sábado, 30 de agosto de 2008

PERDONAR O MORIR

Era una noche peculiar de Mayo de 1972. Era el 12 de Mayo. Mis padres nos habían llevado, a mi hermano y a mí, a escuchar un concierto de F. Gulda al Colón. No era infrecuente escuchar a Gulda, de quien había en casa una buena colección de discos en 33. Lo infrecuente era ir al centro los 4. Viajar de Ituzaingó al centro, en la década del 60, para una familia tranquila de usos conservadores, no era habitual. Pero Gulda valió la pena. Salió el auto de su pequeño garage, cubierto con un toldo, y allí quedo nuestro chalet de tejas con sus 4 habitaciones y un hermoso jardín donde estaban las bicicletas, los árboles y los sueños. Yo tenía 12 años y mi hermano 14.
Cuando volvimos había olor a humo, un coche de la policía y muchos vecinos. “Fue un petardito, fue un petardito”, le dijo uno de los vecinos a papá, intentando tranquilizarlo. No me olvido de esa expresión. El petardito había partido todo el frente delantero por la mitad, que, estoicamente, había caído sobre sí mismo sin derrumbarse. ¿Un símbolo, tal vez? El toldo de metal, retorcido, se mecía sobre los cables de luz. El living y el dormitorio de nuestros padres eran un conjunto indiscernible de vidrios, madera y polvo.
Papá y mamá se quedaron toda la noche sentados en silencio. Psicólogos, podéis haceros un festín. Sentados. Yo no pensaba en casi nada. Tampoco hablaba. Mi hermano, tampoco. Treinta y seis años más tarde sigo preguntándome qué pasaba por esas mentes; no, me corrijo, por esas vidas (la mía incluída, desde luego), en esa noche bisagra de nuestra existencia.
A la mañana siguiente aparecimos en los diarios. Mis amiguitos me felicitaban por haber salido “en el diario”: el ERP se había atribuído el atentado.
¿Qué era el ERP, Montoneros, etc.? Según el marxismo-leninismo argentinizado 101, eran los que legítimamente se defendían contra los explotadores. Ellos no habían comenzado la guerra, la guerra fue iniciada por el capitalismo y los explotadores. Desde el inicio de la humanidad, en sucesivas etapas dialécticas, el capitalismo se había preparado, y en la Argentina habría tenido puntos importantes en el 55, en el 66, etc. Ellos se estaban preparando desde entonces. Las teorías de la dependencia y las teologías de la liberación marxistas de los 70 eran el lenguaje de su ser. Ellos se defendían. Papá era uno de esos explotadores, porque no era marxista. Su lógica de clase estaba con los explotadores. Era el enemigo. Un año más tarde fue sometido a juicio público y oral en la UBA. ¿El jurado? Los estudiantes, parte de la revolución de los explotados. ¿El jurado? Ellos, obviamente, y algunos otros, funcionarios de este gobierno actual, que por caridad no voy a nombrar. El enjuiciado, mi padre, contempló el espectáculo, no pronunció palabra y se retiró por donde entró. Podría haber sido asesinado en ese mismo momento. A partir de allí comenzó un retiro existencial, cada vez más profundo, cada vez más profundo.
Los explotados se defendieron, y mucho. Mataron a adultos, a jóvenes, a niños, con la implacable lógica del revolucionario. Asesinaron, asesinaron, asesinaron, en nombre de la revolución, en nombre de los derechos de la revolución. Finalmente vino la reacción. La guerra fue terrible. Los explotadores, según ellos, civiles y militares, comunes y corrientes, según mi pobre lógica no proletaria, reaccionaron y se vengaron de la peor manera posible. Los persiguieron como ratas y a las que lograban encontrar vivas, les hacían sentir que hubiera sido preferible no haber nacido. Y también se consideraban con pleno derecho a hacerlo. Pero como en toda lógica de la venganza, el rencor, el terrible rencor del vencido, se convirtió en su misma esencia. Y allí esperaron, esperaron y esperaron, hasta que las aleatorias ruletas de la historia los pusieron de vuelta en el poder. Hoy son miembros del gobierno, caminan con la frente alta, y dicen que volverían a hacer lo que hicieron. Usando cínicamente mecanismos legales que ellos mismos estaban dispuestos a eliminar, se vengan lentamente, por goteo, de aquellos que los vencieron. Tal es su odio que, se podría decir, todo podría ser peor. Pero, por supuesto, están generando otra reacción. Lentamente, lentamente, parece que no fueron sólo los militares quienes cometieron delitos de lesa humanidad. ¿Cómo será esta reacción? ¿Cómo continuará? Dios lo sabe. Ortega y Gasset decía que las generaciones son tres: las que se encuentran en la vida, las que reconstruyen la vida, las que gobiernan la vida que construyeron. Los argentinos que ahora tienen entre 40 y 50, ¿qué están reconstruyendo? ¿Qué gobernarán en 15 años? Porque ya hay argentinos de 20 y pico que tienen el mismo odio, o mayor, que los que ponían bombas en los 70. Uno de ellos puede ser presidente dentro de 40 años…
Volvamos al chalet de mi infancia, a esa bomba que produjo algunos vidrios rotos en nuestra existencia. No había mucho mimo psicológico en aquellos tiempos, así que los que quedamos, así andamos, con los vidrios rotos pegados con plasticola (¡qué lenguaje del los 60, no!?). ¿Dónde estará el que puso la bomba en casa? ¿Quién será?
Siempre quise encontrármelo. Mirarlo a los ojos, y decirle “te perdono”. La guerra terminó. Ya no estamos en guerra. ¿Utopía? No, lo utópico sería que él pudiera perdonar también, lo cual implicaría el abandono del marxismo argentinoide 101.
Si Ortega tiene razón, hay una generación que se tiene que inmolar perdonando. Y si es muy utópico, entonces el país está condenado a su autodestrucción. Ya lo dije una vez: Alemania se libró de Hitler. Verdaderamente, ya no viven en él. Ya no es su vida. Pero nosotros, creo que no. Pequeños hitleres y stalins viven en nuestro inconsciente reprimido más profundo, y el llamado al dictador gobierna nuestras vidas, nuestras reuniones de consorcio, nuestras discusiones familiares y nuestra política. Como los alumnos que piden al profesor que “ponga orden”, claro, porque ellos no lo tienen. La Argentina está marcada por el fascismo visceral más profundo. En ella el liberal es un marciano, y el que perdona (¿será lo mismo?) un habitante del cuadrante Delta.

