Lo primero que tenemos que
aclarar es que Aristóteles sostenía que el “alma racional” comenzaba recién a
los tres meses, y lo mismo opinó Santo Tomás, aunque este último, claro, dijo
claramente que un ser humano en potencia no debe ser asesinado.
Sin embargo, la ontología de
Aristóteles da respuestas actuales a este tema que me parece que no fueron
consideradas por Rothbard o Ayn Rand cuando se pronunciaron pro-aborto.
En primer lugar, la diferencia
entre esencia y accidente. Los accidentes suponen la esencia, la naturaleza a
partir de la cual surgen. Uno de esos accidentes es la cualidad, entre las
cuales se encuentran las potencias vegetativas, sensitivas y racionales. Por
ende cuando una potencia se desarrolla, presupone la esencia de la cual se desarrolla,
que en ese caso es la naturaleza como la misma esencia en cuando principio de
operaciones (acciones).
La esencia, a su vez, se
encuentra totalmente en una sustancia primera, aunque no se reduce a ella. Un
ser humano concreto, Juan, Gabriel, Inés, es una sustancia primera; su
naturaleza, la humanidad, se encuentra totalmente en la sustancia primera pero
no se reduce a la sustancia primera. Por eso podemos decir “Gabriel es humano”
(bueno, depende del día J)
pero no podemos decir “Gabriel es humanidad”.
Las potencias, a su vez, tienen
tres estadios ontológicos: la potencia en cuando tal (la vista, por ejemplo),
su acto propio (el ver), su objeto (la luz o el color). Luego, que la potencia
no haya pasado aún a su acto propio, “en acto segundo” (obrar) NO implica que la
potencia no “esté ya siendo” en acto 1ro. Luego puede haber vista aunque no
haya podido desarrollarse.
Dado todo lo anterior, no cabe
más que concluir que, dado que el desarrollo de las potencias es accidente, que
presupone una esencia que está totalmente en una sustancia primera, entonces el
desarrollo del ser humano, en sus diferentes fases, presupone una naturaleza
humana y un ser humano que se está desarrollando. Luego si algo se está
desarrollando como humano, como el embrión humano, es porque ya es humano, es
porque ya hay una sustancia primera, un ser humano concreto, con una naturaleza
humana, cuyas potencias se están desarrollando y van a seguir en desarrollo una
vez fuera del útero materno. Luego, el embrión humano supone que hay un ser
humano que, por ende, no debe ser asesinado.
Y aunque aún no pueda “ejercer en
acto 2do” sus potencialidades racionales, ello NO significa que NO estén allí,
en acto primero. O sea, la inteligencia y la voluntad ya son, ya están, ya
existen, en acto 1ro, en la sustancia primera, porque emergen de la naturaleza
humana, están siempre en acto 1ro., aunque aún no hayan pasado al acto 2do.
Por ende Aristóteles no fue
coherente consigo mismo cuando dijo que las potencias racionales “comienzan” a
los tres meses. YA estaban allí en acto 1ro., sólo que aún faltaba que pasaran “visiblemente”
a ejercer sus actos propios en acto 2do.
Por lo tanto, estimados amigos
randianos y rothbardianos, creo que si fueran coherentemente consecuentes con
la ontología de Aristóteles, no les quedaría sino concluir que el ser humano es
tal desde el primer momento, porque el desarrollo presupone la naturaleza, y
las potencias están allí siempre en acto 1ro. aunque no hayan podido pasar al
acto 2do.
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