domingo, 12 de agosto de 2012

SOBRE LOS POBRES, EXPLOTADOS Y EXCLUIDOS: VALE LA PENA DECIRLO DE VUELTA




Publiqué este artículo en www.institutoacton.com.ar en Abril de 2007. Creo que vale la pena decirlo de vuelta, sobre todo por las acusaciones morales que permanentemente recibimos quienes defiendemos la economía de mercado. Y no me refiero precisamente a los kirchneristas.
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Se acerca una nueva Conferencia Episcopal Latinoamericana, y no será de extrañar que los Obispos pongan su voz de alerta sobre las condiciones materiales de vida, muchas veces infrahumanas, de gran parte de la población de sus castigados países. No vamos a referirnos ahora en detalle al tema del diagnóstico de tan delicada situación (aunque ello sea muy importante) sino que vamos a poner el acento en una cuestión que tal vez facilite el entendimiento en quienes “diagnosticamos diferente” en estos temas.

En los objetivos del Instituto Acton está el diálogo entre los fundamentos de una “economía libre”, “economía de mercado” (los términos pueden cambiar, estamos adoptando los distinguidos por Juan Pablo II en Centesimus annus) y la tradición cristiana y la Doctrina Social de la Iglesia. Por ello, no podemos dejar de registrar que quienes son partidarios de las economía de mercado (sean cristianos o no) no hablan de oprimidos, excluidos y explotados. Esos términos han sido interpretados, la mayor parte de las veces, bajo el paradigma de la lucha de clases. Ese es el motivo, creemos, de que los partidarios del mercado no usen esa terminología, aunque ello puede ocasionar una posible confusión: a) que los partidarios del mercado nieguen que haya fenómenos de injusticia en los temas socioeconómicos; b) que nos les interesa el destino de quienes padecen inenarrables sufrimientos.

Pero no es así. Claro que hay injusticias. Y esas injusticias se traducen en miseria, desocupación, desnutrición, y condiciones de vida indignas que, aunque relativas a la circunstancia histórica, conmueven el corazón de cualquier persona de buena voluntad, y, sobre todo, de cualquier cristiano para quien, como dijo Edith Stein, nadie le es indiferente.

Y en ese sentido también podemos hablar de oprimidos y excluidos, pero no desde la lucha de clases marxista o neomarxista, sino cambiando el enfoque: hay en efecto un sistema socioeconómico, imperante en América Latina desde hace siglos[1], basado en la intervención del Estado en las variables económicas, la socialización de los medios de producción, el control estatal de la actividad privada y todo tipo de privilegios y prebendas para lo que quede del sector llamado “privado”. Ese sistema (que muchos, con buena voluntad, llaman “capitalismo” o “neoliberalismo”) ha impedido secularmente la acumulación de capital y, consiguientemente, ha producido una masa cuasi-infinita de mano de obra barata y-o desempleada cuyo destino terrenal se deshace entre la desnutrición, la enfermedad y la muerte. Esos son los “excluidos” de los beneficios del desarrollo y de la suba progresiva del ahorro y del salario real que se produce y se ha producido en aquellas naciones que han aplicado economías de mercado, lo cual incluye las bases institucionales para su desarrollo, anuladas también en América Latina por todo tipo de autoritarismos, ya de izquierda, ya de derecha, que con delirios mesiánicos siguen añorando la figura cultural del virrey omnipotente.

Ellos son también los “oprimidos”: por un sistema que los condena a la miseria, y “explotados” también, no en un sentido marxista del término, pero sí en otro sentido: los privilegios, prebendas y subsidios del sistema intervencionista producen una casta de dirigentes sindicales, empresarios, funcionarios estatales y políticos que viven del presupuesto del Estado que se alimenta permanentemente de impuestos y cuasi-confiscaciones al sector privado, a la libre iniciativa, y para peor, en nombre de los pobres que dicen proteger.

Estas estructuras, llamadas para colmo “mercado” son verdaderamente un pecado social, un mal moral, además de un error técnico, porque implican la riqueza de unos a expensas de la pobreza de otros, como una torta fija que no crece sino que aumenta las desigualdades y privilegios indebidos.

Por lo tanto, no está nada mal, al contrario, que los cristianos se preocupen por los oprimidos. Ello no sólo no es incompatible, sino exigido por la conciencia cristiana. La cuestión es: ¿cuál es el sistema que oprime?
No está mal, al contrario, que esto implique una opción preferencial por el pobre, que obviamente, como ha explicado el Magisterio pontificio, no debe ser excluyente ni mirada desde la lucha de clases, ni tampoco debe excluir otras formas de pobreza no materiales (Juan Pablo II, Reconciliatio et paenitentia). Pero el pobre, el pobre material, aunque muy difícil de definir, como el tiempo, sin embargo sabemos lo que es, y nos duele y llama a nuestra conciencia. Esto responde al segundo malentendido. Los que defienden a la economía de mercado, ¿acaso están preocupados por aumentar la fortuna de Bill Gates? No dudo que haya gente que verdaderamente lo piense, pero obviamente no es así, y menos aún los cristianos que, de modo opinable, optamos por defender ese sistema. Son los males de la desocupación, la desnutrición y la miseria lo que nos preocupa, igual que a otros cristianos que piensen diferente e igual que a los Obispos y teólogos latinoamericanos. Sólo les proponemos, de modo dialogante y amistoso, un cambio de enfoque, no en los fines ni en la conciencia cristiana que nos mueve, sino en la consideración de las causas socioeconómicas de lo que verdaderamente es un mal espantoso.

Sin embargo, excluido el análisis de la lucha de clases, otro cambio importante de enfoque se produce: la clara conciencia de que, por más que se alcance la liberación de las estructuras sociales opresoras, ello no implica la redención de Cristo y la Libertad del Reino de Dios. Los sistemas sociales pueden ser mejores, pueden ser “buenos” pero son, por un lado, siempre perfectibles, y, por el otro, nunca se identifican con la perfección de la Gracia, de lo Sobrenatural, de la redención que viene sólo de Cristo.

Aclaradas estas cuestiones, los partidarios de la economía de mercado esperamos no quedar, valga la redundancia, excluidos del diálogo y oprimidos por la incomprensión. Esperemos sea visto nuestro aporte como motivado por la misma conciencia cristiana que seguramente guiará la pluma de nuestro pastores.


[1] Ver al respecto Vargas Losa, A.: Liberty for Latin America, Independent Institute, 2005; le hemos hecho una crítica en Markets & Morality, ver http://www.acton.org/publicat/m_and_m/new/review.php?article=96 

38 comentarios:

Fernando Pereyra dijo...

Ok, Gabriel, vos ponés el ejemplo de America Latina. No se cuando escribiste el artículo, pero a mi me parece que hoy hay una especie de crisis sincronizada en todo el mundo. Y mientras Europa baila de lo lindo, los chinos se ajustan el cinturón, Obama hace malabares, etc. los economistas liberales (ok: pongamos que son liberales "truchos" de Argentina) no se cansan de decir que bien que están Chile, Brasil y Perú, por ej. Aunque cada tanto salen noticias que los desmienten un poco. Mi pregunta sería: ¿Cómo es posible, si está tan claro, si es tan evidente, que la propuesta de los libertarios es la mejor, nadie la ponga en práctica? ¿Por qué la interna republicana la gana Mitt Romey en vez de Ron Paul? ¿Que es lo que llevó a Mitt Romey a describir a Paul como poco menos que un demente, y sostener que le negaría su apoyo en caso de que este ganase? Y finalmente, respecto al estado de bienestar... ¿por qué a los suecos les funciona el sistema hace añares, y se mantiene gana la izquierda o la derecha?

Gabriel Zanotti dijo...

Ver abajo:

Ok, Gabriel, vos ponés el ejemplo de America Latina. No se cuando escribiste el artículo


No me acuerdo ahora pero creo que lo puse en el mismo blog............


, pero a mi me parece que hoy hay una especie de crisis sincronizada en todo el mundo.

Claro, coherente con la sincronizadísima ausencia de economìas de mercado como Mises las describe..............


Y mientras Europa baila de lo lindo,


Ya puse una entrada sobre eso, fijate............


los chinos se ajustan el cinturón, Obama hace malabares, etc. los economistas liberales (ok: pongamos que son liberales "truchos" de Argentina) no se cansan de decir que bien que están Chile, Brasil y Perú, por ej.


Claro que no están "bien", es sólo una cuestión de comparaciones............. Pero no son esos precisamente mis modelos........... Es más, yo no necesito modelos.........


Aunque cada tanto salen noticias que los desmienten un poco. Mi pregunta sería: ¿Cómo es posible, si está tan claro, si es tan evidente, que la propuesta de los libertarios es la mejor, nadie la ponga en práctica?

Una cosa no tiene que ver con la otra, es lo mismo que preguntaras por qué tan poca gente ama a su prójimo.............



¿Por qué la interna republicana la gana Mitt Romey en vez de Ron Paul? ¿Que es lo que llevó a Mitt Romey a describir a Paul como poco menos que un demente, y sostener que le negaría su apoyo en caso de que este ganase?


Eso tiene muchas respuestas, pero ninguna que afecte a mi defensa del mercado............



Y finalmente, respecto al estado de bienestar... ¿por qué a los suecos les funciona el sistema hace añares, y se mantiene gana la izquierda o la derecha?


Que el sistema sueco funcione bien está muy discutido: buscá en internet a MAURICIO ROJAS.............

Fernando Pereyra dijo...

jaja, no te me escapes por la tangente: si existe una sicronizadísma ausencia de economía de mercados tal y como Mises la describe, por algo será y supongo que algún tipo de explicación tendrás. Espero que la respuesta no sea: "la culpa la tiene la estado" porque en el post vos señalás que existe toda una trama de corrupción e intereses cruzados entre el estado y los empresarios. Y ya que estamos, te pregunto: ¿por qué tan poca gente ama a su prójimo? No me parece una pregunta absurda, y seguramente como filósofo y como católico vos le habrás dado vueltas al asunto (por otro lado, si el modelo austríaco es tan sencillo de implementar como que todos amen a su prójimo, me parece que estamos sonados: cerremos todo y el último que apague la luz).

Fernando Pereyra dijo...