30 comentarios:

Poéticamente Insurrecto dijo...

Bueno, qué decir... Ud. sabe que yo intento escribir, que muchas veces en ese intento, juego con la tristeza... la tristeza subyacente a la realidad de sus palabras, como se suele decir en el cliché, supera la que puedo intentar plasmar, yo, en mis ficciones.

Ud. algo me conoce... tal vez este no sea el mejor medio para decir algo así, pero en honor a su apertura, yo hago la mía: yo me siento responsable. No sé por qué, nací en el 80 nada más. Pero supongo que algunas cosas se filtran de generación en generación (sí, como dice Ud., "que los psicologos se hagan un festín"), y me siento responsable.

Responsable de ese odio, de ese perdón, de las generaciones que se perdieron, de las que se pierden, de todo.

Desde que empecé a estudiar, en la primaria, me sentí responsable. Hice la secundaria, y me sentí responsable. Terminé la universidad, empecé un posgrado... estoy terminándolo, y me siento responsable.

Y creo que me siento responsable, porque siento, simultaneamente, que puedo hacer algo. No sé qué. Aún no sé bien cómo, pero algo.

Algo que impida que la espiral del odio, siga creciendo...

Pd: que quede entre nosotros: no se me está haciendo facil. La línea es muy delgada.

Me atrevo a desubicarme un poco, y dejar el siguiente poéma:



Toda batalla tiene caídos.
Toda sangre se mezcla con el barro.
El niño blanco, dando saltos, olvida la táctica;
desprecia la estrategia.
El niño blanco juega.
Cuando los cañones ya no cantan su canción de cuna eterna, él se deleita.
Y con la tierrasangre, una y otra vez,
en cada lugar del mundo que la verdad entra en conflicto con su no existencia,
el niño blanco construye pequeñas tumbas.
Al final del día, de cada día, el niño ya teñido de tanto jugar,
intenta volver a su pureza original.

