sábado, 2 de febrero de 2008

LAS CUATRO INTRODUCCIONES A LAS "FILOSOFÍAS PARA....".

FILOSOFÍA PARA NO FILÓSOFOS (1987)

Una de las dificultades más habituales de la filosofía es su imagen para los no filósofos. La filosofía, tan profunda y esen­cialmente humana, es, sin embargo, considerada frecuentemente como una serie de reflexiones totalmente aparte de los proble­mas cotidianos de la vida del hombre, presentadas además en un lenguaje complejo e inabordable. Las consideraciones filo­sóficas que presento en este libro tienen, por consiguiente, la intención de presentar lo esencial de habituales cuestiones filosóficas en el lenguaje más sencillo y accesible que he podido encontrar -en una tensión permanente con la exactitud de la idea que quiero expresar- y, lo que es más difícil, poder mostrar la necesaria relación que tiene la filosofía para con lo más profundo de nuestra vida como seres humanos.
Por supuesto, lo anterior no implica desmerecer, de nin­gún modo, la necesaria complejidad que encierra un estudio profundo de la filosofía en cuanto a sus problemas, termino­logía e historia, y también en cuanto a una posición asumida y defendida en la solución de un determinado problema. Toda disciplina seriamente estudiada tiene su rigor y complejidad. En mi caso, varias veces he encarado determinados estudios con ese rigor cuando ha sido necesario. Pero eso no significa que no sean necesarios trabajos de divulgación filosófica, para acercar nuestra disciplina a aquellos que la sienten totalmente alejada de sus vidas, y para despertar alguna vocación escondida que todavía no ha tenido la oportunidad de encontrarse a sí misma.
Antes de concluir, quisiera decir algo a mis colegas. Primero, que no les será complejo descubrir cuál ha sido mi formación filosófica, si leen estas páginas, aunque tal vez no acierten en la terminología que utilicen para “designarme”. Y segundo, que espero, en los años venideros, ir conformando el conjunto de meditaciones filosóficas donde se trate detenidamente lo que aquí explicamos en forma introductoria.
Comencemos pues nuestra visita al mundo de la filosofía, con la esperanza de facilitar el acceso de todos los hombres a la búsqueda honesta de la verdad.

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FILOSOFÍA PARA LOS AMANTES DEL CINE (Escrito en 1992, publicado en 1996).

Mi nombre es Gabriel Zanotti y soy profesor de filosofía. ¿Es todo? Bueno, digamos que es lo más esencial que te puedo decir de mí mismo.
Los profesores de filosofía luchamos permanentemente contra la falta de ejemplos, que en nuestra profesión son fundamentales. Por eso me he decidido a escribir este libro: para difundir lo esencial de la filosofía por medio de ejemplos que seguramente conoces. Esos ejemplos son las películas cinematográficas. Seguramente te gusta el cine. A mi, todo lo audiovisual me fascina, aunque no tenga mucho tiempo para ir al cine muy seguido.
Este no es, por lo tanto, un libro sobre el cine, o sobre una filosofía del cine. Es un libro de divulgación filosófica que utiliza al cine como instrumento.
Me preguntarás qué tipo de filosofía trato de explicar en este libro. Muy sencillo: aquella que, en mi opinión, considero verdadera. Pero entonces, ¿es que quiero "imponer" mi opinión? De ningún modo. Tú puedes pensar como quieras. Yo, simplemente, te explico mi opinión y dialogo con vos. Eso, sencillamente eso, es enseñar.
Este no es, pues, un resumen de la historia de la filosofía. Es una introducción básica a aquellas verdades, pocas pero fundamentales, directamente relacionadas con lo más profundo de la vida humana. Verás desde el principio que yo tengo una concepción "medicinal" de la filosofía. No te enseñaré una serie de términos insólitos que nada tienen que ver con tu vida concreta. Al contrario, trataré de plantearte cuestiones que se relacionen con lo más importante de tu existencia. Eso, además, es parte de la esencia de la filosofía: las cuestiones básicas y fundantes de la vida humana.
Una pequeña sugerencia: lee, si puedes, los comentarios en el orden en que están planteados. Cada comentario contiene elementos que serán utilizados en el posterior.
A mis colegas quiero pedirles que me disculpen si en algún momento no he solucionado del todo bien la tensión entre la exactitud de la frase y las exigencias didácticas. Téngase eso en cuenta sobre todo para el primer comentario, donde explico las cuestiones ontológicas fundamentales. Un tratamiento más específico del tema exigiría muchas más precisiones sobre el término "existir". Para ello me remito al libro del Raúl Echauri, Esencia y Existencia (Cudes, Buenos Aires, 1990).
Sé que habrá seguramente muchos desacuerdos con mis comentarios, no sólo filosóficos, sino también en cuanto a las diversas interpretaciones que una misma película puede plantear. Pero todos deberíamos saber dialogar un poco más entre nosotros, como parte de nuestro natural proceso de mutuo aprendizaje. Eso es parte, también, de la esencia de la filosofía y de su estudio.
Espero que estos comentarios ayuden a muchas personas a descubrirse como filósofas, y, sobre todo, difunda una concepción de la filosofía donde ésta se encuentre en íntima unión con los problemas humanos más profundos, esenciales y cotidianos.
Las luces se apagan. Ya se encendió el proyector. A la salida nos vemos.
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FILOSOFÍA PARA FILÓSOFOS (2003)

