Hace mucho tiempo, podríamos decir desde siempre, observo en las parroquias católicas todo tipo de emprendimientos. Desde enseñanza de oficios y ejercicio de oficios que se transforman en mini pymes, hasta la venta de casi todo lo vendible para recaudar fondos para misiones, grupos parroquiales, etc.
Ahora bien, todo ello es
absolutamente en negro.
Y está bien.
Pero según ciertos párrafos del Compendio
de Doctrina Social de la Iglesia, y según ciertas interpretaciones habituales
de la ética social católica, estaría mal.
Veamos por ejemplo las comidas que
se venden a la salida de las misas. ¿Dónde está el control bromatológico?
¿Quiénes prepararon y venden los alimentos? ¿Empleados o emprendedores? Si lo
primero, ¿están contratados en blanco? Si lo segundo, ¿han hecho todos los
trámites correspondientes para ser una mini pyme que pague los impuestos
correspondientes? ¿Y no es que, según la DSI, los impuestos hay que pagarlos?
¿No están ejerciendo, párrocos y
feligreses, el más absoluto libre mercado, “condenado” en principio por varios
documentos eclesiales y por ellos mismos cuando hablan en teoría?
Y esto, de mi parte, no es una
crítica. Bienvenida sea toda esa economía informal que, abrogadas las
regulaciones, se convertiría ipso facto en formal.
Pero ellos, ¿advierten la
contradicción? Y ni que hablar cuando los empresarios de todos estos emprendimientos son los autollamados curas villeros.
Y ante cualquier justificación
que intenten dar……… (“bueno pero nosotros…… Es que no podemos asumir los costos…..
Es que no hacemos mal a nadie…… Es para sostener a la parroquia………………..),
bueno, ¿por qué no puede darla cualquier otro? ¿No advierten que lo que están
justificando es el total y completo libre mercado que luego condenan apenas
dejan de vender la rica torta hecha por Doña Serefina?
Párrocos, feligreses, no se sientan
mal. Esto no es una crítica. Es un llamado a que reconozcan las ventajas del
libre mercado y los límites de ciertos documentos que han elevado al nivel de
Sagradas Escrituras.
Un comentario con respecto al post.
ResponderEliminarQue distinta seria la realidad de la tradición liberal (bien entendida) en América, si hubiera más católicos liberales como Ud. profesor. Para esa gente (la gran mayoría, me atrevo a decir, sea de izq. a der. de todos los colores) primero está la ideología, luego la verdad... tienen ojos pero no ven. Se ven muchos de esos por twitter.
Un saludo.
Me olvidaba, la tradición liberal cristiana del gobierno limitado.
ResponderEliminarGracias-