Cada vez su pericia lo abandona más.

Anónimo dijo...

Veo un error conceptual , es decir ignorancia , en gran parte de la cultura argentina y casi todo el espectro político .
Ya sea entre los creyentes como en los no creyentes , para enlazarlo un poco con el tema anterior , se puede perdonar únicamente a quien esté arrepentido , se convierta a la otra postura ética y cambie de actitud con proposito de enmendar el mal ocasionado .
Olvidémosnos de perdonar a alguien que dice que volvería a hacer lo mismo , no porque nosotros no podamos y querramos hacerlo , sino porque hasta allí llega nuestro libre albedrío . Ni Dios podría perdonarlos .
Entonces si querés pagar esta deuda y llegar al Cielo , no te queda otra que ganarte a los hijos de los tirabombas , hacerlos dudar de la educación que tomaron de sus padres y la sociedad argentina , y confiar que dentro de 20 años decidan mejor .
"Argentinos" sigue teniendo las mismas letras que "ignorantes" como dijo una vez Sarmiento . M.S

Jaime Nubiola dijo...

Querido Gabriel,

Muchísimas gracias por tu testimonio y tu reflexión. Me impresionan ambos. Me traen a la memoria aquellas palabras proféticas de Husserl al final de su Vienna Lecture de 1935 (que solo tengo a mano en inglés):

"The crisis of European existence can end in only one of two ways: in the ruin of a Europe alienated from its rational sense of life, fallen into a barbarian hatred of spirit; or in the rebirth of Europe from the spirit of philosophy, through a heroism of reason that will definitively overcome naturalism. Europe's greatest danger is weariness. Let us as 'good Europeans' do battle with this danger of dangers with the sort of courage that does not shirk even the endless battle. If we do, then from the annihilating conflagration of disbelief, from the fiery torrent of despair regarding the West's mission to humanity, from the ashes of the great weariness, the phoenix of a new inner life of the spirit will arise as the underpinning of a great and distant human future, for the spirit alone is immortal."

Como "funcionario de la humanidad" (Funktionäre der Menschheit) puedes ahí en Buenos Aires con tu palabra y con tu magisterio ayudar a lograr ese perdón que abra el camino de la paz.

Un fuerte abrazo,

Jaime

Anónimo dijo...

Coincido con anònimo, no se puede perdonar a quien no está arrepentido y por ende afligido cuya definición en el diccionario es "sentir sufrimiento físico o pesadumbre moral". De lo contrario sería avalar dicha conducta. Por otra parte, para que exista un perdón auténtico, un perdón propio de nuestros corazones, tiene que haber un amor fraternal previo, para poner un ejemplo claro: yo puedo perdonar a mi sobrina que tiró el vaso de leche y me manchó la camisa nueva, porque en mi escala de valores un segundo de su angustia no "vale" ni diez camisas nuevas. Afortunadamente no es mi caso, pero bendito aquel que pueda perdonar a quien, por el motivo que fuese, le quitó la vida de un ser querido.

Juan Manuel Bulacio dijo...

En mi opinión, aunque en ocasiones resulte muy difícil, siempre es posible perdonar. Sin esperar nada a cambio. Perdonar es recuperar la libertad interior, enceguecida y oscurecida por el odio. "perdonad a vuestros enemigos". Si no lo hacemos, contribuimos a la espiral salvaje del odio y la destrucción. Perdonar pese a todo..."perdonar o morir"...
Gracias Gabriel!

Juan Manuel Bulacio dijo...

"Perdonar o morir"...Perdonar y vivir

Anónimo dijo...