Ah! me olvidaba de los suecos: estará "muy discutido" el modelo, pero sus estadísticas siguen siendo muy buenas en comparación con la de los paises que aplican el modelo de "libre mercado trucho" dominante. Asi que si el modelo de libre mercado austriaco por alguna razón es inalcansable, el discutido modelo sueco, que a los suecos les funciona, parece una mejor opción a al libre mercado trucho y corrupto.

Pablo Pozzoni dijo...

Estoy escribiendo desde un celu así que seré telegráfico. No creo que exista un libre mercado bueno austriaco y otro libre mercado malo neoclásico, monetaria, neoliberal, etc. Existen políticas austriacas más puristas, y otras más pragmáticas y tecnocraticas, que posibilitan diferentes cantidades de libertad para el mercado o no. Lo que importa es que en ningún lugar de la curva ascendente de libertad económica se cortan, en el gráfico de doble entrada, las mejoras en todos los indicadores. Nosotros vamos para abajo. Chile, Perú, Uruguay, Brasil incluso, van para arriba. Lo importante de Ron Paul es que puede parar lo que causó la crisis mundial que forzó al esclerosado welfare state europeo a ajustar el cinturón en su viaje al cielo de la redistribucion. Que lo causó? La emisión de la FED para financiar la guerra. Lean los artículos de Aldo Abram y lo pueden corroborar. Suecia es liberal en cuanto al mercado. Se permite que la distorsión distributiva sea compensada por un mercado que previamente creó.el colchón de capital que pueden aprovechar. Saludos! Bosal aguanto más tipear con esto!! :-[

Gabriel Zanotti dijo...

Fernando fijate esto:

http://puntodevistaeconomico.wordpress.com/2011/09/09/y-el-mercado-%C2%BFdonde-esta/

Pablo Pozzoni dijo...

Otro link más, que les recomiendo a ambos, es el de este libro que está para descargar en PDF: La globalización liberal: a favor y en contra de Martin Wolf y Susan George
Los datos del libro y sus autores están acá: http://www.anagrama-ed.es/titulo/A_292

Martin Wolf es un "divulgador neoliberal del mainstream" (en la línea de Johan Norberg) para cualquier austríaco, pero creo que excluirlo por un reduccionismo sería desaprovechar sus observaciones. Su libro más interesante, pero que sólo se consigue en inglés, es: Why Globalization Works

Fernando Pereyra dijo...

Pablo: primero que nada, celebro tu brevedad esta vez, jajaja. Luego, ojo al piojo con los "indicadores", con que indicadores se toman y como se interpretan. En la época de Menem estábamos mal pero íbamos bien, y depronto: sorpresa, resulta que terminamos pésimo. Ahora la cosa parece al revés, estamos bien pero vamos muy mal... en fin. El libro de Wolf y George ya lo leí. Me lo regalaste vos. :o)

Gabriel: Entonces si el ideal es inalcanzable, la cosa pasa por como lidiamos con la realidad, con lo posible. En todo caso, lo que mas me sorprende de los liberales cristianos, es que puestos a elegir prefieren el sufrimiento de los pobres a que los ricos paguen mayores impuestos. Que el pobre sufra, es entonces malo pero moralmente tolerable, un mal "menor". Que el rico pague un poco mas para que el estado pueda proveer a los pobres de salud y educación, por ejemplo... ah, no, eso es moralmente inadmisible. Se me hace dificil comprender esa forma de pensar.

Gabriel Zanotti dijo...

Si eso te sorprende, es porque seguís sin entender el efecto debastador que para los máa pobres tiene el impuesto progresivo a la renta. O sea, creés que puestos a elegir elegimos lo peor para los pobres. O sea, seríamos unos malvados e imbéciles. No comments!!! Te mando a estudiar más economìa.

Pablo Pozzoni dijo...

Fernando: jaja, ok, y que te parecio el libro?
Voy a ser breve otra vez y por las mismas razones que notaras por la falta de acentos, je.
Los indicadores no decian que las cosas iban mal en los 90 sino bien, mas alla del periodo 89-91 con la resaca de la hiper, y luego del 96 al 99 subsiduando el 1 a 1 con deuda pagada con una inflacion encubierta y gasto fiscal creciente. De ahi la errada frase de Menem. Pero los ibdicadores de pobreza del 89 al 95 dieron una baja del casi 50% al 14$, y no por una demanda subsidiada sino por el crecimiento de la oferta, lo que no cierra en la ortodoxia neokeynesiana de un Sitglitz. Ademas los indicadores de los que hablaba yo antes son de muy largo alcance y contemplan TODOS los paises del mundo en ese mismo rango de tiempo. Anda a cualquiera de los indices de libertad economica (Heritage, Fraser, etc.) y fijate si te parece que estan mal en algo (los metodos con los que fueron obtenidos estan bien aclarados), o si acaso te convence otra interpretacion teorica de los mismos que no sea uno de las liberales y que no requiera de mil y un hipotesis ad hoc.
Por otra parte, al fin y al cabo, cuando elogias a Suecia imagino que lo haces usando indicadores. O cuando no relacionas la crisis europea con su welfare state lo haces con indicadores a la luz de una teoria por la cual culpas al neoliberalismo que no se aplico en esos paises salvo solo por el ajuste que se hace despues y en respuesta a la burbuja resultaod de no poder aguantar seguir subiendo el tipo de cambio para perseguirle la cola a la inflacion del dolar. Gracias a esos indicadores que usas y a ese marco teorico por el cual los seleccionas es que interpretas tales modelos como sustentables o no, como buenos a largo plazo o no, etc.

Sobre lo que le contestas a Gabriel: todavia no entendes que para un cristiano sea preferible no robar a aliviar la situacion del pobre con riqueza? Y mas cuando, como Gabriel, considera que encima eso perjudica una funcion social que es la unica que va a sacar de la pobreza a los pobres: la empresarial y no la burocratica. Conozco capitalismos casi sin pobres. Socialismos, ninguno.

Odio este celular. Despues la sigo.......

Fernando Pereyra dijo...

jaja, capaz que estudiar mas economía no me vendría mal. De todos formas, no creo que los cristianos liberales sean malvados o imbeciles por definición(supongo que en la categoría habrá tantos malvados e imbéciles como en cualquier otra), pero esperaba una respuesta de tipo pricipista moral-religiosa. Como en el caso de los preservativos, donde parte de la iglesia (no toda, aclaremos) se opone firmemente a recomendar su uso aún a costa de los estragos del SIDA. El "efecto devastador" que tiene sobre los pobres un esquema tributario progresivo, donde el que mas gana mas paga, la verdad que no lo veo. Si tenés algún artículo para recomndar al respecto, prometo que lo leo.

Fernando Pereyra dijo...

Eh, Pablo! Lástima que le contesté a Gabriel antes de ver tu mensaje. En efecto, puedo entender que para un cristiano sea preferible no "robar" a aliviar la situación de los pobres. Voy a obviar aquí que no todos los ctristianos consideran un robo el cobro de impuestos, e incluso voy a obviar que muchos ricos consideran que está bien que paguen mayores impuestos. Pero entender no significa compartir. También puedo entender, como le decía a Gabriel, que haya sectores de la Iglesia que prefieran que la gente muera de SIDA antes de recomendar el uso del profiláctico, pero de ninguna manera lo comparto. En cuanto a que un impuesto progresivo perjudique la función empresarial, la verdad que no lo veo. Ah! sobre los indicadores: me refería a que no es lo mismo tomar indicadores que miden índices de acceso a la salud, la educación, una buena alimentación, que índices que miden genéricamente cuanto creció un pais en tal periodo de tiempo. Ya que si ese crecimiento benefició a sólo un pequeñísmo grupo, bueno, no le veo la virtud. Y seguí con el celular, así te mantenés cortito, jajaja.

Pablo Pozzoni dijo...

Eh, Pablo! Lástima que le contesté a Gabriel antes de ver tu mensaje. En efecto, puedo entender que para un cristiano sea preferible no "robar" a aliviar la situación de los pobres.

Puse robar porque se ha llegado a esa legitimación. No se niega que el impuesto está siendo usado como forma de perjuicio contra las clases "dominantes" de forma de "recuperar" lo expropiado.


Voy a obviar aquí que no todos los ctristianos consideran un robo el cobro de impuestos, e incluso voy a obviar que muchos ricos consideran que está bien que paguen mayores impuestos.

Sí, ésa es otra cuestión. Pero el tema es que, como ya te dije, los ricos que piensen así que paguen por su cuenta.


Pero entender no significa compartir. También puedo entender, como le decía a Gabriel, que haya sectores de la Iglesia que prefieran que la gente muera de SIDA antes de recomendar el uso del profiláctico,

Pensado así podríamos decir que entiendo que también haya gente del lado del progresismo que prefiere que la gente muera asesinada por un celular antes que meter en cana a un pobre. Que lo entiendo pero no lo comparto.


pero de ninguna manera lo comparto.

Yo tampoco prefiero que la gente decida morir de SIDA a que decida usar profiláctico. La cuestión es que es una falacia decir que esas son las opciones existentes para el católico. (El que no es católico que haga lo que quiera, pero que no pretenda que la Iglesia lo acepte).


En cuanto a que un impuesto progresivo perjudique la función empresarial, la verdad que no lo veo.

Pues así es, naturalmente. Poné un emprendimiento y fijate si te ayuda que te quiten plata.
Igual es mucho más grave el intervencionismo y la inflación, como demuestran los welfare states que tratan de tener a la vez como base un mercado libre.


Ah! sobre los indicadores: me refería a que no es lo mismo tomar indicadores que miden índices de acceso a la salud, la educación, una buena alimentación, que índices que miden genéricamente cuanto creció un pais en tal periodo de tiempo. Ya que si ese crecimiento benefició a sólo un pequeñísmo grupo, bueno, no le veo la virtud.

Si crece el país y la mayor parte de su producción es de bienes de consumo masivo, entonces necesariamente tuvo que mejorar el nivel de vida de la mayoría. Mejora que por otro lado fue gracias a ese pequeñísimo grupo que suponés tales índices intentan promediar con el resto, cosa que no hacen.
Mirá los indicadores y fijate a qué se refieren, porque incluso midiendo como vos hacés la mejora del nivel de vida (con escuelas públicas y hospitales públicos) ésta coincide con el grado de libertad individual económica.


Y seguí con el celular, así te mantenés cortito, jajaja.

Jaja, sí. Además, sino no me comenta nadie, como pasó con mi artículo anterior!

