La Argentina se encuentra en un estado de debate inusitado por la posibilidad de que Milei gane las elecciones. Eso está bien, hay ciertos temas que alguna vez la Argentina tenía que discutir. Pero no de este modo, sumergida en el caos económico y político. Ello genera miedo, ansiedad y no permite debatir con calma. Agreguemos entonces algunas distinciones para colaborar con el caos reinante 😊.
1.
El
medio es el mensaje.
El liberalismo
no es sólo el principio de no agresión a nivel físico. Comienza por la no agresión
lingüística. Ello pasa (aunque no sea judiciable) del respeto al otro. Por ende,
no es cuestión de distinguir entre formas y contenido: el no cumplimiento de
las formas atenta contra el contenido del liberalismo.
2.
El
respeto al poder legislativo y al Derecho Constitucional. Las respuestas del
espacio de Milei ante una oposición de sus propuestas en el Congreso no calman
la situación. No es cuestión de seguir diciendo que se vayan todos o que la
casta tiene miedo. Hay que dialogar y negociar con el Congreso, aunque diálogo
y negociación no sean lo mismo. La división de poderes debe ser tenida en
cuenta, aunque el Poder Ejecutivo sea liberal y el Congreso sea socialista. Por
lo demás, hay que revisar la factibilidad constitucional de ciertas propuestas.
La Constitución del 53 no fue libertaria, fue un consenso de empate entre el
liberalismo clásico y las tradiciones no liberales de la Argentina hispano-nacionalista.
Pero ese consenso salió bastante bien. Los lemas de campana deberían ser los
artículos los 14 al 19, recitados permanentemente, como símbolo, como fin, como
aspiración, de igual modo que Alfonsín recitaba el Preámbulo en la campaña del
83.
3.
Un
programa liberal de gobierno debe comenzar por lo elemental. El respeto a las
instituciones y la Justicia independiente, reducción del gasto público, reducción
de impuestos, des-regulación de legislaciones (códigos), revisión del sistema
de co-participación, independencia del Banco Central, profesionalización en
educación y recursos de las fuerzas de seguridad… Todo eso sería un milagro
para la argentina sin necesidad de hablar del libre comercio de los pulmones de
los ángeles. Y todo eso debería ser consensuado entre los espacios de la
Libertad Avanza por un lado, y Bullrich por el otro, y dejarse de insultar.
4.
Hay
ciertas propuestas de Milei que lo presentan como si fuera un candidato de una derecha no liberal. No necesariamente. La oposición al aborto puede comenzar por la derogación de la
legislación estatal obligatoria por parte del estado, en esa materia, en todas
las instituciones de Salud. Y la oposición a la ESI no debe ser presentada como
una oposición de la educación sexual en tanto tal, sino como la derogación de
la legislación obligatoria por parte del Estado en las instituciones privadas
de enseñanza, sin respetar los derechos de los padres. Por último, la oposición
de la Agenda 2030 debe ser hecha en nombre de las libertades individuales y las
advertencias libertarias a un gobierno mundial. Eso debe quedar muy claro en el
discurso.
5.
La
salud y la educación no pasan primero por los vouchers. Pasan por la
des-regulación y des-monopolización en serio de dichos servicios por parte de los
Estados en sus tres niveles. No necesariamente pasa por la eliminación de las
prestaciones estatales, que por lo demás ya están des-centralizadas en parte.
En educación, por ejemplo, hay que plantear primero la libertad de enseñanza,
la NO obligatoriedad de los programas estatales en el sector privado, y en todo
caso después plantear el tema de los vouchers. El respeto a los derechos de los
padres ya estaba planteado en los consejos escolares reconocidos en las leyes
1420 y de la Provincia de Buenos Aires de 1875, derogadas de hecho por la Ley
Federal de Educación. Con revisar esa derogación y volver a esos consejos
escolares se vuelve a respetar cierta libertad de enseñanza sin que ningún
sindicato dicente estatal pueda decir una palabra pues además no se toca en ese
caso el tema de la financiación.
6.
Hay
ciertas propuestas que Milei ha colocado en el debate público para las cuales
la Argentina, culturalmente, no da, y ese tirar de la cuerda puede ser contraproducente.
