“…la vida de Ludwig von Mises fue
una vida de entrega, de fidelidad, total y completa, a sus ideas y a su
vocación de enseñanza. Puso en peligro su propia vida en Europa cuando el
nazismo amenazó a todos los que estaban en contra de él. Mises era judío de nacimiento,
y liberal clásico; tenía sus días contados, tuvo que huir de Ginebra en 1940
por tierra hasta llegar a Portugal. Cuando sale el barco, no precisamente un
crucero, que lo está llevando a Nueva York, dos días después llegan los
nazis buscándolo con nombre y apellido.
Cuando a sus 60 años, entonces, llega a los Estados Unidos, casi
nadie lo está esperando, ninguna Universidad le abre las puertas, no tiene
ningún reconocimiento, está casi en la pobreza total, y unos pocos amigos le
tienen que ayudar a financiar un humilde departamento de Nueva York en el cual
siguió viviendo hasta el final de sus días. Y aun así Ludwig von Mises se
pone a reescribir su obra fundamental, La Acción Humana; muchos de ustedes tal
vez la van a tener que estudiar, pero cuando la estudien sepan que están
estudiando el fruto de una convicción,
de un sacrificio, de una tenacidad que yo me pregunto en tanto cristiano si las
semillas del Verbo, como decimos muchas veces, si de algún modo la gracia de
Dios no inundó esa vida y si por lo tanto tal vez sin saberlo él y sin saberlo
nosotros era mucho más cristiano de lo que nos decimos a nosotros mismos
cristianos. Es una figura heroica”.
De mi conferencia "¿Se puede ser un buen cristiano y un buen liberal?", en http://newmedia.ufm.edu/gsm/index.php/Zanottileccion2012
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