Anónimo dijo...

Pablo: Yo no veo el cobro de impuestos como un perjuicio para nadie. Es un aporte a la sociedad de la que formás parte. Además... de que “perjuicio” estamos hablando? En efecto muchos ricos y empresarios exitosos donan generosas sumas de dinero a caridad y apoyan económicamente las causas humanitarias que se te ocurran. Lo hacen, además, sin perder su posición de ricos y empresarios exitosos. Asi que. .. que escusa les queda a los que no quieren hacerlo más que su infinita codicia y desprecio absoluto por el resto de los seres humanos? ¿Te parece que realmente vale la pena ensayar una defensa de tipo moral para esa clase de sujetos despreciables? En cuanto al que tiene un pequeño emprendimiento, seguramente no le ayuda que lo maten con lo impuestos, ni que le exijan cumplir con los mismos requisitos de una gran empresa o una multinacional. Por eso la carga impositiva tiene que estar diferenciada. En lo del estado de bienestar nunca nos vamos a poner de acuerdo, evidentemente.

Luego, hablar de “el progresismo” o “La Iglesia” como si fueran categorías monolíticas no me parece. “La iglesia” es tanto el cura que predica en la villa como el cardenal que hace política en el vaticano (este último un “nido de víboras”, según Gabriel). Por eso hablo de “sectores” de la Iglesia. Decirle a la gente que el mejor método para no contraer SIDA es la castidad es de un nivel de hipocresía que no amerita comentario. Total, has lo que yo digo y no lo que yo hago: después aparecen los curas pedófilos, los curas que se hacen unos viajes bárbaros en compañía de sus amantes. Por cierto: muchos de los sectores eclesiásticos a los que les horroriza la inmoralidad de que el rico pague un poco mas de impuestos, son los mismos que han apoyado guerras, dictaduras, golpes de estado, en fin…

En cuanto a meter en cana al pobre que te mata por un celular, en efecto hay sectores “progresistas” que pareciera que viven en la luna. Yo no comparto esa forma de pensar.

Y finalmente, sobre los índices: Hace rato que China viene creciendo más que EEUU… ¿está mejor china que EEUU en materia de libertad individual? Mirá vos… :o)

PD: Como Gabriel me mandó a estudiar esconomía, estoy releyendo “Socialismo” de Mises. No es lo mismo, obvio, pero bueno. Tómenlo al menos como un gesto de buena voluntad, jaja..

Anónimo dijo...

Me gustaría que siguiera esta discusión . Adhiero a los prejuicios marxoides bien descriptos por Pozzoni en la anterior entrada . M.S

Fernando Pereyra dijo...

Yo no llamaría "prejuicio marxoide" a la posición de Pablo sobre el marxismo. Lo conozco hace unos años ya, y puedo afirmar que su postura crítica sobre el marxismo, con la que se puede coincidir o no, no es prejuiciosa sino consecuencia de haber investigado el tema con profundidad. Por otro lado, su entrada anterior era mas bien un ataque al populismo mas que al marxismo.

Pablo Pozzoni dijo...

Pablo: Yo no veo el cobro de impuestos como un perjuicio para nadie.

Obviamente lo es para el que lo paga, sino no habría necesidad de que fuera impuesto. (Tengo la extraña sensación de que ya hablamos de esto).


Es un aporte a la sociedad de la que formás parte.

Depende de qué impuestos hables. Pero incluso si así fuera no significa que no te esté perjudicando.


Además... de que “perjuicio” estamos hablando? En efecto muchos ricos y empresarios exitosos donan generosas sumas de dinero a caridad y apoyan económicamente las causas humanitarias que se te ocurran. Lo hacen, además, sin perder su posición de ricos y empresarios exitosos.

Pero eso no significa que no se perjudiquen. Se perjudican voluntariamente por una motivación altruista. Se sienten mejor haciéndolo, pero no los beneficia salvo praxeológicamente.


Asi que. .. que escusa les queda a los que no quieren hacerlo más que su infinita codicia y desprecio absoluto por el resto de los seres humanos?

Les queda una excusa: que tienen derecho a ser infinitamente codiciosos con su dinero, y no tienen por qué vivir al servicio de nadie para apreciar a los demás seres humanos, ni mucho menos que nadie les venga a decir que lo hagan.


¿Te parece que realmente vale la pena ensayar una defensa de tipo moral para esa clase de sujetos despreciables?

Vos estás haciendo un juicio moral al llamarlos despreciables. Explicame en base a qué y después hablamos de mi gusto por sacrificarme por "sujetos despreciables". Y otra cosa: que yo sepa nunca hablé de defender tales o cuales conductas personales, sino del derecho individual a ejercerlas.


En cuanto al que tiene un pequeño emprendimiento, seguramente no le ayuda que lo maten con lo impuestos, ni que le exijan cumplir con los mismos requisitos de una gran empresa o una multinacional. Por eso la carga impositiva tiene que estar diferenciada.

¿Por eso sí es bueno que maten con impuestos a esos grandes emprendimientos que parecen que no sirven para nadie salvo para sus dueños? Así favorecen a los pequeños... o eso dicen que resultará de su acción...


En lo del estado de bienestar nunca nos vamos a poner de acuerdo, evidentemente.

Y no. Para los empresarios que transforman el trabajo en algo de valor, suele ser más bien un Estado de malestar. Y a la larga lo es para todos los que trabajan. Es más: el "bienestar" que proveen redistributivamente, subsiste con un mínimo de calidad gracias a los bienes que creó el capitalismo. Y que creó a pesar de, y no gracias a, el llamado "Estado de bienestar".


Luego, hablar de “el progresismo” o “La Iglesia” como si fueran categorías monolíticas no me parece. “La iglesia” es tanto el cura que predica en la villa como el cardenal que hace política en el vaticano (este último un “nido de víboras”, según Gabriel).

Y abajo también hay nidos... de ratas. Ocupar un alto cargo no te hace más malo.
En cualquier caso, la Iglesia no es una suma de individuos: es un todo que debe tomar una posición oficial, por lo cual no tiene sentido juzgarla como si se analizara una conducta individual. El progresismo también es una suerte de ecclesia formada por un sinnúmero de organizaciones sociales y culturales, que actúan en función del conjunto incluso a veces a costa de su independencia (casi toda nuestra elite cultural dio buenas muestras de abyección política con este gobierno)


Por eso hablo de “sectores” de la Iglesia.

Fijate de no correr el riesgo de terminar hablando de "clases".

Pablo Pozzoni dijo...

Decirle a la gente que el mejor método para no contraer SIDA es la castidad es de un nivel de hipocresía que no amerita comentario.

No importa si es hipócrita o no. Importa si lo dicho es verdadero o no.
También hay muchos hipócritas -muchos más, de hecho- entre los cobradores de impuestos que dicen que hay que obligar a la gente a ser solidaria por la fuerza, pero no por eso vos rechazás ese argumento ¿no? Y está bien que no lo hagas por eso: sería una falacia.


Total, has lo que yo digo y no lo que yo hago: después aparecen los curas pedófilos, los curas que se hacen unos viajes bárbaros en compañía de sus amantes.

¿Ahora también hablás de "sectores"? ¿O en este caso sí estás generalizando? Porque te recuerdo que casi todos los miembros de la grey católica apoyan la posición oficial de la Iglesia respecto a la castidad, y por una razón muy sencilla: resulta que es un mandamiento bíblico. ¿Son todos pedófilos y mujeriegos? (En este tema creo que hay más hipócritas entre los fieles que entre los monjes y los curas)


Por cierto: muchos de los sectores eclesiásticos a los que les horroriza la inmoralidad de que el rico pague un poco mas de impuestos, son los mismos que han apoyado guerras, dictaduras, golpes de estado, en fin…

Será porque la mayoría de los que utilizaron históricamente al Estado para atentar contra el derecho de propiedad eran también asesinos de militares y religiosos.


En cuanto a meter en cana al pobre que te mata por un celular, en efecto hay sectores “progresistas” que pareciera que viven en la luna. Yo no comparto esa forma de pensar.

¡Al fin coincidimos en algo! ;-)


Y finalmente, sobre los índices: Hace rato que China viene creciendo más que EEUU… ¿está mejor china que EEUU en materia de libertad individual? Mirá vos… :o)

En materia de libertad economíca, posiblemente (China es una dictadura pero hace rato que no es un régimen totalitario). Igual dudo que sea el caso. No es linealmente proporcional la relación entre libertad individual económica y crecimiento económico: es estadísticamente proporcional. Las circunstancias especiales y eventuales para que ahora EEUU crezca a una tasa menor que la de China pueden ser más fuertes a corto plazo que la cuestión de la libertad económica. Lo que importa es el factor determinante a largo plazo en el total de países del mundo. De vuelta: mirá los gráficos.


PD: Como Gabriel me mandó a estudiar esconomía, estoy releyendo “Socialismo” de Mises. No es lo mismo, obvio, pero bueno. Tómenlo al menos como un gesto de buena voluntad, jaja..

Jajajaja, ok. Igual creo que sería más pertinente en este caso que leas ''Crítica del intervencionismo'' de Mises, ya que las cuestiones que discutís acá están sólo relacionadas con el capítulo sobre el "destruccionismo" en el libro que estás releyendo. ''Crítica del intervencionismo'' se mete más en esa cuestión, y aunque es un escrito más de divulgación, no es sin embargo menos importante.
Ah, y no te lo voy a poder regalar: ya lo hice y con el último que tenía. Espero que no haya sido en beneficio de la persona equivocada. Aunque vos no hayas cambiado de forma de pensar, estás abierto a hacerlo, que más que menos :) y por eso te regalo incluso libros valiosos aunque estén más a favor de tu forma de pensar que de la mía. A quien le regalé este libro de Mises que te comento... no sé si realmente le sirva de algo. Espero sinceramente que sí.

Pablo Pozzoni dijo...

M.S: Está hecho.
Ah, y gracias por el elogio... creo :)

Anónimo dijo...

Obviamente es muy difícil entenderse con F.P , y por eso no me meto . Adhiero a la descripción que Pablo hace de ideas y conductas derivadas muy arraigadas ( o prejuicios ) en la población argentina y que he descripto estos años como "marxismo genético argentino" , por transmitirse como calcados de generación en generación . Y usé "oide" en lugar de "ista" porque en Argentina , por fortuna o desgracia , tanto nuestro fascismo como nuestro marxismo se quedan en "oide" . Lo que me gusta de Pablo es su optimismo . M.S

Pablo Pozzoni dijo...

