He decidido publicar hoy un comentario a los comentarios dado que este Domingo voy a poner en el blog un comentario al discurso de la presidente (prepárense….)
Antes que nada quería decirles a todos que dudé mucho en poner ese comentario. Yo no suelo escribir así, medio enojado, y menos aún casi condenando a alguien. Estoy casi arrepentido de haberlo hecho, y espero que Dios me perdone este arranque de ira filosófica que, después del pecado original, siempre es dudoso que pueda estar justificada, en cualquier ser humano, excepto en Cristo que, como además era Dios, pudo enojarse con justicia contra los mercaderes del Templo.
Por eso ratifico que jamás diré a quién me refería, y por eso rechacé uno o dos comentarios que descubrían al “filósofo” en cuestión.
Pero de algún modo me alegra que mi amigo Ricardo P., que últimamente me había visto “muy a la izquierda” en mis visiones sobre la filosofía “contra” los académicos que la sacan de la vida, pudo ver claro que “en el fondo” yo estoy tan en contra del abaratamiento de la calidad filosófica, como él. Hay una línea delicadísima entre el humor, la cordialidad, la unión entre filosofía y vida, por un lado, y la frivolidad y la superficialidad, por el otro. No hay que cruzar esa línea. Porque, en el fondo, una filosofía en serio consiste precisamente en tomarse en serio la vida, y eso no sólo no está en contra, sino que incluye el buen humor y la cotidianeidad. Pero cuando la vida humana no es tomada en serio, cuando, más que vivir, somos vividos (como dijo Mandrioni) por el conjunto cuasi infinito de escapismos cotidianos, entonces obviamente no puede haber filosofía, y lo peor sucede cuando ese “ser vivido” aparece recubierto precisamente de filosofía. Es como ser totalmente psicótico y aparecer ante la sociedad como experto en salud mental. Bueno, de eso está lleno también…
Un comentario a mi amigo poético insurrecto: por supuesto, puede ser que la mayoría de las veces el problema está en la frivolidad del destinatario del mensaje. Cuando no es así el destinatario puede aprovechar bien todos los mensajes. Pero puede haber un problema de comunicación en la falta de sinceridad del que emite un mensaje.
Ahora bien, ¿es incompatible la filosofía con el entretenimiento? ¡Claro que no! A mis alumnos de postgrado los he entretenido las más de las veces. Juego con ellos en clase un show unipersonal que los divierte sumamente. Pero ese “entretenimiento” los hace pensar, y en serio. Justamente, los hago pensar tan en serio que por eso mismo juego ese juego, si no, sería terrible. O sea: si yo voy a hablar sobre los temas existenciales más profundos y a la vez, o por eso, utilizo el humor y-o la didáctica, magnífico. Pero si voy a hablar de un filósofo que habla de esos temas y no vivo en absoluto esos problemas, entonces…… Ese es el problema.
Yo puedo hacer (NO lo voy a hacer) un pequeño esfuercito, repasar apuntes viejos, memorizar algunos títulos y fechas, y hablar de algún filósofo cuyo pensamiento en el fondo no comprendo. Pero lo haré entonces sin pasión. Por más que me esfuerce, los alumnos notarán que falta algo de vida. Falta algo: el compromiso vital. Y si voy a explicar un autor con el cual estoy pasionalmente en desacuerdo, que los alumnos lo sepan, y que esa pasión les sirva a menos para ir ellos al autor y ver si Gabriel se equivocó.
En ese sentido, pasando ahora a “anónimo”: la filosofía no tiene por qué entrar de golpe. Justamente, casi nunca lo hago. El relato de lo que me sucedió aquella vez, en ese curso, fue en serio. Cuando yo decía “yo no quise” fue en serio. Nunca he hecho filosofar a alguien que no quería. Los que me conocen saben mi respeto sacrosanto a la libertad del otro. Y, además (y esto da pie para otra entrada….) últimamente creo que la filosofía es como el psicoanálisis: es hacer conciente lentamente, con mucho cuidado, al filósofo inconsciente que tenemos dentro, haciendo transferencia con el profesor, sabiendo que esa transferencia va a tener su momento de resistencia, cuando precisamente no querramos comenzar a percibir lo que nos diga el filósofo inconsciente que llevamos dentro.
