domingo, 9 de abril de 2023

UNA AMABLE RESPUESTA A IVÁN CARRINO SOBRE LA BIOLOGÍA, LOS TRANS Y EL LIBERALISMO

Otra vez, en mi quijotezco esfuerzo de mediación entre los liber progress y los conservativs, quisiera comentar el artículo de Iván Carrino, https://www.ivancarrino.com/la-biologia-el-liberalismo-y-las-personas-trans/ . Transcribiré el art. e iré comentando abajo. Lo mío va subrayado.

La biología, el liberalismo y las personas trans

Iván Carrino / Domingo 2 de abril de 2023 / 6 Comentarios

Hay ocasiones en que los que se identifican como liberales reaccionan frente a ciertos temas sin estar debidamente empapados de la cuestión.

El problema es que al proceder de esta forma pueden terminar ingresando en contradicción con esa misma identificación política que dicen tener.

La ocasión que me gustaría abordar hoy es el debate sobre las personas transgénero. Especialmente a la derecha del espectro ideológico se multiplican los personajes que se dedican permanentemente a ridiculizar, denostar, estigmatizar, y cuestionar a las personas trans y a todas aquellas agrupaciones políticas que buscan visibilizarlas, entenderlas o protegerlas (de estos y otros ataques).

Muchos liberales, creyentes en que esta nueva “ideología de género” va a recortar su libertad de expresión o va a incrementar el gasto público, se suman a la horda y terminan fortaleciendo el bullying mediático, aplaudiendo a gente que se refiere (principal, pero no exclusivamente) a los transgénero como enfermos mentales, degenerados, pedófilos o simplemente desviados y anormales. Digo principal pero no exclusivamente porque en este ataque también entra de manera sutil cualquier identidad de género y orientación sexual que esté, de alguna manera, fuera de “lo normal” o “lo natural”[1].

 

OK por supuesto ese NO es el modo de encarar el debate. El debate es sobre la coacción que pidan los trans o los NO trans.

 

 

Como si para oponerse a la potencial censura o al potencial subsidio hubiese que adoptar una postura de ofensa e insulto contra algunas minorías.

 

Exacto, claro que no.

Un argumento que se usa de manera sistemática para marginar y rechazar la –llamémosle- reivindicación trans, es el biológico. A saber, que como la biología indica que existen dos sexos, entonces no es admisible que alguien biológicamente hombre quiera ser tratado como una mujer. A grandes rasgos, según la biología, la especie homo sapiens se divide en dos grupos, los machos y las hembras, de acuerdo a su composición cromosómica. Para algunos, hasta acá debería llegar la discusión: machos son todos los hombres; hembras, todas las mujeres.

 

OK: la biología NO es la cuestión. NO es un problema político si hay dos géneros o millones. El problema político, a nivel de liberalismo clásico, es que cada persona que se identifique con tal o cual género NO pretenda que el otro NO tenga libertad de expresión o de asociación o de propiedad con respecto a sus propias decisiones. ESE el problema. Una cosa es ir a almorzar con un amigo trans. El tiene su vida, yo la mía, compartimos lo que podemos y lo que no, no. Si él quiere que yo lo llame Juana, ok. Pero si en un debate televisivo un trans me amenaza con violar mi libertad de expresión y etc porque me acusará jurídicamente de delito de odio y etc, entonces lo llamaré por su nombre masculino, señalando que la amenaza no es el camino al diálogo, y que tengo derecho a la resistencia a la opresión que él va a ejercer amenazándome con la cárcel...............................

 

 

 

Nadie pelea con la biología

Hay dos respuestas a este argumento. La primera es que nadie, ni siquiera en el feminismo, se está peleando con la biología.

Al respecto, en Verbal, Schwember y otros (2021)[2], se sostiene:

… lo que el feminismo históricamente ha hecho no es sostener la inexistencia del sexo o de las diferencias biológicas entre hombres y mujeres, tampoco negar la posibilidad de que a partir de ellas se generen diferencias de comportamiento. Lo que el feminismo históricamente ha hecho es señalar el papel del género como herramienta de dominación. Es decir, como un instrumento que apunta a situar a las mujeres en un estado de subordinación respecto de los hombres.

