domingo, 17 de noviembre de 2024

THE INTERN, O "PASANTE DE MODA": OTRA PELI LLENA DE BELLOS VALORES EN EL MEDIO DEL HOLLYWOOD HABITUAL


 

Como siempre me gusta decir, si es verdad que Hollywood es malévolo, el bien "se le escapa" de tanto al tanto al mal. Pero yo no creo que Hollywood sea el imperio del mal. Está lleno de grandes peliculas llenas a su vez de grandes valores que los diagnósticos apocalípticos no saben ver.

En "The intern" (https://es.wikipedia.org/wiki/The_Intern) traducida o mejor dicho traicionada al Español como "pasante de moda" (nunca logré entender la costumbre de cambiar el nombre de las películas), un hombre maduro, de 70 años (Ben Whittaker, interpretado por Robert de Niro), intenta volver a la rutina laboral mediante algo que nosotros llamaríamos pasantías especialmente pensadas para la tercera edad. Y así se presenta como pasante en una compañía nueva, ágil, moderna, fundada por una joven treintañera, brillante y con un natural liderazgo moral, Jules Ostin (Anne Hathaway). Interesante comentar este peli en momentos donde mis amigos liberales y conservas odian a ambos actores, pero quede esto como muestra de que la capacidad artística está más allá de las ideas políticas y que, además, hay cierta capacidad actoral que denota valores de fondo en los mismos actores. 

Ben es un hombre maduro y con experiencia de vida. No intenta imitar a los jóvenes, no renuncia a sus costumbres (su portafolio, su corbata, su calculadora, su disciplina laboral) pero, al miemo tiempo, no los juzga, al contrario, los quiere, los ayuda: poco a poco se hace querer por ellos porque, sin invadirlos, está atento a sus procesos de maduración. Es un padre, un abuelo altruista, un gran ejemplo de una mirada que ayuda, que está atenta, pero que al mismo tiempo no es invasiva ni juzgante. Bien por la guionista, Nancy Mayers, a quien espero se haya reconocido su impresionante capacidad de plasmar valores tan complejos en su narración.

Con esa misma actitud, Ben dirige su mirada hacia Jules, que ha logrado una companía de diseño de ropa pujante y competitiva. Jules trabaja en medio de los demás, se arremanga cada vez que es necesario, decide con esa autoridad cada vez que es necesario, camina parada en ese merecido liderazgo pero...... En el fondo arrastra una enternecedora inseguridad, un cierto "aún-no-crecimiento" que Ben sabe captar perfectamente desde el principio, pero que debe contemplar en silencio, sin poder hacer casi nada al principio, porque Jules rechaza al principio su mirada paterna, cosa coherente con su inseguridad. El se acerca con la humildad de un abuelito que la mira de lejos, que le protege sin que ella de se cuenta, hasta que finalmente ella cae ante semejante y arrolladora ternura.

Dije "ella cae". Sorprende, en este mundo lleno de relatos sórdidos y pesimistas sobre el ser humano, esta relación de real amistad entre un hombre de 70 y una casi niña de 30. El no quiere otra cosa, ella no se sexualiza ante él. Ella tiene un matrimonio en crisis, él la ayuda a salvarlo. El era viudo. Y en la cama de un hotel, donde habitualmente pasan otras cosas, esta vez lo que pasa es la pura bondad. El le cuenta lo que fue su matrimonio, de más de 40 años, ante los ojos de Jules llenos de admiración, y el deseo realista de sacar adelante un matrimonio de, obviamente, menos años. Sin ningún átimo de feminismo radical, Ben le dice algo que tiene que ver la defensa real de la mujer. Su marido la engaña por lo clásico, porque el éxito de su esposa fue mucho para él, y ella deja que le aconsejen contratar a un CEO que le demande menos trabajo.............. Trabajo por el cual nunca habìa dejado de ser esposa y madre de una niña pequeña. Ben le dice: es injusto. NO es ese el motivo para contratar al CEO adicional, que sobraba. Y que su esposo vuelva con una mujer que a nadie hace sombra si cada uno tiene su suficiente luz. 

Es interesante ver la capacidad actoral de Robert De Niro, una vez más. De vez en cuando, De Niro se ha permitido divertir en peliculas cómicas donde se ve un doble registro en su rostro: el del personaje y el del actor que sabe que se está divirtiendo. Pero esta vez no. Sabe de la hondura del personaje que le tocó, aunque no sean los mundialmente famosos Leonard Lowe o Trabis Brickle. Se pone totalmente en los ojos de un ser humano bondadoso, empático y sabio, de los que ya no abundan, y de los cuales esta peli es un símbolo eficaz. 

El final es feliz pero sueve. Sin ninguna estridencia, se ve que Jules y Ben han consolidado para siempre una amistad entrañable. Ben tiene una nueva relación con una mujer unos 10 años menor (Fiona; Renè Russo); Jules vuelve con su esposo, y Ben sigue como intern consolidando, a su vez, sus nuevas amistades con jovencitos nerds a los cuales ha enseñado el camino del trabajo, del amor y de la responsabilidad laboral. 

Como ya dije una vez, son necesarios estos símbolos de bondad, porque los valores no son fácticos ni ficticios, sino aspectos posibles de lo humano que son necesarios para lo humano. 

Buen Domingo. Que disfruten de esta peli que se le escapó..... Tal vez a nadie. 

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