Me ha impresionado
sumamente una noticia que circuló hace unas semanas, de la cual me enteré
gracias al agudo comentario de mi colega Mauricio Jaliff (1).
Se trata del caso de
una chica italiana que aceptó ser filmada por el novio mientras tenían sexo,
luego de lo cual el buen chico subió el video a internet. La señorita en
cuestión fue sometida a todo tipo de burlas hasta que luego de un año se
suicidó.
Así de terrible.
¿Cómo? ¿No era que en materia
sexual podías hacer lo que quieras? ¿No era que el pudor era un tonto
sentimiento capitalista y burgués? ¿No era que VER todo el sexo que quieras
estaba bien?
¿Por qué, entonces, las
burlas?
¿Por qué, entonces,
semejante crueldad?
Conozco personalmente
muchas monjas y frailes que conociendo el tema, no sólo no hubieran visto nada,
sino que hubieran mantenido un respetuoso silencio.
Pero los supuestamente
liberados, allí estuvieron, cometiendo asesinato a cuentagotas.
¿Cómo se entiende esto?
Muchos afirman que
Freud escribió lo suyo condicionado por una sociedad victoriana donde todo lo
sexual estaba intensamente condenado.
Pero no, no es así. Los
diagnósticos de Freud tienen para mí un amplio grado de universalidad, sólo que
difieren las formas culturales en las que la neurosis se manifiesta.
La nuestra es una
sociedad de neurosis histeorides, vouyeristas y de angustias retrospectivas.
Mientras el discurso
manifiesto afirma que el pudor no le interesa, que la intimidad no le interesa,
y que hacer del sexo un espectáculo está bien, el contenido latente del
discurso muestra un desplazamiento, hacia otros lugares, del habitual rechazo
inconsciente a lo sexual.
Uno de esos lugares,
fruto de la ambivalencia afectiva y un super yo más sutil, es la burla
despiadada hacia el objeto sexual que se consume(2), mas no se consuma en la
intimidad. Primero se lo expone casi compulsivamente (neurosis histeroide) y luego
la audiencia degrada al objeto consumido. Más o menos como el amor/odio que el
varón puede tener ante la prostituta, más o menos como el desprecio a veces manifiesto
que casi todos tienen ante la modelito de moda a la cual mientras tanto se
alienta en su exhibicionismo.
Muy retorcido, sí, y
como es inconsciente, casi inimputable, excepto tal vez por la existencia banal
que, sin distancia crítica, sigue las costumbres de la sociedad occidental
actual.
El pudor sigue siendo
el gran aliado del sexo, el gran protector de su pulsión, connatural a un
super-yo que sabe lo que hace ante la mirada de los otros. Ahora el pudor sigue
existiendo, pero retrospectivo: en neurosis de angustia luego de la intimidad
exhibida, más angustiosas aún cuanto más tienen que ocultarse. Lo primero que
hizo la pobra niña fue hacer como si nada pasara, pero eso fue lo peor. Al
final, dado que no era psicótica, vino la culpa, y sin atención psicológica y
espiritual, vino el suicidio.
Mientras tanto los que
se burlaron de ella con toda liviandad y crueldad, cual verdaderos soldados
nazis sumergidos en la banalidad de su invisible ejército nazi-masificado-supuestamente/liberado, allí están, seguramente
riéndose de otra cosa en alguna escapada nocturna.
Triste. Muy triste.
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(1) "..............Así de cruel, estúpida y contradictoria es la cultura hipócrita del hipersexualismo. Del tabú del sexo pasamos al tabú del amor. Primero te dicen adorá tu cuerpo y mostralo sin barreras. Después te entierran vivo por idiota.
Qué pasó con el amor... Pasó de moda??? Es anticuado decir no necesito saberme el kamasutra para decirte que te amo. Y amar... Acaso no era en el dolor y en la enfermedad, en la riqueza y la pobreza, en la juventud y en la vejez. Se llama cagazo... Pero alguna vez este cuerpo se marchita y uno se vuelve a mear en los pañales. La guita en algún momento se va y no vuelve más. Y nunca faltan los dolores para confirmar que estamos vivos.Me cansa ver en los terrores en los que vivimos, huyendo de una compra a la otra para demostrar que no hay nada dentro por lo que vivir.
El sexo es una realidad maravillosa, el bálsamo de tantos dolores y tristezas cuando se lo abraza con ternura. La puerta abierta a la novedad de los hijos. El lugar donde la intimidad se viste sin máscaras y deja lugar a la autenticidad.
De verdad que cansa tanta estafa y me duele mucho el alma de esta pobre chica a la que matamos con nuestra hipocresía......."
(2) Desplazamiento de la pulsión de muerte hacia sí mismo....
Una pena; otra vida en manos del bulling.
ResponderEliminarNos encanta acusar. Nos encanta tirar esa "primer piedra" desde la impunidad del inocente... y no se bien si nos olvidamos de que la piedra cae sobre una persona, o si el hecho de saberlo es lo que nos motiva a hacerlo.
(Gabriel, quisiera hacerte una consulta respecto de unos libros. Si no es muy invasivo, me dirias tu mail? El mio es damian.n.marasco@gmail.com. Desde ya muchas gracias. Saludos. Damian)