 

Bueno, eso es el feminismo liberal. Las mujeres tienen los mismos derechos que los varones porque ambos son seres humanos.

 

 

Se puede discutir si el género como herramienta de dominación es una buena descripción de la realidad histórica o no lo es. Pero no se puede adjudicar al feminismo una negación de la realidad biológica.

Más adelante en la obra se afirma también que:

En definitiva, la teoría queer llama la atención acerca de la rigidez de las concepciones tradicionales del género, intenta negar la existencia de una correspondencia biunívoca entre el sexo biológico y el género, así como la existencia de un numerus clausus por lo que a la identidad de género respecta, y reivindica el derecho a vivir según su propia identidad de género de todas las personas cuyas identidades no se ajustan a los patrones dominantes de género.

 

Ok tienen todo el derecho de hacerlo, pero NO a acusar de discriminación y hate speech a quienes piensen diferente con la intención de ponerlos presos.


De nuevo, no hay debate sobre la biología, sino sobre el rol de las personas en la sociedad y el trato que debemos darles a ellas en base a lo que ellas deseen.

 

 Iván, si mañana te hacés trans y querés que te diga Ivana, lo haré, por amistad. Pero no porque tenga la obligación jurídica de hacerlo.

 

 

 El debate, por tanto, no es biológico, sino moral, jurídico y político.

 

Exacto. Por eso te digo. EL problema es poner presos a quienes no quieran usar los pronombres llamados inclusivos, a los padres que NO quieran que sus hijos reciban educación trans, cosa que llega incluso hasta mandarles el FBI. ESE es el problema. El problema se produce también cuando te violan las normas de un contrato y te meten a la fuerza a competir con un trans, y más aún cuando el trans en cuestión te destroza la cara en el boxeo, y más aún cuando un trans te golpea porque protestás públicamente por ello siendo una gimnasta mujer, y más aún cuando un trans se mete en el baño de tus hijas y protestás por ello y entonces te mandan al FBI.... En una sociedad libre cada club de gimnasia tiene derecho a poner las normas que quiera pero hay que respetar los contratos pre-existentes. Y además la libertad de enseñanza presupone que los padres tengan derecho a elegir o no qué educación sexual querrán sin que ello tenga que ser decidido por el Estado o de lo contrario vas preso...............¿Y los bloqueadores de hormonas y mutilaciones de pechos y penes OBLIGATORIAMENTE impuestos por sobre la voluntad de los padres porque un pedíatra o un docente los recomienda? ¿Te parece eso compatible con la libertad de enseñanza, con los derechos de los padres sobre los menores? ¿Es ese poder del Estado sobre los hijos compatible con una sociedad libre? Y si un padre protesta contra eso, también es procesado jurídicamente. ¿Es eso compatible con la libertad de expresión en una sociedad libre? De vuelta, lo que está en juego son las libertades de expresión, religiosa, de asociación..... Que sabés que tengo autoridad moral para defenderlas porque yo las he defendido siempre, para creyentes y no creyetnes, siempre.....................

 

 

 

Los derechos individuales tampoco son biológicos

Ahora bien, curiosamente este tema debería ser muy claro para los liberales que se preocupan principalmente por la defensa y el superior estándar moral y jurídico de una cosa llamada “derechos individuales”.

En un reciente debate que tuvo lugar en la Ciudad de Buenos Aires, uno de los oradores me remitió a una frase del filósofo contemporáneo Yuval Harari. Harari sostiene en su obra “Sapiens” que:

Desde la Revolución Cognitiva, los Sapiens han estado viviendo en una realidad dual. Por un lado, la realidad objetiva de ríos, árboles y leones; y, por otro lado, la realidad imaginada de dioses, naciones y corporaciones. Con el paso del tiempo, la realidad imaginada se volvió cada vez más poderosa, de modo que hoy la supervivencia misma de ríos, árboles y leones depende de la gracia de entidades imaginadas como dioses, naciones y corporaciones.

