domingo, 18 de septiembre de 2011

EL FUTURO DEL CRISTIANISMO Y UNA INTERESANTE ESPERANZA.

(Publicado en Instituto Acton Argentina, en Junio de este año).


Hace poco (24 de Mayo de 2011) Monseñor Brugués dio una conferencia en la UCA
sobre el futuro del Cristianismo (1). Aparentemente habría sido objeto de
interpretaciones diversas la primera parte de su conferencia, donde afirma el triste
panorama cultural del Cristianismo en nuestros días. Obviamente se puede ser más o
menos optimista respecto de ese tema, tan opinable, que por otra parte no hace a la
Esperanza Cristiana. La Iglesia es indefectible y Cristo ha resucitado. En ese sentido la historia de la Iglesia en tanto Iglesia se une a la Historia de la Salvación y sobre ello, las “noticias” serán siempre buenas. Pero no debemos escandalizarnos porque alguien diga muy suelto de cuerpo que hay ignorancia supina sobre el Cristianismo, que su presencia cultural es ínfima, que hay graves persecuciones por un lado y un anti-catolicismo militante por el otro. Es así y en nada afecta ello a la Esperanza como virtud sobrenatural ni al triunfo de Cristo en el Plan de Salvación.

Así que hubo temas en la conferencia de Brugués menos obvios y muy interesantes. Por
ejemplo, Brugués distingue con cuidado las etapas de la secularización, entendida como laicismo, en Europa, para compararla con el proceso de secularización en los EEUU, donde Iglesia y estado están separados en el plano jurídico pero sus líderes políticos no tienen ningún problema, sino al contrario, en manifestar públicamente la influencia de su Fe cristiana en su cosmovisión y toma de decisiones. Esa dimensión pública de la Fe, “pública pero no estatal”, que tanto hemos alentado desde el Instituto Acton, es señalada primero por Mons. Brugués como excepción respecto a Europa, para seguir señalando al modelo americano precisamente como la norma del futuro, mientras que Europa sería la excepción. Un panorama esperanzador al lado de la desproporcionada repercusión de la primera parte de su conferencia.

Pero no fue ese el final de su conferencia. Distinguió luego dos tendencias actuales
dentro de los católicos ante el laicismo europeo: una, la corriente de compromiso; otra, la corriente de contradicción. La primera reconoce a la modernidad sus valores de igualdad, libertad, solidaridad, responsabilidad personal, etc., y llama a los católicos a “vivir en el mundo”, santificándolo y santificándose en él. Fue la corriente dominante en el Vaticano II y sus redactores jóvenes son hoy dirigentes ochentosos de la Jerarquía, entre ellos, Benedicto XVI. La otra corriente tiende a hacer del catolicismo un movimiento contra-cultural, parapetado sobre sí mismo “contra” el mundo moderno. Brugués reseña luego las ventajas y desventajas de ambas corrientes. Pero hay que señalar: la primera corriente es el Vaticano II; la segunda, la Quanta cura. En estas corrientes actuales de la Iglesia se
sigue viendo esa tensión, de la cual el Catolicismo no termina de salir a pesar de los esfuerzos de Benedicto XVI.

Por eso lo más importante de la conferencia fue su final, cuando Brugués sostuvo que,
al defender la armonía razón/fe como el programa de su pontificado, Benedicto XVI lo
que está haciendo es rescatar a la modernidad misma de su deformación iluminista. Y
con ello, agrego yo, a los más sanos valores de la modernidad: los derechos
individuales, una sana laicidad del estado y la autonomía relativa de las ciencias. Si a la Iglesia le toca ahora rescatar a la razón contra la deformación de la razón instrumental, le toca salvar a la misma modernidad. Una nueva etapa histórica esté tal vez por venir: una modernidad cristiana que históricamente nunca se dio. Mayor optimismo, imposible.

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(1) Ver la noticia en AICA en
http://www.aica.org/index.php?module=displaystory&story_id=26897&format=html&f
ech=2011-06-02; el texto completo, en
http://uca.edu.ar/uca/common/grupo1/files/2011_Conferencia_El_Futuro_del_Cristianis
mo_Brugues.pdf

1 comentario:

  1. Creo muy significativo como refuerzo de la tesis que contrapone la corriente de compromiso frente a la corriente de contradicción, el discurso de hoy del Papa y su disertación referente a la Ley Natural.

    Respecto a las corrientes de las que se habla (yo no las veo tan homogéneas) diría que la segunda, la de contradicción no es sino un rebrote debido a una mala aplicación (por descuidada y banal) de la corriente del compromiso. De aquel fracaso y de la actitud sectaria y agresiva del laicismo europeo surge un catolicismo militante y luchador que coquetea con la negación de las bondades de la "modernidad".

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