(Escrito en Agosto de 2005 para Eseade de Buenos Aires).
Ciertos últimos acontecimientos, que son de dominio pùblico, han mostrado
otra vez, de modo cruel y lamentable, a la violencia como mensaje. La condena
hacia ese tipo de metodología no se ha hecho esperar. Sin embargo, muchas de
esas condenas comparten con los terroristas un peculiar terror: el terror al
capitalismo, a la economía de mercado, a la sociedad libre y abierta, como el
antiguo “horror al vacío” de la física antigua.
Muchos, en efecto, condenan la violencia pero consideran que los
terroristas se están defendiendo, de un mal modo, de algo que también es malo.
Algo que según ellos implica más muertes que las bombas, muertes que son
producto de la pobreza y el subdesarrollo. ¿Y quién es este peculiar asesino
que mata por inanición? Según algunos, el capitalismo.
Pero, ¿es así?
Sencillamente, no.
Una vez más, de modo incansable, hay que afirmar que no. Es todo lo
contrario. Y hay que insistir con ello porque Marx ha triunfado como creencia
cultural: el capitalismo es, según muchos, la causa de la pobreza. Pero es
precisamente al revés. El aumento de los bienes de capital, en una economía de
mercado, tiene como efecto el aumento de la demanda de trabajo, con el
consiguiente aumento del salario real en términos relativos. Hay efectivamente,
en el mundo, muchos focos indignantes de pobreza y de miseria, pero ello es
debido a la falta de capital y no a su abundancia. Los que producen la pobreza
son los Castro, los Chavez, y también, en no menor medida, el Fondo Monetario,
el Banco Mundial, financistas internacionales del intervencionismo. Es también
causa de la pobreza la ONU ,
con todos sus proyectos intervencionistas que aumentan las burocracias de los
gobiernos, y todas las medidas intervencionistas de tipo monetario, fiscal,
migratorias y redistributivas de los países supuestamente capitalistas.
No es el capitalismo la causa del subdesarrollo de los pueblos islámicos: es su
falta de garantías institucionales a la propiedad y a la sociedad abierta,
problema que no les afecta con exclusividad: casi toda Latinoamérica, con los
mencionados “héroes” a la cabeza, padece del mismo subdesarrollo cultural y
consiguientemente material.
Mientras se siga viendo al capitalismo como el asesino, y a los terroristas
como una “mala reacción” contra una “real injusticia”, seguiremos, no sólo
desenfocando el tema, sino además, produciendo más pobreza y fomentando la
violencia a la cual le damos un “casi si”. El capitalismo no tiene nada que ver
con los imperialismos, ni con bancos internacionales, ni con tratados
internacionales, ni con nada que venga desde los gobiernos. No es el mercado el
que ha planificado las relaciones de poder de ciertos gobiernos con los pueblos
del Islam. El mercado no planifica, no invade, no coacciona, excepto que,
claro, desde el marxismo, como situación cultural, se vea al libre comercio
como una invasión. El mercado tiene que ver con el orden espontáneo de
empresarios, comerciantes, vendedores y compradores que al encontrarse
intercambian su cultura, produciendo con ello una auténtica convivencia
entre razas, religiones y tradiciones. Ver a eso como “violencia” es producir
más violencia.
http://www.onu.cl/onu/chile-se-ubica-en-el-primer-lugar-en-desarrollo-humano-entre-los-paises-de-america-latina/
ResponderEliminarLa ONU está afirmando que el país que tiene las políticas más liberales de la región es a la vez el mejor en sus rankings aun con sus criterios socialistoides sobre el bienestar. Pero no relaciona una cosa con la otra. Otro ejemplo de cómo los datos no tienen sentido sin teoría :)