En las entradas anteriores hemos visto que
ningún religioso, filósofo o científico tiene derecho a imponer sus ideas por
la fuerza, por más verdaderas parezcan o sean. Y hemos visto también que mucho
menos cuando esas ideas están basadas en la ciencia que es esencialmente
falible y por eso corregible y evolutiva.
En una democracia republicana, el poder
ejecutivo y etc. son empleados del ciudadano. Este los ha elegido y es su
obligación pedirles cuentas, discutirles, preguntarles y cuestionarlos, sean quienes
fueren, Premios Nobel o Juan Pérez.
Las personas no ejercen ese derecho porque se
masifican (lo hemos visto también) pero es nuestro deber hacerlo.
Por lo tanto, coherentemente con la entrada
anterior, vamos a plantear una serie de preguntas a un arquetipo imaginario, o
sea al virólogo, epidemiólogo, infectólogo o médico que está proponiendo como
tratamiento la cuarentena obligatoria.
Yo, como paciente, tengo derecho a pedir una segunda opinión y a hacerle
preguntas.
Me puedo equivocar, pero él también, y aunque
su medicina sea revelada por Dios (que nunca es el caso) tiene la obligación
moral de recurrir al diálogo y no a la fuerza.
Van mis preguntas.
1.
¿Cómo
se le pasó por la cabeza? ¿Usted cree que, aunque su tratamiento sea efectivo,
usted tiene derecho a violar las libertades individuales básicas y aceptar ser
el experto al servicio de un poder ilimitado? ¿No se le pasa por la cabeza que
usted está cumpliendo el mismo rol que un inquisidor medieval?
Por las primeras dos entradas, no,
no se le pasa por la cabeza, obviamente.
2.
¿Pensó
usted en la cuestión económica? ¿No, porque primero está la vida? Disculpe
doctor, pero creo que usted de economía mucho no entiende. Porque la economía está al servicio de que,
precisamente, la gente no se muera de hambre, frío, inanición, falta de
higiene, etc. Me parece que usted ignora lo intrincado y complejo que es el
proceso de división del trabajo y de conocimiento que está detrás del
desarrollo económico que impide, precisamente, que la gente se muera. Usted
desconoce lo delicado de la cadena de producción y distribución de todos los
bienes y servicios, que usted cree que puede cortar de golpe. Usted parece creer
que su tratamiento es un valor superior a la desocupación, quiebre de grandes y
pequeñas empresas, etc. Usted parece creer que “no estar infectado” es un valor
superior a morirse de hambre y, permítame decirle, usted no puede decidir eso
por la fuerza.
3.
A
usted parece no importarle las consecuencias psiquiátricas que tiene la medida
que toma, parece que minimiza la baja de defensas por la angustia y depresión,
parece negar –como usted dice que yo niego el número de muertos- la importancia
de los suicidios que ya están ocurriendo. No, es que es “menos” importante. ¿Ah
sí? ¿Quién lo dice? En una sociedad de la “diversidad”, del “respeto al
pluralismo”, de la “libertad de elegir” lo importante lo decide usted y el presidente que
asesora?
4.
Pasemos
ahora al tema del contagio. Me va a decir que nadie tiene derecho a contagiar a
otro. Pero eso tiene que ver, doctor, con el tema de los bienes públicos, que
usted no ha estudiado nunca. Claro que las calles son bienes públicos (estatales
o privados) donde compartimos el aire y otras cosas. Claro, el aire por ahora
no puede ser privado como el pañuelo que llevamos en el bolsillo. Pero creo que
usted sabe hace mucho tiempo que las sociedades toleran el inevitable contagio
de ciertas enfermedades como gripe, neumonía, bronquitis, angina, etc., excepto
que cubramos a todos los seres humanos de un traje espacial obligatorio. Usted me va a decir: esto es más grave.