F.P.: Yo no llamaría "prejuicio marxoide" a la posición de Pablo sobre el marxismo. Lo conozco hace unos años ya, y puedo afirmar que su postura crítica sobre el marxismo, con la que se puede coincidir o no, no es prejuiciosa sino consecuencia de haber investigado el tema con profundidad. Por otro lado, su entrada anterior era mas bien un ataque al populismo mas que al marxismo.

Gracias, Fernando! Igual creo que él quiso decir otra cosa, pero lo que decís es correcto. No ataco a una doctrina marxistoide en este caso. Pero vale mencionar que es una doctrina populista de bases marxianas (estos términos le dan al asunto un toque sci-fi). Y es así por sus premisas y no porque este populismo sea ejecutado por una izquierda ex-marxista (Montoneros) en el sentido doctrinario, ya que el peronismo original era un movimiento fascistoide ecléctico, y sin embargo también, como el fascismo, se aprovechó de cierta "mecánica de pensamiento" que viene del marxismo, y el de éste a su vez de antes, de la izquierda hegeliana.

Lo interesante del marxismo del que nacieron estos prejuicios colectivistas, es que, sin embargo, en la depuración de sus ideas para hacerse a sí mismo un todo coherente, perdió ese populismo igualitario jacobino que es propio de todo movimiento filocomunista (Babeuf, Nechaev, etc.), transformándolo en un milenarismo clasista (Lenin, Mao). El revival actual del populismo por el populismo mismo a lo Laclau, que hace la izquierda Nac&Pop, es en realidad un intento de volver a ese jacobinismo, a ese intervencionismo arbitrario que puede coquetear más con el socialismo cuando lo necesita sin verse forzado a llegar a él.



M.S.: Obviamente es muy difícil entenderse con F.P , y por eso no me meto .

No creas (y esto no lo digo sólo para devolver el gesto de Fernando). En vivo la cosa es bastante distinta. Por acá no parece, pero me consta que su beligerancia y esa ironía fría que son características de sus apelaciones a la retórica, son más bien formas sublimadas de rechazo a ciertas formas sociales que le disgustan (y con la que identifica el pensamiento del adversario), que muestras de cerrazón ideológica. También me parece que, en parte, -y no quiero ir demasiado lejos en este psicoanálisis político- son un intento suyo de corroborar cuan "malo" es el otro. Provocar, supongo, puede ser útil para conocer hasta dónde el otro puede llegar. Pero creo que se equivoca al hacerlo, si ésa es su intención: porque a donde somos capaces de llegar por la desesperación no es a donde usualmente quisiéramos llegar.
Creo que el conflicto no es el que devela nuestros verdaderos deseos. El que hace esa tarea es el poder.


M.S.: Adhiero a la descripción que Pablo hace de ideas y conductas derivadas muy arraigadas ( o prejuicios ) en la población argentina y que he descripto estos años como "marxismo genético argentino" , por transmitirse como calcados de generación en generación . Y usé "oide" en lugar de "ista" porque en Argentina , por fortuna o desgracia , tanto nuestro fascismo como nuestro marxismo se quedan en "oide" .

Así es. De cualquiera forma convenimos en que no sería el marxismo en tanto doctrina, sino los prejuicios que algunas partes de éste motiva, y que son funcionales a los objetivos de los marxismos históricos. Acá, sin embargo, el que cosecha los beneficios del chip "progre" que tienen los argentinos en la cabeza (y no juzgo como malo todo su contenido, ojo, sino el hecho de que sea algo implantado), ya no es el marxismo como conjunto de organizaciones, sino los que fueron parte de esa red, y que ahora, como miembros de este engendro político que es el kirchnerismo, son capaces de hacer cualquier cosa en nombre de cualquier cosa.


M.S.:Lo que me gusta de Pablo es su optimismo . M.S

Estamos mal entonces! :D
Lo digo de verdad: no sé si alegrarme, porque si yo, precisamente yo, sueno optimista, es que, o no me estoy expresando como debiera, o el horizonte está más oscuro que mi imaginación.

Anónimo dijo...

Cuando digo que es difícil entenderse con F.P estoy reconociendo mis límites en la web . Si ustedes tienen trato personal previo eso da un ventaja en el diálogo que otro de afuera no puede contrarrestar . Desde ya que en vivo las cosas son muy diferentes . Por eso es mejor en este caso para mi ser lector . El optimismo que te pondero es la actitud de mantener el diálogo , que no es poco . Lo de los prejuicios , reitero que coincido plenamente y por supuesto no tienen que ver con el marxismo como teoría , sino con una densa cultura que se transmite de generación en generación y que este gobierno ha explotado como ninguno . Desde el momento que te entiendo sin ser yo teórico sos muy claro , aunque subestimes tu prosa .Y el horizonte efectivamente está muy oscuro porque depende de cosas muy frágiles : como de una cosecha que no se sembró en un contexto recesivo y del 30 % de inflación . Si a eso le sumamos la perspectiva de una reforma constitucional para eternizarse ...... Los dejo seguir la discusión . M.S

Fernando Pereyra dijo...

Pablo: Condenada manía de responder en “cuentagotas”, casi oración por oración en vez de conceptos. En fin: voy a tratar de responder por conceptos, que es mi manera.

1) Sobre los impuestos y la moral.
Obviamente que cuando yo hablo de quien no quiere pagar impuestos por cuestiones de codicia y desprecia a los otros seres humanos, y me refiero a ellos como sujetos despreciables, estoy haciendo un juicio moral. Esa actitud me parece moralmente PESIMA. Como sos cristiano, tengo claro que para vos también es así: la codicia es pecado capital, el mensaje de Cristo es de amor y hermandad entre los hombres, no de egoismo. Lo que pasa es que cuando te ponés en el rol de “abogado del diablo” eso no se termina de ver del todo. (Yo conozco muy bien tus objeciones al capitalismo y el tipo de sociedad que se desprende a partir de él, que es lo que le da combustible a tu pesimismo, pero capaz que el que pasa y lee, no). Por otro lado, a mi también me parece PESIMO obligar a alguien a hacer lo que no quiere. Pero bueno, elijo lo que me parece el mal menor: entre dejar que un pobre se muera de hambre, y “robarle” un poco, una pequeñísima cuota de libertad, al que puede contribuir un poco mas, elijo esto último. Esto es imponer una forma de ver las cosas, claro que sí, pero no significa que voy a salir yo con una arma a cobrarle al despreciable sujeto del ejemplo. Será el conjunto de la sociedad que lo haga, a través del Estado. Y si resulta que el conjunto de la sociedad elije que es preferible que los pobres se mueran de hambre en vez de cobrarle un poco mas de impuestos a quien puede pagarlo, me la tendré que bancar y en todo caso protestaré desde algún blog. Pero por lo general pasa lo contrario, la mayoría está de acuerdo con pagar sus impuestos, incluso los ricos. En cambio, tu defensa en cuanto a gozar de la libertad plena, total, en base a principios de una moral absolutista y a costa de cualquier cosa (en este caso el hambre de los pobres), me parece que es irreal por hipócrita (o sea: fácil pedirle a otro el sacrificio pero casi imposible de cumplirlo uno) y totalmente contraproducente (el mismo ejemplo de libertad plena, llevado al campo de la seguridad vial, daría por resultado que quien tiene una ferrari pretenda manejarla a 300 km por hora en cualquier calle de la ciudad).

Sigue...

Fernando Pereyra dijo...

2) El estado de bienestar.
Que para los “empresarios que transforman el trabajo en algo de valor” el estado de bienestar sea un estado de malestar, es falso. Muchos empresarios están de acuerdo con el estado de bienestar, ya sea por principio, o bien porque ellos mismos pudieron formase gracias a la escuela y la universidad pública. Me parece que vos, por alguna razón que se me escapa, metés a todos los empresarios en la misma categoría: la del sujeto despreciable del punto 1. Y lo de que el estado de bienestar “subsiste con un mínimo de calidad” depende: no es lo mismo Suecia que Argentina, ya lo discutimos.

3) Iglesia y doble estandar
No voy a explayarme sobre la posición “oficial” de la iglesia, no me interesa: allá ellos como manejan su política interna. Voy a insistir en cambio en la doble moral y la hipocresía (así que no importa si un mensaje es hipócrita no no? Así les va!) de los sectores que condenan el uso del profiláctico (porque la castidad es un “mandato bíblico”) mientras que alegremente apoyan guerras, golpes de estado y dictaduras (se ve que la parte del “no matarás” se la saltearon). Me llama la atención que vos los justifiques cayendo en un penoso doble estándar. O los mandatos bíblicos se cumplen a rajatabla o no. Si tu posición es que apoyar guerras, dictaduras y golpes de estado está bien de acuerdo a una coyuntura política determinada (pasando por alto olímpicamente “no matarás”), no me vengas a correr entonces con eso de “la castidad es un mandato bíblico”. Por otro lado, recomendar el uso del profiláctico no es promover el sexo fuera del matrimonio. El mensaje de la Iglesia podría ser: “Lo correcto es no tener sexo fuera del matrimonio, eso no está bien. Pero si la tentación es tan grande que sos incapaz de resistirla, al menos cuidate vos y cuida a tus hermanos: usá profiláctico.”
En el tema de cuantos curas llevan una vida “licenciosa”, si son muchos o pocos, no entro: no lo sé y vos tampoco (salvo que hayas hecho un censo, jajaja).

Pablo Pozzoni dijo...

Pablo: Condenada manía de responder en “cuentagotas”, casi oración por oración en vez de conceptos. En fin: voy a tratar de responder por conceptos, que es mi manera.

