(De mi blog de este Jueves pasado).
“…..Con respecto al peronismo, creo
que puedo sacarme un 10 en el anti-peronis-copio. “…Vuelvo a insistir en que pocas veces se repara en el drama cultural
que esto significa. Es como si en Italia existiera aún un partido mussoliniano,
en Alemania un partido Nazi o en España un partido franquista, y como si los
demás partidos hubieran copiado sus costumbres. Europa sería hoy lo que era en
el 30. Así de simple. Que en Argentina exista, con toda su fuerza política, un
partido “peronista”; que muchas y cultas personas se digan peronistas, que
estudien y digan practicar la “doctrina” del “líder desaparecido”, que aún
canten su adulona, grotesca y promarxista cancioncita (la “marcha peronista”)
es una muestra del drama al que me estoy refiriendo y parte de la explicación
de la “natural” decadencia argentina”Lo escribí, lo afirmé, lo firmé.
Pero, precisamente por ello, el peronismo no es una etapa: es un horizonte
cultural. Etapa fue el nazismo en Alemania: se terminó. Pero NO el peronismo.
Por eso, si los liberales no queremos ser constructivistas, hay que recordar
que Hayek habla de evolución de tradiciones, no de re-voluciones. Los liberales
somos a veces tan racionalistas que pensamos que lo asombroso es el peronismo.
No, es el revés, lo asombroso, ya lo dijo Ortega, es el surgimiento del
liberalismo como una anomalía de generosidad en una hobbesiana historia humana.
En metafísica, la pregunta es por qué el ser y no la nada; en ciencias
naturales, la pregunta es por qué el orden y no la entropía; en ciencias
sociales, la pregunta es por qué la coordinación y no la mayor dispersión de
conocimiento; y en política, la pregunta es por qué la libertad y no la
tiranía. Los liberales nos seguimos asombrando ante el peronismo como si la
pregunta fuera por qué Hobbes y no la libertad, cuando el peronismo no es sino
una de las tantas manifestaciones hobbesianas de una naturaleza humana cruel y
dominante. Ante ello, el asombro es el liberalismo como contrapeso de la
historia de la crueldad. La Declaración de Independencia de los EEUU no es lo
obvio, es el milagro.
No sé, entonces, si los liberales no
seguimos siendo ingenuamente constructivistas y autoritarios como para seguir
proscribiendo por ley que se hable de Perón (la supina ingenuidad de la
Revolución Libertadora), con otros métodos, por supuesto. Debemos estar atentos
a que el peronismo, como horizonte cultural, sólo puede evolucionar, no
desaparecer. En ese sentido, tampoco debemos condenar a priori un ala liberal
del peronismo, sea como fuere que pudiera surgir. Al contrario, si ello no
surge, la Argentina no tiene salida. Y no es contradictoria un ala liberal del
peronismo como no es contradictorio que un mamífero haya evolucionado a partir
de un renacuajo. Es un largo proceso, sí.”
TOTALMENTE DE ACUERDO!
ResponderEliminarAl fin y al cabo, esa realidad cultural es la que impide que en Argentina funcioneun parque público de frutales vegetales comestibles como el que están armando en Seattle.