martes, 15 de octubre de 2024

EEUU Y LA HISTORIA DE CAÍN

 Había pensado en inmolarme nuevamente y especificar una por una las razones por las cuales Trump era un mal menor que Harris, pero ante las últimas declaraciones de Trump, ya no sé si es una batalla que valga la pena.

Trump habría dicho ayer que los peores enemigos de los EEUU son los internos y que a ellos había que enviar la Guardia Nacional o el Ejército. Utilizo el potencial porque soy consciente del problema del contexto.

Se podría decir, irónicamente, que Trump dice abiertamente lo que los demócratas hacen sin decirlo, pero ya ni las ironías caben.

Todos saben que Trump emerge en el panorama político de los EEUU por una crisis de dirigencia del Partido Republicano.

Aún los mejores candidatos que compitieron en las internas contra Trump, allá por el 2015, tenían la sonrisa dibujada y la marca de la burocracia de Washington en sus rostros.

Trump no, pero, ¿a qué precio?

Desde el debate con Harris, con un Trump totalmente a la defensiva, sin ir a los problemas de fondo, el diagnóstico fue obvio: no está a la altura de las circunstancias. Tal vez nunca lo estuvo, pero las circunstancias se agravaron, precisamente. Creo que nadie termina de comprender el grado de degradación moral de los demócratas y sus prácticas totalitarias, ante lo cual sólo un nuevo tipo de liderazgo hubiera podido salvar a los EEUU de su lamentable declinación.

Un EEUU que fue concebido, precisamente, contra la perversión de los poderes humanos. Un EEUU que quiso basarse en la fortaleza de las instituciones y no en los liderazgos fuertes. Un experimento que, tal vez -eterno debate- nunca funcionó.

Pero es a esas instituciones a las que hay que volver en el relato. La Constitución de los EEUU, el Bill of Rights, la Declaración de Independencia, explicar su sentido, defender todo ello de la cultura woke: he allí lo que hubiera debido ser el eje central de una campaña que nunca fue.

La declinación institucional de los EEUU, la pobreza y miseria intelectual de sus colleges, la falta de altura moral de sus dirigentes, es una pena profundísima para los que amamos la libertad. Tal vez una nueva muestra de que la lucha por la libertad debe verse desde una Teología de la Historia donde la Historia es la Historia de Caín, con un Abel que sólo muy de vez en cuando logra levantarse. Uno de esos momentos fue, precisamente, la Declaración de Independencia de 1776. Esa que Martin Luther King llamó a prevalecer en su discurso del 63. Esa que fue tal vez demasiado buena para ser verdad, esa que nació en medio del drama de la esclavitud, mancha de la cual nunca pareció reponerse.

Gane quien gane en Noviembre, no sé qué tiene que pasar para que EEUU salga de su letargo. Mientras tanto, may God have mercy on us. 

domingo, 13 de octubre de 2024

LAS REDES SOCIALES: UN INSTRUMENTO DE INCOMUNICACIÓN???

 Ante ciertos acontecimientos que son de dominio público (el conflicto Israel-Palestina, Trump-Harris, Milei-Universidad Pública, por citar los últimos) he podido ver una vez más la violencia del lenguaje que se manifiesta en las redes. Todo es 100 o 0, todo o nada, no hay matices, eres amigo o enemigo, eres fiel o traidor, genio o imbécil. Pero toda esa crueldad en el lenguaje, sustituto obvio de la violencia fìsica, tiene además otro síntoma: la total ingenuidad hermenéutica. Casi todos creen que pueden escribir textos con los cuales refutar totalmente otro texto, sin tener en cuenta la hermenéutica, la interpretación, mal-interpretada, valga la paradoja, como relativismo o post-modernismo, cuando no es sin embargo sino la obviedad resistida de que no hay texto sin contexto y que el contexto no puede, precisamente, ser texto. 

Se suceden así memes o grandes frases que quisieran solucionar todo, o acabar, de una vez por todas, siglos y siglos de debates en temas filosóficos, religiosos y polìticos ante los cuales se puede tomar posición, sí, pero sin pretender negar, con supuestas evidencias o supuestos facts, la complejidad eterna del problema.

Ante la furia, la total y completa furia, del lenguaje en las redes, ante los supuestos amigos que te dicen "cómo puede ser que pienses así", como si la negación de su posición fuera una total y vulgar mentira, no queda sino cierto desánimo ante todo esto, y lo poco que pueden los llamados a la calma y al diálogo. Las redes son ùtiles para mantenerse comunicado con amigos, pero cuando los amigos creen que el otro, por pensar diferente, miente, es malo o es imbècil, todo se acaba. 

