¿UN PAÍS PARA TODOS?
Por Gustavo Irrazábal, para La Nación
8 de octubre
de 2020
El miércoles 30 de septiembre, la Pastoral Social de la Arquidiócesis de Buenos Aires presentó el documento Hacia una cultura del
encuentro, un país para todos (2020). La apertura
del evento estuvo a cargo del señor presidente Alberto Fernández. En su discurso, como era
de esperar, exaltó su propia gestión (denostando la precedente) y destacó la
solidaridad que su gobierno demostraba hacia los pobres, hacia los jubilados y
hacia quienes atravesaban dificultades económicas a causa de la pandemia;
expresó su convicción sobre la necesidad de promover el trabajo y la
producción, y lamentó que haya quienes instalan temas ajenos a las
"preocupaciones de la gente".
La pregunta que se impone es qué
hace un presidente, quienquiera que sea, abriendo un acto de la Pastoral Social. Esta es un servicio que representa a toda la Iglesia local, y que debe
situarse por encima de tal o cual compromiso partidario, ya que sus miembros
pueden tener opciones políticas diversas. Es necesario cuidar la imagen de
imparcialidad de la Iglesia, es decir, su no alineamiento con ninguna expresión
político-partidaria. Pero el hecho referido suscita la razonable sospecha de la
existencia de un sesgo ideológico inaceptable en una institución oficial de la
Iglesia, además de condicionar la libertad de reflexión crítica y el legítimo
pluralismo que debe prevalecer en ese ámbito. Es dable suponer que no se hubiera
invitado a un presidente de otra filiación política (por ejemplo, al presidente
anterior).
La decisión de
los organizadores no parece prudente en un momento de tanta tensión política, y
en el que muchos católicos tienen motivos no triviales para cuestionar
éticamente, por ejemplo, lo que consideran un apoyo del primer mandatario a la
impunidad de la corrupción (que hasta hace poco tiempo él mismo denunciaba
públicamente), la posición condescendiente del actual gobierno hacia el régimen
dictatorial de Maduro, la promoción del aborto, etc
Finalmente, la decisión de los organizadores no parece
prudente en un momento de tanta tensión política, y en el que muchos católicos
tienen motivos no triviales para cuestionar éticamente, por ejemplo, lo que
consideran un apoyo del primer mandatario a la impunidad de la corrupción (que
hasta hace poco tiempo él mismo denunciaba públicamente), la posición
condescendiente del actual gobierno hacia el régimen dictatorial de Maduro, la
promoción del aborto, etc.
El contenido del documento, por su parte, es coherente
con el tono indisimulable del evento. El texto comienza con un llamado a
deponer intereses egoístas, para hacer posible "un proyecto de país que
sea para todos, en un clima de amistad social donde la unidad sea superior al
conflicto", lo cual implica "una convocatoria abierta, múltiple y plural".
Para ello se propone la creación de un espacio nuevo, un "consejo nacional
pospandemia", para definir un plan de desarrollo con un horizonte a diez
años. El espacio debe rescatar la experiencia nacional en materia de
"planificación del desarrollo", orientado a la creación de riqueza y
la "distribución progresiva del ingreso", la reindustrialización, la
superación del "neoliberalismo", la "progresividad
tributaria", "un crecimiento que combine economía popular, desarrollo
del mercado interno y capacidad exportadora configurando un modelo
tridimensional". Las principales líneas de este proyecto deberían
plasmarse en un gran pacto social de "orientación productivista".
El proyecto que propone el documento (estatista,
distributivista y corporativista) no es nuevo. Tiene setenta y cinco años de
antigüedad. Se llama peronismo. Muchos católicos y no católicos no lo
comparten, y no deben ser excluidos por ello de un diálogo verdaderamente
plural. Este es precisamente el gran desafío al cual una pastoral social
políticamente cooptada no estaría en condiciones de contribuir: pensar un país
para todos, donde "todos" no sea, una vez más, sinónimo de "los
que piensan como nosotros".
Miembro del Consejo Consultivo del
Instituto Acton de la Argentina
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