Este libro tiene su origen en un curso de filosofìa escrito para los alumnos de la Maestrìa en Economía de la Universidad Francisco Marroquín en convenio con Corporatet Training.* El texto es casi el mismo, con algunas leves modificaciones; sobre todo, se han modificado algunos ejemplos que eran directamente dirigidos a lectores muy específicos*.
Sin embargo, no es un curso de filosofìa para no filósofos, y es eso lo que quisiera explicar en esta introducción.
En primer lugar, ya no pienso que la filosofìa sea fácil o difícil, o que pueda hacerse fácil desde un punto de vista didáctico. La filosofìa no es fácil ni difícil: es un hàbito intelectual, un modo de preguntarse las cosas que, como todo hàbito, es complicado al principio, y menos después. Y digo menos después porque la radical profundidad de los cuestionamientos filosóficos implica siempre la penetración de un horizonte y su consiguiente ampliación, al lado de la cual la filosofìa es siempre un comenzar.
En segundo lugar, no he pretendido de ningún modo escribir una historia de la filosofìa, y menos aùn fácil y sencilla. Lo que sì he pretendido es mostrar al lector el sentido que para mì tiene la historia de la filosofìa, sentido a partir del cual se entienden fechas y nombres que siempre se pueden ampliar, pero que siempre quedaràn en una nebulosa de misterio mientras no se explique nuestra interpretación de la historia de la filosofìa. En ese sentido, he pretendido que el lector se vea conducido como en un rìo, a cuya vera se abran permanentemente caminos a los cuales se puede entrar, pero sabiendo ya su sentido dentro del recorrido global. En ese sentido, este curso es sencillamente mi interpretaciòn de la historia de la filosofìa, interpretación falible, obviamente, pero sin la cual la historia de la filosofìa es cualquier cosa excepto filosofìa.
Ahora bien, esa interpretación, que yo presento aquì, es una interpretación donde filosofìa y vida humana son casi lo mismo: la filosofìa es la vida humana tomada en serio. En ese sentido, hablo a todos: a los filósofos que creen que lo suyo no tiene nada que ver con la existencia cotidiana y a las personas que, debido tal vez a lo anterior, piensan que la filosofìa no tiene nada que hacer en sus vidas. Por eso este libro es una filosofìa para filósofos. Filósofos, esto es, todas las personas que se pregunten en serio por el sentido de sus vidas; filósofos, esto es, aquellos que han hecho la carrera de filosofìa, que se pregunten por lo mismo y que quieran saber cuàl es mi personal interpretación de una historia que de algún modo ya han recorrido.
A los primeros tengo para decirles algo muy parecido a lo que digo en el capìtulo uno. Que la filosofìa es un camino abierto a todos; que no importa si es fácil o difícil, lo importante es que es densa y profunda, y lo es porque tiene que ver con lo esencial de toda vida humana. Como dije otra vez, estamos como en un aviòn, en el cual hemos nacido y no sabemos cuàndo y de dònde despegò, y dònde va a aterrizar. Esa es nuestra vida. La filosofìa es preguntarse: ¿de dònde viene este aviòn? ¿Por què estoy en èl? Alguien puede considerarse “no filòsofo” porque cree que esas preguntas no le preocupan, pero apenas se de cuenta de lo contrario, se descubrirà como filòsofo. A partir de allì, la filosofìa es un camino abierto que no es externo a la vida humana sino que constituye la pregunta por el origen ùltimo de nuestra existencia. Y entonces es un camino apasionante, vital, y, fundamentalmente, humano. ¿Què importa que sea difícil o fácil? Es, sencillamente, tan denso como la cuerda que sostiene la existencia frente al abismo de la nada, del sin sentido....
