domingo, 11 de octubre de 2009

LA EVOLUCIÓN DEL PERONISMO

No creo ser el mejor y más anti-peronista, pero, si se abriera un concurso al respecto, me presentaría. Mi historia familiar, mis usos y costumbres, mi psicología, mi foja de servicios de casi 34 años al servicio al liberalismo clásico de orientación anglosajona y hacia la Escuela Austríaca de Economía, me pondrían el menos entre los candidatos a ganar el concurso. Por si quedara alguna duda, quiero citar simplemente esto que escribí en el 2002: “…Vuelvo a insistir en que pocas veces se repara en el drama cultural que esto significa. Es como si en Italia existiera aún un partido mussoliniano, en Alemania un partido Nazi o en España un partido franquista, y como si los demás partidos hubieran copiado sus costumbres. Europa sería hoy lo que era en el 30. Así de simple. Que en Argentina exista, con toda su fuerza política, un partido “peronista”; que muchas y cultas personas se digan peronistas, que estudien y digan practicar la “doctrina” del “líder desaparecido”, que aún canten su adulona, grotesca y promarxista cancioncita (la “marcha peronista”) es una muestra del drama al que me estoy refiriendo y parte de la explicación de la “natural” decadencia argentina” (1) (aclaremos que el “esto” se refería al peronismo). Y, finalmente, como las aclaraciones son siempre insuficientes para los no tan amigos, los amigos que me conocen no necesitan ninguna otra aclaración.

Pero la Argentina es peronista como horizonte de pre-comprensión cultural. Así de simple. No es cuestión de peronistas buenos o malos, corruptos u honestos. “Peronistas somos todos”, dijo Perón con la típica sagacidad maquiavélica del autoritario. Es cuestión de usos y costumbres, de visión del mundo, de sus concomitantes juegos de lenguaje. Y para los que han estudiado a Ortega, a Gadamer y a Wittgenstein, y a Hayek y a su evolucionismo cultural, eso es todo. No queremos reconocer la fuerza de los horizontes culturales, porque ellos son invisibles: es lo que Gadamer explicaba con “el problema” de la conciencia histórica.

Algunos liberales argentinos (casi una contradicción en términos) tuvieron ante este “problemita” las típicas negaciones iluministas del racionalista ingenuo. Yo las tuve mucho tiempo. Todo consiste en “difundir bien las ideas” y listo.

Pero cabe reconocer que en la Revolución Libertadora, liberales clásicos había 3, o 4, y estoy contando estrictamente. Lo demás fue un peronismo sin Perón porque, claro, eran todos peronistas culturales, aunque anti-peronistas personales. Los resultados fueron obvios.

Que los obreros necesiten ser protegidos contra “el capital”; que los privados tiendan al monopolio, que sin salario mínimo el trabajador es explotado, que los sindicatos son los que impiden la explotación del trabajador, que todo lo privado es culpable hasta que se demuestre lo contrario, que muchas empresas estatales son convenientes, que la sociedad es conjunto de intereses corporativos que deben armonizarse por el estado, que el estado debe tomar un rol muy activo en salud, previsión social, educación; que el ingreso debe ser re-distribuído con impuestos a la renta; que el estado debe controlar activamente las política exterior, monetaria, minera, laboral, etc etc etc…….; que el capital extranjero es seguramente representante del imperialismo y las potencias extranjeras y que atentan contra la soberanía; que la pobreza latinoamericana se debe a la explotación de los EEUU; que los liberales son malvados y están en contra de la “justicia social”, etc etc etc………. Que hay que controlar a los medios de expresión privados porque impiden el derecho a la información del pueblo…. (Perón fue un “maestro” en todo esto)….Y me quedo corto, muy corto……………… Son todas ideas compartidas por casi toda la población, y por ende por dirigentes políticos y sindicales, empresariales, ya sean justicialistas, radicales o etc. Políticos y opinión pública se retroalimentan en esas creencias culturales, que han conducido a la pobreza más aberrante de la mayoría de la población, víctima de………… Sí misma.

En ese sentido, el anti-peronista es únicamente el minoritario y marciano liberal clásico. Todos los demás son peronistas. Hay “anti-peronistas” que creen que lo son porque están en contra de la corrupción de determinados dirigentes, o porque vienen del radicalismo y algo de liberalismo político aún respiran, respiración lenta y casi moribunda que en la Argentina los hace similares a Tocqueville. Pero son peronistas culturales, como todos los demás.

Ahora bien, hay grados, como en todo. El kirchnerismo es el peronismo más ortodoxo en cuanto a su manejo del poder y buen representante del peronismo de izquierda de los años 70. Su alianza con Chávez, lo más peligroso de todo, no es un acto de corrupción, sino un acto de coherencia y pureza ideológica. Y, como dije tantas veces, esa alianza pro-chavista no parece ser advertida por gran parte de los no-kirchneristas que creen que es tiempo de sutilezas o que finalmente no pueden desprenderse de sus ambiciones personales de poder.