Es que cada argumento se sostiene por oraciones, por razonamientos individuales que, en tu caso, creo están mal.
Ahora bien, podría también tratar los argumentos por separado cuando veo que a pesar de estar mal justificados por sus partes pueden como un todo igual tener validez, o no tenerla pero por razones separadas de los errores en los razonamientos. Pero, insisto, creo que también hago eso, porque fijate que cuando contesto a cada parte me extiendo mucho más allá y trato de cubrir todo lo que estás implicando en el desarrollo del concepto que tratás (y por eso a veces reitero los mismos puntos). Y en muchos casos me parece que los conceptos que das no cierran como un todo: intentá resumirlos y te vas a dar cuenta. (Por ejemplo, para tratar la cuestión de la moral, no saltás de un argumento a otro con método de forma que cada oración sea parte de un todo: que sea o no moral ser egoísta con lo propio no tiene relación con el comentario posterior sobre la moral de la redistribución forzada. Si fuera la misma cuestión deberías haber dicho: el rico no tiene derecho a ser rico si alguien tiene hambre, entonces no es un mal menor sino justicia sacarle lo que tiene, etc. Y así hay varios ejemplos. Retóricamente cada párrafo que escribís refuerzan para el lector medio la conclusión a la que querés llegar, pero no lo hacen a nivel lógico. Por eso digo que ese procedimiento se vuelve tramposo, y por eso intento detenerme en esos recursos retóricos e intentar cortarles las raíces que hacen posible su efectividad: prejuicios popularizados por una mentalidad “progre” o como le quieras llamar. En fin, que como sin embargo tu posición tiene un núcleo, me detengo en él y me explayo sobre el mismo. Sin embargo, el núcleo, que tiene su peso, lo fundamentás al pasar, muy brevemente, y lo adornás con todos los demás elementos: los “evasores despreciables”, “los pobres muriéndose de hambre”, etc. Un peronista te diría que no se puede proceder lógicamente con cosas tan importantes. Yo creo que precisamente, si son tan importantes, no pueden estar fuera de la lógica.)
Si leés todas mis respuestas juntas vas a ver que cierran mi posición sobre cada uno de los conceptos, o mejor dicho, cuestiones que trataste.
Por otra parte, a la inversa, vos tratás sólo algunos de los conceptos vertidos por mí, que no son pocos y se extienden a través de más de un párrafo. Al reconstruir el diálogo salteás muchas de las cosas que afirmé (podrías no hacerlo, pero lo hacés) y que contestan a lo que luego volvés a plantear.
Cada una de esas respuestas mías a "cuentagotas" no son, por otra parte, a cuentagotas: son respuestas enteras donde doy conceptos claros y cerrados en respuesta a párrafos que están -lo reconozco- recortados.

Pablo Pozzoni dijo...

1) Sobre los impuestos y la moral.
Obviamente que cuando yo hablo de quien no quiere pagar impuestos por cuestiones de codicia y desprecia a los otros seres humanos,


Repito lo que puse arriba: "no tienen por qué vivir al servicio de nadie para apreciar a los demás seres humanos".


y me refiero a ellos como sujetos despreciables, estoy haciendo un juicio moral. Esa actitud me parece moralmente PESIMA.

¿En nombre de qué? Vos mismo decías hasta no hace mucho que no existe nada que sea moral y que no querías hacer justificaciones o condenas morales sobre las cosas, sino apelar a intereses.
[Admito el excurso siguiente, pero quiero hacerlo.] Puedo equivocarme, pero pareciera que son ciertos sujetos morales los que te molestan, y no el objeto en cuestión. Egoísmos mucho peores que el de los empresarios que no quieren pagar impuestos son cometidos por personas de un nivel económico más bajo, y son cometidos en masa, con un daño humano enorme que se cobra un número de vidas humanas mayor que el de todos los muertos por hambre, pero no veo que te preocupe tanto intentar evitar esas muertes ejecutadas por personas que por otra parte son ya irrecuperables pasados cierta edad. Supongo pensarás que hay muertos de hambre por culpa de esos empresarios inescrupulosos que no quieren pagarle a la AFIP ¿no? Bueno, voy a ceder en eso y suponer que así es: ¿cómo sabés que quien no quiere pagarle a la AFIP de hecho piensa que el dinero que deja de entregar va a salvar una sola vida? ¿No puede ser que, como casi más de la mitad de la población productiva argentina que no quiere pagarle un peso al Estado, piense simplemente que no quiere quitarle un dinero que no va a servir para nada? En cambio, no se te viene a la mente que quien jala de un gatillo riéndose con un patota de pendejos y pendejas de cómo cae muerto un pibe que sale de la facultad, sí sabe perfectamente que él causó la muerte y no un infarto que ocurrió por coincidencia. Me vas a decir, tal vez, que su egoísmo no fue su elección. Que porque tiene hambre o carece de salud y educación pública su elección natural tiende a ser el egoísmo, pero, curiosamente, si das crédito a la redistribución que apoyás, entonces para vos la AFIP y las políticas activas han logrado que esos servicios mejoren y la pobreza descienda. Demos entonces eso por cierto. Sin embargo fijate que la criminalidad en esos mismos sectores beneficiados… asciende. ¿Por qué? Podemos hablar de ausencia de represión cultural, y estaríamos de acuerdo (en esto creo que coincidimos: salvo por ciertos pocos instintos, en general el ser humano sin tabúes tiende a ser una criatura horrible, casi a la cabeza de todas las que especies que existen en cuanto a agresividad), pero entonces, si no culpabilizás a alguien por una inmoralidad producto de una cultura permisiva ¿por qué sí culpabilizás al empresario que según vos parece que disfrutara en sus regatas mirando el cielo y pensando con alegría que consiguió un velero más grande a costa de los hambrientos del impenetrable?
[Fin de la digresión]



Como sos cristiano, tengo claro que para vos también es así:

Como soy cristiano SÍ puedo hacer juicios morales, pero no coincido en los juicios que vos hacés.

Pablo Pozzoni dijo...

la codicia es pecado capital, el mensaje de Cristo es de amor y hermandad entre los hombres, no de egoismo.

Pero vos confundís egoísmo con desprecio por el otro e incluso con agresión al otro. Si el pobre no es pobre por circunstancias de opresión individual o por una coyuntura social, el "ama a tu prójimo como a ti mismo" podría describirse en términos patrimonialistas y entonces no exigiría dar nada de ayuda al prójimo si éste no es víctima de violencia.
Por supuesto, ya sé, no se trata de eso, porque hay otras aclaraciones en la Biblia por las cuales el amor al prójimo no se considera sólo así. Pero fijate que ésa es tu confusión frecuente por acá: confundís ser un católico y a la vez un liberal clásico, con ser católico y ser un liberal libertario, o un objetivista randiano. Gabriel considera un derecho ser egoísta con lo propio, pero no cree que el egoísmo sea algo bueno. Y no está a favor de dicho egoísmo incluso aunque no crea que dicho egoísmo ni genere ni prive del remedio a la pobreza. Tampoco está a favor de tal derecho porque le guste en particular este egoísmo y no otro, sino porque para él el hecho de poner en entredicho el derecho a la propiedad deteriora la libertad de todos, y también el bienestar de todos aunque la libertad le parezca que está primero. En esto reside la diferencia entre un liberal libertario y un liberal clásico: para el último la propiedad no es un dogma pero es uno de los pilares más importantes de la libertad, mientras que para el primero la propiedad es la libertad. Yo estoy de acuerdo con esta última posición, en cambio, pero aun así no intento conciliar el egoísmo patrimonial con el cristianismo porque no tiene sentido. No pretendo sacarle nada al rico por la fuerza. Y no es por la típica confusión: que protejo su derecho aunque creo que debería darle lo que tiene al pobre, como muchos suponen dijo Cristo. En quien pensaba Cristo no era en la salvación del pobre, sino del rico. Y no porque salvara su alma procurar tener en su bolsillo la misma cantidad de dinero que el resto, o porque intentara deshacerse de lo necesario para salvar del hambre al pobre, ya que al momento de pensar en la salvación del pobre, intentaba exactamente lo mismo, que se desprendiera de lo poco que tuviera. El cristianismo no es comunista ni fascista ni redistribucionista ni igualitarista económico ni socialdemócrata ni socialcristiano (mal que le pese a la políticamente correcta DSI) ni nada parecido. Cuando el cristianismo más genuino y primitivo adoptó formas sociales distintas no fue por la cuestión del amor al prójimo sino por aquello del desprecio por lo material (que incluía aprovechar darle todo a los pobres para calmar su sufrimiento, pero siempre intentando que éstos a su vez desprecien esos mismos bienes: no se trataba de igualar los padecimientos, sino de promover la idea de que esos padecimientos no eran importantes y que el servicio al mundo, que implica su interés, debía cambiarse por el servicio y el interés en Dios, que no requiere trabajos sino pureza de corazón). El cristianismo, en este sentido, es asceta, o sea, que la pobreza es un bien, no un mal. Es malo esforzarse para crear riqueza, no sólo hacerlo para acrecentar la riqueza ajena (porque fuera explotación o cualquier cosa parecida) sino también la propia.

Pablo Pozzoni dijo...

Segunda cuestión: vos no sólo confundís ese falso amor por el prójimo con un altruismo ilimitado para con el prójimo (que no es lo mismo que para con el extraño), sino que además confundís este altruismo con la abyección ante un Estado redistributivo. O sea: creo que hasta la Madre Teresa de Calcuta tiene derecho a resistir la opresión del Estado, pacíficamente, sin corromper a un noble recaudador, simplemente no poniendo un peso y cayendo en cana. Por más que ese peso lo diera libremente al segundo siguiente. (De cualquier forma dudo que la cuestión le importara mucho. Cuando se le preguntó cuál era para ella el peor mal del mundo contestó, si mal no recuerdo, que el número de inasistencias a misa. Y dudo mucho que hubiera culpado de eso a la corrupción eclesiástica, dado que hubo épocas en los que la fe no amainó frente a esa corrupción sino que se acrecentó y llevó a reformas enormes que reestructuraron toda la sociedad medieval desde dentro, incluso con auspicio papal. Por el contrario, creo que sabía bien que esa corrupción es hoy por hoy sólo una excusa de quienes son parte de un proceso cultural vasto y enorme, cuya corrupción, si se la quiere llamar así, no es hipócrita sino abierta y declarada.)


Lo que pasa es que cuando te ponés en el rol de “abogado del diablo” eso no se termina de ver del todo.

Para mí vos sos acá el abogado del diablo. O al menos del más frío de los diablos fríos.
No me interesa lo que vean o crean ver quienes no reconocen que los demás tienen derecho a ser egoístas con lo suyo (incluso si lo son en un sentido no cristiano). Porque es, además, cristiano ser altruista con el rico tanto como con el pobre, y respetar el derecho de ambos a compartir lo propio si quieren y a no hacerlo si no quieren (en realidad nuestra moderna noción del derecho viene de esa idea de dignidad no violentable, y no a la inversa). El cristianismo puede justificar la defensa contra la explotación (sea que la entiendas en términos liberales como expropiación, o en términos marxistas como aprovechamiento de las necesidades sociales dispares formadas un mercado), pero no puede justificar la agresión en nombre de la necesidad ni en nombre de nada.