A los primeros y a los segundos quiero decirles que, para mì, la filosofìa es la historia de la metafísica. Es la historia de las idas y venidas de la misma pregunta: Dios. Es la historia de los altibajos, de los entusiasmos, de los optimismos y de los agotamientos frente a la misma cuestión. Que en el cap. 9 descrubriàn que, para mi, la existencia humana, esa existencia de la que habla Heidegger, ese mundo vital del que habla Husserl, esos “horizontes” de Gadamer, ese lenguaje ordinario de Wittgenstein, ese “realismo natural” de Putnam, es el camino del redescubrimiento de una metafísica que pueda retomar nuevamente su pregunta fundamental, luego del agotamiento post-kantiano en el que queda sumida la filosofìa como consecuencia del problema de la representación tìpico del s. XVII. Por eso es esta una filosofìa para filósofos: porque tengo mucho que decir a mis colegas, y porque quiero decir a quienes no se consideren mis colegas que sì, que lo son, apenas descubran que esos nombres raros son un medio para que la vida de todos los dìas tenga sentido; apenas descubran que un filòsofo alejado de la vida es un filòsofo alejado de la filosofìa; apenas descubran que una vida honesta y bondadosa es una vida màs filosófica que cualquier supuesto sabio aplastado y muerto por el propio peso de su soberbia.
Y a todos quiero decir quièn soy. Norma básica de la ètica del discurso –tema fundamental de la filosofìa actual- es que el destinatario de un mensaje sepa quièn le habla, desde què horizonte el hablante està interpretando las cosas. En cierto sentido, ya lo dije, pero quiero agregar que yo me formè en el màs estricto tomismo dominico. Sigo amando y admirando entrañablemente a Santo Tomàs, como se podrà ver por el capìtulo 4, y adhiero cada vez más al núcleo central de su metafísica. Pero me siento alejados de aquellos que, basados en esa metafísica, consideran que la historia de la filosofìa, a partir del s. XIV, es la historia de un desvarìo sin sentido, y, como se puede ver por el capìtulo cinco y siguientes, yo pienso que no es asì. Y tambièn me siento muy solo en medio de tendencias ya positivistas, ya postmodernas, que se retroalimentan mutuamente con un profundo odio en comùn: el odio a una metafísica racional. O sea que me siento solo en medio de filósofos que odian. Personas que, formados en paradigmas muy especializados (donde està siempre el gran autor, los grandes comentaristas y, del otro lado, los tontos que piensan diferente), odian, consiguientemente, todo lo que no es su propio paradigma. Si la metafísica tiene un renacer, lo tendrà a partir del diàlogo entre horizontes hasta ahora incomunicados. Ese es el futuro que yo le veo a la filosofìa del s. XXI.
Por eso los “no filósofos”, esto es, los que “creen” que no lo son porque “no saben” tienen una peculiar atracción para mi: por su humildad, que los hace, ipso facto, excelentes filósofos. Si algún “no filòsofo” cierra las pàginas de este libro y sueña con dedicarse a la filosofìa sin odiar a nadie, uno de los objetivos de este curso se habrà cumplido....
Concluyo. ¡Habrìa tanto màs para decir y aclarar! Pero nunca se puede aclarar todo. Que sea el diàlogo el que siga hablando. Que los filósofos se descubran como humanos y que todas las personas se descubran como filòsofas. Y que la filosofìa tenga un renacer.

