En
el tiempo de vida de un alumno, algunas o casi todas las materias son algo a
través de lo cual hay que pasar. Un mal, algo espantoso, que no queda más remedio
pero…………. Pasará. Finalmente no veremos más ese tema, nos olvidaremos de su
insoportable profesor, dejaremos tirados los apuntes por los pasillos,
venderemos los libros, en fin, como decía una gran pensadora argentina, te vas,
te vas y te vas. Esto dice mucho de la falsedad del “aprendizaje” en el sistema
educativo formal pero de eso HOY no voy a hablar.
Yendo
del tiempo de vida de un alumno al tiempo de vida de la humanidad, la escasez
corre igual destino. Grandes pensadores, como Karl Polanyi o Marx, han
denunciado a la escasez como un estadio del capitalismo, pasado el cual, nos
liberaremos de la alienación del trabajo y volveremos, cual paraíso resucitado,
a poner nombres a los animalitos mientras Dios baja a conversar con nosotros al
atardecer.
De
manera comprensible, ambos autores citan a Aristóteles. El cual no se destacó
precisamente por saber algo de economía, a pesar de que hablaba de ella o algo
parecido (como casi todos hoy, entre paréntesis). El varón, terrateniente y
ciudadano de una Atenas autárquica y esclavista, no tenía que preocuparse de
cómo llegar a fin de mes. Y sí, así cualquiera.
La
escasez siguió totalmente presente en la historia de la humanidad pero ignorada
y negada como las bacterias hasta 1870. Curiosamente, en 1871 nace –NO sin
antecedentes- la Escuela Austríaca y, oh malos capitalistas, recuerdan a todo
el mundo que porque hay escasez hay precios, propiedad, y que el mercado es la
compensación de la inevitable escasez mediante la mayor coordinación de
conocimiento disperso en el mercado (Hayek 1936, Mises 1949, Kirzner 1973).
Por
supuesto, hubo quienes no quisieron saber nada con esta “defensa ideológica de
los intereses del capital”. Desde toooooooooooooooooodos los marxistas habidos
y por haber –no, Gabriel, Marx no es eso, no entendés nada- pasando por los
keynesianos, los corporativistas y hasta los neoclásicos que parten de un
modelo donde no hay escasez, todos se encargaron de negarla de algún modo, de
sacarla por la puerta, aunque siempre entra por la ventana como desocupación,
crisis cíclicas, faltantes, hambrunas, pobreza, etc. Ah, pero qué tonto soy,
cierto que todo eso es el capitalismo. Me olvidaba.
Pero
últimamente la negación de la escasez ha tenido un curioso revival tecnológico.
Comenzó con páginas webs de aficionados que mostraban al replicador de Viaje a
las Estrellas como la superabundancia total y la solución de todos los
problemas. Pero ahora muchos entusiasmados con la robótica, las neurociencias y
al transhumanismo, nos dicen que en pocos años los robots trabajarán por
nosotros y que, otra vez, la escasez será cosa del pasado, excepto que, por
supuesto, los pérfidos capitalistas se apropien del paraíso, con lo cual el
tema de la riqueza seguirá siendo, como en casi todos los paradigmas, una
cuestión de distribución pero no de producción de riqueza.
Es
impresionante la enorme esperanza depositada en los robots. Yo no soy tan
optimista, será que no me anda el koynor J.
Pero desde Cherry 2000, pasando por Inteligencia Artificial y llegando a Her,
la cosa es que los robots serán capaces de amar. Los que no entendemos nada
decimos que no, que ello implica la presencia de un yo espiritual irreductible
a la materia –que ridículo neocartesianismo- y los que aún estamos en el
oscurantismo medieval pensamos que uno de los grandes errores de Antony Kenny
fue no haber endendido la demostración de Santo Tomás sobre la subsistencia de
la forma sustancial humana después de la muerte.
Pero
ahora hay algo más. Ahora, como decíamos antes, los robots nos salvarán de la
escasez.
Los
economistas austríacos (o sea, como diría Mises, los economistas) preguntan de
dónde saldrá el capital y el trabajo necesarios para producir los robots, pero
parece que también resulta que los robots se producirán a sí mismos.
