(Nota a pie de página nro. 11 de mi art. http://www.gzanotti.blogspot.com.ar/2013/04/jacques-maritain-su-pensamiento.html)
El caso
de Monseñor Dupanluop, obispo de Orleáns, es notable, y evidentemente
silenciado por los partidarios de Lefebvre. Publicada la Quanta cura y
el Syllabus en 1864, un documento pontificio que prácticamente no dejaba
margen para la reconciliación de la Iglesia con ningún tipo de liberalismo
político (documento que aún hoy los partidarios de Lefebvre sostienen que es ex
catedra), los liberales anticatólicos franceses se hicieron un festín.
Acusaron a la Iglesia Católica de intolerancia y totalitarismo, pero no, esta
vez, basados en habladurías o remanidos casos históricos, sino en las mismas
palabras del Sumo Pontífice. Entonces Mons. Dupanluop hace una jugada notable
al publicar una famosa “aclaración” en la cual defiende a Pío IX de dichas
acusaciones, utilizando para ello todos los recursos escolásticos mostrando que
de ningún modo el Papa se oponía a los verdaderos valores del progreso moderno
o a la forma republicana de gobierno (Dupanluop, 1865). El obispo hace una
interpretación “liberal” (en el sentido que ello tiene en la Francia de 1865)
de uno de los más duros documentos en toda la historia de la Iglesia Católica
que hayan sido escritos contra el liberalismo. Por supuesto, eso despertó las
iras de los asesores ultramontanos del Papa, acérrimos defensores del Antiguo
régimen contra todo lo que fueran libertades modernas –entre ellos Bilio y
Veuillot– quienes piden sin dilación la inmediata condena y desautorización de
Mons. Dupanloup por parte de Pío IX. Pero este último hace todo lo contrario:
no sólo no lo condena sino que lo felicita. Por supuesto, sólo Dios sabe qué
pasaba verdaderamente por la mente de Dupanloup y de Pío IX. ¿Creía
verdaderamente Dupanluop que Pío IX había escrito algo “liberal”? ¿Estaba de
acuerdo verdaderamente Pío IX con las aclaraciones de Dupanluop o simplemente
decidió aplicar nuevamente la muy humana diplomacia vaticana y mostrarse por
encima de la polémica? La cuestión es que Dupanluop sí estaba convencido de que
los ideales de la Revolución Francesa eran en el fondo cristianos
(adelantándose con ello a Juan Pablo II) y encontró en su aclaración la
oportunidad para decirlo de un modo en el cual previsiblemente nada se le pudiera
decir (y acertó). Ver O’Connell (1984), quien estudia también el impacto que el
debate tiene en el futuro León XIII, que presenta una moderación de la posición
de Pío IX. Ver también Aubert (1956). Aparte de todo esto, es notable
que haya pasado totalmente inadvertida la referencia a este tema realizada por
el inolvidable Juan Pablo I en su libro Ilustrísimos señores (1978).
Agradecemos a Diego Serrano Redonnet (uno de los pocos que conoce este tema)
gran parte de estas referencias.
La felicitación de Pío IX en el breve "Ita , Venerabilis Frater", no es sólo retórica. Puede leerse en latín y francés en el enlace de abajo.
ResponderEliminarAl parecer entre las cientos de cartas que recibió monseñor Dupanloup por su texto se encontraba una del obispo de Perugia, futuro León XIII.
http://www.archive.org/stream/laconventiondus02dupagoog#page/n13/mode/2up