Pero por eso se producen los problemas, por el famoso pacto de lectura, noción que saqué un poquito del análisis del discurso y la llevé para mi propia teoría de la interpretación. Cuando “alguien dice algo a alguien” hay muchas cosas allí, para que el “algo” llegue sin malentendidos. Una de esas cosas es el sentido que el emisor del mensaje da a su mensaje. O que los destinatarios dan al mensaje. Si estás muy cansado y me pedís que te entretenga un poquito, ok, lo puedo hacer y todo está claro. Pero es allí cuando entonces se producen cada tanto cortocircuitos comunicativos en esa misión de florero que tanto emisores como destinatarios le dan al mensaje filosófico. Como esencialmente no es un florero, que puede estar o no, pero la mayoría de las veces se lo considera así, entonces la mayoría de las veces hay un problema. Y es un problema del cual tienen que estar advertidos los filósofos, más que los no filósofos que con todo candor así ven a la filosofía. Es un problema que sufrimos los profesores de filosofía, cuando damos nuestros cursos. Pero, lo que yo quise decir es: cuidado con comenzar a “gozar” de ese problema, porque entonces –y nada contra el gozo, otra vez- es como comenzar a gozar de un engaño…. Si gozamos con la verdad de lo que la filosofía es, no sólo nada en contra, sino mejor….. Pero si gozamos en el engaño de lo que la filosofía es……. Allí es cuando dije, cambiá de canal, mirá Terminator, gozalo, entretenete, sin engaños……
Finalmente, muy estimulante el debate R. P con M.S. sobre la estupidez. Porque finalmente, todos los afanosos intentos de “criterio de demarcación” entre ciencia y no ciencia, filosofía o chantanería, seriedad o no seriedad, pasan por allí, y…… No hay normas de demarcación…… Por eso Feyerabend le dice a Lakatos, en sus cartas, luego de debatir ad infinitum sobre el criterio de demarcación, que en el fondo ambos saben qué es lo que distingue una cosa de la otra….. Pero no lo pueden “demarcar”. Y no lo pueden hacer porque “en el fondo” lo que está en juego es una honestidad de vida, un “conocimiento por connaturalidad”, como diría Santo Tomás, que va más allá de lo que nuestras definiciones filosóficas y-o científicas puedan “decir” porque como diría Hayek es tácito e inarticulado…. Pero precisamente por allí nos jugamos el todo por el todo en nuestras opciones vitales y por ende filosóficas más profundas…
Un abrazo a todos…… Discúlpenme el enojo del Domingo anterior….. No volverá a suceder. Y además este Domingo los enojados serán otros….
Antes que nada: no le disculpo el enojo. Primero, porque no soy quién para disculpar, segundo, porque no creo que haya nada para disculpar... UD. es humano, más que humano, a veces :=)
ResponderEliminarSobre la respuesta exclusiva a mí: gracias. Ahora sí, totalmente de acuerdo. Y doy fe que Ud. es coherente con lo que dice... divierte al alumnado, pero tambien lo "aguijonea" y lo hace pensar.
Un abrazo!
No pidas disculpas y enojate más , que en gente de bien es señal de salud mental . M.S
ResponderEliminarNada de pedir disculpas! Un poco de enojo viene bien de vez en cuando, no te olvides que el Ying y el Yang se combinan.
ResponderEliminarTrato de entrar después para hacer un comentario más "filosófico".
Si el personaje que pienso (que aparece en ese canal) se lo tiene merecido, pero no solamente por eso, por otras cosas más graves... (filosóficamente hablando)
Lo dejo ahí...
Esta "tribuna" pide más enojo y no menos...
ResponderEliminarLástima que no reveles al filósofo, que supongo que es el que tiene "fe en el hombre", pero no como Ayn Rand...
Un gran abrazo.
Bueno muchachos, aguante el enojo!!!
ResponderEliminarLo de Gabriel fue leve, pero ¿no les gustaría a veces tener "un día de furia", en el cual todo lo justo pero reprimido pudiera expresarse sin que se nos volviera en contra? En fin...fantasías del atardecer de un viernes...
Ah, y ahora el "filósofo" es tapa de revista?
ResponderEliminarPara envidia de Gabriel. ;)
No, no era José Pablo Feinmann, el cual, además, cree en lo que dice y es sincero.
ResponderEliminarGabriel: ahora voy a ser políticamente extrovertido. De ese renombrado filósofo que citaste no comparto esa visión "zurdosa" que tiene de la realidad (aunque posiblemente haya cosas que rescatar).
ResponderEliminarY mucho menos que haya convertido a Heidegger en un payaso.
Si quiere criticar a alguien que lo haga, pero que lo lea antes..., claro que la obra de Heidegger es muy extensa...
Pero como está de "moda" aunque NO lo entienda lo critica igual. De modo ridículo en una novela...
Saludos a todos (menos al que te mencioné)!!
R.P.
Mi querido RP,
ResponderEliminarno, no era ese colega....... Si es quien estoy pensando, es un tipo sincero, convencido y apasionado con lo que dice..... Nada que ver con la hipocresía que hizo saltar mis tapones filosóficos.....