La espiral salvaje de odio y destrucción se potencia con la tolerancia a la mentira , antes que por dejar de perdonar .
Tolerar la mentira de un falso perdón es la otra cara de la misma moneda de nuestro autoritarismo : la cultura perdonavidas argentina , tan o más autoritaria que la cultura del resentimiento , ejercida por nuestros actuales mandones .
¿Les gustaría que la reina CFK , que exhibe diariamente su calidad moral , los perdonara ?
Insisto , ni Dios puede perdonar a quien no quiere ser perdonado y el perdón como tantas acciones humanas , se hace de a dos .
Las opiniones de perdonar para pacificar son muy bien intencionadas y creen que el esforzado deseo unilateral alcanza .
Pero una cosa es el deseo y otra el acto .
Si significaran lo mismo , diría un psicoanalista , estaríamos todos presos . M.S

Juan Manuel Bulacio dijo...

Perdonar es una disposición interior, no se refiere mi comentario a acciones concretas ni de acción ni de omisión. Hay un ámbito jurídico, púbico y otro interior que siguen reglas muy diferentes. Siempre es posible perdonar, aunque los actos tengan las consecuencias que correspondan. Cuando se produce una espiral de odio y resentimiento, todos se igualan en el deseo de destrucción del enemigo. Desde la paz interior siempre se puede perdonar y ser más libres.

Anónimo dijo...

Sabias palabras has dicho, ¡Oh Gabrielabend! El único problema es que perdonar, además de muy difícil, lleva mucho tiempo.

Gabriel Zanotti dijo...

Esta es la clave: "Perdonar es una disposición interior, no se refiere mi comentario a acciones concretas ni de acción ni de omisión".
Por algo siempre fuimos, mi querido JM, capitán y primer oficial.............. :-)

Checri Loandos dijo...

Mucho para expresar, pocos recursos para decirlo...

Destacar ese ánimo de perdón genuino habiendo sido parte afectada y con muchos más elementos para reclamar justicia o esperar venganza.

Sin embargo prima el perdón.
Muchos otros buscan venganza disfrazada de reclamo de justicia con muchas menos razones.

Una clase más del gran maestro que... -sin recursos para definirlo- ;o)

Anónimo dijo...

Gabriel:

El título está muy bien concebido, pues, esa es precisamente la alternativa. Ahora bien, esa alternativa se puede radicar en otra de índole fundamental: verdad o muerte.

El recordado Julián Marías (QEPD) escribió que "la verdad fue, como en todas las guerras, la primera víctima en 1936. Una crisis previa de veracidad fue la causa últimamente decisiva de la discordia que llevó a la guerra civil; se buscan las causas de su origen, y rarísima vez se piensa en ésta".

El perdón es el camino, incluso cuando no existe arrepentimiento ni mucho menos solicitud de perdón, pues, muchas veces eso se aprende al ser perdonados.

Está bien chévere tu blog.

Un abrazo.
Néstor Luis

Anónimo dijo...

Gabriel:

El título está muy bien concebido, pues, esa es precisamente la alternativa. Ahora bien, esa alternativa se puede radicar en otra de índole fundamental: verdad o muerte.

El recordado Julián Marías (QEPD) escribió que "la verdad fue, como en todas las guerras, la primera víctima en 1936. Una crisis previa de veracidad fue la causa últimamente decisiva de la discordia que llevó a la guerra civil; se buscan las causas de su origen, y rarísima vez se piensa en ésta".

El perdón es el camino, incluso cuando no existe arrepentimiento ni mucho menos solicitud de perdón, pues, muchas veces eso se aprende al ser perdonados.

Está bien chévere tu blog.

Un abrazo.
Néstor Luis

Anónimo dijo...

Gabriel , respondo una vez más mientras tenga internet .
¿Quien niega la importancia de esta dificilísima disposición interior para estar en paz y proyectar paz?
La disposición es necesaria , pero no es suficiente .
Sobre todo si pasan los años como ocurre en Argentina y los problemas siguen y se agravan .
Argentinos a las cosas ....
Lo que estoy haciendo es , desde mi punto de vista , prender luces amarillas acerca del voluntarismo argentino y las formas de autoritarismo incorporadas inconcientemente de generación en generación .
Parece que se viera el autoritarismo ajeno , y no el propio .
Y a partir de aqui hay un diálogo de sordos , un callejón sin salida y empezar a proyectarle al otro los propios defectos como hace la dama K. intencional o inconcientemente .
Pero ella , a no engañarse sólo es una autoritaria más .
Al menos eso se vio claramente durante el conflicto con el campo . Un abrazo . Y guardame un puestito en tu nave . M.S

Gabriel Zanotti dijo...

