1) alentar al sector privado con algunas bajas de impuestos o des-regulaciones específicas;
b) equilibrar las cuentas federales y dar un ordenamiento jurídico previsible a la co-participación federal;
c) concomitantemente con la disciplina fiscal, mantener una política monetaria no inflacionaria;
d) lograr (y esto sólo pueden hacerlo los peronistas “justicialistas”) un acuerdo político con las cúpulas sindicales tradicionales de tal modo que no impidan los primeros 3 puntos;
e) mantener una política exterior independiente, abiertos a convenios de cooperación económica y política con Europa, Brasil, Chile y EEUU.
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(Para el liberalismo clásico, es casi nada; para la Argentina.......... Es mucho. Para el CONtexto de este texto, ver las entradas del Sábado 10 y Domingo 11 y de ayer Sàbado 17).
Esto es ficción. En Argentina los proyectos políticos no se desarrollan en base a acuerdos programáticos sino a partir del encolumnamiento detrás de algún liderazgo. Luego, el líder define el programa de gobierno. Vos me dirás que esto es muy primitivo pero así es el país real en el que vivimos.
ResponderEliminarDame seguridad jurìdica protegida a muerte por jueces honestos que defiendan la Constituciòn , el resto es opinable y relativamente sencillo . M.S
ResponderEliminarAunque es muy difícil de lograr, estoy completamente de acuerdo con MS.
ResponderEliminarAgrego, que para mí los hombres, sus valores e intenciones están por encima de cualquier sistema.
Gabriel, desde mi punto de vista no veo en la oposición una opción factible para alcanzar los acuerdos que propones. Lamentablemente, la decadencia argentina (de la cual el peronismo y los gobiernos de facto son los máximos responsables) involucra también a los partidos y dirigentes opositores. Parafraseando a Perón, parece cierto que "todos somos peronistas", es decir: autoritarios e incivilizados. Casi no hay "Gabrieles" y si está lleno de "Moyanos". Ahora bien, en el ámbito de las probabilidades me permito hacer una predicción y plantear tres puntos que podrían darse en nuestro pais, para que el mismo encuentre la senda del progreso.
ResponderEliminar1) Contexto externo favorable para países en desarrollo
2) Que el azar o la lógica politica permita llegar a la presidencia de la Nación a un dirigente Peronista que, una vez en el poder, se convierta milagrosamente en Estadista. Esto le permitirá disciplinar el frente interno (incluidos los sindicatos) e ir implementando las modificaciones estructurales de fondo que el país necesita (de las cuales muchas han sido expuestas en tu escrito)
3) Que dicho Estadista, al gozar de una alta estima popular, negocie con el resto de las fuerzas opositoras aquellas políticas de Estado necesarias para el desarrollo de nuestro país, utilizando, entre otras cosas, su segura reelección como moneda de cambio para alcanzar el consenso con las fuerzas opositoras. (Es decir, nuestro Estadista, procurará el progreso de nuestro país motivado por el bronce histórico y las buenas intenciones, y no por los bienes materiales temporales y el resentimiento que motivan a nuestros actuales gobernantes)
Desde luego, podemos pensar que una situación así en nuestro país es casi un milagro, pero de todas formas podemos tomar el caso de Lula como una comprobación de que ese tipo de milagros pueden darse. Incluso, si analizamos la situación de nuestro país luego de la salida de Duhalde, observamos que algunas de estas cuestiones se dieron y que estuvimos cerca del milagro. El punto 1 difícilmente sea rebatido. El 2 y 3 podemos coincidir que se dieron parcialmente. El azar elevo a un dirigente Peronista que en sus tres primeros años de gobierno tenía una imagen positiva muy alta capaz de implementar los puntos 2 y 3. Desde luego, la suerte nos jugo en contra y resulto que dicho gobernante resulto ser cualquier cosa, menos un Estadista.
Te mando un abrazo y gracias por hacernos pensar en libertad!!!!!!!!
Mariano Alvarez