lunes, 2 de enero de 2017

http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_decl_19651028_nostra-aetate_sp.html

La religión judía
4. Al investigar el misterio de la Iglesia, este Sagrado Concilio recuerda los vínculos con que el Pueblo del Nuevo Testamento está espiritualmente unido con la raza de Abraham.
Pues la Iglesia de Cristo reconoce que los comienzos de su fe y de su elección se encuentran ya en los Patriarcas, en Moisés y los Profetas, conforme al misterio salvífico de Dios. Reconoce que todos los cristianos, hijos de Abraham según la fe, están incluidos en la vocación del mismo Patriarca y que la salvación de la Iglesia está místicamente prefigurada en la salida del pueblo elegido de la tierra de esclavitud. Por lo cual, la Iglesia no puede olvidar que ha recibido la Revelación del Antiguo Testamento por medio de aquel pueblo, con quien Dios, por su inefable misericordia se dignó establecer la Antigua Alianza, ni puede olvidar que se nutre de la raíz del buen olivo en que se han injertado las ramas del olivo silvestre que son los gentiles. Cree, pues, la Iglesia que Cristo, nuestra paz, reconcilió por la cruz a judíos y gentiles y que de ambos hizo una sola cosa en sí mismo.
La Iglesia tiene siempre ante sus ojos las palabras del Apóstol Pablo sobre sus hermanos de sangre, "a quienes pertenecen la adopción y la gloria, la Alianza, la Ley, el culto y las promesas; y también los Patriarcas, y de quienes procede Cristo según la carne" (Rom., 9,4-5), hijo de la Virgen María. Recuerda también que los Apóstoles, fundamentos y columnas de la Iglesia, nacieron del pueblo judío, así como muchísimos de aquellos primeros discípulos que anunciaron al mundo el Evangelio de Cristo.
Como afirma la Sagrada Escritura, Jerusalén no conoció el tiempo de su visita, gran parte de los Judíos no aceptaron el Evangelio e incluso no pocos se opusieron a su difusión. No obstante, según el Apóstol, los Judíos son todavía muy amados de Dios a causa de sus padres, porque Dios no se arrepiente de sus dones y de su vocación. La Iglesia, juntamente con los Profetas y el mismo Apóstol espera el día, que sólo Dios conoce, en que todos los pueblos invocarán al Señor con una sola voz y "le servirán como un solo hombre" (Soph 3,9).
Como es, por consiguiente, tan grande el patrimonio espiritual común a cristianos y judíos, este Sagrado Concilio quiere fomentar y recomendar el mutuo conocimiento y aprecio entre ellos, que se consigue sobre todo por medio de los estudios bíblicos y teológicos y con el diálogo fraterno.
Aunque las autoridades de los judíos con sus seguidores reclamaron la muerte de Cristo, sin embargo, lo que en su Pasión se hizo, no puede ser imputado ni indistintamente a todos los judíos que entonces vivían, ni a los judíos de hoy. Y, si bien la Iglesia es el nuevo Pueblo de Dios, no se ha de señalar a los judíos como reprobados de Dios ni malditos, como si esto se dedujera de las Sagradas Escrituras. Por consiguiente, procuren todos no enseñar nada que no esté conforme con la verdad evangélica y con el espíritu de Cristo, ni en la catequesis ni en la predicación de la Palabra de Dios.
Además, la Iglesia, que reprueba cualquier persecución contra los hombres, consciente del patrimonio común con los judíos, e impulsada no por razones políticas, sino por la religiosa caridad evangélica, deplora los odios, persecuciones y manifestaciones de antisemitismo de cualquier tiempo y persona contra los judíos.
Por los demás, Cristo, como siempre lo ha profesado y profesa la Iglesia, abrazó voluntariamente y movido por inmensa caridad, su pasión y muerte, por los pecados de todos los hombres, para que todos consigan la salvación. Es, pues, deber de la Iglesia en su predicación el anunciar la cruz de Cristo como signo del amor universal de Dios y como fuente de toda gracia.

2 comentarios:

Marcelo dijo...

MESES ANTES DE PROMULGAR NOSTRA AETATE (QUE NO ES DOGMA), PAULO VI ENSEÑA LA VERDADERA DOCTRINA CATOLICA

https://w2.vatican.va/content/paul-vi/it/homilies/1965/documents/hf_p-vi_hom_19650404.html

Domingo de Pasiòn 4 de abril de 1965

...........È una pagina grave e triste. Narra, infatti, lo scontro fra Gesù e il popolo ebraico. Quel popolo, predestinato a ricevere il Messia, che Lo aspettava da migliaia di anni ed era completamente assorto in questa speranza e in questa certezza, al momento giusto, quando, cioè, il Cristo viene, parla e si manifesta, non solo non lo riconosce, ma lo combatte, lo calunnia ed ingiuria; e, infine, lo ucciderà....

Traducción propia con ayuda de bing:

Es una página triste y grave. Narra, de hecho, el enfrentamiento entre Jesús y el pueblo judío. Ese pueblo, predestinado a recibir al Mesías, lo esperaba durante miles de años y estaba totalmente absorbido en esta esperanza y esta certeza, en el momento adecuado, cuando el Cristo llega, habla y se manifiesta no sólo no lo reconoce, sino que lo combate, lo calumnia e injuria; y, finalmente, lo matará.....

Lectura del Evangelio de la celebraciòn en que se dijo la homilía: Evangelio de San Juan, VIII, 40-59).

Marcelo dijo...

DIJO MONS. LUIGI CARLI (OBISPO DE SEGNI, ITALIA, 1957-1973, AUTOR DE UN FAMOSO LIBRO “TRADICIONALISTAS Y PROGRESISTAS”) cuando se presentó el esquema conciliar Nostra Aetate.

Traducción propia

"Los Judios hoy en día ya no quieren ser considerados responsables de todo lo que fue hecho a Jesucristo por sus antepasados,...pero requieren que la Iglesia Católica hoy en día se sienta responsable y culpable por todo lo que, según ellos, los Judios han sufrido durante dos milenios”.