Mi querido MS, tenés un puesto de privilegio en mi nave. Allí seguiremos hablando de este importante acuerdo: "...¿Quien niega la importancia de esta dificilísima disposición interior para estar en paz y proyectar paz?
La disposición es necesaria , pero no es suficiente...".

Juani R dijo...

Yo no coincido con el anónimo: sí se puede -y se debe perdonar- aunque el que hace el daño no esté arrepentido. No es necesario olvidar para perdonar, de hecho, muchas veces es imposible olvidar y aún así se debe perdonar. El mismo Jesús perdonó a los que lo mataban MIENTRAS LO ESTABAN MATANDO. ¿Por qué se puede y debe perdonar? No sé si es el orden correcto, pero creo que ante todo, para liberarse, para no autodestruirse, como tristemente le pasa a Hebe de Bonafini, Galeano y todos los que siguen odiando en nombre de la "memoria" (tuerta). Son amargos, envenenados, viven un infierno en vida, atados a su odio, reviviendo la noxa una y otra vez, y sin darse cuenta de que ese cáncer los come a ellos, nada más que a ellos, porque los sujetos de su odio viven lo más campantes, o ya están muertos. Segundo, porque no depende de que el otro se arrepienta: yo te perdono, si vos no querés recibir ese perdón -y cambiar lo malo que estás haciendo- ya es tu problema, no "vas a recibir" el perdón, quedará "incompleto" pero no porque yo te lo niegue, sino porque vos sos refractario a él. Y tercero, porque así lo enseñó Jesús: perdonar siempre. Aunque duela. Aunque esté doliendo.
Escribo esto en frío, porque no tengo nadie que me haya hecho algo tan malo como a Gabriel. Ojalá que no me pase nunca, pero si me pasa, que pueda hacer carne lo que estoy escribiendo acá.

Gabriel Zanotti dijo...

Mi amigo Ricardo Pobierzym me envía este comentario:



Hola Gabriel: recién ahora puedo enviarte algunos comentarios. Los reduzco (ya que el tema es muy amplio y daría para varias charlas, simposios, congresos, etc.) a los siguientes puntos.

1) Las ideologías que en nuestro país se llevaron a la práctica (teología de la liberación marxista, teorías de la dependencia, etc.) han sido y son meros pretextos para consumar la violencia. La violencia (que nos sobrepasa) utiliza dichas estrategias argumentativas solamente para tratar de justificarse a sí misma. Al principio puede haber uno que otro perejil “idealista” que se crea las supuestamente justificadas teorías…, pero a la larga ellas mismas resultan insostenibles.
2) Esto vale (en el “caso Argentino”) para ambos bandos. Muchos de los que supuestamente se vengaron de la “guerrilla” revolucionaria marxista en rigor también buscaron un pretexto para descargar su ira. De allí que haya muerto y desaparecido mucha gente inocente que no comulgaba con ideas marxistas (o que solamente las apreciaba desde un punto de vista teórico y no participó en ningún evento a escala violenta, es decir: no eran “tirabombas”).
3) Me parece que sería bueno que aclares esto último…, desde mi punto de vista, en general, los militares argentinos –al margen de ser pro-nazis- desde el punto de vista ético y estratégico fueron una vergüenza y un desastre nacional (me remito también a lo acontecido en la “guerra de las Malvinas”, un conflicto bélico absurdo que, no obstante, fue apoyado “masivamente” y donde muchos “intelectuales” (salvo excepciones) callaron o avalaron el hecho.
4) Estoy de acuerdo que se juzgue a los militares culpables de torturas, secuestros y matanza de inocentes (a los no inocentes, es decir; guerrilleros activos, se los debió haber juzgado por derecha). Lo que parece omitir este gobierno es preocuparse por la “otra cara” de la moneda. Me refiero a que falta la mirada y el enjuiciamiento crítico de aquellos que participaron (y secuestraron, mutilaron y mataron) en nombre de las denominadas doctrinas revolucionarias. En este sentido, estoy de acuerdo con tu demanda.
5) Personalmente tan sólo podría perdonar a alguien que intentara agredir o matar a algún miembro de mi familia (¿qué hubiese pasado si alguno de ustedes hubiera estado en ese momento en vuestra casa?) si se da un arrepentimiento previo, o un momento de duda o “cambio de paradigma” por parte del agresor. En ese caso podemos intentar establecer un diálogo. Porque sino…¿cómo sé que no viene con las intenciones de otro atentado? ¿Voy a exponer el fruto de mi amor a las intenciones de un idiota revolucionario? Honestamente te digo que no. Aquí la defensa no solamente es justa sino que es necesaria (!).
6) Termino con una cita de Juan:

