jueves, 6 de agosto de 2020

DIOS MÍO, ¿QUÉ HEMOS HECHO?

Todos años, en alguna clase, doy el siguiente ejemplo.

Hay una bomba en un estadio de futbol con 300.000 personas. Se encuentra al que la puso 10 minutos antes de la hora anunciada para la explosión. Sólo él sabe desactivarla y dónde está. ¿Se lo tortura o no?

Siempre dejo que los alumnos discutan. Al final expreso mi quijotesca a inútil opinión: no.

No, porque hay límites que no se deben cruzar nunca. Si se cruzan, no hay vuelta atrás.

Lo mismo que el tema de la tortura para casos de terrorismo. Que muchas personas la siguen justificando al mismo tiempo que despotrican contra el gobierno de Videla del 76.

Con el famoso coronavirus -un virus corona- ha sucedido lo mismo.

¿Tendremos vuelta atrás?

Han puesto en el gobierno a la barbarie del especialismo (Ortega) con poderes ilimitados, convirtiéndolos en dictadores absolutos.

Han borrado de un plumado todas las libertades individuales más inalienables e inviolables.

Han convertido al mundo entero en una nueva Unión Soviética.

Han condenado a millones de personas a la pobreza más extrema; han condenado a millones a cerrar sus fuentes de ingreso, han dicho -nuevamente- que el estado lo solucionará, produciendo con ello más inflación, deuda pública e impuestos.

Han condenado a muerte a millones de personas por la falta de atención médica y diagnóstico de otras enfermedades, muchas de ellas con una tasa de letalidad mucho más alta.

Han producido el pánico de la población, han manipulado y alienado a millones de personas que carecen de pensamiento crítico para defenderse.

Han eliminado toda libertad de tratamientos médicos y soluciones alternativas. 

Han endiosado a una falible ciencia.

Han negado la diferencia entre infectado, enfermo y muerto.

Han falsificado los datos de muertos por coronavirus y los casos.

Han utilizado testeos ineficientes que dan falsos positivos.

No han distinguido entre muertos con o por coronavirus.

Han equivocado el tratamiento.

Han silenciado y censurado a los médicos disidentes, que son cada vez más.

Han ridiculizado e insultado a todo el que pensaba diferente.

Siguen contando el número de casos como si ello fuera lo relevante.

Han condenado a los ancianos a morir en soledad sin la asistencia de sus familiares.

Han convertido a ciudades y estados enteros en estados policiales y totalitarios donde los más elementales derechos son ahora delitos punibles.

Han violado la libertad de enseñanza.

Han eliminado los servicios religiosos.

Han amenazado con una inhumana “nueva normalidad”.

Han….

Y todo esto, oh casualidad, con el apoyo de la izquierda más radical.

Y con la complicidad de gran parte de autoridades religiosas que, oh casualidad, coinciden con esa agenda.

Por qué lo han hecho, bueno, habría mucho para conjeturar.

Digamos que en la Chicago de los 20 no había que ser paranoico para sospechar que Al Capone era culpable.

¿Habrá vuelta atrás?

¿Cómo defenderse?

¿A dónde irse?

Dios mío, qué hemos hecho. 

3 comentarios:

Unknown dijo...

Jesús no nos abandona.. el ya venció... Sigamos fiel a él y preguntemos que nos querés decir con esto...?

Susana Cohen Arazi - Promoción de la Salud - Formación arbitral dijo...

Extraordinario análisis que sintetiza la realidad y los resultados nefastos por las decisiones tomadas por este gobierno de corruptos.

Susana Cohen Arazi - Promoción de la Salud - Formación arbitral dijo...

Dios nos dió el libre albedrío para actuar y sellar la puerta del Mal. Nuestra inacción, el silencio de los buenos no augura mejores tiempos