El llanto de Macri revela algo
importante: él cree en todo esto.
Los demás presidentes y dictadores que
estuvieron, también. Tal vez el que menos cree, por suerte, es Trump. Pero finalmente se reunió con el dictador chino. ¿Será un efecto de las empanadas?
O sea, Macri y los demás creen en
los gobiernos, en sus tratados multilaterales, en sus regulaciones y en sus
acuerdos. Y en el Banco Mundial, el Fondo Monetario, la ONU, la Unesco, etc.,
como organismos supranacionales que regulan todo y deciden todo.
Los liberales, en cambio, creemos en el libre comercio, en que un ciudadano de Argentina llame a otro
de Canadá y arreglen por whatsap que
se van a unir para venderle lo que fuere a un norteamericano, y listo, sin que
Trump, Macri o Trudeau tengan nada que ver. Nada, sencillamente nada.
Pero no. Ha sido todo inútil. La
dinámica de la real politik del mundo
posterior a la 2da guerra ha llevado a un sistema donde gobierna un club de
amigos que se miran de reojo a ver cuán amigos son, y un resto de paisitos que
integran una especie de protectorado
para no entrar en default y esas cosas. Grandes y chicos coinciden en un
estatismo intenso, altamente regulado, en economía, educación, salud y
sencillamente todo, donde “lo privado”
tiene que adaptarse a ello o desaparecer (o NUNCA aparecer, como sucede, porque
la consecuencia de todo ello es la creatividad humana colonizada por la razón instrumental).
Un llamado capitalismo de amigos,
una economía altamente regulada, un estatismo educativo total, la agenda del género
y el aborto altamente financiada, y ya está. Ese es el mundo que tenemos. La verdadera libertad circula por mercados negros en un ajedrez permanente contra la regulación. EEUU,
Rusia y China como la trinidad hobbesiana, todos los demás como socios menores
o adiós. Una pax romana, inestable pero re-acordada año tras año. Y así parece
que ad infinitum.
Las izquierdas y las derechas
extremas reaccionan contra todo eso, curiosamente, porque creen que eso es el “capitalismo
liberal”. No leyeron a Mises, desde luego, quien denunció todo eso en Liberalismo, en Omnipotent Govertment, en Nation,
State and Economy, en Human Action.
Cuando finalmente, ya cansado, el último caballero del liberalismo se vio a sí
mismo en medio de todo ese infierno, no tuvo más que afirmar, con pena, que no
le quedaba sino ser un historiador de la declinación. Y pensar que eso fue en
1942. Si renaciera, se haría seppuko.
Y así con todos nosotros. Ese es
el mundo que nos toca y no esperemos mayores milagros. Como ya dije una vez,
podemos seguir defendiendo la libertad para que las garras trituradoras del
totalitarismo no se cierren totalmente… O ni siquiera para eso: sencillamente
para hacer lo que se debe hacer. Pero mientras tanto, no nos hagamos ninguna
ilusión. English I know, porque por lo menos fue el idioma de la Declaración de
la Independencia de 1776. Ruso y Chino, no sabré. Japonés es Marte y Español es
Don Quijote.
Que Dios nos ayude. Je je.
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