(Yo conozco muy bien tus objeciones al capitalismo y el tipo de sociedad que se desprende a partir de él, que es lo que le da combustible a tu pesimismo, pero capaz que el que pasa y lee, no).

Pero no me interesa ¿entendés? ¿Tengo que dar pruebas de inocencia anticapitalista? No. Primero que acepten como pienso y que tengo derecho a hacerlo. Después si quieren les daré explicaciones. De otra forma no se las merecen.
Y fijate: hoy por hoy mi ideal no es el capitalismo sino una suerte de comunitarismo (y no como la solución social a nada, sino como el resultado positivo de una fundación religiosa de la comunidad), en términos que son casi de un anticapitalismo romántico si se quiere. Pero no es ese el punto. Quienes crean que defiendo el egoísmo como un derecho no se equivocan. Y no se equivocan quienes creen que incluso asevero que puede ser una virtud en función de otros criterios morales diferentes (que pueden compatibilizarse con el cristianismo, o no), y que, todavía más, puede serlo de hecho por sus consecuencias sociales. Sí, sociales. Si vamos a tomar como moral la ética productivista que deduce del bienestar material la medida del valor, entonces el capitalismo existe gracias a la virtud de cierta utilización egoísta del dinero. O, mejor dicho, de velar en forma egoísta por la reutilización del ingreso en capital. De ahí la ética calvinista, que fue una forma rara de asociar el egoísmo empresarial con la austeridad más rígida imaginable, para la mayor gloria del mundo.
O sea: son los progresistas los que en realidad deberían pensar como Franklin.

Pablo Pozzoni dijo...

Por otro lado, a mi también me parece PESIMO obligar a alguien a hacer lo que no quiere.

Me alegra escucharlo. Sinceramente. Igual creo que, si lo pienso un poco, ya lo sabía.


Pero bueno, elijo lo que me parece el mal menor:

No. Estás eligiendo el mal mayor porque un mal lo hacés por acción y otro por omisión. En tu razonamiento el mal menor es experimentar con 10000 seres humanos vivos para mejorar la vida de 10000000 de humanos gracias a la mejora radical de la medicina. Millones que morirían si no se hicieran dichos experimentos (lo cual es, por otra parte, un hecho). Pero yo no razono así, y por eso la diferencia entre acción y omisión no es un detalle. Es lo que te hace preferir el socialismo y a mí preferir el liberalismo, incluso cuando yo ya no considero que la libertad individual sea algo cuyo resultado social sea deseable, aunque sea un valor en sí mismo.
Aclaración tonta pero por si acaso necesaria: no estoy diciendo que pienses que hay que hacer iatrogenia o cualquier cosa parecida. Creo, más bien, que simplemente estás racionalizando una elección que hacés en forma pragmática. Lo cual no está mal en principio, pero te demuestro entonces que no es coherente con tu principismo solidario: si fueras coherente con tu argumentación deberías pensar como Mengele o los médicos de Mao, y por eso te muestro lo moralmente contradictorio que es tu posición redistributiva aunque parezca de sentido común, ya que pisa los fundamentos sobre los que se supone debería sostenerse: el valor de la vida individual. Extra: fijate cómo el llamado "derecho a la salud" y a la "educación" no puede ser absoluto ya que no existe un total de servicio de atención a la salud y educación que pueda ser provista, sino una gama de infinitas posibilidades en cuanto a cantidad y calidad de tales servicios a ser provistos, y por eso es falaz que se confronten bienes de consumo "superfluos" provistos por el mercado contra servicios de salud y educación "necesarios" provistos por el Estado, cuando de igual forma se puede hablar de bienes de consumo "necesarios" provistos por el mercado y de servicios de salud y educación "superfluos" provistos por el Estado. En la Argentina el mercado, mal que mal, sigue llevando la mayoría de los primeros a casi todo el mundo. El Estado tan noble que tenemos, aun aumentando el presupuesto considerablemente, reduce la atención sanitaria a la trata de ganado, la educación secundaria al adoctrinamiento y la primaria, vía complicidad sindical, al analfabetismo funcional generalizado (por no hablar de los imbéciles ideológicos que promueven la indisciplina violenta como pluralismo, lo cual es parte de su cripto-gramsciana pedagogía de la liberación). Y la ideología redistributiva de quienes apoyan este proceso de cambio –cambio para peor– fijate que no choca a los pequeños cerebros de sus militantes sino que refuerzan su posición. Para ellos el mal no está en el sufrimiento del pobre, sino en que éste tenga a alguien más rico de conciudadano, porque es la causa de todos los males. Sin éste último viviendo en el mundo, todas las privaciones y hasta degradaciones serán sólo pasos necesarios del espartano camino que es la vida del emancipado hacia la única felicidad que tiene valor: la que no está infectada de propiedad y esa particular forma de egoísmo que tanto detestan.

Pablo Pozzoni dijo...

entre dejar que un pobre se muera de hambre, y “robarle” un poco, una pequeñísima cuota de libertad, al que puede contribuir un poco mas, elijo esto último.

Fijate qué pequeña que es en la Argentina, donde quienes trabajan deben ya dar el Estado casi la mitad de sus ingresos, y ni hablemos de la libertad de hacer con lo que se obtiene mediante esos ingresos, de la que ya queda poco y nada. Precisamente porque queremos ser Suecia sin el colchón de capital que sólo puede crearse con una acumulación no redistribuida (o sea: no intentando ser Suecia) es que hoy día hasta los colectiveros se quejan de la redistribución para salvar del hambre a los pobres porque el Estado se lleva sus horas extra. "Primero vinieron por los más ricos, pero como yo no era el más rico, no me preocupé. Luego..."


Esto es imponer una forma de ver las cosas, claro que sí,

Imponer una forma de ver las cosas sería lavarle el cerebro para que crea que es culpable de acuerdo a tu moral socialista. Y, de hecho, eso ya sucedió. China Roja. Revolución Cultural. Bonete en la cabeza. Estadios repletos. Escupidas y palazos. Fusilamiento. Chau despreciables sujetos.


pero no significa que voy a salir yo con una arma a cobrarle al despreciable sujeto del ejemplo.

Quien sabe: si el Estado te lo exige, vas a tener que hacerlo ¿no? Esto lo digo muy en serio: si vas a hacer tan jacobina esta tu nueva moral, te aseguro que si cambiás los criterios que usás para delimitarla (si pasás de Propotkin y Rawls a Molinari y Rand), o sea, que pasarías de un derecho negativo a vivir con lo propio en vez del derecho positivo a vivir a costa de lo ajeno, el que se vuelve despreciable sos vos.



Será el conjunto de la sociedad que lo haga, a través del Estado.

¿En qué cambia que un alemán no salga directamente a hacer un pogromo a que el conjunto de la sociedad alemana a través del Estado decida deportarlos burocrática y disciplinadamente? Imponer formas de ver las cosas, si es malo, es malo siempre: lo haga una parte del pueblo sobre otra, o no. Cuando demarcás que cobrar impuestos es imponer algo, pero no así impedir que te roben, estás estableciendo el perímetro no contradictorio de la libertad. Y eso se llama propiedad. Cuando la eliminás destruís las fronteras que te posibilitan dirimir qué es justo, quién impone qué a quién, etc.
(Aclaración extra que te haría cualquier sociólogo: estás confundiendo sociedad con pueblo; la sociedad civil colectivamente no existe: por eso el Estado ocupa el lugar de su acción colectiva, sea representando a unos sectores u otros, y de estos a sus ideas y proyectos. Sin culturas o religiones que funden las comunidades, no puede haber "pueblos" en sentido colectivo, ya que precisamente son sociedades, no comunidades)


Y si resulta que el conjunto de la sociedad

Again: los conjuntos sociales no deciden. Son sumas inorgánicas de individuos. La única forma de que el conjunto de una sociedad pudiera decidir algo es que se pusiera toda de acuerdo en asamblea antes de tomar una decisión unánime. Pero en una elección cada uno no vota que Q saque 49% en las elecciones, R 23%, S 7%, etc. etc., sino que cada uno vota como individuo pensando o intentando siempre que su voluntad partidaria cubra todo el espectro posible. O sea: en las legislativas, que son las más representativas, nadie sale cabalmente satisfecho, y en las presidenciales, que lo son menos, sólo sale contento un número que ronda la mitad de la población.

Pablo Pozzoni dijo...

elije que es preferible que los pobres se mueran de hambre en vez de cobrarle un poco mas de impuestos a quien puede pagarlo, me la tendré que bancar

¿Por qué te la tenés que bancar? ¿No te considerás con derecho a decidir para vos mismo cuáles son los límites que lo que el voto popular puede elegir? Hacés mal si pensás como hacés, porque los derechos (sean individuales o sociales) están (o deberían estar) primero que la voluntad democrática (con este argumento, de hecho, nuestros progres proscribieron a Patti, lo cual fue hipocresía mezclada con estafa: Patti no iba a poder modificar la Constitución para encarcelar montoneros con juicios amañados desde su cargo electo).
Fijate que la base de la democracia es igualitaria pero su ejercicio no: siempre es tomar decisiones que aplican arbitrariamente el poder en forma selectiva por capricho del humor dominante. ¿Qué habría pasado si se hubiera sometido a elecciones directas igualitarias y democráticas la decisión de si dar el derecho al matrimonio igualitario a los gays hace 40 o 50 años? Habría pasado que habrían tenido suerte si en la segunda elección no se hubiera sometido a referéndum popular una ley para meter a los gays en clínicas, porque hubieran perdido sus derechos humanos igualitarios por goleada.
Tan es así que son importantes para la igualdad los derechos y no deberían tener “peros”, que los derechos individuales, especialmente estos derechos iguales al patrimonio, son los que hacen posible la democracia (y la ironía es que son a la vez la simiente del capitalismo. Injusta realidad para muchos: son la condición de la democracia y a la vez lo que exige que la democracia no pueda hacer lo que quiera). Por eso hay constituciones. Para los classic liberals son los derechos de individuo a su propiedad lo que es un valor en sí mismo ya que representa la posibilidad de su libertad, que es el fin de una democracia y ésta un medio. Para los modern liberals son los derechos "sociales" de un individuo al acceso a un mínimo que, a su vez son un fin y la democracia un medio para los mismos. Otra vez el ejemplo tristemente fácil es el de los judíos en Alemania: si Hitler hubiera establecido su totalitarismo permitiendo una pluralidad de partidos (hubiera sido difícil pero no imposible: de hecho muchos totalitarismos perduraron bastante tiempo antes de volverse abiertamente unipartidarios) los judíos tendrían que haber aceptado su expropiación, detención y/o asesinato por la voluntad del "conjunto de la sociedad", como hoy los capitalistas tienen que aceptar ser esquilmados junto con el resto de la población (salvo los que viven de planes) por la “aclamación popular” del 2011 en su 54%. Les habrías dicho entonces a los judíos: “el pueblo lo eligió así. Esperen a las próximas elecciones para votar a un gobierno que respete sus derechos individuales constitucionales, y si no ganan, jódanse por ser minoría.”
(Si me decís que los alemanes no votaron para que los mataran, sólo para que los discriminaran, lo mismo te puedo decir entonces de los argentinos, que no votaron para esto que tenemos. Pero, en el fondo, en ambos casos, sí lo hicieron. Se arrepienten tarde, que es otra cosa.)