Espere. En principio no se lo niego. Volvamos al contagio. ¿AHORA todos lo han
descubierto? ¿Ahora todos se dan cuenta de la cantidad de cosas de las que se
pueden enfermar, de las que se enferman, de las que enferman a otros o pueden
enfermar a todos? ¿Ahora todos se dan cuenta de en cuántos cumpleaños,
navidades y fiestas hemos disparado al infinito miles de gotitas de Flugge
llenas de virus y bacterias? ¿Ahora se dan cuenta de con cuántos abuelitos han
cometido con ello el asesinato perfecto? ¿Ahora se dan cuenta, todos (usted
también, porque hasta Febrero de este año no lo veía tan preocupado) de la
importancia de lavarse las manos, usar alcohol, barbijo y no abrazar al otro si
estamos algo enfermos, sacarse los zapatos, etc., cosa que los japoneses hacen
hace mucho? ¿Ahora se dan cuenta todos de lo que se pueden contagiar con solo
VIVIR? Sí, ahora, porque antes, en general, funcionaba el sistema inmunológico
(NO en los inmunodeprimidos, que son millones) pero aún así año tras año hay
MILLONES de muertes por gripes y neumonías y la vida humana no se suspendía. Me
va a decir: esto es más grave. De vuelta lo mismo: aunque usted tenga razón,
hay otros criterios diagnósticos y tratamientos. Segundas opiniones, que deben ser
escuchadas y consideradas.
5.
Me
parece que usted no está explicando bien, doctor, la diferencia entre
infectado, enfermo y muerto. Infectados con virus y bacterias patógenas, hay
miles de millones, que NO se enferman porque el sistema inmunológico funciona
(por eso fue tan terrible la situación en los 80 con los infectados de SIDA). Usted
sabe, y por ende es cuestión de que todos tomen conciencia, de que en este
mismo momento millones y millones de personas tienen dentro virus de gripes,
bacterias de anginas, neumonitis y neumonías, y NO se enferman porque su
sistema inmunológico mantiene a raya a tan antipáticos intrusos. Usted sabe que
hay millones de personas que tuvieron varicela de niños y NO desarrollan el Herpes
Zóster porque el sistema inmunológico mantiene latente al virus. Usted sabe que
millones de personas respiran el Bacilo de Koch todos los días y no les pasa
nada por el mismo motivo.
Por lo tanto infectado es una cosa,
enfermo es otra, y mortalidad es otra, porque de los muchos que se enferman de
gripe y neumonía no todos mueren, aunque sabe que anualmente son millones los
que se mueren por eso, sobre todo porque tienen otras enfermedades, son mayores
o son inmunodeprimidos, fumadores o diabéticos o etc.
Ahora bien. Como dice el estatista
(yo de economía no entiendo nada…) yo de números no sé nada pero la buena
noticia es que si el virus es tan contagioso como usted dice, millones y
millones y miles de millones lo podemos tener en este momento. Yo, usted, y el
lector. Y no pasa nada, porque el sistema inmunológico nos protege. Ahora le
pido que relacione el número de infectados con el número de enfermos y verá que
la probabilidad de enfermedad es baja, y compare el número de muertos con el número
potencialmente infinito de infectados y verá que la mortandad es baja. Por lo
demás, “estar enfermo o no” no es dicotómico. Puede ser muy leve, y también puede
agravarse, sí. Usted me va a decir: pero esto es peor. De vuelta, lo dice
porque el nro. de muertos es “muy alto”. ¿Muy alto en relación a qué? ¿Al
número de infectados? No, como ve, es muy bajo….
6.
Lo
que sí le admito es que el virus es nuevo y por ende el sistema inmunológico se
tiene que acostumbrar. Eso sí ha provocado más muertes. Pero entonces, ¿por qué
no deja que el sistema inmunológico de los pacientes produzca los anticuerpos
contra el virus? Me va a decir: cuidado con los mayores y los inmunodeprimidos.
Sí, ¿pero ese cuidado lo tenemos que tener TODOS los años no? Es bueno que lo
hayamos descubierto. Nos cuidaremos más de estornudar como bestias delante del
abuelo.
7. Cuando usted dice “número de
pacientes muertos”, ¿no hay que distinguir, como siempre, tipos de pacientes?
