Ha sido muy comentado en estos días el proceso por cismàtico a Mons. Viganó. El comentario del P. Santiago Martín, la palabra justa, lo dice todo (https://www.youtube.com/watch?v=3RtutGjcT2k). Viganó está equivocado en negar la interpretación del Vaticano II en continuidad con la tradición (aunque con reformas en lo contingente) como lo hizo Benedicto XVI (https://www.vatican.va/content/benedict-xvi/es/speeches/2005/december/documents/hf_ben_xvi_spe_20051222_roman-curia.html). Pero, al mismo tiempo, es una reacción ante un pontificado que no hace más que ratificar todo el día la interpretación del Vaticano II en ruptura con la tradición, como si la verdadera Iglesia hubiera nacido en 1965.
Lo único que nosotros querríamos agregar es que todo esto ratifica la importancia de le interpretación privilegiada de Benedicto XVI, privilegiada porque él fue un importante protgonista de dicho acontecimiento eclesial. Lo hemos comentado en (https://gzanotti.blogspot.com/2024/01/las-aclaraciones-de-ratzinger-sobre-el.html).
Los convervadores como Viganó, que siguen los pasos de Lefevbre, no citan, no nombran, parecen ignorar (pero evidentemente no lo pueden ignorar) este importante discurso de Benedicto XVI, que ratifica ademàs la diferencia entre Modernidad e Iluminismo enseñada tanto por Francisco Leocata (https://gzanotti.blogspot.com/2023/08/una-re-organizacion-de-la-historia-de.html) como por Agusto Del Noce. La modernidad, como el reconocimiento de los derechos de la persona creada a imagen y semejanza de Dios, como una ciencia con autonomía relativa de la Revelación y como una sana laicidad y desclericalización de la autoridad polìtica, fue toda ella una consecuencia del Judeo-Cristianismo Católico, aunque luego, en el decurso de la Historia, todo se mezclara. Era inùtil, ante ello, meter la cabeza en la tierra como el avestruz. Ante la filosofía del diálogo del s. XX (Bueber, Levinás, Gadamer) era inútil seguir cerrados a los protestantes y no tratarlos, en cambio, como nuetros hermanos separados. Ante los horrores del antisemitismo que llegaron a su punto culminante con el Holocausto, era erróneo seguir acusando a todos los judíos del mundo de deicidio y no tratarlos como hermanos mayores en la Fe. Ante la situación de EEUU a partir de 1789 y de los Estados Europeos a partir del 46, era inútil seguir aferrados a la Quanta cura, que ni siguiera siguió León XIII. Había que actualizar el tema, habia que hablar de la sana laicidad del Estado y del derecho a la Libertad Religiosa en una situación donde la pluralidad religiosa en un mismo Estado ya habia sido reconocida de hecho por Pio XII antes del Vaticano II. No era tan difìcil dar el paso a una situación de derecho basada en la libertad del acto de Fe.
¿Qué tiene que ver todo ello con el post-modernismo, el escepticismo y la falta de Fe que han invadido a muchos despuès del Vaticano II? ¿Qué tiene que ver todo eso con la Teología de la liberación y del pueblo, con la negación de la moralidad tradicional en materia sexual, con el indiferentismo teológico, con la empecinda negación de la Misa de San Pío V, con el culto a la Pacha Mama en el Vaticano, con el indigenismo, ecologismo, estatismo, elevados a nivel de dogma en las declaraciones de Francisco? Nada, sencillamente nada. Pero todo eso ha llevado a muchas personas de buena voluntad, horrorizadas por todo ello, a unirse con reacciones como las de Viganó, que no de casualidad estaba calladito durante el pontificado de Benedicto XVI.
Conclusión, una vez más: lean a Benedicto XVI. Lean a Francisco Leocata. No se dejen engañar por lecturas ideologizadas de izquierda del Vaticano II, las mismas que hacen aparecer al mismo Cristo como un zelote revoucionario.
No hace falta maldecer al Vaticano II. Hay que volver a la Iglesia del Vaticano II, la misma de siempre, en continuidad con la tradición. Los próximos pontífices no tienen más que leer todo el Magisterio de Benedictxo XVI, aprenderlo, estudiarlo y aplicarlo. ¿Es mucho pedir o NO tendrán la formación para ello?
Viganó está acusado por sus hermanos de robarles la herencia familiar. No puedes elegir a Dios y al dinero, parecería que Vigano eligió el dinero.
ResponderEliminarHay que cuidarse también de las lecturas ideologizadas de derecha (léase: FSSPX y demás).
ResponderEliminar👏👏👏
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