Gabriel J. Zanotti
Guatemala, Abril de 2003.
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FILOSOFÍA PARA MÍ (2007).


Este es mi cuarto libro de filosofìa en tanto filosofìa. Los tres anteriores, aunque muy diferentes entre sì, tienen una caracterìstica en comùn: estàn escritos para todos. Estàn escritos con la intenciòn de presentar a la filosofìa como un camino abierto a todos, despertando al filòsofo que habita en cada ser humano.
Al primero lo llamè “filosofìa para no filòsofos”, y su intenciòn didàctica era obvia. Allì intentè que la filosofìa fuera “fácil”. Hoy no lo intento màs: la filosofìa no es fácil ni difícil, es un hàbito, y, como todo hàbito, difícil al principio, fácil después.
El segundo fue “para los amantes del cine”. Era casi lo mismo que el primero pero usaba a las películas como fuentes de ejemplos. Hoy considero que el cine es una privilegiada forma de relato de mundos de vida, y, por ende, un privilegiado lugar donde ejercer la actitud teorètica esencial a la filosofìa. Dios me de fuerzas para escribir una segunda parte.
El tercero fue “para filòsofos”: allì me dirigìa a todo ser humano, porque todo ser humano es filòsofo (aunque tiene que des-cubrirlo) y a los “filòsofos”, dicièndoles algunas cositas, y tratando de hacer una hermenèutica global de la historia de la filosofìa occidental.
Y este cuarto libro, ¿què es? No es una introducción, en la filosofìa uno no se introduce, uno se sumerge. Es para “no filòsofos” en tanto no es un ensayo para ser publicado en una revista especializada, pero es para filòsofos porque tambièn les hablo a ellos. Me parece que este libro es un retrato de mis inquietudes filosòficas, hoy, màs profundas: la uniòn entre filosofìa y vida, la filosofìa de las ciencias naturales y sociales, la hermenèutica, el lenguaje, el sentido de la existencia humana, y todo ello en diàlogo con los temas clàsicos de siempre: la libertad, el alma, Dios. El estilo del libro revela una vuelta hacia cierta forma analìtica de exposición, mezclada abruptamente con analogías y simbolismos màs hermenèuticos. O sea, el libro refleja mi estado filosòfico actual: parece haber sido escrito para decirme a mì mismo dònde estoy hoy, filosóficamente hablando (dejando de lado mi vida de astronauta existencial, donde estoy todo el dìa en la luna). Por eso es “para mì”. Pero, como siempre, es un yo que se dirige a un tù, con la esperanza, permanente esperanza, de despertar en el otro su conciencia teorètica, con la esperanza de dialogar con el otro en un intercambio de bien y verdad. Una esperanza permanente en mi existencia. De allì el subtìtulo.
Por eso, como intento, a pesar de todo, ser altruista, quiero advertir a mi lector de ciertas cosas. En el segundo capìtulo pongo en duda a la diosa ciencia y me niego, por ende, a dar culto al emperador. Por favor, no es con intenciòn de daño.
En el tercer capìtulo digo algo, sistemáticamente, que hasta ahora no he dicho, aunque estaba pre-anunciado en otros escritos “màs tècnicos”. Si, lo relaciono con mi visiòn del mundo social, pero la intenciòn no es polìtica, sino epistemològica.
En los capìtulos cuarto y quinto manifiesto mi “in-sistencia”, o, mejor dicho, “re-sistencia” en que la filosofìa tiene aùn algo que decir sobre el libre albedrío y la relaciòn alma-cuerpo. El estilo se vuelve màs analìtico y pongo en diàlogo a Santo Tomàs, a Popper, a Putnam. Que todos ellos me perdonen, y el lector tambièn.
Los capìtulos que siguen son una expresión de uno de mis entusiasmos actuales màs importantes: conocer es entender, entender es interpretar, interpretar es habitar un mundo, un mundo de vida “hablado” (lenguaje). Sì, allì estaràn Husserl, Gadamer, Heidegger, Wittgenstein, en armonìa con lo anterior. Perdòn la audacia. Pero ese soy yo. Es un libro egoísta a pesar de todo J.
Pero, como si esto fuera poco, los dos capìtulos finales son desconcertantes. Que Dios me los perdone, y que los lectores me perdonen (no extiendo este pedido de misericordia a mis colegas porque ellos, habitualmente, no perdonan). Cuando terminen de leer el capìtulo sobre Dios me diràn, ¿y? Nunca mejor dicho, Dios sabrà. No me queda, ahora, màs que citar a mi querido Woody Allen: “…le preguntè al rabino el sentido de la existencia………… El rabino me dijo el sentido de la existencia….. Pero me lo dijo en hebreo………. Yo no sè hebreo” (Zelig). Por eso digo: sigo estando de acuerdo con Santo Tomàs en su pregunta (utrum Deus sit) y en su respuesta, pregunta que era posterior a otra (utrum Deum esse sit demostrabile), que no era ninguna conversación con ningún agnòstico. Pero, ¿de què estoy hablando? ¡Pues no sè! ¿Còmo voy a saberlo, si estoy hablando de Dios?
Perdòn. Si, perdòn en serio. Aquì hay que pensar. Y a fondo. Està comprometida la raìz de nuestra existenca, el sentido de la vida. No queda màs que la fortaleza del humor, no queda màs que cierto (aliquo modo) silencio.
Pero este silencio es para tì, estimado lector. Por eso, espero haber escrito… Algo altruista, a pesar de mì J.

