Están de moda cada vez
más. Para todo hay una conspiración,y el que no lo sabe es un tonto.
Siempre me han llamado
la atención. Como soy un tonto que no cree mucho en ellas, voy a analizarlas
desde el ingenuo mundo que habito.
Las teorías conspirativas,
más que teorías, son ilaciones de fenómenos singulares, unidos por el plan
siniestro de oscuros y malévolos personajes, que tienen en sus manos al destino
del mundo.
En ese sentido, las
teorías conspirativas sí que son no-falsables. Porque las teorías no se refutan
con hechos, sino con teorías.
Por ejemplo, ¿por qué
refutó Copérnico a Ptolomeo? Porque era una teoría que, retrospectivamente –no en
su momento- negaba el núcleo central de la teoría ptolemaica y, por ende, la
hizo caer en un efecto dominó. Pero eso es mundo 3, el mundo de las teorías en
sí mismas.
Los teóricos de las
teorías conspirativas no se mueven en el mundo de las ideas en sí mismas, de lo
que dicen en sí mismo, de cómo puede ser su refutación teórica. Se mueven en el
mundo 2, en un mundo de intenciones perversas de sujetos perversos, según la
cual unen fenómenos singulares de un modo tal que no hay cómo contestarles.
Supongamos que elaboro una teoría conspirativa de Copérnico. En realidad alguien
le pagó para que finalmente se decidiera a publicar su libro que él sabía que
era falso. Y ese alguien era un jesuita X que formaba parte de un grupo secreto
que estaba en contra de los jesuitas que aún defendían a Ptolomeo.
El teórico en cuestión
presenta mil cartas, mil documentos, todos en apoyo de su conspiración. Si uno
intenta refutarlo, decirle que no, que nada de ello niega el conjunto de los
estudios históricos de Koyré, Kuhn o Feyerabend al respecto, el teórico de la
conspiración me dice que yo “no sé” que existe la carla 1001 que prueba la
conspiración. Si yo le objeto que hay una carta 1003 donde se advertiría que
no, que Copérnico no tiene nada que ver, él me sale con la 1004. Si yo sigo
dudando, el teórico comienza a pensar que: o soy medio tonto, o en realidad soy
cómplice de la conspiración. O que no quiero aceptar su teoría porque “no me
conviene” aceptarla. En última instancia,
para el teórico de la conspiración sólo existe él y su grupo, los buenos, inteligentes
y honestos que denuncian la conspiración, y los demás, que, o son muy tontos, o
cobardes, o deshonestos intelectuales. Claro, el diálogo honesto y sincero de
ambas partes es imposible en ese caso. Porque sólo hay una parte honesta: la
denunciante de la conspiración.
Los que nos movemos en
el mundo 3 de Popper vamos al núcleo de las teorías, tratamos de ver qué dicen
y si hay algo que refutar vamos a su núcleo central. No ignoramos que la intentio auctoris debe interpretarse
desde el conjunto de creencias (Ortega) y horizontes (Gadamer) y mundo
(Husserl, Ricoeur) del autor, pero si suponemos la mala intención del autor,
entonces ya no es un tema académico, ya no es una cuestión teorética, es un
tema de otra naturaleza.
Las teorías
conspirativas son ideales para, desde la propia ideología, convertir al
pensamiento contrario en una conspiración. Lo que Umberto Eco llamaría una
decodificación aberrante (es que Eco era otro conspirador). Claro, así es
imposible defender lo atacado porque, otra vez, si lo hacemos o somos tontos o
somos malos. Así de simple.
Las teorías
conspirativas parecen dar mucha inteligencia a los conspiradores: éstos parecerían
poder manejar a los infinitos fenómenos complejos que, Hayek dixit, se encuentran más allá de lo que
un grupo de personas puede planificar. Oh, pero Hayek es liberal, por ende es
malo, por ende la teoría de los fenómenos complejos es seguro otra conspiración
conformada por la Trilateral Commission,
la conspiración judeo-masónica-capitalista internacional, etc. Pero yo, que soy
un tonto que cree que la teoría de los fenómenos complejos de Hayek es verdadera,
creo que da en el clavo de la cuestión. ¿Cuánto, de lo complejo, pueden manejar
los conspiradores? Obviamente muy poco. Pero no, en principio los conspiradores
podrían tener callados durante vaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaarias décadas a toooooooooooooooooooooooooooooooooodos
los técnicos que colaboraron con tal o cual proyecto que resultó ser una
falsedad. Y si lo negamos, es que somos unos tontos que ignoramos su poder,
unos cómplices a los cuales nos pagan también, o unos deshonestos intelectuales
a quienes nos conviene negar la conspiración.
Las teorías
conspirativas son el mundo de los grandes genios. Los tontos, los que estamos
en el mundo 3 de Popper, nos movemos en otro mundo. Pero últimamente me he
vuelto más inteligente y creo que los teóricos de las teorías conspirativas
forman parte de una gran conspiración.
He dicho.
1 comentario:
Ud debe ser un TEMPLARIO-ROSACRUZ-ILUMINATTI-JUDEO-MARXISTA-FRANCMASON y miembro de la SINARQUIA.
De que otra manera se atreveria a ironizar sobre las Teorias Conspirativas,que brindan tanta Certeza y explicacion Fidedigna de la Real Realidad Imperante?
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