Introducción a la nueva edición de filosofía para mí, re-escrito ahora como filosofía
Siempre estuve convencido
de que la filosofía está en todos nosotros como nuestra sangre, pero ahora
estoy más convencido que nunca.
Uno de
los dramas culturales más perjudiciales de los últimos siglos es la separación
total entre vida y filosofía. El academicismo exasperante de los filósofos, a
tal punto que dejan de serlo, la discusión de problemas mal planteados –como el
del conocimiento– y el imperio del cientificismo (como el Imperio de Star Wars) ha convencido a casi todos de
que la filosofía es una cosa que nada tiene que ver con sus vidas. Casi todos
creen que, por un lado, están los hechos, descriptos por una ciencia infalible
que alcanza solo a la materialidad muda de un universo físico, y, por el otro
lado, las llamadas humanidades, muy bonitas, muy cultas, pero subjetivas y por
ende irrelevantes. Y es totalmente al revés. Esa creencia ya es una posición
filosófica, y todo lo que hacemos, decimos y pensamos está dado por una
concepción filosófica de la vida, del mundo, de la existencia, que nos abarca
totalmente sin que nos demos cuenta. Despertar de ese sueño es la antipática
tarea del filósofo. La verdad no está en supuestos facts que son independientes
de la filosofía, sino en la fundamentación filosófica de nuestro horizonte del
mundo. El ser humano que toma conciencia de ello, vive. El que no, es vivido
(Héctor Mandrioni), habitando una Matrix que llama realidad.
Este
pequeño libro tuvo su origen en un pequeño curso, pero es también el lugar
donde están expuestas casi todas mis ideas filosóficas. No puedo decir al
lector que mis ideas lo ayudarán, no tendrá más que correr el riesgo. Mis ideas
sobre el ser humano, la vida y su sentido, la filosofía del lenguaje, de la
ciencia, de las ciencias sociales, del conocimiento, mi hermenéutica y mi
fenomenología están todas aquí. Es sintético, sí, pero no por razones
didácticas, sino porque muestro en pocas palabras la entrada a diversas Narnias
que el lector tiene que recorrer por sí mismo (eso es filosofar). La filosofía
no es ni fácil ni difícil, ni corta ni larga, sino apasionante. Y la síntesis
no tiene que ver con decir brevemente lo que es muy largo. Tiene que ver con
que muchos filósofos inventan falsos problemas y terminología rebuscada para
esos pseudoproblemas. Escriben en espiral. No van al punto sino después de
varios tomos. Yo no. Sujeto, verbo, predicado y complemento. No es necesario
nada más porque no hay nada más. Los mundos cotidianos de la vida son el camino
del filosofar. ¿Entiendes la parábola del buen samaritano? Entonces ya está.
¿No entiendes La ciencia de la Lógica,
de Hegel? Problema de Hegel. Espero haberme explicado.
Es la
primera vez que re-escribo un libro. Habitualmente, los dejo como están, como
testigos de una etapa de mi existencia. Pero ahora no sé bien en qué etapa
estoy. Soy como la botella echada al mar. Que Dios vele por mí.
Gabriel J. Zanotti
Buenos Aires, diciembre de 2020.
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