En él (el Logos) estaba la vida,
Y la vida era la luz de los hombres
Y la luz brilla en las tinieblas
Y las tinieblas no lo comprendieron (Jn 1, 4-5)
En el mundo estaba,
Y el mundo fue hecho por él,
Y el mundo no lo conoció.
Vino a su casa,
Y suyos no lo recibieron (Jn 1. 10-11)

Según el filósofo y antropólogo René Girard lo que todavía sigue prevaleciendo es el Logos de la violencia. Si ello es así, no basta la buena predisposición, a lo sumo ella es solamente una iniciativa. El “lenguaje del perdón” sólo puede darse a través de la gracia plasmada en la sabiduría. Nuestro mundo aún esta lejos de ella.

Un gran abrazo
Ricardo Pobierzym

Juani R dijo...

Un cuentito: trataré de ser lo más sintético posible.
Un maestro le pidió a sus alumnos que tomaran su mochila y metieran una papa por cada afrenta que hubieran recibido y todavía no estuviera perdonada. Les dio un tiempo. Al cabo les dijo que se la pusieran y fueran al recreo a jugar con ella. Obviamente, había mochilas más y menos pesadas. Al regreso, les pidió que las siguieran usando y así durante unos 10 días (supongo que era un colegio pupilo, je je). Los que más papas tenían, menos podían disfrutar de la vida, estaban abatidos, agobiados. Y además: las papas empezaron a pudrirse y el olor era tan nauseabundo que nadie quería acercarse a ellos. Al cabo de la prueba, les pidió la operación inversa: que sacaran cada papa a medida que fueran perdonando esas afrentas. Todos entendieron la lección y las consecuencias de no perdonar, que es casi como estar muerto en vida.

Anónimo dijo...

1- El tema psicológico . Veo una cuestión semántica . Mucha gente , quizas la mayoría , utiliza el término perdón como sinónimo de disposición a perdonar .
Este sería , para mí , el deseo de perdonar . Perdonar en mi intimidad . Perdonar para vivir , de Bulacio .
Complementariamente , entiendo que perdón es reconciliación , la disposición a perdonar más la disposición a ser perdonado ( lo último es un tema del que se habla poco en primera persona ) .
Este sería , según mi opinión , el acto de perdonar .
Ambos temas responden a la capacidad afectiva de perdonar y ser perdonado .
2- tenemos el tema filosófico-teológico propiamente dicho , especialidad de Gabriel . Te dejo un par de preguntas y me voy a hacer algo : ¿Puede Dios perdonar a quien no quiere ser perdonado , me refiero a si no avasalla el libre albedrío que El mismo dispuso ?
¿De que serviría entonces cumplir con Su escala ética de valores ?
PD : Excelente el escrito de Ricardo Pobierzym . Buen resúmen de lo que ocurrió y 100 % de acuerdo .
M.S

Juan Manuel Bulacio dijo...

Estimado M.S.
En mi opinión, todos podemos perdonar. Eso sí, no depende de nosotros que nuestro perdón sea aceptado. Es cierto también y motivo de reflexión , siguiendo tu línea, sí somos a su vez capaces de pedir perdón y de aceptar a su vez el perdón que nos conceden. Todo esto puede hacerse si se deja de lado la defensa del ego y se busca honestamente la verdad y el acuerdo.