Pablo Pozzoni dijo...

y en todo caso protestaré desde algún blog.

Interesante que supongas que ésa es la última opción: un blog. Porque, que sea imposible para la minoría disponer y leer de medios de comunicación masivos supone, o que quienes protestan son una minoría ínfima, o que se vive bajo un régimen socialista que también somete los medios masivos de comunicación al gobierno que representa la “voluntad de toda la sociedad”. Y es con esta concepción socialista que se hizo la ley de medios, así que tu acto fallido tal vez sea profético.
[Otra digresión acá: La idea paranoide según la cual la proporción de medios existentes según su ideología debe corresponder con la proporción de miembros de la sociedad según su ideología, lleva a suponer que cada sector sólo debe informarse a sí mismo porque las ideas de cada uno de estos representarían sólo fijos intereses socioeconómicos en pugna. Y eso es compatible con la elección de un supuesto pensamiento único que supuestamente representará al interés socioeconómico del grupo mayoritario (y ese pensamiento deberá ser que su propio interés colectivo es incompatible con la existencia de las minorías sociales cuyas ideas políticas no pueden por tanto universalizarse ni beneficiar a aquella, o sea: clase única, ideología única, partido único). No es coincidencia. Si se puede concluir que los proyectos dependen de las doctrinas e ideologías que se tomen como mapa de ruta, y que por tanto éstas moldean los intereses así como éstos una vez creados las modifican a su vez, cuán bizarra se puede volver esta mecánica multicausal cuando el éxito publicitario de una política se sostiene sobre una ideología y cuando esta misma ideología lee todo fenómeno social como parte de una acción política general (lo que en el fondo son dos caras de una misma moneda). Lo triste del asunto es que el kirchnerismo no es un movimiento totalitario que necesita imponer una sociedad totalitaria, sino un oportunismo político. Pero como está hecho de individuos que no pueden pensar si no es totalitariamente, incluso cuando no lo pretenden, es que adelantan la construcción de reductos totalitarios antes de llegar al poder sin que estos sean unidades armadas. El contraste resultante es claro cuando uno ve la secta totalitaria que es La Cámpora y lo compara con el resto de la sociedad que será un caos pero que no cuaja con ésta. Muy distinto fue el primer peronismo, que ya previamente había convertido a toda la población en militante. Esta organización juvenil es un engendro que regula hasta la vida privada de sus miembros: http://www.lacampora.org/wp-content/uploads/2011/04/REVISTA_N06.pdf (ver páginas 34 y 27). Es como un Sendero Luminoso light y en versión pop. A la larga es disfuncional respecto al adoctrinamiento del resto de la sociedad si no está inscripto en un orden social regulado enteramente por un partido único. Y que yo vea dudo mucho que esos hippies aburguesados sirvan como guerrilla a pesar de su organización celular. Les dieron una forma que tiene sentido sólo para infiltración subversiva acompañada de entrenamiento armado, y a menos que no recluten muchos más convictos enfierrados como grupos de choque, su éxito va a ser su desgracia.
En fin, como sea, si hay algo que desean, es que frente a esta redistribución que ya es utilizada como forma de administrar recompensas y castigos políticos a todos los niveles sociales, no te quede otra libertad que protestar desde un blog, y eso no va a durar mucho. Los gobiernos militares post-peronistas (excluyo por ende al del GOU) eran una coraza autoritaria de una sociedad medianamente libre. Este gobierno es una coraza democrática de una sociedad cada vez más regulada autoritariamente. Y hay que recordar lo que la historia probó una y otra vez en los dos casos: cuando contrastan con lo que contienen, las corazas tienden a romperse muy fácil.]

Pablo Pozzoni dijo...

Pero por lo general pasa lo contrario, la mayoría está de acuerdo con pagar sus impuestos, incluso los ricos.

Si es así, lo mismo de siempre: que no sean impuestos, que sean propuestos, voluntarios. Que la AFIP me traiga un papelito y yo firmo: "pasen a buscar el dinero el próximo mes que yo me adhiero a la movida, che".
Pero vos vivías diciéndome, insisto, que todos los ricos tienden a ser “corruptos” por la competencia (i.e.: no pagar los impuestos) y que por eso se iba a destruir el sistema, etc.


En cambio, tu defensa en cuanto a gozar de la libertad plena, total, en base a principios de una moral absolutista y a costa de cualquier cosa (en este caso el hambre de los pobres),

Vos creés que el hambre de los pobres es imposible de solucionar sin redistribución, a pesar de que no presupones que la pobreza de los pobres sea culpa de los que no son pobres. Tu defensa en cuanto a satisfacer plenamente las necesidades de los pobres (¿cuál es el límite que les ponés a los pobres para que sus necesidades pasen a ser superfluas? ¿el de mi bolsillo, porque tiene más que el de ellos?), esa idea de que el derecho social es pleno, total, sin techo, en base a principios de un moral absolutista y a costa de cualquier cosa (en este caso la propiedad sobre el trabajo, que es la base de la justicia) me parece a mí irreal e hipócrita (es fácil perdirle a otro el sacrificio que vos no hacés).
Aun así, insisto: ¿por qué tus empresarios solidarios que quieren que les cobren impuestos dejarían a los pobres desamparados si fueran libres de los mismos? Es autocontradictorio.


me parece que es irreal por hipócrita

Gracias.


(o sea: fácil pedirle a otro el sacrificio pero casi imposible de cumplirlo uno)

Ser pobre no es un sacrificio sino una carencia. Podés decirme que no me sería posible tolerar mis convicciones si fuera pobre, pero resulta que no soy pobre y no lo vas a poder comprobar. Cuando encuentres una regularidad entre ricos liberales que se hayan vuelto pobres y se vuelvan redistribucionistas, ahí hablamos. Yo sí, en cambio, te puedo hablar de ricos que hablan de socialismo pero no están dispuestos a sacrificarse cuando les tocan la propiedad a ellos ("yo hago con mis dólares lo que quiero"). Y casi no conozco excepciones. Las pocas, contadas, son de fanáticos (gente enferma al estilo de Guevara y Pol Pot), y aun estos casi siempre conservan sus convicciones ocupando altos cargos donde las cosas nunca son tan difíciles por tanto tiempo sin la compensación del goce de fusilar insolidarios.


y totalmente contraproducente (el mismo ejemplo de libertad plena, llevado al campo de la seguridad vial, daría por resultado que quien tiene una ferrari pretenda manejarla a 300 km por hora en cualquier calle de la ciudad).

Estás confundiendo la libertad de usar dentro del perímetro de tu patrimonio un bien (y de comerciarlo, permutarlo, etc. con otros dentro de un mercado), con la libertad de usar un bien fuera del perímetro al que corresponde, donde las reglas se vuelven arbitrarias o más difíciles de delimitar. Un negocio de indumentaria en una galería es totalmente libre en sentido patrimonial si hace lo que quiere dentro del mismo, y no deja de serlo -en el mismo sentido referido- por no poder ponerse en el medio de los pasillos a vender la ropa y entorpecer a los clientes de otros negocios. Estás confundiendo ejemplos.


2) El estado de bienestar.
Que para los “empresarios que transforman el trabajo en algo de valor” el estado de bienestar sea un estado de malestar, es falso. Muchos empresarios están de acuerdo con el estado de bienestar,


¿Y eso prueba que luego el “Estado de bienestar” no les moleste?


ya sea por principio, o bien porque ellos mismos pudieron formase gracias a la escuela y la universidad pública.

Dudo mucho que la mayoría de los empresarios hayan sido exitosos gracias a la educación, y menos a la pública. Pero seguro los errores políticos que terminaron apoyando se deban a esa educación.

Pablo Pozzoni dijo...

Me parece que vos, por alguna razón que se me escapa,

Preguntame y listo. A menos que pienses que la esté ocultando o que me la oculte a mí mismo. En fin.


metés a todos los empresarios en la misma categoría:

Yo metí a todos los empresarios en la categoría de los que tienen derecho a ser egoístas con lo propio como lo tienen todos los demás (a los que además se les reconoce el de ser egoístas con lo ajeno), no en el que mencionás abajo.
A mí se me escapa cómo, en cambio, si presumís que la mayoría de los empresarios quieren que el Estado los obligue a pagar impuestos, pensás, como hacías hasta no hace mucho al menos, que son todos “corruptos” (en tus términos, o sea: no pagarle los impuestos al Estado burgués que supuestamente éstos controlan ¡y esto repetido por los Kicillof que dirigen ese mismo Estado!) y que por eso el capitalismo tiende a una anarquía cuyas reglas sus actores tienden a traicionar. (No me voy a referir al hecho de que confundís defender los derechos de propiedad contra el Estado con una intervención mercantilista a través del Estado. Me preocupa el doble estándar que usas con los mismos sujetos de estudio.)


la del sujeto despreciable del punto 1.

Insisto: despreciable para vos, no para mí. Para mí es despreciable alguien capaz de obligar a otro a pagar algo que no desea pagar siendo suyo. O que puede no desear pagar (lo aclaro ya que te atrajo la idea curiosa de que haya gente que quiera ser obligada a hacer lo que desea).


