharon siempre. Una especie de ojo por ojo político inconsciente. "Vamos Milei, matalos", es en el fondo el sentimiento que aparece ante cada insulto y agresión de Milei, por más doctorados que tengan. La naturaleza humana es difícil. Detrás de una delgada capa de civilización, se esconde una pulsión de agresión casi incontenible (4).  Los liberales que ceden ante ella, sin darse cuenta, no se dan cuenta, precisamente, de la contradicción vital absoluta en la que incurren. 

Si ellos no ponen límites a Milei (un Perón que admira a Rothbard en vez de a Mussolini) nadie se los va a poner. 

El acto en el Luna Park fue el paroxismo de todo esto. Ante esa masa argentina agresiva y "kilombera" (5).  él no se comporta como un estadista. Es un hermanito más, haciendo travesuras festejadas por sus otros hermanitos. Su autoridad no es la autoridad moral del terapeuta, sino la del paciente que grita más fuerte, como el Leonard en el pabellón psiquiátrico en la película "Despertares" (6). 

¿Cuál puede ser el resultado de todo esto? Supongamos que "a Milei le va bien". No tenemos más que repetir: en la Argentina, si alguien gana, nadie gana. En la Argentina sólo hay dos opciones: los moderados y los extremistas. La Argentina está derrotada porque siempre "ganan" los extremistas. Como Pacto de la Moncloa, no le veo futuro. Como una nueva experiencia de democracia adolescente, sí. 


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(1) https://www.cadal.org/eventos/?id=1186

(2) https://puntodevistaeconomico.com/2022/12/23/una-explicacion-para-el-dia-de-ayer-los-argentinos-y-su-kilombeidad-por-gabriel-zanotti/; https://gzanotti.blogspot.com/2024/01/sobre-el-dnu-el-rule-of-law-y-el.html; https://gzanotti.blogspot.com/2023/12/sobre-el-constructivismo-criticado-por.html

(3) https://gzanotti.blogspot.com/2024/05/en-argentina-si-alguien-gana-nadie-gana.html

(4) https://drive.google.com/file/d/0Bwm3dI13n5jlMTA5NjUxZDItNzMwZS00ZjI2LWI0NjAtN2RkMjUxZWJlYjM4/view?resourcekey=0-OWUv7lPXNsUJC8EjrGGPSA

(5) de vuelta, https://puntodevistaeconomico.com/2022/12/23/una-explicacion-para-el-dia-de-ayer-los-argentinos-y-su-kilombeidad-por-gabriel-zanotti

(6) https://www.youtube.com/watch?v=2yZlrJWBLac&list=PLZbXA4lyCtqrkdU4iixAWM99t1Ij_SuEQ&index=7

1 comentario:

jose dijo...

excelente