Sin embargo, la otra cara de esto es que la realidad imaginada no es una mentira o un engaño porque la realidad imaginada tiene poder en el mundo real. Los seres humanos crean realidades imaginadas, como sistemas legales, creencias religiosas y valores morales, y estos sistemas dan forma a nuestro comportamiento, creencias y normas sociales. Sin embargo, si miras a los humanos desde una perspectiva biológica, no encontrarás ningún derecho. El concepto de derechos solo existe en la imaginación compartida de los humanos[3].

El planteo de Harari no tiene nada de diferente a lo que en el siglo XVIII planteaba el celebérrimo liberal David Hume, para quien los derechos no provenían ni de la naturaleza ni del orden divino, sino que eran simplemente una convención social conveniente. Los estudiosos de Hume[4] coinciden en sostener que ni siquiera el derecho de propiedad era algo natural e inalienable para él, sino una convención social muy útil no solo para generar prosperidad económica, sino para garantizar la paz social.

¿Y qué tiene la biología para decir acerca de esto? Absolutamente nada. De hecho, si fuera por la biología, no habría nada que oponerle al canibalismo. Si un ser humano de mayor contextura física decide asesinarme a golpes y utilizar mi cuerpo como su cena de la próxima semana, nada encontraremos en la ciencia biológica o médica que lo prohíba. El biólogo y el médico coincidirán, a lo sumo, en describir que, dada la fuerza superior, y el esquema dentario del victimario, éste procedió a satisfacer su necesidad de alimento.

 

OK. Ese NO es el problema. Una fundamentación utilitaria de los derechos, como la de Mises, también defiende la libertad de expresión y de asociación como yo te las estoy planteando, como normas útiles a la cooperación social. OK.

 

 

 

Ahora ningún liberal permitirá que esto suceda o le parecerá moralmente aceptable que eso pase. Y, curiosamente, ningún liberal objetará que oponerse al canibalismo constituya una barbaridad anticientífica porque está en contra de la bilogía. Sí, prohibir el asesinato está en contra de una capacidad biológica de las personas, pero el derecho a la vida es una ficción jurídica clave para preservar nuestro deseo innato de libertad y para garantizar la convivencia pacífica de la sociedad.

 

Ok, sea o no correcto el fundamento utilitario de los derechos, ese fundamento utilitario, en el liberalismo clásico, te debe llevar a las mismas conclusiones que estoy sosteniendo sobre la libertad individual de trans, no trans y marcianos conviviendo en una sociedad libre.

 

 

Y eso es lo que le interesa al liberalismo. La libertad personal de los individuos de una comunidad y su coexistencia pacífica.

 

OK.

 

 

Volvamos entonces al punto original: el debate político acerca del trato que exigen que les demos y que debemos darles a las personas trans no es un debate biológico. De hecho, los médicos y biólogos tendrán sus conversaciones en torno al asunto e irán llegando a diferentes conclusiones en la medida que siga avanzando el conocimiento científico. Pero no hay nada, absolutamente nada, ni en la biología, ni en los cromosomas, ni en los órganos del cuerpo de las personas que pueda indicarnos al resto de los ciudadanos la forma en que tenemos que tratar a nuestros vecinos.

 

OK. El fundamento del respeto a las libertades no es la biología, es la filosofía política, sea iusnaturalista o utilitaria. Vos y yo no tenemos derechos porque somos varones, sino porque somos humanos, o porque hemos pactado, en función de la cooperación social, que lo somos.


Y a eso se reduce “la cuestión trans”. No se trata de “rechazar la biología”, sino de rechazar el maltrato, la estigmatización, y el ataque permanente contra la dignidad humana de los miembros de este colectivo.

 

Tienes toda la razón en eso. Sólo una cosa: no es un colectivo en el sentido del colectivismo metodológico. Es un grupo de personas.

 

 Llamo a todos los liberales a reflexionar sobre este punto y no sumarse a la horda reaccionaria.

 

Ok, como ves, me sumo a tu llamado a la reflexión.

 

 

Los que no son liberales, allá ellos. Al menos no ensucian la filosofía política que más progreso le ha traído a la humanidad.

Ok………………..

1 comentario:

Marcos dijo...

Lógicamente impecable.

El sesgo progresista viene de la necesidad de validación por ciertos sectores.
Dudo que quieran razonarlo.


https://marcosavella.blogspot.com/2021/03/libertarianismo-y-libertinismo.html