Me mantendrè más distante de caer en la tentación de que esto tenga solución. Algo se puede hacer, a veces, pero muy poco. Seguiré, cada tanto, diciendo lo que pienso, por si es útil para algo, pero estaré más en silencio. No quisiera formar parte del ruido. Contradictoriamente, voy a subir esta entrada a las redes, pero sabiendo que es màs bien una red de telaraña, donde la araña de la violencia, del violento que llevamos dentro, teje sus confusiones.

Que Dios nos proteja de nosotros mismos. 

UN RELOJ Y SU TIEMPO


Hace poco buscando alguna cosa (que no encontrè, desde luego) descubrí que en el típico cajón de las cosas viejas estaba aún un antiguo reloj Longines, de mi abuelo materno, de esos que se usaban con una cadena y se guardaban en los chalecos de los trajes.
 

¿Cómo llegó ahí? ¿Cómo sobrevivió a todas los avatares a los que no sobreviven las cosas que nos importan?

¿Cómo sobrevivió a las mudanzas? Se lo tiene que haber dado mi abuelo Vicente a mi madre, o sea que pasó de la casa de mi abuelo en San Telmo a la casa de Carlos Calvo, de allí fue a Ituzaingó, y de allí fue a Tacuarí, y de allí llegó..... A mi cajoncito de las cosas gloriosamete inútiles (como este texto), de esas que se resisten al minimalisnmo y al desprendimiento.....

¿De quién fue por primera vez? ¿De mi abuelo? ¿De qué relojería salió? ¿Cómo llegó a esa relojería? ¿Qué pensaba mi abuelo cuando lo compró?

¿Cuántas y qué conversaciones escuchó ese reloj? ¿Cuántas veces calmó ansiedades o advirtió irreparables olvidos?

Un reloj que no sólo mide el tiempo, sino que tiene tiempo. Un reloj que es un símbolo del tiempo, de un tiempo que nos sobrepasa y nos supera. Yo ahora trataré de cuidarlo, bajo las protestas de que hay que desprenderse de las cosas, pero, ¿no lo perderé? Y si no lo pierdo, ¿me sobrevivirá? ¿Cuál será su final? ¿En que trasto de cosas viejas terminará, dónde será finalmente tirado, dónde será finalmente aplastado o fundido, sin que nadie le de las gracias?

¿Y si el reloj tuviera conciencia de que de algún modo lo amo y lo admiro? ¿Qué me diría? ¿Marcaría la hora mejor o peor? Si un reloj pudiera ofenderse, ¿qué pasaría con el tiempo? Y si el tiempo pudiera enojarse, ¿se iría, molesto? ¿Nos quedaríamos sin tiempo?

Aquí sigue, delante mío, marcando la hora. Su segundero sigue imperturvable. ¿Me estará mirando? ¿Me estará midiendo?

¿Y si dejara de funcionar? Estamos hablando de un mecanismo que funciona tal vez desde principios del 1910 o 1920. ¿Por qué seguirá funcionando, ante tantas cosas que se descomponen? Pero si dejara de funcionar, ¿no lo guardaré de vuelta en ese cajón? ¿Y hasta cuándo estará allí?

Cuántas preguntas. Y así con todo.......... Lo pequeño nos sobrepasa. Lo pequeño tiene un tiempo inconmensurable. Nos supera; también los seres vivos pequeños sufren de nuestro desdén e indiferencia. 

Bueno reloj, por ahora vivirás conmigo.

No es mucho, pero es todo lo que tengo. 

miércoles, 9 de octubre de 2024

LA CONSTITUCIÓN DE 1853 Y LA REFORMA DEL 14 BIS NO DISCRIMINA ENTRE NACIONALES Y EXTRANJEROS

 Si, hay que ser coherentes. 

Ahora queremos arancelar la educación y la salud públicas a los extranjeros, pero ello parece ser contrario a las disposiciones constitucionales actuales. "...Todos los habitantes de la Nación gozan de los siguientes derechos...". Dice habitantes, no dice ciudadanos argentinos. 

Luego, excepto los liberales, que son por supuesto malas personas, todos alaban al 14 bis: ".............El Estado otorgará los beneficios de la seguridad social, que tendrá carácter de integral e irrenunciable. En especial, la ley establecerá: el seguro social obligatorio, que estará a cargo de entidades nacionales o provinciales con autonomía financiera y económica, administradas por los interesados con participación del Estado, sin que pueda existir superposición de aportes; jubilaciones y pensiones móviles; la protección integral de la familia; la defensa del bien de familia; la compensación económica familiar y el acceso a una vivienda digna". 

