Los randianos dicen que
uno de los principios evidentes del realismo de Ayn Rand es “la existencia
existe”, y obviamente se entiende lo que quieren decir. Se están refiriendo a
que es indudable para el intelecto humano la existencia de las cosas.
Totalmente de acuerdo.
Pero desde un punto de
vista sintáctico y gramatical, “la existencia existe”, así expresado, tiene sus
problemas.
Y para eso les propongo
la ayuda de otro realista y conocedor de Aristóteles: Santo Tomás de Aquino.
Santo Tomás, en su
comentario a “De Ebdomaribus” de Boecio (http://www.corpusthomisticum.org/cbh.html#84829)
afirma que debe distinguirse entre la acción en infinitivo y la acción en
primera persona del verbo, en presente, por parte del sujeto (la cosa o
persona) que está actuando. Su ejemplo es el correr. Hay que distinguir entre corree
y corre. Propiamente, un sujeto es el que corre (por ejemplo, Juan corre), y
corre porque está tomando parte, participando, de la acción señalada por el
infinito (el correr). De ese modo, Juan corre porque participa del correr. Pero
no podemos decir entonces, propiamente, que el correr corre: el correr no
corre, el que corre es Juan.
Esto es importantísimo
porque cuando Santo Tomás pasa de la predicación predicamental a la predicación
trascendental, lleva eso al tema del verbo “ser”. “Existir”, en el caso de las
cosas de este mundo, es más bien, para Santo Tomás, “participar en el acto de
ser”. ¿Por qué? Porque siguiendo una sintaxis correcta, hay que decir que una
cosa es, en el sentido de que existe, porque participa en el acto de ser.
Propiamente, el ser no es, sino que es el infinitivo del cual la cosa participa: Juan es (existe) porque
participa del acto de ser. Por lo tanto, no es el existir el que existe, sino
la cosa, Juan o lo que fuere, que existe. A su vez, no sería apropiado
referirse a ese existir como “existencia” porque entonces el acto de ser, que
es una acción, y por ende concreta, se transforma en una naturaleza abstracta.
Como si dijéramos “la mesa”, “la silla”, o “el caballo” como la meseidad, la
silleidad, la caballeidad, y luego dijéramos que la caballeidad es caballo. Eso
sería más bien del primer Platón que de Aristóteles. Esto es, no podemos hablar
de una existencia in abstracto, sino de una cosa que existe, y por ende, más
que decir “la existencia existe” debemos decir “tal o cual cosa existe”: no
como refiriéndonos a una naturaleza in abstracto, como en el mundo de las ideas
de Platón, sino a lo concreto, a cada cosa, a cada cosa que existe.
Santo Tomás lo expresa
así: “…afirma pues en primer lugar que es diverso el ser y aquello que es. Esta
diversidad no hay que referirla aún a las cosas, de las que no se trata
todavía, sino a las misas razones o nociones. Pues distinto es el significado
cuando hablamos de ser y cuando hablamos de aquello que es, como distinto el
significado cuando hablamos de correr y cuando decimos el que corre. Pues
correr y ser tienen un sentido abstracto, como la blancura; mientras que lo que
es, es decir el ente, y el que corre, tienen un sentido concreto, como lo
blanco. Manifiesta la mencionada diversidad de tres maneras, considerando la
primera en que el ser mismo no entra en la proposición como sujeto de ser. Como
correr tampoco denota el sujeto de la carrera; de suerte que así como no cabe
decir que el mismo correr corre, tampoco podemos afirmar que el mismo ser es;
pero como lo que es denota el sujeto de ser, así también el que corre denota el
sujeto del correr; por eso podemos decir que el que corre que corre en cuanto
está sometido a la carrera y participa de la misma; como también podemos decir
que el ente, o lo que es, es, en cuanto participa del acto de ser”[1].
Por ende, no es la
existencia la que existe, sino cada cosa.
[1]
“Dicit
ergo primo, quod diversum est esse, et id quod est. Quae quidem diversitas non
est hic referenda ad res, de quibus adhuc non loquitur, sed ad ipsas rationes
seu intentiones. Aliud autem significamus per hoc quod dicimus esse, et aliud:
per hoc quod dicimus id quod est; sicut et aliud significamus cum dicimus
currere, et aliud per hoc quod dicitur currens. Nam currere et esse
significantur in abstracto, sicut et albedo; sed quod est, idest ens et
currens, significantur sicut in concreto, velut album. Deinde cum dicit, ipsum enim esse, manifestat
praedictam diversitatem tribus modis: quorum primus est, quia ipsum esse non
significatur sicut ipsum subiectum essendi, sicut nec currere significatur
sicut subiectum cursus: unde, sicut non possumus dicere quod ipsum currere
currat, ita non possumus dicere quod ipsum esse sit: sed sicut id ipsum quod
est, significatur sicut subiectum essendi, sic id quod currit significatur
sicut subiectum currendi: et ideo sicut possumus dicere de eo quod currit, sive
de currente, quod currat, inquantum subiicitur cursui et participat ipsum; ita
possumus dicere quod ens, sive id quod est, sit, inquantum participat actum
essendi” (http://www.corpusthomisticum.org/cbh.html#84829).
La traducción es de Luis S. Ferro, en su libro
La sabiduría filosófica siguiendo las
huellas de santo Tomás, Unsta, Tucumán, 2004, pp. 208-209.
3 comentarios:
Respetable Zanotti, un problema de lingüística no es un problema relacionado con un básico filosófico. Además, hay recursos diversos en cada lenguaje para nombrar cualquier acontecimiento, cualquier objeto.
Acudir a este “artilugio” semántico descalifica a sí mismo tu pretendida intención filosófica del básico “La Existencia Existe”.
Además, en nuestro lenguaje lo que corre, corre y para correr existe . . . ¿Notas el recurso gramatical de nuestro idioma, el artículo “lo” que pretendes obviar en tu propuesta?
Al artículo neutro “lo” agrégale cualquier verbo y en cualquier conjugación y verás que el artilugio tomista al que ocurres se desbarata.
Disto de ser filólogo, pero seguramente la variedad de idiomas, ancestrales o vigentes, también deben contar con diversidad de recursos para confirmar lo que en la introducción de tu escrito expresas: “obviamente se entiende lo que quieren decir”.
CONCLUSIONES:
1. Problemas de lenguaje no son problemas filosóficos básicos.
2. Obviamente se entiende lo que se quiere decir con “La Existencia Existe”.
Saludos.
Cuando leo a Rand decir que "la existencia existe" no lo interpreto como una referencia abstracta a lo que existe. Más bien comprendo que la palabra existencia apunta a la totalidad del universo de concretos que efectivamente existen. Rand en su teoría de los conceptos explica que todo concepto se basa en la abstracción de características fundamentales de concretos. En el caso de la existencia explica que es un concepto axiomático, por lo que no se puede definir en base a otros conceptos, únicamente es posible una definición ostensible (en su ejemplo ella dice que al definir la existencia alguien debería agitar las manos y decir "todo esto"). en resumen, los conceptos se basan en concretos y al referirse al concepto de existencia Rand no hace otra cosa que referirse a TODOS los concretos. En ese sentido, la existencia existe.
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