El peronismo no-kirchnerista no es un partido polìtico. Culturalmente, desde Duhalde, Cobos, Macri, etc., aunque se odien o peleen, todos ellos son peronistas culturales. ¿Cuál es su ventaja? Que ellos pueden, lentamente, evolucionar. La ideologización marxista del kirchnerismo, que no tiene nada que ver con la corrupción, no tiene ningún humano remedio excepto una conversión por el camino de Damasco. Los demás, en cambio, pueden mover algo de su paradigma cultural. No creo que quieran estatizar más, comprenden temas elementales como la rentabilidad el campo o cosas por el estilo; pueden estar atentos a buenos consejos macroeconómicos sobre una política monetaria no inflacionaria o no aumentar el déficit fiscal, y hasta pueden mostrarse más liberales en temas como libertad de prensa o cierto elemental respecto a normas de juego e instituciones básicas. Y, lo fundamental, pueden mostrarse más distantes de Chávez.

En ese sentido, son posibles ciertos acuerdos programáticos básicos que unifiquen de algún modo a todos los peronistas culturales no-kirchneristas:
a) alentar al sector privado con algunas bajas de impuestos o des-regulaciones específicas;
b) equilibrar las cuentas federales y dar un ordenamiento jurídico previsible a la co-participación federal;
c) concomitantemente con la disciplina fiscal, mantener una política monetaria no inflacionaria;
d) lograr (y esto sólo pueden hacerlo los peronistas “justicialistas”) un acuerdo político con las cúpulas sindicales tradicionales de tal modo que no impidan los primeros 3 puntos;
e) mantener una política exterior independiente, abiertos a convenios de cooperación económica y política con Europa, Brasil, Chile y EEUU.

Como vemos, al lado del liberalismo clásico, es muy poco o casi nada. Para la Argentina peronista, sin embargo, es demasiado. Y es lo único a lo que podríamos aspirar, culturalmente, para el 2011. Son cuestiones que apuntan a la supervivencia como país. A partir de allí, es posible que se logre evolucionar un poco más. Y son puntos que permitirían ir juntos, electoralmente, a peronistas “justicialistas”, radicales y socialistas moderados.

Obviamente, lo más probable es que la oposición “culturalmente peronista” a Kirchner se presente fragmentada por motivos de ambiciones personales o por error político de aquellos que presupongan que se puede más que eso. Si ello sucediera, es posible que Nestor Kirchner gane las elecciones del 2011. También es posible que no, claro, por su propio desgaste interno, y puede ser que pierda ante un Reutemann, Macri, o Duhalde. Pero si ello sucede, no será por la inteligencia de la “oposición”, sino por alguna extraña ineficacia política del matrimonio gobernante. Si fuera así, espero que mis amigos randianos se hagan creyentes.


(1) Ver artículo publicado ayer.

8 comentarios:

  1. Tu análisis político es excelente. Has puesto en palabras lo que yo vengo percibiendo desde hace cierto tiempo y nunca escribí por no haber tenido motivo ni oportunidad. Pero debo decirte que lo tuyo constituye un ejemplo brillante de lo que yo llamo "realidades liberales". Creo que hay razonables probabilidades de que tu prospección se materialice en los hechos. Es indudable que, dadas las circunstancias, si eso sucediera, la mejoría en la situación general del país sería notable y, lo que es más importante, abriría la puerta a evoluciones aún más favorables en etapas posteriores. El interrogante que se plantea es en qué medida Kirchner logrará impedir el desarrollo de ese proceso político. Es obvio que hará "hasta lo imposible" y no reparará en medios para bloquear ese camino. De todos modos, yo tengo la tesis de que le resultará muy difícil superar la oposición popular. En este país nadie, ni siquiera los militares, pudo sostenerse en el gobierno en contra de la voluntad del pueblo. Y Kircner tiene al pueblo en contra. Ese hecho abre una ventana para un moderado optimismo. Saludos.

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  2. No lo digo con orgullo, sino con una enorme tristeza y cansancio; como quien se plantea una misión y reconoce (tal vez algo tarde), que ya no puede volver atras, pero que el camino hacia adelante es mucho más dificil de lo imaginable (avanti precipitum, a tergo lupi): tiene razón, Gabriel.

    El argentino es intrínsecamente fascista, y eso es muy dificil de "cambiar", porque una institución así, de hecho, no se cambia, cuando mucho, tal cual Ud. dice, puede evolucionar muy lentamente hacia algo distinto.

    ¿Y qué hacer? Perseverar, como Sísifo. Nada más.

