Acabo de ver la película Mientras dure la guerra, del director Alejandro Amenábar, sobre las idas y venidas del gran Miguel de Unamuno sobre lo acontecido en Salamanca en 1936.
Quedé muy impresionado del diálogo
que sostienen Franco y Unamuno cuando este último le pide al futuro dictador
por su amigo Atilano Coro.
Calma, por favor, defensores de
Franco, de Unamuno, de los marcianos y de los venusinos. Ya sé que el diálogo
es imaginario. Nunca se sabrá qué se dijeron, como tampoco quedó grabado ni escrito
el famoso discurso donde Unamuno denuncia las atrocidades de un bando y del
otro. Pero tomen el diálogo como imaginario. Como tal, los guionistas han
logrado perfectamente la descripción de dos paradigmas políticos
inconmensurables. Por ende voy a cambiar los nombres aunque todos se darán
cuenta quién es quién.
Juan: “Si, de ese señor ya me han
hablado. Es protestante y masón. Un mal español”.
Pedro: “Bueno, pero él… ¡El no ha
cometido ningún delito!
Ya está. Por ahora, ya está. Dos
líneas que lo dicen todo.
“Un mal español”. La unidad
política es La Nación identificada con el Estado, error moderno del cual la
mayor parten de nacionalistas modernos no pudieron salir. Por lo tanto, lo que
define al perteneciente a la Nación no es un pacto político donde se respeten
sus libertades individuales, sino su pertenencia a lo que la ideología del
régimen. ¿Qué es ser un “buen argentino”? ¿O un buen ruso? ¿O un buen
norteamericano?
Hoy todos lo han olvidado, pero en
el liberalismo clásico, lo que define al un buen ciudadano es su adhesión al
pacto constitucional originario, que incluye el respeto a sus libertades
individuales. Por eso Mises distingue entre Nación y Estado. Hoy todos lo han
olvidado, pero lo que definió al pacto de EEUU es la Independence
Declaration que decía que todos los seres humanos habían sido “dados” de
ciertos derechos por Dios………. Por ende para ser un buen ciudadano lo único que
era necesario era respetar el Rule of Law, o sea, respetar las
libertades de los demás. Por ende para ser un buen ciudadano no había que ser
católico, protestante, masón, ni blanco, como lo recordó Martin Luther King en
su soñado discurso. Claro, ahora todo eso se acabó. Martin Luther King también.
Ahora es ONLY black lifes matter.
Franco piensa coherentemente dentro
de su paradigma. La Nación Española Católica es para él la unidad política.
Católica como los ultramontanos, para quienes, como “el liberalismo es pecado”,
no había debido proceso, ni separación entre ley humana y ley natural, ni derechos
personales; no, todo eso es pecado. Un mal español.
Unamuno, que no había dejado de ser
liberal, le responde desde la Galaxia Andrómeda: “No ha cometido ningún
delito”. “Delito”, o sea, no ha atentado contra la vida, propiedad o
libertad de nadie. Unamuno no podía entender cómo alguien podía ser
ejecutado por ser masón y protestante. Es que Don Miguiel era un pecador,
claro, un liberal. Y Franco, obviamente, no puede entender la respuesta de
Unamuno.
Franco responde con el silencio.
Unamuno aboga a favor de más casos. Y protesta contra las ejecuciones sin
juicio. Entonces Franco dicen que eso lo hacen también los republicanos. Y la
respuesta de Unamuno es más incomprensible: “¡Pero nosotros somos cristianos!”
Pobre Unamuno. Metió el dedo en la
llaga, con total ingenuidad. ¿Qué impedía a los católicos ultramontanos
perseguir a los no católicos, como ahora los científicos contra los no
vacunados?
Porque los no católicos CONTAGIAN
el error (uno de los peores era la masonería). Por el bien común, por el bien
de los demás, hay que perseguirlos.
Pero atenti, la respuesta de Franco
no es así de elaborada, tiene la misma ingenuidad que la de Unamuno. Se la
acerca a Unamuno para hacerle una confidencia:
“Precisamente. Nosotros cuidamos al
enemigo”.
Unamuno lo mira perplejo.
“Antes de morir, se les está dando
a los reos la oportunidad de confesarse… Con lo que pueden ir al cielo”.
Unamuno no sabe qué responder. Qué
pecador. Tendría que haber dicho gracias.
Ojalá Unamuno se hubiera sentido
acompañado por otros pecadores que prepararon el camino al documento de
Libertad Religiosa del Concilio Vaticano II. O sea, todo Israel y su
consumación, el Cristianismo. La distinción entre el ser humano y Dios. La distinción entre el poder del príncipe y el
poder de la Iglesia. No imponer el bautismo por la fuerza. Pero no. Todo eso es
pecado….
Perseguir, apresar, matar al que no
es católico: todo eso es virtud. Claro. Es que los pecadores no lo entendemos.
Es que el no católico contagia,
como los no vacunados. Es lo mismo. A ver Gabriel si lo entendés, te vacunás,
te convertís, abandonás el pecado del liberalismo y te hacés católico “como Franco
manda”. Dale.
Porque así sos un escándalo para
los no creyentes.
4 comentarios:
"No cometió ningún delito en realidad significa: "No realizó ninguna conducta que esté definida como delito en la ley penal". Esto bien podría haber hecho pensar a Franco que en el futuro debería incluirse como delito en el Código Penal ser protestante y Masón.
Así es como los dictadores nutren las leyes de delitos que en realidad son caprichos.
Pero por algo luego yo aclaro: lo que atenta contra la vida, libertad y propiedad. No me refería a una ley penal positivista.
Hola Gabriel.
Algun texto o video que puedas recomendar para entender facilmente la filosofia de Husserl. Sobre todo el concepto de mundos de vida, la esencia y cual es lq diferencia fundamental que tiene con los postulados de Kant. Saludos. Ezequiel
"El hombre en Husserl", de Francisco Leocata.
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