domingo, 15 de diciembre de 2024

EL LIBERALISMO ES, ANTE TODO, UNA ETICA DEL PODER



Se está discutiendo mucho, últimamente, qué es el liberalismo. Tal vez venga bien detenerse por un momento y ver concretamente a un liberal. Cuando a Mises se le preguntó cuál sería su primera medida si le dieran plenos poderes, dijo, sin dudar, “renunciaría inmediatamente”.

Eso es una ética del poder. El liberalismo no es sólo la teoría del poder limitado, sino la praxis del poder limitado.

Comprendo a quienes tengan una visión hobbesiana de la política agonal y del poder e intenten llevarla a la praxis del liberalismo. Según ellos, el liberal debería jugar los trucos sucios de la política para mantenerse en el poder, y ese poder, utilizado para luchar contra los totalitarios, convierte en buenos a los malos trucos. 

Pero no.

Sólo nos convierte en otros sucios entre sucios. 

El liberal se ubica dentro del juego republicano. No es tonto, intenta no perder el apoyo de la opinión pública, e intenta hacer alianzas con los moderados de los demás partidos. No se rodea de una camarilla impenetrable, no impone el secretismo, no insulta, no excomulga. Si hace todo eso es que era un simple político y no un estadista con autoridad moral. Y si la autoridad moral no logra el apoyo de la población, es que la cultura se ha degradado, pero ese fango no puede contagiar al liberal al punto de convertirlo en autoritario.

 

Claro que el marco cultural determina el tipo de líderes que se tengan o que se sufran. Pero eso no es excusa para no ser lo que se debe ser.  

 

El liberal no tiene enemigos, tiene adversarios. Se siente cómodo en la división de poderes y no le pasa nada si tiene al Congreso en contra y a la prensa en contra. Ve en ello la vida de la República y si por ello no puede mantenerse en el poder, lo pierde con toda naturalidad y…. Listo. 

Lo contrario es una victoria a lo pirro, de corto plazo, una película de efectos especiales pero no es la vida de una república estable donde el liberal forma parte de los constitutional essentials, de los consensos de una democracia madura y estable, y no de facciones; tal vez más lenta, pero más efectiva y, sobre todo, superadora de una dialéctica falsa entre el deber y la eficiencia. 

Eso es el liberalismo. No estoy inventando nada. Que sea difícil es obvio. Las cosas más importantes de la vida humana son lo que los escolásticos llamaban bienes arduos. Requieren fortaleza. 

Y si no la tienes, inútil será que la pretendas a los gritos. 


3 comentarios:

Daniel Alejandro Nuñez dijo...

Profesor Zanotti. Entonces la alternativa para un liberal que está siendo oprimido agresivamente por el Estado es, simplemente dejarse explotar y renunciar a cualquier tipo de acción defensiva por fuera del sistema republicano?. También me mantengo escéptico si es posible mantener un sistema politico donde los politicos tengan buenos modales (aunque si tienen o no buenos modales es lo menos importante, porque te pueden perpetrar un genocidio con costumbres finas de un aristócrata) en el tiempo, creo que la propia naturaleza del poder, incentiva a la creación de los bancos centrales y la inflación que cause el mismo banco central, degrada la cultura de los sometidos, tornándose más maleducados, forjando así un clima de insultos y agravios de toda clase argumentativamente. Destaco la grandeza de Mises en este escrito, creo que si hubiera vivido tiempo más, Mises se convertiría en un Anarcocapitalista, ya que la praxeologia en su máxima expresión, aplicada al derecho, le desconoce legitimidad jurídica para operar al Estado por ir contra los axiomas de la praxeología.

Gabriel Zanotti dijo...

Te respondo por partes.
" Entonces la alternativa para un liberal que está siendo oprimido agresivamente por el Estado es, simplemente dejarse explotar y renunciar a cualquier tipo de acción defensiva por fuera del sistema republicano?"

¿Por fuera del sistema republicano? ¿Te refieres a una revolución armada? ¿Un golpe de Estado? ¿A eso te refieres?


. También me mantengo escéptico si es posible mantener un sistema politico donde los politicos tengan buenos modales (aunque si tienen o no buenos modales es lo menos importante, porque te pueden perpetrar un genocidio con costumbres finas de un aristócrata)

Los buenos modales no son una mera forma, forman parte del contenido esencial del liberalismo. Por ejemplo, lo que estoy haciendo yo contigo en este momento. Respetarte. El respeto a tu libertad individual comienza por las palabras, así como el totalitarismo comienza por las palabras. Las palabras no son meras palabras. Son acción, son contenido (ver Wittgnestein).



en el tiempo, creo que la propia naturaleza del poder, incentiva a la creación de los bancos centrales y la inflación que cause el mismo banco central, degrada la cultura de los sometidos, tornándose más maleducados, forjando así un clima de insultos y agravios de toda clase argumentativamente.