Gabriel J. Zanotti
Buenos Aires, Noviembre de 2006.






* Ellos fueron: J.F.Aldana, C. Alvarez, E. Aragón, F. Bauer, F. Cifuentes, J.L.Contreras, R. Gracioso, C. Lòpez, A. Martìnez, G. Meléndez, M.A.Monterroso, O. Niño, R. Pappa, R. Parellada, A. Rivas, Y. Sandoval, V. Spross, I. Praun. A todos ellos, mi màs profundo agradecimiento por la humildad que me enseñaron.
* Una lectora muy especìfica fue mi esposa, Marcela, quien leyò cada uno de los capítulos apenas los terminaba de escribir, revisò su estilo y cuidò permanentemente el carácter existencial de la filosofìa que quise transmitir.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Mis saludos a Gabriel por su blog, en el que seguramente aprenderemos mucho, tanto por las cosas que compartimos como por aquellas en las que pensamos de manera opuesta. Un lugar propicio para debatir en búsqueda de la verdad...incluso con los "tradicionalistas" que desde hace veinte años venimos esgrimiendo todo tipo de argumentos contra la conciliación católico - liberal que Gabriel sostiene (¡labor que seguiremos haciendo con gusto!!!!). Una crítica que no será obstáculo a la amistad, el respeto y el diálogo fecundo

Fernando Romero Moreno

Anónimo dijo...

Otra buena idea, Gabriel! Un abrazo y a seguir bloggeando nomas por una filosofia para tuti!

Flor Dengis

Lucas Mendes dijo...

Parabéns, professor Gabriel!
Vou colocar um link no meu blog para o seu.
Que Deus siga iluminando você e Marcela.
Lucas Mendes
Brasil
www.austriaco.blogspot.com