¿Ven qué bueno es el 14 bis?

Y el 14 bis no suspendió al art. 20: "...Los extranjeros gozan en el territorio de la Nación de todos los derechos civiles del ciudadano".

Ah, entonces también los del 14 bis. 

¿Por qué prohibirles entonces la bondad asegurada por la Constitución?

Partidarios del Estado bondadoso, sean coherentes, no pueden, según la Constitución, dispensar beneficios a los nacionales pero a los extranjeros no. 

Los únicos que no tienen este problema son los liberales porque son tan malos que, para ellos, los habitantes, sean ciudadanos o extranjeros, sólo gozan de las libertades negativas garantizadas ipso facto con un Estado que impida los delitos contra la vida, libertad y propiedad. 

Pero dejemos de preocuparnos de la mala gente y seamos todos coherentemente buenos. 

domingo, 6 de octubre de 2024

LA IGLESIA DEBE DESPRENDERSE DEL ESTADO DEL VATICANO


 

La Iglesia en tanto Iglesia es uma, santa, católica y apostólica. En tanto constituida por pecadores, es una barca agitada por sus propias tormentas.

Los pecadores debemos tener cuidado con las tentaciones. Hay estructuras, hay sistemas, que son una gran tentación para una naturaleza humana caída. Sistemas de los cuales hay que, por lo tanto, desprenderse. 

Si soy diabético, con hígado graso al borde de la cirrosis, el colesterol en 500 y la presión en 20 (porque ESO es el pecado original) y el sistema para llegar a mi trabajo es pasar indefectiblemente por 20 casas de dulces, lo prudente es cambiar de sistema. Puede ser que no consuma ni un caramelo, pero es mejor ir por otro lado. 

Las posesiones, el poder político, son difíciles de manejar para la naturaleza humana. Ahora bien, son los laicos quienes sin ser del mundo están en el mundo y por lo tanto son ellos los que deben aprender a caminar por terrenos escabrosos. Es parte de su espiritualidad y está bien. 

Pero religiosos, sacerdotes, obispos, cadernales y pontífices, deben dar testimonio de otro modo. El laico debe estar desprendido aunque jurídicamente tenga propiedades o ejerza el poder. Es difícil pero es su espiritualidad. En los demás, en cambio, el desprendimiento debe ser explícito, visible. 

No nos referimos al poder eclesial. El párroco, el prior, el obispo, el pontífice, ejercen el poder conferido por su ministerio, pero es un poder al servicio de sus hermanos, para predicar la Fe y, en el caso de Obispos y el Obispo de Roma, para confirmar a sus hermanos en la Fe. Nada más. Nada menos.

No les corresponde, por ende, andar codeándose con los poderes de este mundo; no les corresponde hacer diplomacia, ser jefes de Estado o administrar bienes públicos. No les corresponde per se y si lo tuvieran que hacer, por subsidiariedad, deben saber que circulan por un sin fin de tentaciones que, si deben correr el riesgo de verlas, no es un riesgo que les corresponda por su oficio ni por su ministerio. Es un per accidens del cual deben librarse lo antes posible. 

Al no haberlo hecho, al haber convertido ese per accidens en casi una segunda naturaleza, en vivir algo accidental como si fuera esencial, pervierten su testimonio y ensombrecen su oficio central, que es la cuestodia de la Fe. Hacen que los no creyentes piensen que todas esas estructuras, esos edificios, esas propiedades, esos poderes estatales, son esenciales a la Iglesia. Un gravísimo, gravísimo daño al "ir y predicar a todos los pueblos en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu".

El desprendimiento visible de poderes y propiedades no debería ser sólo la excepción, como en un San Francisco o un Santo Tomás. Debería ser la regla.

Mientras no sea así, la Iglesia seguirá perdiendo gran parte de su autoridad moral para hablar a los no creyentes y también la seguirá perdiendo para hablar ante otros cristianos. 

A eso agreguemos la que ya perdió por las confusiones doctrinales y los abusos, los primeros de los cuales son el abuso de poder. 

Sé que Cristo detuvo la tormenta y que su dormir no era incompatible con su Providencia. Pero ante esta falta total de testimonio, él ni siquiera se despertará. Despertará, sí, despertará, porque las puertas del infierno no prevalecerán, pero ya estamos hundidos y ahogados. No totalmente, porque así como el mar del pecado no tiene fondo, la misericordia de Dios es infinita.