Anónimo dijo...

Wow. Estoy muy conmovida para escribir un comentario prolijo.

Me queda dando vuelta el miedo que se puede sentir en ciertas situaciones; el miedo que hoy me estremece cuando pienso que en mi país se traman los odios más perversos a título de “Revolución”.
Me guardaré tu testimonio y el sabio consejo de saber perdonar…..

Anónimo dijo...

Así es Bulacio . La búsqueda honesta de la verdad y el acuerdo implica primero reconocer y entregarse a la verdad . Dejar la armadura del yo para vivir lo inesperado .
La negación de la verdad es la gran generadora de violencia . Ni hablar si se hace desde una posición de poder .
En cuanto a ser perdonado , el padre nuestro dice "perdona nuestras deudas como nosotros perdonamos a nuestros deudores" . El culpable está en deuda y por lo tanto en minusvalía respecto a nosotros , que somos sus acreedores . Es mucho más difícil ser deudor que acreedor . Saludos . M.S

Gabriel Zanotti dijo...

My dear MS,
No quiero escribir como teólogo, primero porque no lo soy, y segundo porque quiero escribir como creyente, dando mi propio testimonio, más “argumentando”. Y si me equivoco en algo, que Dios me perdone, nunca mejor dicho…… :-)
Lo que me impresiona del Cristianismo, y la razón por la que soy cristiano, es que el Dios judeocristiano me ha perdonado, él primero, sin yo merecerlo. El pecado original nos dejó con una deuda infinita que sólo Dios, como infinito, podía saldar, y eso es la Segunda Persona, Cristo, en la cruz. Ese perdón es fruto de su misericordia, y no nos preguntó antes si estábamos arrepentidos. El viene a salvar a todos: “Dios quiere que todos los hombres se salven”. Luego viene, sí, un diálogo íntimo, con cada quién, donde basta una mirada de amor a Dios, producto de Dios mismo, para arrepentirse. Ese es el ladrón que le dice a Jesús en la cruz “acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino”. Y la respuesta, obviamente superadora de nuestra humana justicia, fue “HOY mismo estarás conmigo…..”. Y he dicho que esa mirada de amor es fruto de Dios mismo porque para darla necesitamos la ayuda de su gracia, por lo cual, lo único que depende totalmente de nosotros es un terrible “no”. Por eso, no hay Dios que condena, sino Dios que salva, pero puede haber un hombre que misteriosamente rechaza esa salvación…. Por todo esto la esencia misma del cristianismo es un Dios del perdón…..

Anónimo dijo...

Gracias Gabriel por tu respuesta . Que alegria debe ser tener tu fe . Hoy pensaba que te conozco hace mas de 35 años ,lo cual solo es para la estadistica , ya que los lazos viven fuera del tiempo o lo trascienden . Tu amigo .M.S

Gabriel Zanotti dijo...

Me encantó esto: "...los lazos viven fuera del tiempo o lo trascienden"......
De todos modos, ¿más de 35 años? My God!!!! Es verdad, teníamos 13 años...... Tu casa era casi mi segunda casa...... Las conversaciones con tus padres y con Patri...... Tu viejo, un monumento de santidad...... Qué nostalgias..... Qué viejo que estoy.......... :-))

Anónimo dijo...

"El pecado original nos dejó con una deuda infinita que sólo Dios, como infinito, podía saldar, y eso es la Segunda Persona, Cristo, en la cruz"
No soy filósofo ni teólogo, pero creo que el gran "pecado" de Dios fue crearnos... Claro que no fue un pecado en el sentido de romper la relación con El mismo (filosófica y teológicamente sin sentido), sino en el sentido de "romper" con el status quo de sí mismo, y comprometerse con la Creación... de la única manera que es posible comprometerse: Haciendo, que en este caso es igual a decir, creando.
De modo que no creo que estemos en deuda con Nadie, sino que nuestra vida es una "deuda" en el sentido de llamado a ser completada, y eso es la santidad...
Creo que Dios podría habernos "salvado" como quisiera. Me parece que no era "necesario" que se hiciera hombre, como no era "necesario" que creara nada...
Pero creo que Dios, desde el momento mismo de la creación, se compromete con el hombre, es coherente con su creación, la ama infinitamente y por eso comparte con su creatura más amada aquello que más lo separa de él: la humanidad. En ese momento, lo que lo separaba lo une y por eso el hombre se salva: Porque ya está unido al Amor...
Que, y al menos para vincular todo esto con el título original, junta maravillosamente las dos cosas: Perdonar y Morir. Porque detrás de las dos están el Amor y la Resurreción como la otra cara sin la cual no es posible entender ni la una ni la otra.