Ok, ¿Y? ¿Tenemos que formar parte de eso?


Destaco la grandeza de Mises en este escrito, creo que si hubiera vivido tiempo más, Mises se convertiría en un Anarcocapitalista,

Puede ser..........

ya que la praxeologia en su máxima expresión, aplicada al derecho, le desconoce legitimidad jurídica para operar al Estado por ir contra los axiomas de la praxeología.


Del anarcocapitalismo como ideal a desconocer la legitimidad jurídica de cualquier Estado hay un trecho que no te recomiendo. Porque entonces estás ya en la revolución armada, que te conduce al totalitarismo de la lógica revolucionaria. Con Edmund Burke in mente, no te recomiendo la revolución. Con Hayek in mente, te recomiendo la evolución.

Daniel Nuñez dijo...

¿Por fuera del sistema republicano? ¿Te refieres a una revolución armada? ¿Un golpe de Estado? ¿A eso te refieres?

Exactamente Prof. Zanotti, me refiero a una revolucion armada que tenga por el fin acabar con la explotación institucional del sistema republicano, y para llevar a cabo de manera exitosa el ataque por fuera del marco legal del poder, debe ser previa divulgación en la sociedad sobre los principios eticos y morales para el sostenimiento del orden social sin necesidad de racionalización constructivista, sino a través del orden espontaneo. Dado que, si la poblacion entiende correctamente cuales son sus derechos inherentes a la naturaleza moral que le corresponden, un caos interno en dicha sociedad revolucionaria tendría a disminuir los costos en caso de que las elites naturales de dicha revolucion se perviertan, ya que la presión social sobre dichas elites revolucionarias se criticarían y atacarían de la misma forma que a las elites del poder politico, volviendo asi cada vez mas complicado que la perversión del orden libre se propague.

Ok, ¿Y? ¿Tenemos que formar parte de eso?
Evidentemente no. Claro que no debemos formar parte de la explotación que ejecutan los banqueros centrales, debemos oponernos fervientemente. El problema en este caso, surge, sobre como combatir el impuesto inflacionario de la emisión del banco central. Me imagino que usted abogará por la participación politica dentro de las instituciones republicanas, pero a mi juicio, tiene un grave problema dicha participación politica, ya que, a medida que los jefes del partido anti-inflacionario, escala en el poder, tiene mas incentivos de venderse al bando enemigo (el bando de los banqueros centrales, de las elites internacionales, del deepstate en general). Incluso en caso de que los jefes del partido anti-inflacionista, estén bendecidos por algun ángel y sean inmunes a toda clase de tentación, no acabaría con el problema de fondo, ya que la participación politica dentro del sistema, empujaria a la poblacion a seguir creyendo en el sistema estatal, dando pie a que las elites logren nuevamente penetrarse a futuro en la institución reestableciendo el banco central. Lo que quiero decir en pocas palabras, es que, confiar en las instituciones republicanas siempre, en todo momento y lugar, nos volcaria en un circulo vicioso donde no se erradica el problema de raiz, que es la confianza indiscriminada sobre las acciones del poder. Una victoria duradera, seria la ilustración de la poblacion sobre que es lo correcto (lo etico, lo moral), asi no solo lograríamos que el poder esté acorralado, sino que además, no necesitaríamos esperar 4 años para las elecciones para que el crimen politico se propague cuando el jefe del partido anti-inflacionario no se encuentre dentro del sistema.

Del anarcocapitalismo como ideal a desconocer la legitimidad jurídica de cualquier Estado hay un trecho que no te recomiendo. Porque entonces estás ya en la revolución armada, que te conduce al totalitarismo de la lógica revolucionaria.

Respecto a su ultimo punto, tambien discrepo, ya que para demostrar la viabilidad de la existencia de un regimen de ley privada (orden anarcocapitalista), podemos hacer uso de los razonamientos sinteticos-apriori de la praxeologia, como filosofos economistas han demostrado con validez apodíctica sobre la tesis. Aunque creo que este punto no es necesario que me conteste, ya que se que usted conoce perfectamente las tesis anarquistas de distintos pensadores austrolibertarios (Hoppe, Rothbard, Block, etc) y que dialoguemos sobre esta cuestión es infructífera, ya que usted no me convencerá a mi, y yo no lo convenceré a usted.

Muchas gracias por responder. Le mando un fuerte abrazo.