Los que son fumadores, diabéticos, oncológicos, inmunodeprimidos, y un largo
etc. que usted conoce. Pero eso sucede todos los años y nadie se entera…. ¿Por
qué enterarse este año y otros no? No, no me diga que destacar el nro. de
muertos por otras enfermedades es minimizar el coronavirus. Al revés, es darnos
cuenta de la importancia de todas las enfermedades, es advertir que tenemos que
ser más cuidadosos, y no por ello recurrir a un régimen soviético. Por lo
demás, hay un tipo de pacientes, proclives a enfermarse, que a usted parece no
importarle: los desocupados, angustiados,
deprimidos, hambrientos, los NO vivirán más en una casa digna. Y parece que no
le importa porque usted y su presidente los han aumentado.
8.
Por
lo demás, los primeros muertos por coronavirus, y los actuales, ¿estuvieron bien
diagnosticados y tratados? Muchos colegas suyos piensan que no, pero ustedes
los médicos, como casi siempre, siempre piensan que el OTRO médico está
equivocado. Muchos colegas suyos, sigo, afirman que en Italia los médicos no
estaban preparados para la terapia intensiva de este tipo de enfermedades. Creo
que usted tendría que al menos considerarlo, ¿no? Otros están diciendo que en
Lombardía existía el mayor número de pacientes oncológicos por el amianto. Pero
usted ni lo considera. Dice “muertos por coronavirus” y listo.
9.
Otros
colegas suyos dicen, de acuerdo a lo anterior, que hay que distinguir entre
muerto CON coronavirus y POR coronavirus. ¿No le importa la distinción? ¿No?
¿Por qué?
10.
Y
el diagnóstico, ¿es correcto? Algunos colegas suyos sostienen que la
complicación no es la neumonía, sino una inflamación alveolar que no se trata
con respiradores sino con antibióticos y antiinflamatorios. ¿No le importa?
Porque si fuera así, entonces ustedes
nos están matando….
11.
Otra
cosa importante. Usted estuvo de acuerdo con la suspensión lisa y llana de toda
la atención médica excepto guardias. De vuelta, porque “al lado de esto NO eran
importantes”. O por el contagio. Señor, deje esa opción a los pacientes, a los
sanatorios y a otros colegas. ¿Hizo usted el número de personas que se van a
morir o enfermar porque hace ya meses que hay enfermedades NO diagnosticadas a
tiempo y tratamientos NO comenzados o interrumpidos? ¿No pensó en ello? ¿Qué NO
es importante? ¿Usted? ¿Y usted quién se cree que es? ¿Dios? Por lo demás, el
contagio. Señor mío, si me tengo que hacer una biopsia que decide si el quiste
es maligno o benigno, le acepto que me cubra con un látex gigante, pero que la
biopsia se haya igual. Si nadie me la quiere hacer es otro problema, pero usted
respete la libertad de opciones.
12.
Otra
pregunta (perdone doctor, pero soy paciente y tengo derecho a hacer preguntas
aunque sé que habitualmente le molesta). ¿Qué va a suceder con los que se van a
enfermar de dolencias habituales como anginas, otras gripes, catarros, etc.?
¿Van a estar aterrados de ser enviados a la isla de los leprosos? ¿Van a
reprimir sus estornudos incluso en su casa, porque ahora TODO es coronavirus?
¿No los van a atender? ¿Ya se enteró del número de muertos por NO haber sido
atendidos? Ah, “eso no es importante…”.
13.
¿Y
la crisis hospitalaria? Nadie la niega, pero usted no considera que hay
sistemas de salud pública que en todo el mundo YA están en crisis hace mucho
por la ineficiencia de la estatización del sistema de salud. Ah, cerdo
capitalista, me dirá… Pero con eso no me responde. ¿No hay una corrida
hospitalaria por el pánico que usted, entre otros, ha producido? La corrida hospitalaria,
¿quién la produce? ¿El pánico o el virus?
14.
En
fin, doctor, me puedo haber equivocado, me puedo haber olvidado de muchas
cosas. Pero usted también. No, yo no, me va a decir. Claro, usted no se
equivoca. Mire doctor, su fatal arrogancia no me preocuparía tanto si no fuera
que usted cree que su supuesto saber lo habilita a ser el nuevo dueño de la
nueva granja de esclavos en la que usted, la OMS y casi todos los gobiernos del
mundo han producido.
Que Dios lo perdone.
Dr. Zanotti (como Ross J).
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