Anónimo (otro)

Zetetic_chick dijo...

Muy interesante el post y las reflexiones.

Aunque no soy cristiana (en realidad, soy una agnóstica espiritual :-)), me alegra ver cómo algunas personas consiguen en su fe en Dios algún tipo de satisfacción personal y espiritual. (La aclaratoria sobre mi agnosticismo es pertinente, porque mi comentario en el post anterior pudo hacer pensar a más de uno que yo era cristiana o católica; quizás no se advirtió que mis argumentos fueron condicionales... del tipo si X, entonces Y)

Desde mi perspectiva no cristiana, no estoy segura que seamos culpables de algo, y que debamos ser perdonados. Más bien creo que somos responsables de nuestros actos, y que nadie nos juzga excepto nosotros mismos.

En las llamadas "experiencias cercanas a la muerte", las personas refieren un "recuento" de su vida, donde experimentan también el dolor que le han causado a los demás. Eso pareciera sugerir que, al morir, recapitulamos nuestra vida y aprendemos de sus lecciones, lo cual nos induce a un mayor perfeccionamiento espiritual.

Lógicamente, la anterior implicación solo adquiere entidad en casos de aceptemos como reales las experiencias cercanas a la muerte; y eso lejos de ser un hecho absoluto, es algo controversial en la actualidad (aunque yo me inclino a pensar que son reales).

Aquí les dejo los testimonios de personajes importantes, quienes han tenido experiencias cercanas a la muerte y el efecto que tales experiencias tuvieron en su cosmovisión. Uno de ellos fue Carl Jung:

http://www.near-death.com/jung.html

El positivista A.J.Ayer también experimentó un fenómeno de esta índole:

http://www.near-death.com/experiences/atheists01.html

Y un ateo convencido se transformó completamente hacia una religión después de su experiencia:

http://www.near-death.com/storm.html

Es interesante observar como estas experiencias, estudiadas por la ciencia, sugieren algún tipo de realidad espiritual; pero en todo caso, es un hecho que ellas pueden producir una transformación espiritual profunda y radical en las personas que la experimentan.

Quizás la ciencia nos esté revelando algo que las religiones, en una forma quizás más dogmática o mítica, nos comunicaron a su manera durante siglos. Pero quizás apunten a una misma realidad trascendente.

Solo una reflexión, o si quieren... "food to the thought"

:-)

Anónimo dijo...

Zetetic_chick , ahora la entiendo , la semana pasada me parecía una militante de la acción católica . Argumenta muy bien . Mi posición es muy similar a la suya . Me gustó la frase "no estoy segura que seamos culpables de algo, y que debamos ser perdonados " . Expresa muy bien la honestidad intelectual del agnóstico frente al planteo bíblico del pecado original . "No vale" para el agnóstico amparar la contradicción cristiana de misericordia vs justicia en el misterio de Dios , porque esto supondría creer previamente en Él .
Primero el argumento y luego la fe , como sucede en este mundo , ya que el otro no lo conocemos , lo imaginamos .
En el blog del Dr Zanotti los agnósticos vamos a ser minoría , así que por lo menos no estoy sólo en la "oposición" . Saludos . M.S
PD : ya lo veo a Gabriel ordenando su batería tomista .

Gabriel Zanotti dijo...

Mi querdio MS, es la primera vez que le haré una corrección explícita. En mi blog no hay mayorías ni monorías: hay todos, en igual libertad de opinión..........
:-))

Anónimo dijo...

lo de mayoría y minoría es sólo mi opinión , basada en mi observación falible , no la tuya .