En muy común ver en
facebook enormes peleas sobre cuestiones personales, pero sobre todo políticas
e ideológicas, que terminan en insultos, bloqueos, amistades rotas, etc.
No me refiero a la legímima defensa linguística o a la defensa de la vida personal cuando un loco nos agrede y nos insulta. Me refiero a los intentos de diálogo que terminan muchas veces muy mal.
No me refiero a la legímima defensa linguística o a la defensa de la vida personal cuando un loco nos agrede y nos insulta. Me refiero a los intentos de diálogo que terminan muchas veces muy mal.
Lejos de mí, por
supuesto, despotricar contra facebook. Yo lo uso diariamente para funciones
docentes, para expresar mis ideas, etc., y es una herramienta muy útil.
Desaconsejo, por supuesto, el uso de facebook para cuestiones personales, pero
no es el tema que hoy nos ocupa.
En el diagnóstico de lo
que ocurre veo un caso típico de desconexión entre la vida y la filosofía. La
filosofía, en este caso la filosofía del lenguaje, puede explicar mucho de lo
que nos ocurre en esta nueva dimensión del mundo de la vida.
Ningún texto se
entiende fuera de su contexto, y los contextos son amplios, pero, a su vez,
limitados. En mis cursos de 1er año en Comunicación Social muchas veces mezclo,
con lo que estoy diciendo, la siguiente expresión: “saquen una hoja”. No lo hago
el primer día, sino meses después de que los alumnos me han comenzado a
conocer. Luego de unos pocos segundos de vacilación, casi todos se ríen porque
se dan cuenta de que es una broma. Yo les pregunto cómo se dieron cuenta de que
era una broma, y en la respuesta se dan cuenta de la importancia del contexto
implícito que da sentido al texto escrito o hablado.
En la interpretación de
cualquier afirmación entran dos elementos centrales: el horizonte (Gadamer)
desde el cual es dicho y los juegos de lenguaje (Wittgenstein) que lo acompañan.
Ello implica, desde luego, todo el conjunto de actos del habla
correspondientes, donde está la intención del hablante. Y desde el otro lado,
en el destinatario, los mismos elementos, por supuesto. Todo ello conforma el
famoso “sentido”, “lo” que se quiere decir, donde se entrecruzan lo que Eco
llamó la intención del autor y la intención del lector. Todo ello es el
delicado juego de interpretación de un mensaje, que entran también en aquellos
cuyo significado suponemos evidente porque todo lo anterior se presupone
fácilmente, esto es, lo que equivocadamente llamamos “hechos”.
Las personas se
resisten a que la filosofía es en serio. Creen que las cuestiones filosóficas
no los tocan, pero sí, comprometen de raíz toda nuestra vida. Me pasó una vez
tener una delicada discusión con alguien que sabía todo aquello a lo que me he
referido. Pero cuando todo ello lo tocó de forma tal que ponía en duda lo que
él estaba diciendo, se olvidó de toda su filosofía y afirmó rotundamente “los hechos
son los hechos”. Ok, no todos tienen porque saber -como la ignorancia filosófica de Víctor Hugo Morales- ni la analogía del ente en Santo Tomás de Aquino o los aspectos diversos de la esencia en Ideas
I de Edmund Husserl, pero nunca me voy a olvidar de mi amigo, olvidado de
toda su formación y convertido en un positivista fáctico militante cuando la
delicada cuestión de la interpretación afectaba a su apasionada posición.
Pues bien: las agrias
discusiones en facebook, sus casi tragicómicos finales, tienen este origen.
Casi todos –y me incluyo no
retóricamente, pues he tenido mis malos días- creemos que podemos entender lo
que un desconocido dice con sólo leer el mensaje, olvidando el mundo desde
donde está dicho. “Cómo puede ser que digas que…..”; “…no entiendo cómo decís
que….”; “no puedo creer lo que estoy leyendo”, “demente”, “corrupto”, “mala
persona”; “traidor”, etc., son los finales de esas tristes discusiones donde en
poco espacio se quieren solucionar “totalmente” temas como la existencia de Dios,
el evolucionismo, el cristianismo, la Iglesia, la inmortalidad del alma y del
cangrejo y, por supuesto, las cuestiones políticas y sociales. Y tratar de
poner un límite al debate parece imposible. Si contestas, porque contestas; si
no contestas, porque no contestas; si contestas poco, está mal porque es poco;
si contestas mucho, está mal porque es mucho; si remites a un texto, eres un
soberbio; si pretendes explicar, no pretendas enseñarme; si callas, el otro te
sigue insultando varios días. Por lo demás, se pueden ver todo tipo de
psicopatías, obsesiones compulsivas y demencias diversas, más o menos como
pirañas gigantes apenas uno se sumerge en el océano infinito de facebook,
después de lo cual uno prefiere la casi falta de oxígeno de 8000 m de altura por
lo menos.
Nada de esto me hará
renunciar al uso docente y político que doy a facebook. Y menos aún debería yo
caer como desprevenido en todo esto cuanto ya lo sé. Las veces que he caído en
este juego absurdo muestran que, a pesar de haber creado el grupo de marcianos
unidos etc, soy tan humano como cualquiera. Pero ahora, desde también esa misma
humanidad, les pregunto a todos, no con respecto a mí, pero sí con respecto a
nuestras pretensiones de comprensión total (dije “total”): ¿qué pretendemos?
¿Quiénes nos creemos que somos? ¿Qué nuevos dioses de qué Olimpo suponemos que
somos? Excepto que quienes me lean sean los psicópatas que abundan en facebook,
les digo a todos nosotros, neuróticos woodyallinescos limitados y anti-heroicos:
cortémosla con la pretensión de juzgar al otro como si fuéramos Dios, que para
colmo, pudiendo juzgar, está abierto al perdón. Yo seguiré usando facebook,
pero advierto a todos: consciente de sus límites. Lo gracioso es que subiré
esto a facebook donde, tal vez, genere un sin fin de malentendidos................................................
Como siempre un gran aporte, solía entrar en esas largas discusiones en las que menos se hacía era un aporte para nutrir conceptos y más una especie de carrera para ver quien recibía mas "like" en sus intervenciones. Hoy puedo decir que casi casi, estoy curado. Aunque uno nunca sabe... Un abrazo!
ResponderEliminarExcelente aporte Prof. Zanotti. Lamentablemente las cosas no solo en Facebook, sino también en otras herramientas (listas de correo, etc) se dan bastante seguido. (Aprendizaje empírico por llamarlo de alguna manera).
ResponderEliminarY me sentí identificado con el ejemplo que usted dio de "Saquen una hoja".
Aunque mi postura, hoy por hoy, sea mas "despotrican-te", no hay nada como el lenguaje hablado sumado al lenguaje corporal.
Saludos Juan.
entonces ¿qué son los hechos?
ResponderEliminarSi tratamos mas de of prender y no juzgar ni de descalificar habría menos agresión.... Mi humilde aporte, no enroscarse , a veces ni conocemos el estado mental ni la capacidad ni la intención de la otra persona, me refiero a cdo escriben cosas ofensivas, o que no coincidimos para nada, creo que es mejor dejarlas pasar.. A menos que se conozca bien a la persona!
ResponderEliminarEs muy básico mi comentario para los intelectuales , disculpas por dso , filósofos pero es lo que pienso! Saludos a todos!