Lo
que se olvida habitualmente es que la escasez es un tema fenomenológico. Esto
es, la cuestión es la naturaleza física ante el mundo de vida del cual nos
enseñó Husserl. El mundo de la vida humano, esto es, la cultura y su historia,
son lo que implica que la naturaleza física sea irremisiblemente insuficiente
ante “lo humano”. Porque las necesidades humanas no son ni naturales ni
artificiales. Son, sencillamente, manifestaciones de lo simbólico que nace de
esa inteligencia humana irreductible a un plato de neuronas o de silicio. El
arco, la flecha, la lanza, los adornos, son arte-factos del un mundo de la
vida, igual que las naves espaciales y las computadoras son artefactos de otro
mundo de la vida. Todo en ese sentido es “arti-ficial” en tanto simbólico de lo
que una cultura considera necesario. En todo caso habrá virtudes morales –como
la frugalidad, la austeridad- ante las cuales determinados consumos no se
consideran éticamente adecuados, pero la comida, el vestido y la reproducción,
en lo humano, están humanizados y para ello requieren de instrumentos
culturales que re-significan a lo simbólico, mediante ritos y tradiciones para
los cuales la naturaleza solamente física es totalmente insuficiente.
Por
lo tanto la escasez, como la insuficiencia de lo físico ante las demandas
inter-subjetivas de lo humano, no es una etapa de la historia, no es una defensa
del capitalismo: es una condición de la humanidad, como lo histórico, lo
artístico, lo político, lo sexual, etc. Creer que va a desaparecer porque haya
robots es como pensar que la política va a desaparecer porque haya robots.
¿Y
qué sucedería si los robots se hicieran a sí mismos –cosa dudosa, pero
manejémosla como hipótesis de trabajo- y nos cayeran encima como rayos de sol
en una fría mañana de invierno? ¿No serían bienes “libres” a nuestra
disposición que nos librarían de “producir”? Bueno, esa era la Atenas con la
que soñaba Aristóteles. Ahora la cosa es más humana porque no habría esclavos
sino robots. Pero cuidado, porque si es verdad los que piensan que los robots
tendrán autoconciencia, entonces ellos se rebelarán de su esclavitud –como ya
sucede en algunos capítulos de Viaje a las Estrellas con los androides y los
hologramas con autoconciencia-. Y, entonces, Skynet está cerca. Entonces claro
que no habrá escasez, porque ya no habrá humanidad.
Pero
los dinosaurios que no entendemos nada seguimos pensando que seguirá habiendo
escasez y que los robots son sólo un cambio tecnológico más que, como todos,
implicarán como mucho una re-ubicación friccional del factor trabajo
no-específico.
Es
curioso esto de los robots. De alguna manera, ante tanto post-modernismo, es
como un revival del ideal iluminista de progreso ilimitado. La esperanza no
está en lo trascendente, sino en un futuro inmanente a lo humano donde los
robots serán el paraíso. No como Terminator, sino como Star Trek. Pero sea una
o la otra, son todas inmanentistas: en una, todo mal, en otra, todo bien, pero
el junco que piensa, de Pascal, ha desaparecido. Pero no. El yo de la
interioridad agustinista, la forma sustancial subsistente de Santo Tomás, el yo
pienso cartesiano, la intersubjetividad husserliana, el mundo 3 de Popper, no
han sido refutados, ni por los filósofos ni por los robots. Y no es un tema
empíricamente falsable, porque cuando en el siglo 25 la cosa siga igual, los
entusiastas de los robots nos dirán que “ya veremos en el s. 30”. La pura
verdad es que en el s. 30, si llegamos, todo lo humano será igual. Habrá
escasez, habrá política, habrá neurosis, y las esperanzas inmanentes serán la
misma ilusión que hoy. Lo que sí puede pasar es que no lleguemos. De lo cual ni
siquiera Gort, otro robot, nos podrá salvar.
2 comentarios:
Lograste despistarme con la intro... :)
Para mí, hasta el momento, la mejor presentación del estamento amoral de la pseudo-inteligencia sintética la encontré en Ex Machina (http://www.imdb.com/title/tt0470752/)... británica por supuesto, como Black Mirror, que tiene excelente aproximación al tema y justamente el mismo actor participa en una interesante perspectiva de interacción con robots humanoides en el capítulo "Be Right Back" (http://www.imdb.com/title/tt2290780)
Sigamos esto café de por medio... Abrazo!
Lograste despistarme con la intro... :)
Para mí, hasta el momento, la mejor presentación del estamento amoral de la pseudo-inteligencia sintética la encontré en Ex Machina (http://www.imdb.com/title/tt0470752/)... británica por supuesto, como Black Mirror, que tiene excelente aproximación al tema y justamente el mismo actor participa en una interesante perspectiva de interacción con robots humanoides en el capítulo "Be Right Back" (http://www.imdb.com/title/tt2290780)
Sigamos esto café de por medio... Abrazo!
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