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  3. En 2011, una vez más, es posible que un «clavo» peronista saque otro «clavo» peronista. Los peronistas interpretan esta dialéctica intraperonista como inherente al carácter movimientista del peronismo. El mismo peronismo alberga bajo sus alas sectores moderados y sectores radicalizados. Algunos que conocen más este movimiento pendular dicen que un caudillo, para mantener su tropa disciplinada, debe mostrarle que se está yendo por más porque en cuanto la tropa olfatea el ocaso del caudillo se produce la diáspora. Y el 28 de junio, por primera vez desde el 2004, en el peronismo se vislumbró un nuevo liderazgo posible que sustiuiría a los Kirchner en el movimiento pendular: ahora hacia un peronismo más moderado. Pero nada está dicho aún porque los Kirchner han demostrado que están dispuestos a todo. Dentro de la cultura peronista está muy bien visto que el caudillo se muestre dispuesto a todo: atrevido, transgresor, sin escrúpulos institucionales ni morales.

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  4. Kirchner 2011. Escozor.

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  5. Buenas don Gabriel, perdón si me salgo del tema, pero en el texto ud habla de sus "amigos randianos", y la verdad es que tenía curiosidad por saber que es lo que ud opina de la obra de Rand. Gracias.

    Manuel

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  6. Si fuera de izquierda te haría estas preguntas :
    ¿ Existe algún marxista que no sea ladrón ? ¿ El tomar lo ajeno para hacer justicia social es inherente al fascismo y también al marxismo ?
    ¿ No depende esto de si rige un código penal burgués u otro distinto ?
    ¿ O las ideologías van por un nivel y las conductas delictivas por otro y debe juzgarse a la gente por sus delitos , no por su ideología ?
    Me parece que los K han hecho una gran contribución para resolver estos dilemas . A mi entender serían ladrones aquí o en el régimen que se nos ocurra . El socialismo les cuadra mejor ahora , por la sencilla excusa de la redistribución y la justicia social , pero veamos la historia matrimonial K .
    Para construir su patrimonio fueron o se disfrazaron de procesistas , menemistas , duhaldistas y montoneros de la primera hora . Hay abundante documentación en internet , sólo hay que buscarla en Youtube , por ejemplo .
    Vos dirías que el común denominador de todas estas ideologías ha sido el intervencionismo ( aunque con matices ) . De acuerdo , pero en el caso K no me alcanza esta explicación . No eran jóvenes idealistas militantes ( este es el invento de su etapa actual ) . Los ex-jp-montoneros-etc se les han adherido como abrojos sólo para acceder al poder , un calco de lo que hicieron en la década del 70 con Perón . Los K están para incrementar su poder y su dinero , nada más . Si la ideología ayuda , mejor . Si no ayuda , ya lo veremos a Aníbal Fernández hablar de la cuadratura del círculo o de las bondades del liberalismo con la misma cara .
    Tampoco hay que darle más entidad a Néstor comparándolo con Hitler . Todo lo que politice sus intervencionismos de rapiña les hace un favor porque son sofistas bien entrenados . El daño que hace la pareja tiene más que ver con nuestra pasividad , cobardía y egoísmo en un contexto sociocultural de anomia y jueces afectos al cannabis , que por su propia capacidad de daño . Estamos todavía pasando la crisis del 2001 . La lucha actual es que lo poco que funcione de la Justicia se ponga de pie para juzgarlos . Sin Justicia olvidémonos del resto , todo se repetiría infinitamente con otros actores ( muy bueno el artículo que recomendó JMB sobre el autoengaño ) .
    Estamos atrapados en la cultura argentina-peronista , salir de ella depende de imaginarse no argentino-peronista . Al escritor Osvaldo Soriano le gustaba el fútbol porque representa en pequeño el drama de nuestra sociedad . El gol de Palermo contra Perú y el festejo por "zafar" de Maradona son todo un símbolo de nuestra chatura cultural . M.S

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  7. ¡Brillante Gabriel! Y respecto de tu última oración: la esperanza es lo último que se pierde... Lo cual es más o menos como buscar el punto en el infinito donde las paralelas se cortan. ;-)
    Un gran abrazo.

    Frano

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  8. Gabriel... Creo que estoy de acuerdo con vos sobre los ideales peronistas... Sin embargo es un poco contradictorio -creo-, que un austríaco que generalmente usa el método del individualismo metodológico, considere o coincida con la idea de que 'somos todos peronistas'...
    Eso por un lado, por el otro, si es correcta la idea que desarrollás, tendrías que extenderla a todo el mundo... En efecto, no únicamente la Argentina es peronista, creo que el mundo lo es... Hay ejemplos que sobran, que no hace falta que los mencione porque son de público conocimiento...
    Creo que debemos darle la razón es una sola cosa a nuestra presidenta, Obama aprendió las ideas de Perón...

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