Está bien instalar debates, pero primero a nivel universitario, luego a nivel
comunicacional y por último a nivel político. Intentar que la Argentina, un país
corporativo, temeroso de la libertad, pase de golpe al libertarianismo, es un
constructivismo que al no respetar las tradiciones puede volverse violento. Con
ello se desacreditan cuestiones que, a nivel académico, se están debatiendo
hace décadas y son serias, pero se presentan ahora como si fueran nuevas y bajo
el calor de sorpresas culturales que generan más miedo que consenso. Las críticas
de Hayek al constructivismo no fueron sólo para el socialismo, sino para el ala
jacobina de la Revolución Francesa.
7.
La
dolarización: puede ser que Ocampo y Cachanosky tengan razón, pero presentar
esa opción como “la” opción libertaria es un problema de comunicación. La
opción libertaria pasa por la eliminación del curso forzoso (Hayek 1976)
combinada por un retorno al mercado libre de oro (Mises 1952). La dolarización
podrá ser una medida de emergencia, pero requiere la coacción del Estado, y
presentar ello como “liberal” es un grave problema.
Espero haber colaborado a la confusión
reinante……. 😊
Excelente Gabriel!
ResponderEliminarIMPECABLE CLARIDAD!!!
ResponderEliminarQuerido Gabriel. Hace rato que cambié mi pensamiento politico, digamos que ahora soy socialista (tampoco tanto jaja) pero ciertamente me duele que personajes de pensamiento tan vacio hayan tomado por asalto el discurso liberal que vos me emseñaste y que, aunque me parezca imposible para Argentina, sé que vos lo planteas con sinceridad y profesionalmente y tiene aspectos muy dignos de consideración. .
ResponderEliminarComo decis, las formas es el mensaje. No te imagino diciendo que hay que cerrar CONiCET y las Univ Publicas porque los primeros son ñoquis y los segundos son un antro, aunque bien sé que dentro de tu modelo ninguna de las dos deberian ser estatales. Aclaro que soy inv de conicet y prof universitario y no soy ningun ñoqui y no merezco ser llamado parasito o ser agredido porque vivo de la vuestra .
Tampoco como decis vos, el desprecio a todos los valores arraigados en Argentina, ni la obligacion forzosa de una moneda en particular son valores liberales.
Gracias poir la aclaracion, es muy tranquilizador para mi que tu pensamiento es lejano al de Milei.
Esperemos que no tomo sea tan obscuro a partor del 10 de diciembre
Muy interesante. Un aporte: Burke crítico a la facción girondina. Vio en toda la Revolución, desde 1790, problemas gravisimos. Y con eso no influyó sólo en los tradicionalistas o en liberal-conservadores como John Adams o Tocqueville sino en otros más progresistas que terminaron dándole la razón, como Thomas Payne. Ahora, así como hay jacobinismo y constructivismo de izquierda, también puede haberlo de derecha. Y eso también es un problema serio
ResponderEliminarFernando Romero Moreno
Muy claro, Gabriel. Gracias!
ResponderEliminarMuy interesante poner desde el ámbito académico un poco de cordura, la paz de la Argentina está siendo socavada desde hace rato y los políticos en general, también los nuevos, no parecen darse cuenta del riesgo de querer imponer a todo costa sus ideas
ResponderEliminarVale aclarar que ninguna de las que llegaron a ser potencias en el sXX aplicó el liberalismo a full, interno y externo, a sus políticas de crecimiento.
ResponderEliminarTodo lo demás, es debate académico sin raigambre verdadero en la historia.
Sin oponerme a la buena voluntad manifestada en el escrito, me atrevo a decirle que es un tema de orden de implementación. Primero se saca la maleza y se prepara la tierra. Después viene lo que propone. "Los inmorales nos han igualao" dice el tango. Primero se barre y después se dialoga. El país necesita una shock para salir del status quo reinante. El hambre y la injusticia no tienen tiempo de esperar más nada. Y a los enemigos las formas no le importan.
ResponderEliminarEs que muchos de los argentinos que NO están con Milei no son ni maleza ni inmorales. Y con ellos se debe dialogar.
ResponderEliminar¡Bravo!
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