Y lo de que el estado de bienestar “subsiste con un mínimo de calidad” depende: no es lo mismo Suecia que Argentina, ya lo discutimos.

Sin embargo curiosamente nosotros intervenimos más en la economía que los suecos.
(“Nosotros”, en fin. Hasta yo caigo en la trampa)


3) Iglesia y doble estandar
No voy a explayarme sobre la posición “oficial” de la iglesia, no me interesa: allá ellos como manejan su política interna.


La Iglesia es una institución, no un club social. Si sos católico aceptás asirte a un magisterio, así como vos te sometés a la voluntad del pueblo aunque no te guste (de la Iglesia te podés ir; del pueblo, la cosa la tenés más difícil)


Voy a insistir en cambio en la doble moral y la hipocresía (así que no importa si un mensaje es hipócrita no no?

No, no lo es respecto de la validez del mismo. (¿Ves? Es por este tipo de comentarios que muchas veces tengo que desmenuzar lo que decís. En este caso repetís una falacia no formal afirmando que la contesté diciendo algo que no dije.)


Así les va!)

Qué raro que les vaya mal por eso. A Víctor Hugo le fue muy bien que yo sepa.


de los sectores que condenan el uso del profiláctico (porque la castidad es un “mandato bíblico”)

No lo entrecomilles: lo es.


mientras que alegremente apoyan guerras, golpes de estado y dictaduras (se ve que la parte del “no matarás” se la saltearon).

No lo hicieron: lo incluyen en el derecho a la defensa propia. Yo no estoy de acuerdo pero el argumento es coherente (yo en cambio creo que el “no matarás” implica totalmente un dar la otra mejilla, cosa que no creo vos precisamente consideres sensato aceptar ya que lo verías como la aceptación del suicidio, y es así que de la misma forma lo vieron muchos, entre otros San Agustín). Si tuvieran que oponerse a la guerra en cualquier caso, entonces tendrían que oponerse incluso hasta la institución policial, y no sólo a los casos que más detestás: golpes de Estado contra gobiernos ausentes, situaciones de caos social, carestías y desabastecimientios, grupos terroristas, etc., o a guerras contra países que queman iglesias y asesinan hasta el último cura y monja que encuentran (o sea, estados verdaderamente genocidas).


Me llama la atención que vos los justifiques cayendo en un penoso doble estándar.

¿Hay dobles estándares dignos? Eso sí que es un doble estándar.

Pablo Pozzoni dijo...

O los mandatos bíblicos se cumplen a rajatabla o no.

Estoy de acuerdo. Ahora bien, no es tan fácil. Imaginate lo siguiente: vas por un callejón y una chica aparece corriendo y te pide ayuda. Te dice que la persigue un asesino que está cerca y te ruega que la ayudes a ocultarla. Lo hacés y en segundos llega el asesino haciéndose el boludo y te pregunta con tono de buen ciudadano: “Disculpe señor: ¿vió a una nena de unos seis años por acá? La estoy buscando”. Bueno ¿qué contestás? Porque resulta que sos un católico que cree en los diez mandamientos. ¿Le dirías la verdad? “Sí, mire, está ahí tras ese tacho de basura, pero yo sé que no es su hija, eh. Por favor no la mate”.
Ojo, no estoy diciendo que esté bien mentir. Tal vez no lo esté ni siquiera en ese caso excepcional y haya que decir la verdad. O no decir nada y arriesgar la vida por ella. Si la cristiandad se hizo tan popular en un principio (e incluso luego) no fue por su realismo político sino por su posición tan inocente en el sentido más puro de la palabra, a pesar de que eso llevó a sus miembros a ser mártires en su vida evangelizadora al punto de ser comida de leones, tendencia que duró masivamente casi hasta fines del siglo XIV en Occidente a pesar del pragmatismo y el interés político al que fue cediendo día a día desde los apóstoles hasta hoy.
Pero bueno, creo que podría comprender mejor a los cristianos que mencionás, que se pusieran una cota de malla y empuñaran una espada contra los moros, y no pensaría tan fácilmente en acusarlos de hipócritas. Y menos de no creer en el cristianismo sólo por ser caballeros en vez de carpinteros.


Si tu posición es que apoyar guerras, dictaduras y golpes de estado está bien de acuerdo a una coyuntura política determinada (pasando por alto olímpicamente “no matarás”), no me vengas a correr entonces con eso de “la castidad es un mandato bíblico”.

¿Cuándo dije que está bien para mí? Dije que seguramente un cristiano puede considerarlo bueno en circunstancias especiales sin que lo considere un hipócrita (para mí se equivocaría, pero eso es otro tema). A ver, sólo dije que no son hipócritas los que lo hacen porque lo incluyen dentro del derecho a la defensa propia, y creen que eso es correcto, lo cual es más que entendible dados los agresores que tienen, que hablan mucho de moral apelando a la moral ajena y no a la propia porque no la tienen.
El derecho a la defensa propia sería que no tenés derecho a decidir matarte (o sea, por omisión: dejar matarte ¿ves el problema de la omisión?). Como sea, se utiliza el mandamiento como principio siempre (se cambia se incumplimiento por una acción por su incumplimiento por una omisión, en fin... no lo comparto, pero tiene sentido).
¿De qué forma utilizás el mandamiento "No fornicarás" con el caso del forro? Podés usar el mismo que el anterior, pero eso sólo tendría sentido si te coaccionan para que forniques so pena de ser fornicado, cosa que raras veces sucede. No creo que sea el caso de los que reciben profilácticos gratis con mis impuestos, que además me consta que los pendejos ya casi no los pasan a buscar desde que salió el plan de asignación por embarazada (lo que tristemente le da la razón a los neoclásicos y su teoría de la elección racional). Así que de ahora en más si tanto querés salvar vidas volvé a intentar con el tema de la monogamia porque lo de los forros ya no les conviene.

Pablo Pozzoni dijo...

Por otro lado, recomendar el uso del profiláctico no es promover el sexo fuera del matrimonio.

No, es cierto: es simplemente colaborar con él. Ganaría muchos adeptos la Iglesia haciendo semejante estupidez. Por suerte tiene principios además de asesores de imagen.


El mensaje de la Iglesia podría ser: “Lo correcto es no tener sexo fuera del matrimonio, eso no está bien. Pero si la tentación es tan grande que sos incapaz de resistirla, al menos cuidate vos y cuida a tus hermanos: usá profiláctico.”

También podría ser: “Lo correcto no es dar muerte por mano propia, eso no está bien. Pero si la tentación es tan grande que sos incapaz de resistirla, al menos cuidate vos y cuidá a tus camaradas: usá chaleco antibalas”.
Ojo, no estarían mal los dos consejos. Pero, antes que salvar vidas, la función de la Iglesia es salvar almas. Y esto lo digo en un sentido que, al límite que yo lo llevo, es incómodo para católicos liberales como conservadores, socialdemócratas y socialistas (o, para los católicos devotos que, en su mayoría, son fieles a la DSI), pero lo creo así. Todo el trabajo solidario de la Iglesia debería aumentar, pero no en el sentido misionero actual, sino en uno casi medieval. Y creo, también, que en función del mismo, como hacían los estamentos dirigentes de esa misma época, se promovieran movimientos monacales que dirijan renacimientos constantes y corrientes de reforma como se realizaron entre la alta y baja Edad Media en función de que tanto las jerarquías eclesiásticas como el pueblo se alejen de la vida mundana, de sus apegos sensuales y bienes materiales. Eso sería lo coherente. Y en esto sí que tal vez sea hipócrita, porque sé lo que es correcto pero no tengo la profunda convicción que se requiere para llevarlo a cabo. Los diez mandamientos deben, al menos, intentar cumplirse a rajatablas, aunque no suceda excepcionalmente. Hacer excepciones sistemáticas es un error. Y hacerlas en función de, encima, principios que no están en el espíritu de los mismos, es un error todavía más profundo.


En el tema de cuantos curas llevan una vida “licenciosa”, si son muchos o pocos, no entro: no lo sé y vos tampoco (salvo que hayas hecho un censo, jajaja).

Je, medio difícil. No lo hice, pero creo que no es necesario. Presumo inocencia hasta que se pruebe lo contrario.
Más o menos como vos hacés con los empresarios. Digo más o menos porque son inocentes hasta que pretenden el derecho a elegir si quieren serlo.

Fernando Pereyra dijo...

Bue, como de costumbre, no me queda otra que tirar la toalla, jajaja. Te juro que leí todo (bueno... casi :o)) pero para responderte semejante choclo tendría que dedicarle a esto un tiempo que no tengo, que le vamos a hecer! (y disponer de todavía mas tiempo para leer la contraréplica; se me ponen los pelos de punta de solo pensarlo). En cualquier caso, me hizo reir lo del "más frío de los diablos fríos", y me llama la atención que traigas varias veces a colación varias ideas mias de etapas pasadas. Mi pensamiento va cambiando con cosas que leo y con charlas como esta. Acordate que mi interés no es "evangelizar" sino aprender, asi que en efecto, ya no pienso hoy como el día que nos conocimos. :o)

Pablo Pozzoni dijo...

Ahora que mis palabras tienen efecto éste se me vuelve impredecible. No pego una ;-) Hablando en serio me alegra saber que te son útiles. Y reconozco que interpreté mal lo que decías porque era la forma en que tal vez podía cerrar mejor mi respuesta. (Ojo, entonces, dado que tu enfoque nuevo no sólo me complica las cosas a mí, je. Hay un poco una ruptura en la solución de continuidad entre tu anterior forma de enfocar el asunto y el actual, que es una suerte de Polanyi pereyrizado :-D) Pero en general sí noto que hubo un giro en tu forma de pensar en cosas distintas y en formas distintas y, que aunque choque con el mío me interesa más que el de muchos porque cómo siempre es bastante particular. Y me alegra... que me hayas leído completo, o casi! Que seas el único ya es mucho, jajaja. Cuando lo subí no podía creer todo lo que había escrito. Me va a ser más cómodo un encuentro, definitivamente. PS: mi meta también es aprender eh, y por eso mi afán evangélico tiene un contenido cambiante :-) Acordate que casi te debo a vos el punto 7.c de mi artículo sobre la democracia!